Esta noche es distinta, me siento mucho más vulnerable, mucho más humano, mucho más mortal, que de costumbre. Esta noche no es normal.
Esta noche me la voy a regalar, me la voy a regalar y la voy a disfrutar.
Esta noche reiré, lloraré y viviré todas esas cosas que me quedaron por vivir.
Lucharé sin parar contra el tiempo, daría todo lo que fuera por detener ese segundero que sigue avanzando, que me sigue derrotando una y otra vez, que nunca me deja ganar.
Esta noche soñaré todo lo que no he soñado, seré lo que nunca he sido y siempre he querido ser.
Voy a jugar a ser un superhéroe cualquiera, un tipo ideal, un hombre educado, alguien capaz de hacer una buena amistad, un marido ejemplar.
Intentaré cambiar el mundo, terminar con la pobreza, ver a los humanos progresar.
Voy a crear un mundo para dos, voy a planear mi familia y voy a procurar seguir siendo yo.
Me iré de viaje a "Nunca Jamás", me compraré un año de felicidad incondicional y buscaré alguna persona para amar.
Gritaré todas esas groserías que he tenido que callar para no incomodar, correré desnudo por el pabellón de los modales y las buenas costumbres, seré eso que siempre he querido ser.
Un loco.
Cierto, he vivido un par de cosas y tengo otro par por vivir, pero siento que esta noche es distinta. Es como una de las últimas oportunidades que me van quedando para ser realmente yo, sin tapujos ni caretas, sin pertenecer a ninguna institución, ni pelear por un pedazo de pan. Ser yo, sin más, lleno de miedos y palabras confusas e inmaduras.
No me preocuparé de más, no voy a dejarme pisotear ni tengo ganas de callar.
¿Por qué?, porque soy un loco que se enorgullece de su estado mental.
¿Qué importa mi edad?, son números nada más.
Y sigo igual, pase lo que pase, sigo igual.
Impulsivo y desconfiado, con buenas intenciones, pero algo tosco en la manera de ayudar.
Apasionado por la música y con un humor poco soportable.
Soberbio y terco, rodeado de gente excepcional, caminando con un rumbo que nadie nunca entenderá.
Inconformista, siempre pido un poco más.
Juguetón y baboso, con los ojos caídos, cual cocker en plena libertad.
Llevado a mis ideas, un soñador por naturaleza, un hijo ilustre de la utopía, esa que pocas veces se hace realidad.
Con un miedo enorme a fallar, a no hacer mis sueños realidad, a no ser eso que una vez pensé como mi futuro ideal.
Y me estoy levantando del suelo, me estoy levantando para caer una vez más.
Porque voy de loco por la vida, pero voy como quiero ir, no como quieren que vaya o como les conviene más.
Y daría lo que fuera por retener esta luz de esperanza, por aferrarme a este sueño que parece tan real, por aferrarme y vivir allí por siempre.
Pero creo que hay una última cosa que debo hacer, algo que me cuesta decir muchas veces, tal vez porque la guardo para oportunidades especiales.
Quiero agradecer a todas esas personas que han sido capaz de vencer la muerte y dejar una huella en mi vida, esos humanos que fueron capaces de ver más allá y de dar un poco más, que afectaron mi manera de ver la realidad y que ahora son los culpables de mi locura.
Porque lo hicieron sin pedir nada a cambio, porque siempre esperan lo mejor y porque siento que ahora soy lo que soy, gracias a ellos.
Y ellos saben quienes son, tal vez dijeron una frase nada más, pero con eso me bastó para admirarlos y pensar en ser algún día como ellos.
¿Para qué nombrar?
Dentro de todo los conozco, y sé que después van a empezar a comparar, que quién estuvo primero, y qué quién está al final.
Gracias por ser como son, humanos y perfectos, con sus defectos y virtudes.
Así aparecieron en mi vida, y así se van a quedar por siempre.
Esta noche es especial, y me la regalaré, a mí y atodos los que me quieran acompañar.
Bebamos un poco y juguemos a que nada va a pasar, que siempre todo seguirá igual.
Juguemos a ser lo que siempre quisimos ser, es sólo una noche, nada más.