sábado, 20 de febrero de 2010

Lo que queda tras las huellas de tus pies..


Aún espero con ansias que se presente la oportunidad de tenerte al lado, y todavía sigo intentando escapar de lo que está en medio del camino, de eso que está a punto de quebrarse.
Continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.
Entre páginas desgarradas por la niñez, y algo que está en medio de tu diario vivir, anhelo volver a verte sonriente y ensangrentada. Ahora intenta decirme como debo ignorarte.
Pero algo está a punto de quebrarse, de ser enterrado vivo y de destellar sin avisar.

Tú estás próxima a lo que más temes, yo estoy volviendo al mismo lugar de siempre. Y mientras miro hacia otro lugar, continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.
Morir por cualquiera que se parezca a ti, besar sólo tus labios y extrañar solamente tu olor.
¿Es así cómo debe ser ésto?

Desesperado te gritaré que se ha muerto la última estrella fugaz, ¿alguna vez fui necesario en tu vida?
Figura decorativa sobre el mantel de cuadros, platos rotos en el suelo y la cena a medio servir, te fuiste sin decirle nada a mis fantasmas.
Y a medida que voy dando vuelta las páginas continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.

Te veo correr de cabeza, con el cielo a mi pies y el pasto sobre mis ojos, el cielo gris y tu vestido rasgado por el cristal de la ventana.
La luna tiene una herida que no puede cerrar ni el mismo sol.
Pero pienso que mientras más silencio hago, menos te pierdo.
Y tú mientras más hablas, más me mientes.
No sé nada de tu especie, ni de lo que circula por tus venas, pero sé que no podré volver a encontrar el fuego en tus ojos, ni el aliento en tus lágrimas.

Mariposas vuelan en tu pupila, en la grieta que van dejando tus pasos. Tus pechos libres se despiden con ironía, como si quisieran recordarme que alguna vez me aferré a ellos.
Y ya no queda más, solamente eso que está en medio del camino y eso que ya se quebró.
Prométeme que volverás, tal vez a saludar, tal vez para quedarte.
Canta para mi, y hazme recordar todas esas veces que yo creí que nos queríamos, y que fui feliz.

Armonías melancólicas y desoladas besan mis oídos.
Tu olor, mi droga.
Tus besos, mi adicción.
Tú, mi amor.
Y mientras aparece tu recuerdo en mi interior, continuo buscando mi lugar en un libro a medio leer.

jueves, 4 de febrero de 2010

Monotonía, pon el dedo en la llaga..


Candado cerrado, cada uno dentro de su habitación, en la casa vive solamente él. La cama sigue igual de blanda, las sábanas igual de limpias y el café, todavía caliente.
Intentó mirar de reojo el reloj que estaba tirado sobre el sofá desteñido, intentó recobrar fuerzas y tal vez salir a comprar un poco de pan, pero al igual que todos los días prefirió irse a dormir.

La vista clavada en el techo de la habitación, la misma canción de fondo y el mismo dolor en medio de su pecho.
El arma bien cargada, el seguro quitado y el dedo firme en el gatillo. Lápiz y papel a mano para dejar recuerdo de otra noche sanguinaria, y afuera el silencio ansioso por sentir el impacto de esa tímida y desnutrida bala.
¿Es posible que el recuerdo envejezca?

El retrato de una tarde soleada en frente, y la incapacidad para ser feliz en primera plana. Ya no quedaba nada en el inconsciente, llevaba días devorando todo lo que su mente le arrojara por verdad revelada. La soga psicológica que lo ahorcaba y los labios secos, la lengua jadeante y los párpados cansados.
Perro fiel que vuelve a la casa donde no le dan de comer, patearse una piedra en la frente. Lo contrario ya era una rutina bien asumida y realizada casi con un tono sagrado.
Pasado bien pisado, tan bien pisado que no se puede sacar la tierra de los pies. Santo que no escucha plegarias, divinidad que no tiene poder sobre la humanidad.
¿Es posible que todavía me recuerdes?

La cara más pálida, las voces más suaves, los susurros sordos, las caricias que se van enfriando y la línea de tiempo atrofiada. El puzzle que no se puede armar, la impotencia de no poder volver atrás, recoger del suelo los pedazos que quedaron del ideal.
Sentimiento transmutado, melancolía armonizada, el armario está a medio llenar.
Suyas son todas las horas, todas las balas, y todas las lágrimas.
¿Te envío una carta con tu apellido, de soltera o de casada?

"Mensajes que nunca encontraron una botella, hazañas que nadie le vio realizar, un concierto para sí mismo y comodines que no sirven en el juego del azar. Pies que se arrastran y pupilas que no aprendieron a hablar.
Corras lo que corras, nunca llegarás atrás.
La precisión del clavel disparado y el calor de la sangre. Memorias que brillan bañadas en lodo, cerros que crecen hacia el centro de la Tierra, y el diablo haciéndole favores al hombre.
Silvidos que buscan respuesta, y nada van a encontrar, ni siquiera su eco les responde a la distancia.
Nadie le enseñó a caminar, por ese trayecto largo que muchos nunca acaban de cruzar, esa ruta cósmica de rozas muertas y promesas rotas.

Buscar una caricia en una fotografía, sonreír con sólo su nombre recordar..."


miércoles, 3 de febrero de 2010

Cuentos miserables y mal vestidos...


Y volteaste tu rostro una vez más, intentando expresar algo similar a la tristeza, un olvido imposible de llevar a cabo, unas ganas potentes de retenerte un poco más.
Quise pedirte que te quedaras por mí, como si esa excusa bastara para destruir tu decisión, pero no pude decir nada más que un susurro inentendible y cobarde.


-"Intenta no olvidarme..."


-"Intenta no perder mi rostro, ni el color de mis labios."


-"No lo haré."- Y no te pude seguir mirando a los ojos.


Una muralla marchita me esperaba ansiosa, deseosa de mi dolor, de todo eso que me quedó por decir.
Sé que moriré algún día, sin el calor de tus brazos rodeándome, sin la seguridad de tu caminar, ni la fuerza de un abrazo tuyo. ¿Cómo no tenerle miedo a la muerte entonces?
Al suelo todo eso que se pudo llamar eternidad, un adiós que no te deja respirar y la ciudad que no te quiere dejar partir.


-"No sé si me acostumbraré a dormirme sin tí."


-"Tranquilo, el tiempo hace su trabajo. Ya verás que el dolor se irá."


-"¿Y si yo no quiero que se vaya?."


-"Entonces jamás podrás volver a ser feliz."


Cuentos miserables y mal vestidos, abandonados a su suerte, probablemente opacos y muy lejos de un cielo azul, he de leer y de comenzar a escribir.
La vida nunca ha sido fácil, pero sin tí se me acaban los motivos para sonreír.
Un clavel y una rosa para mantener el olor de la habitación, cigarros para acelerar un poco el proceso melancólico del avanzar mientras te vas quedando atrás y un beso al aire cuando caiga la noche, para satisfacer la esperanza de que sigas siendo feliz.


"Nieblas atónitas y meditabundas, marejadas y oleajes inhabitables. ¿Cómo intentar reparar el corazón con silencios intratables y mujeres que no se parecen a tí?
A mil años luz del centro de la Tierra, a dos pasos de la locura y a un parpadeo de volverte a soñar.
Anhelarte hasta que las curvas poderosas decidan dibujarse sobre un plano que no pudo obtener un resultado perfecto.
El punto final, el suicida lúcido y el adiós que no te llevaste contigo."