lunes, 27 de agosto de 2012

Salvajes.

Siempre queda algo que se olvida esperando, por las noches, cayendo en el espacio entre dientes que de rabia aman para morder.
Si los pasos no saben lo que dejaron detrás del juego, perdemos con el día, lo que entre nubes se aleja por sumisión al patrón.

Sujetado a la inconsciente voluntad, amarrado por la impotencia del cariño que no accionó.

Borrados los recuerdos que no serán, extraviada la noche brillante en la soledad. Erróneo se me hará contaminar la saliva con re-sentimientos, equivocado mi estómago al llorar por su calor.
Nos cubrimos con la distancia, intentos muertos para conocer lo que más allá de la frontera no se ha querido ver.

Siempre unos por sobre otros, siempre otros por sobre el yo.

Espiral eterna, en repetición del ayer.

Consumida por la luz que no ilumina, devorando con ansiedad la mano que roba y da de comer. Iguales al parecido por querer ser distintos, igual el destino que escribimos al que nos pensamos mientras el humo habitó la memoria, igual al fallar en desear monopolizar su felicidad.

Ritual para el salvaje, resistencia desde el puerto hacia el amanecer.

Duele, pero dejaremos de nacer.

viernes, 24 de agosto de 2012

Simulacro.



Crecer hacia adentro es volver a perder, tender hacia la infinitud del ser es un capricho más a satisfacer.

Querer, en el arder, ser luz para la nada, intentar alumbrar nuestros rostros para acallar.

Atravesar el lenguaje en la privacidad, insertar lo social en medio de la propiedad.

Dialogar la dialéctica, silenciar la voz del que pudo y no quiso hablar.

Pasar la oportunidad de realizar, sustituir inocencia con el más acá.

Ir y caminar por las grietas de nuestros cuerpos, encontrarse la carne para animar la moral a ser menos normal.

Sostenidos por la cercanía del capital, abrazados por amores sin amar, levantados sobre la nube industrial.

Hijos únicos, todos, del mismo ideal.

Preguntarse por el preguntar, detener y mirarse bajo el altar.

Dentro de la semilla, tranquilidad.

Combustión interna.




Quizás por sobre el ayer y el hoy, mañana tal vez, el pensar no es asunto propio de la libertad. Demasiados dolores por nacer, letras por escribir, no sé si vendrás.

Recordarte, así de viva, descalza por sueños, caminando junto al sol enfermero. Cuesta la risa, ahora, encontrar.
Cambios de oídos, cada cual entregado al morir en cada una de las lágrimas de su amor. Cantar, entonces, por amor al cambio social, a la fuerza del que grita por gritar. Si llego tarde significa que me falta desafinar el cerro y mi calma, tomé toda tu mirada para construir mi casa.

Creció la flor en la indiferencia de la democracia, se abrió la calle para el que soñó con ajusticiar a los desaparecidos.
Llena la tierra con su pensamiento, de pies nosotros los que tienen el cerebro creciendo en arbusto de flecha. Su alianza es para el resto, los marginados desde la falta, los divididos desde lo emocional.
Sácame el cuerpo hacia la semejanza, éntrame el aire para que vuelva a respirar, despierta el motor y comienza a protestar.

Una niña idealista, en sus cabellos la historia nace nueva, con ventanas en las palmas frías del invierno cerca de la (a)mar. Ojos quietos en la muchacha del aliento, de piel rasgada por la pasión, de sonrisas justificando la sinceridad.

Llueve sobre nosotros, los habitantes del bienestar.
Pasaron vidas sin perdón, nos pasamos tan profundo que rocé tu corazón.

Quizás por temor existe dios, quizás entre nosotros no se diga adiós.
Ni se anunció, ni se leyó las cartas por sobre el fuego de nuestra revolución.
Se escondió y enamoró, no se olvidó lo que tu rostro sonrió.
Despertar para sentir, el latir del lamento de alguna razón.
Murió entonces la respiración, un árbol de la boca hacia el dolor.

Abrió el pecho para que se escondiera de las mañanas, con pena y cotidianeidad se escribió la ausencia junto a mi cama. Te tengo aquí para mirarte a través de la pantalla, para sujetar los dientes que retomaron el cielo sobre septiembre. Despedirse, al fin, de nosotros: los caídos.

El mármol levanta un volcán de pájaros que me sacan a pasear, se regocija en su propia falta. El ataúd para vivir de más, sobre arena se convierte en humo nuestra humanidad. Tierras para las manos obreras, horizontes para los que gobiernan su propia miseria, incógnito el rostro para identificarnos la comunidad.

Dentro de la rabia estaba entonces el motivo existencial.
Dentro del color en vidrio: el anhelo por esclavizar la virtud.

Miedo con miedo, tus manos junto a la mías dibujaron el azar.
Entre bromas e imperios llegué a tu lunar.

Ni tan propio, ni tan yo; queda cruz por clavar.
Perdido por volver, dejo el vuelo sobre tu labio para morir en miel.

martes, 7 de agosto de 2012

Esquema de las historias.



Testigos de los días que se nos pasaron, por tan niños que envejecimos, casi sin darnos cuenta de las casas que nos quedaron por compartir.
Pregoneros del ayer, ilusos miramos el cielo buscando los ojos de un rostro familiar. Cuando vimos los gritos caer y nos llovió la vida hasta los pies, bailaremos dormidos sobre un vientre maternal.
Tal vez demasiado sucios para limpiarnos, redimidos por la saliva de tu boca en miel, restituidos en el suelo y pisados .

Colores para nosotros: los sujetos institucionalizados.
Canciones para nosotros: los amantes significados.
Calores para nosotros: los gigantes en rebaño.

 Intentamos el otro lado, pero no encontramos el mármol. Desaparecido entre sueños, uno dentro del "tu" es esperanza en lo verbal. Tuya, también, es la grieta hacia abajo.