jueves, 22 de abril de 2010

Narciso y su entrepierna...


Está bien, lo admitiré, existen noches en donde me masturbo pensando en mi reflejo en el espejo. Aunque a veces intente acostarme conmigo, decirme cosas lindas al oído y sudar hasta más no poder siento que tengo miedo, especialmente cuando alzo mi mano para acariciarme la espalda y desaparezco sin previo aviso.
Sin límites en el arte de desenamorarse, con el gatillo apuntando al ego y una niebla que difumina todo lo que no forma parte de mi interior.
Yo quiero, yo deseo, yo anhelo, yo exijo,y lo que es peor, yo no soy capaz de olvidarme.
¿Podría dejar de decepcionarme con amores infructíferos?
¿Podría alejar mi sombra unos metros de mí?

Vivo sin dolor, solamente puedo confesar que me incomoda un poco esa mirada que tengo cada vez que el cielo tiene unas tonalidades grises que me recuerdan lo perfecto que son mis labios cuando pronuncio "Te amo".
De vez en cuando me dejo ir, de vez en cuando me retengo, y de vez en cuando me quiero. Incluso, puedo quererme por las mañanas cuando no tengo mi mejor cara.
Palpo con firmeza mi entrepierna, tengo todo en su lugar. Porque conmigo nada me hace falta, sólo yo me basto para ser feliz.
Soy pastor de mis ovejas, escritor de mis canciones y el causante de mis lágrimas.

Soy lo que más deseo en esta vida, pero todavía no estoy seguro si estoy listo para casarme conmigo mismo.

¿Dos anillos en el mismo dedo, o uno en cada mano?


miércoles, 7 de abril de 2010

Nos vemos al otro lado...


Te aprecié salir desde lo más superficial hacia lo más banal, ¿quién soy yo para detenerte?
Y puede que si ambos lo intentemos desaparezcamos de nosotros mismos hacia otro que no es ni tú, ni yo.
Un abrazo para dejarme lejos de tu respiración, mientras yo seguiré bromeando hasta que decidas tragarme, incluso si te disgustase mi sabor.
¿Quién eres para dejarte tirada en el piso?

¿Qué soy yo, si no algo similar a mí?
¿Qué pretendes ser tú, si no algo que no se parece a tu mirada?
¿Qué somos nosotros, si no una estrella sorda en plena oscuridad?

Descansa tus ira sobre la raíz cuadrada de mi amor por ti. Búscame al otro lado del espejo, encuéntrame al caer sobre tu inexistencia, al tropezarte con ese lugar donde nunca quisiste llegar.

¿Qué eres tú, si no mi reflejo?

Me siento vivo cuando me explicas el fin del mundo, me siento vivo cuando me sostienes en las sombras de tu iris, me siento vivo cuando intentas ser.

¿Qué importan realmente los motivos si no son lo suficientemente fuertes para matar?

Entre tus fallidos intentos por conciliar el sueño, y las ideas que beben a destajo el jugo de tus luces cerebrales, puedes encontrar mi sombra por sobre la luz del sol que te atreviste a mirar fijamente como si pudieses encontrar una respuesta en el lodo de tus zapatos, o en el gatillo de tu ironía; como si quisieras escapar de tu propia inconsciencia, de tus pulsiones y tu mortalidad.

¿Todavía piensas que eres el centro del cosmos, el animal superior y dueña de tus propios actos?
Tres estocadas bastan para que tu razón pida a gritos que me quede junto a ti.

"¿Qué eres tú, si no mi reflejo?.."