jueves, 31 de diciembre de 2009

Deberías saberlo..


Esa nunca fue mi intención, ni las letras, ni pedirte perdón.
Las gaviotas se sumergen en la arena de la playa buscando un poco de mar, interceptando la torre de amor que se perdió en medio de la nada, ahí justo al lado de nuestra cama, donde alguna vez hicimos el amor entre sueños y promesas que quedaron por cumplir.

Deberías saber un par de ignorancias que tengo sobre tu extraña manera de respirar, y que el color negro me gusta, pero sólo si lo mezclamos con una gaseosa y le sustraemos el componente químico que me provoca una erección en la espina dorsal, la cual desencadena una desesperante sensación de melancolía, melancolía que no he aprendido a sobrellevar, a fin de cuentas eso no deberías haberlo sabido.

Tómame y llévame lejos, a un lugar donde podamos descansar, juntos, solos, nosotros dos.

Deberías saber que hace tiempo ando buscando mi soledad, no sé si hablo de ser miserable o simplemente sentirme perdido, así de adormecido y mareado, sin intentar estar confundido, sencillamente abandonado.

Y deberías saber que cuando escucho aquella canción sigo pensando en tus ojos, tratando de entender todo eso que me dijiste cuando te despediste y no volviste más. Cuando me visitaste al cerrar los ojos y te perdiste al abrirlos, entre suspiros que no empañan la ventana de la habitación y besos que no mojan mis labios.

Entibiaste mi cuerpo con el tuyo, te sujetaste a mis manos y te grabaste en mi mirada, ¿cómo poder esquivarte ahora que me quieres pegar donde duele más?

Deberías saber que se acabó nuestro caminar, y ahora no puedo dormir.
Y yo que sólo quería, en tus ojos, vivir.

Debería saberlo, todavía te siento junto a mi...
¿Estás aquí?


martes, 22 de diciembre de 2009

Sólo quédate, o inténtalo unos segundos más..


Si pudieses, si tan sólo pudieses quedarte unas horas más aquí. Si deseases estar un tiempo más acá, si me sostuvieses en el aire con un beso por una vez más, yo sería feliz.

¿Con cuánta frecuencia él sonreía?, ¿cómo poder definir ese momento exacto en que ya no queda nada, excepto por esas sombras que son sólo una bajo las luces del sol?
Y es que ella era algo distinto, indescifrable e inolvidable.
¿Podrías mantenerte de pie una vida sin soltarle la mano?

Compararte con la perfección y derrotarla es más fácil que morir, pero existen células cobardes en mi interior que me atacan cuando intento tomarte el brazo y pedirte al oído que no te vayas jamás.
Cederme el calor de tus labios y la suavidad de tu piel, una noche más.
Regalarme una mirada profunda y tuya, de esas que sólo tú me has podido dar. De esas que te dejan helado y te hacen sentir realmente como alguien especial.

E intentó devolverle todo lo que ella le daba, pero nunca podía saber si lo estaba haciendo bien.
Ese miedo desesperante que no lo dejaba pensar cuando ella se despedía al caer la noche, y que lo hacía temblar, y darse cuenta que la amaba, y que era realmente su gran amor.
¿Cómo poder saborear otra comida cuando has probado el plato más delicioso del mundo?, ¿cómo no disfrutar cada trozo de aquel plato?, ¿cómo dejarla sin dejar la paz?

"Pasaban raudos los segundos, caían veloces las estrellas y se enternecían los silencios. Palabras que están de más y sensaciones que se echan de menos, ¿cómo poder vivir así?
Y ahora que tiemblo entre sábanas con la vista fija en la esperanza de volverte a ver y de que nada nos pueda separar, ahora que veo en medio de tus ojos esos recuerdos que traté de guardar dentro de un trozo de papel y regalártelo sin una cinta roja, sino con los ojos avergonzados y un nerviosismo especial, puedo susurrarte que tengo miedo de perderte. Cierra la puerta de la habitación, mírame allí donde más me gusta y dime que tienes ganas de volar, de quedarte hasta que no quede nada, y entonces serás todo dentro de la nada.
Esa sonrisa espontánea que se escapa luego de un beso, y esa fuerza que se apodera de nosotros en un abrazo, me hace pensar una sola cosa y brotan de mis labios esas palabras que se aferran a tus pies en una plegaria de amor eterno:

-No te vayas, no te vayas por favor..."

martes, 15 de diciembre de 2009

Causa y Defecto...


Voces en picada contra tus pies, la tormenta está por marcharse, pero el sol no saldrá mañana.
Errores en el cálculo de la metáfora, quiero verte cubriéndome la piel con la tuya.
Fotos invertidas, colores que no saben brillar y tu recuerdo que se acerca mientras se aleja sin mirar atrás.
No corras más, siéntate sobre las nubes y descansa tus ojos en la pequeñez de tu existencia, en lo grandioso que es amar la imperfección.
¿Volverás a mirarte al espejo después de apagarte el cigarro en la pupila?, aunque enloquecido busque algún segundo para malgastar no puedo encontrar más que el reflejo de tu útero sobre la arena del desierto.
Y te caíste tan fuerte que no te pudiste levantar, catástrofe bajo tierra, las profundidades del que no sabe llorar. Llanto sobre los hombros del ángel tiene alas pero no desea volar, y vuelvo trozo por trozo hacia el epicentro de tu tempestad.

¿Tienes nombre?, definirte es como derrotar al azar.
Promesas con las rodillas sucias, cortar la soga que me amarra a tu entrepierna y el instante preciso en que nos besamos y no nos soltamos.
Dinero para comprar la infelicidad, tus ojos para comenzar a soñar con algo que nos pueda sacar de esta marejada de insensatez.
Callar para expresar y juntar los párpados para despertar.


Oh, y se convirtió en lluvia todo lo que ayer caía desde los árboles con forma de hoja, en viento todo lo que ayer fue nieve y en calor todo lo que ayer movía los árboles y botaba sus hojas, que caían como caen al anochecer tus lágrimas y nuestras caricias para apagar la luz de la luna.
Algo ha de existir que no haya existido ya en tu vida, alguna curva nueva he de dibujar en la rectitud de tu plano sentimental, algo que te sorprenda, algo que no puedas olvidar.

Causa y defecto, las normas a violar y los pasos a evitar.
Te acaricio con ambas manos, tengo destreza para excitar tus labios y provocar orgasmos en tu lengua. ¿Inyección letal o martillar tus costillas hasta convertirlas en blancas arenas?
Tú y tus cristales, los vidrios sin limpiar y un futuro que imaginaste cuando yo cerraba la puerta de tu habitación.
Quererte dentro de la mortalidad que produce el día a día.
Adorarte al lado de la vulnerabilidad que te ataca luego de la primera vez.
Cuidarte en cada letra a pesar que no exista idioma que te pueda contener.

Ironías que escaparon hacia la novedad del que se pone enfrente, no sé si comprendes, pero aunque no lo quieras eres causa y defecto. Cual final abierto, te despides con un beso que deja con ganas de otro, y otro más.
Emborracharme con tu carne, olvidar las imperfecciones del asfalto y seguir cojeando a tu lado.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Sin sentidos..


Cigarros que nunca se encendieron, miradas perdidas en el horizonte, bocas que clamaron por un poco más de dolor.
Te vuelves hacia mi sombra, rasgas las páginas de tu vida con los dientes sin lavar.
Buscas.

Dioses de cemento, esa angustia que te inunda cuando miras tus pies y sientes que no puedes volar. Aseveraciones casi fatales, inofensivos finales y despedidas a la distancia, sin poder sonreír.
Hoy me pasé por alto y encendí la chimenea en pleno verano, la nieve cae sobre mi cabello, mis ojos se van agotando.

Comienzo desde menos uno, métodos para racionar cuando pierdes la razón y yo que no encuentro mi nombre sobre el papel.
Semilla que no germinó, bebés que murieron ochenta años después de nacer, le subí el volumen cero a la canción.
Calma, detente que el viaje todavía no va terminar. Pistas, dime donde me vas a susurrar.
Centro del hombre, temperaturas para sacudirme, y la lluvia que devoro no puede saciar mi sed.

Duele la oscuridad, entre la mujer y el hada madrina, entre el príncipe azul y el violador, entre dios y la cruz invertida.
Ya olvidé lo que soñé ayer.
Mi guitarra sigue sin afinarse.
Delirios de irrealidad.

martes, 8 de diciembre de 2009

Permíteme recordarte..


Anoche, luego de beber el último vaso de ron, quise leer tus últimas palabras, esas que quedaron grabadas luego de nuestra última conversación. No tengo idea que será de ti ahora, si estás feliz o si has decidido soportar la soledad con alguien al lado, tampoco sé si me has olvidado o si sigues recordando mi nombre y todo eso que mi nombre trae consigo.
De vez en cuando salgo a dar vueltas por donde caminábamos, por esas calles llenas de semáforos y luces rojas. Voy a esa vieja estación y pido el mismo café que ambos pedíamos sin compartir, pero sin distanciarnos.

No sé sobrellevar esta nueva calma, me asusta el frío de la almohada por las noches, pero luego olvido todo y me pongo a soñar.
Permíteme recordarte una vez más, volver a verte entre utopías y pesadillas, entre lunas llenas y amaneceres.
Olvidarte no puedo, abrazarte tampoco. Amarte le sirve más a mi inconsciente que a tus oídos y besarte ni pensarlo.
Nuevamente tu piel mojada por la lluvia, tus ojos pidiendo un poco más, tu pelo desordenado sobre la arena de invierno y tu mano sujeta a mis temores.
En sueños te vuelvo a ver, repitiendo siempre los mismos silencios y las mismas tardes.

Hay días en que te salgo a buscar, a ver si por alguna extraña casualidad nos topamos cuando hago el camino hacia tu casa, no me mal entiendas, no es que te pase a buscar, solamente intento alimentarme con la vaga esperanza de verte sonreír a lo lejos, pero luego de atravesar la ciudad y no hallarte me resigné a pensar que te has mudado.

Va amaneciendo sobre el mar y yo que todavía no tengo ganas de abandonar este sueño, de abandonarte otra vez, de que te vayas escondiendo tras la niebla lentamente, como si no quisieras hacerlo pero tuvieses que.
De la misma manera que sucedió en la despedida, sucede ahora, cuando me quedo de pie sin poder hacer nada, temblando y extrañándote más a medida que te alejas más de mi. Creo que lloraste mientras te fuiste caminando hacia tu casa, tuve ganas de detenerte, pero ambos entendíamos que aquel era el mejor final que podía tener esta novela.
Un beso para viajar, un abrazo para que no nos extrañemos tanto durante lo que nos queda de vida y tus ojos que se clavaron en mis labios intentando memorizar cada detalle perfectamente.

"Tiempos de calma me están esperando, y yo te pediré que me esperes allá. Hoy mi sueño es poderte soñar, soñándome.
Luces de faroles inexistentes, bancas arrasadas por el tiempo, y las comisuras de tus labios, son los fantasmas que tanto me gusta anhelar.
Esta noche te esconderé entre las sábanas y los resortes del colchón, para que sigas amándome como yo quiero que me ames, como dijiste que lo hacías y que lo harías. Tú dentro de mí y esto que no parece tener fin. En mi habitación no hay más que un silencio clamando por ti, por el sudor de tus ojos, por verte saltar y bailar, por sentirte cantar y destruir toda esta calma que desgarra el paisaje y los barcos, los sueños y las promesas que quedaron por cumplir.
Permíteme recordarte esta noche, y así amarte un poco más. Imaginarte vestida de blanco y envejecida, porque aquí no queda más que viento.
Permíteme recordarte desnuda y perfecta, y así amarte un poco más, y extrañarte un poco menos, sin intentar olvidarte, sin poder olvidarte."

Sufrir..


Dos pasos hacia adelante y tres exclamaciones más hacia atrás voy dando, mientras tú te sigues ensuciando con los restos que quedaron del banquete de anoche, de aquella cena romántica con toques caníbales que decidimos construir cuando las aves todavía cantaban canciones para morir.

Si te estoy haciendo daño, perdóname; y es que tengo hambre de tus lágrimas, tengo unas enormes ganas de verte caer, hermosa e indigna, triste y desolada.
Quiero lanzarte al mar, como si fueses una piedra. Quiero que flotes en el aire y te hundas en lo más profundo de mi oscuridad.
Y te esperaré, hasta que tiendas a volver a mí, herida y ensangrentada, perdida y mal encontrada. No te buscarán ángeles, no te devorarán demonios, tampoco el cielo será azul ni las nubes negras. Si bien ahí estaré yo, de pie suspirando por tu vida, tratando de que ese sufrimiento tuyo sea pingüe y te permita alcanzar la ilusión de un pasar mejor.
Ninguno de nosotros comprende lo que está por suceder, ese acontecimiento que tanto buscaste y que ahora no puedes esquivar. Aquel suceso que viene directo hacia tu cara y amenaza con deformar toda tu vanidad, con romper todos tus espejos y con vestirte de pedazos de vidrio delirantes.
A pesar de todo no volveré, no giraré mi ojos para verte venir porque tengo ganas de que me sorprendas nuevamente, de que me saques una sonrisa imprudente y un beso anhelado.
Y creo que me quiero, y al quererme te quiero, o al quererte me quiero, en el peor de los casos hemos de suponer que soy incapaz de querer, en ese caso, y sólo en ese caso, podremos abrazarnos y sentirnos libres, puesto que todo esto fue un lindo sueño, perdido entre muchos otros sueños que soñaste y que soñarás.
Sé que no soy único, ni mucho menos especialista en hacerte sentir bien, pero créeme que todo el dolor que te causo es por una extraña motivación que nace desde mis abismos carnales. Una fuerza hormonal que me lleva a degustar tu soledad, tus silencios y tus miradas. Unas ganas enormes de poner mis pisadas donde ninguno las ha puesto, en esas páginas que tú escribiste escondida de todo ojo extranjero que te pudiese incomodar, pero ¿seré yo un extranjero más en tu vida?, o ¿será que sólo soy el clímax de esta tragedia que está por terminar?.

Comparaciones odiosas e ironías de acero, dagas sin filo que corren decididas a besarte el cuello.
¡Oh, destello del amanecer, tu ego es demasiado grande para destruirlo con un beso!
Tienes ganas de soledad, tus venas quieren sangrar, déjame ser ese cuchillo que camine por tu cuello y te haga sonreír, entonces, sonreirás para mí, sufrirás para mí y yo no te olvidaré, entonces te podría amar.