“No puedo precisar cómo ni por qué, pero de un momento a otro logré entender de qué se trataba todo esto. Es hermoso ver la manera en que el mundo toma colores y tus ojos se abren de asombro al ver la realidad. Y ves el lugar que siempre soñaste, tal y como lo dibujaste alguna vez en tu mente. Sonríes como un niño pequeño, se contrae la garganta y tu corazón se acelera. Caminas libremente, sientes el viento en tu cara, oyes a los perros ladrar a lo lejos y el sol te observa desde la misma posición.
Las hojas caen inertes, por fin el cielo me sonríe con calidez. Sé que los tiempos se hacen un poco difíciles, pero no todo está perdido. Aquí el roble deja caer sus hojas y el sol me espía entre las nubes. Sé que estás aquí, junto a mí. Me dices las mismas cosas que me dices siempre y me abrazas por la cintura como sueles hacerlo. Sé que oiré tu risa en mi oído y volveré a volar. Sé que estarás junto a mí, que sentiré tus besos y tus caricias nuevamente para poder soñar. Sé que estás aquí junto a mí para darme paz. Que vienes llena de alegría en tu corazón, dispuesta a abrazarme toda una noche y cuidarme de mis miedos. Te quedarás todas las horas que yo quiera y nos besaremos sin parar. Sé que vienes llena de recuerdos que oiré toda una noche sentados en la playa, observando las estrellas pasar. Estarás allí junto a mí y yo seré realmente feliz.
Caminaremos por las mismas calles que caminamos siempre y te secaré las lágrimas cada vez que empieces a llorar. Sé que nos necesitaremos el uno al otro como era antes, cuando nos dormíamos pensando en que al otro día nos veremos nuevamente las caras, uno junto al otro, despeinados y sin arreglar. Y te abrazaré, y no te soltaré, pues no te quiero perder. Quiero que nos quememos en el fuego de la pasión, que me mires a los ojos y me digas que no puedes amarme más. Que me susurres tus sueños en el oído y yo invente mil maneras de hacerlos realidad. Que me dibujes un corazón en la arena y yo ponga dentro todo lo que deseo para nosotros dos. Que desnudes mi alma y sientas toda mi fragilidad, que seamos perfectos juntos y que cuando el sol te dé un tono natural yo no pueda parar de mirarte y de pensar en lo hermosa que es mi mujer.
Sé que estás aquí junto a mí, ¡lo sé! Es verdad que te tengo aquí junto a mí. ¡Sé que esto es la realidad! No puede ser de otra manera... ¡Eres tú la que a mi lado ahora está! ¡Es tu voz la que ahora me susurra al oído y son tus ojos los que me miran sin pestañear! ¡Sí, debes ser tú! Si no, ¿quién más?”
- “Quédate aquí cariño. Que viene esta mujer de blanco para llevarme a una habitación grande y darme unas píldoras y me pueda quitar este resfrío. Eso es lo que la señora de blanco dice que tengo, un resfrío. Tú espérame aquí en esta misma banca, que yo voy por los remedios y vengo enseguida. Cuenta cada hoja que cae por favor, en un par de minutos más volveremos a soñar juntos, y pediré a la mujer de blanco un par de copas de champagne para festejar.”