domingo, 27 de abril de 2008

Síndrome de Korsakoff...


“No puedo precisar cómo ni por qué, pero de un momento a otro logré entender de qué se trataba todo esto. Es hermoso ver la manera en que el mundo toma colores y tus ojos se abren de asombro al ver la realidad. Y ves el lugar que siempre soñaste, tal y como lo dibujaste alguna vez en tu mente. Sonríes como un niño pequeño, se contrae la garganta y tu corazón se acelera. Caminas libremente, sientes el viento en tu cara, oyes a los perros ladrar a lo lejos y el sol te observa desde la misma posición.

Las hojas caen inertes, por fin el cielo me sonríe con calidez. Sé que los tiempos se hacen un poco difíciles, pero no todo está perdido. Aquí el roble deja caer sus hojas y el sol me espía entre las nubes. Sé que estás aquí, junto a mí. Me dices las mismas cosas que me dices siempre y me abrazas por la cintura como sueles hacerlo. Sé que oiré tu risa en mi oído y volveré a volar. Sé que estarás junto a mí, que sentiré tus besos y tus caricias nuevamente para poder soñar. Sé que estás aquí junto a mí para darme paz. Que vienes llena de alegría en tu corazón, dispuesta a abrazarme toda una noche y cuidarme de mis miedos. Te quedarás todas las horas que yo quiera y nos besaremos sin parar. Sé que vienes llena de recuerdos que oiré toda una noche sentados en la playa, observando las estrellas pasar. Estarás allí junto a mí y yo seré realmente feliz.

Caminaremos por las mismas calles que caminamos siempre y te secaré las lágrimas cada vez que empieces a llorar. Sé que nos necesitaremos el uno al otro como era antes, cuando nos dormíamos pensando en que al otro día nos veremos nuevamente las caras, uno junto al otro, despeinados y sin arreglar. Y te abrazaré, y no te soltaré, pues no te quiero perder. Quiero que nos quememos en el fuego de la pasión, que me mires a los ojos y me digas que no puedes amarme más. Que me susurres tus sueños en el oído y yo invente mil maneras de hacerlos realidad. Que me dibujes un corazón en la arena y yo ponga dentro todo lo que deseo para nosotros dos. Que desnudes mi alma y sientas toda mi fragilidad, que seamos perfectos juntos y que cuando el sol te dé un tono natural yo no pueda parar de mirarte y de pensar en lo hermosa que es mi mujer.

Sé que estás aquí junto a mí, ¡lo sé! Es verdad que te tengo aquí junto a mí. ¡Sé que esto es la realidad! No puede ser de otra manera... ¡Eres tú la que a mi lado ahora está! ¡Es tu voz la que ahora me susurra al oído y son tus ojos los que me miran sin pestañear! ¡Sí, debes ser tú! Si no, ¿quién más?”


- “
Quédate aquí cariño. Que viene esta mujer de blanco para llevarme a una habitación grande y darme unas píldoras y me pueda quitar este resfrío. Eso es lo que la señora de blanco dice que tengo, un resfrío. Tú espérame aquí en esta misma banca, que yo voy por los remedios y vengo enseguida. Cuenta cada hoja que cae por favor, en un par de minutos más volveremos a soñar juntos, y pediré a la mujer de blanco un par de copas de champagne para festejar.”

viernes, 25 de abril de 2008

Átame..


Es simple y menos complicado de lo que parece. Es inevitable e impaciente, te domina y pierdes uso de la razón. Son sonrisas sin sentido, pero con un valor incalculable. Son sonrisas que te alejan de toda esta jodida realidad.
fueron un par de ojos y una mirada cálida, la que te ataron a su personalidad. Fue su cuerpo de mujer perfecta el que te enloqueció por completo, fue su alegría y su simpleza la que te cautivó.

Y han pasado ya 3 años y un poco más. ¿Todavías sigues pensando en mí?
Yo ya tengo mi familia, mi esposa y mis hijos. Tengo un trabajo mal pagado y todavía no me olvido de tí. Daría todo lo que tengo por un par de segundos a tu lado, poder abrazarte y volver a recordar aquellos momentos que pasamos hace unos momentos atrás, traer recuerdos a la realidad y perdernos en el mar sin que nos importe nada.

Fueron muchos sucesos losque se quedaron por siempre en mi corazón, ahora ya mi cuerpo está dañado por el tiempo y me da un poco de pena dar un paso adelante. No quiero que me abraze la muerte y me separe de tus ojos así sin más. Y si te vas de viaje, por favor avísame y así porder reservar un asiento junto al tuyo. ¿Quién sabe?, quizá el viaje sea hacia el pasado.
Y sí, me has atado a tí mujer. Y no quiero que termine esta vida sin haberte besado por una última vez. Muchas veces te he visto pasar por fuera de este café. Confundida y con el paso rápido y no me he atrevido a saludarte, se me hacen eternos esos segundos en los cuales pienso que modelas sólo para mí.

Y es igual que el primer amor, con nervios y ansias de volverte a ver.
Creo que me has atado a tí y espero hayas tirado la llave de este candado lejos de aquí.
Pues me quedaría un vida y un poco junto a tus mejillas, abrazo a tu sonrisa y escuchando el palpitar de tu corazón.
Te lo pediré una vez más.
No me dejes, mi amor.

domingo, 20 de abril de 2008

Demencia..





Despierto en mi cama, la luz del sol entra por la ventana y las sábanas estan arrugadas. En estos momentos lo que menos me molesta es estar solo. Más bien, me agustia un poco.

Siempre he soñado muchas cosas, de hecho en ese aspecto debo recalcar que mi imaginación es amplia. Pero todo cambió cuando me preguntaron "¿Qué quieres ser cuando grande?" y yo no sabía que quería ser, pero lo que sí sabía es lo que quería hacer.

Hace ya unos cinco años, ocurrió aquel hecho. Ahora busco a gente con quien pasar la noche, y lo importante es que antes de dormirme les pido que al otro día en la mañana se vayan y me dejen solo.

Y así han ido pasando años, durmiendo con alguien que se recueste a mi lado por una noche y que a la mañana siguiente me quede sólo su aroma. Jamás las ví salir, ni tampoco ninguna me juró amor eterno. Todo era en función a mi soledad.

La vida me sonreía, un trabajo bien pagado, vida en comodidad. Quisá no era la vida la que me sonreía, tal vez era la suerte. Era divertido ver como el lado vacío de mi cama estaba frío, siendo que anoche estaba tan cálido y acompañado.

Lo atractivo de todo este juego nocturno y matitutino era que yo despertaba con la esperanza de que aquella que me acompañó la noche anterior estuviese allí, o quisá estuviese en la cocina preparándo un desayuno. Pero la esperanza estaba en encontrar a alguien a la otra mañana, que fuera en contra de lo que le pedí y hubiese sido más fuerte la idea de no dejarme en soledad. Pero por dos años aquello no ocurría.

Todo me iba bien, ayudaba a la sociedad con mis ideas y la pobreza disminuía más y más. Me potenciaba al ver como se potenciaban los demás. Todos con las mismas oportunidades y viviendo en tranquilidad. Sí, era mi sueño hecho realidad. Al parecer tenía todo logrado, pero nadie se quedaba en mi cama al despertar.

Caminaba tranquilamente, buscando alguien para pasar la soledad. Unos ojos llamaron mi atención, la noche se dió igual a muchas otras. Luego plantearle mi situación de manera objetiva.-Nunca me ha gustado causar pena.- y quisás por lástima, ella aceptó.

Llegamos a mi casa y nos tiramos a la cama, y le pedí que se fuera a la mañana siguiente, antes de que yo despertara. Ella me dijo que estaba bien, que no le volvería a ver nunca más. Sonreí disimuladamente. Me abrazó y pude sentir su presencia, su olor junto a mí. Ella era más bella que el resto de las mujeres que recordaba, o por lo menos su olor me gustaba más. Sus ojos inspiraban tranquilidad, sus labios eran finos y delicados, su pelo tenía unas curvas enloqeucedoras y su cuerpo era una escultura perfecta. Esta noche había tenido más suerte que otras, así que me la grabé firmemente con el fin de recordarla y poder traer su olor de vuelta a mi mente. Al cabo de unos minutos me dormí, con su olor abrazándome.

Al otro día desperté sin esperanzas, pues un costado de mi cama estaba fría. Me levanté y caminé casi por inercia hacia la cocina, allí me encontré con ella preparándose un café. Me sonrío tranquilamente y me mostró su café.

-Disculpa, necesito tomarme un café al despertar.-

-No esperaba verte aquí, me dijiste que te irías.-

-Ya ves que no me fuí, no me perdonaría dejar solo a alguien con un olor tan rico.-

Ahí fué cuando yo comprendí lo que vale ver tus sueños hechos realidad.

Sonreí desde mi interior, sentí la felicidad y la tranquilidad correr por mi cuerpo y hacerme perder mi mente. Recibí la taza de café que me ofrecía y me paré junto a ella para mirarle y grabarme su imágen en mi mente.

Independencia..

Sentía como aquella gota de sangre se deslizaba por mi mejilla. Logré ver en tus ojos un poco de maldad, sonrisa de tranquilidad y una postura amenazante.
Mi felicidad es simple, sólo quiero verte ir. Lograr mi independencia, ser libre, ser hombre. Dejarte atrás y disfrutar de esta paz temporal. Tal vez no sea la mejor manera, pero nadie me lo puede impedir.

Una gota roja se desprende de mi piel y lanza hacia el vacío. Cae lentamente como si nada fuese a ocurrir, abajo le espera el suelo, ansioso de hacerla explotar. Así es nuestra mirada, fría y racional. Y si tú no te vas, yo daré un paso atrás. Te lo dije, nada impedirá mi felicidad.

Ya no veo nada en tu mirada, profunda soledad me transmite tu olor. Tus besos me saben a miel con lágrimas y un poco de hiel. Dulcemente te tomo la mano y de un soplido te rompo la muñeca.
Te veo gritar, sonrío. Tú ya no puedes más.

Lo único que me importa es mi indepencia, es extraño, pero he llegado a pensar que dependo de ella. Soy un enfermo mental, mi egolatría no me deja pensar. No me importa tu dolor ni tus gritos de ayuda, sólo importa mi felicidad.
A la mierda tus ilusiones, tus sueños, tu amor por mí. Jamás te darás cuenta de lo que valgo, soy mucho más de lo que tú crees, estoy a pasos de la perfección.

Y que se joda tu mundo, tú y tu familia. Soy un enfermo y no hay vuelta atrás. La demencia se apodera de mi piel y me obliga a escapar, soy libre, pero no logro la felicidad. Corro y corro más.
La veo como se me escapa de las manos, le suplico que no se vaya y que se quede acá, pero ella no me oye, sólo le importa su felicidad.

La gota de sangre se une con el suelo y en un pequeño segundo, la gota explotó y no existe más. El sonido del impacto me trae a la realidad. Llevo mi mano hacia mi cien y logro distinguir un agujero que atraviesa todos mis recuerdos, mis sueños, mis ilusiones, mi castillo de paz.

La sangre fluye libre, sonrío un momento y caigo al suelo buscando la felicidad. Mis ojos se pierden en tus pies que corren despavoridos.
Espero me disculpes, sólo es una enfermedad.

lunes, 7 de abril de 2008

Ilusión..


Mírame por dos momentos, observa mis ojos.
¿Puedes leer lo que ellos te dicen?, últimamente ellos no han podido conversar con nadie.
Ahora me paseo con tranquilidad, las manos en los bolsillos y la cabeza baja.
¿Cómo poder revertir la situación?, No encuentro la manera para dejar de ser una ilusión.
Al parecer fracasar ya es una regla, establecida no sé por quién.
El miedo y la felicidad no me importan nada, he hecho daño y debería pagar por ello. Camino cada vez más lento. Personas pasan por los costados, pero nadie me ve. Ahora sólo me queda el viento en mi cara y mi soledad, pienso en lo débil que soy. No pude evitar la tentación de hacerle sentir de igual manera como cuando ella me falló. Y había alguien más que nunca falló y siempre apoyó.
Dos errores, una sola noche para llorar.
Y es que soy sólo una ilusión. No existo, no puedo palpar, ni oler. Mis sentidos se anulan por culpa de la racionalidad. Mi cuerpo está muerto, bienvenido a mi atardecer.

Sigue mirándome, dime que ves. No te oigo. Ah!, cierto. Soy sólo una ilusión. No me creas nada, de hecho yo ya no creo en nada. Ni en los sentimientos, ni en la razón. Y sólo queda pedir perdón, pero sé que ya no sirve. He perdido en este juego. ¿Cómo puedo perder si sólo soy una ilusión?.

No llueve, ni me sonríe el sol. No es primavera, ni es invierno. No está temblando ni me ataca un ciclón. Soy solamente yo el que produce sus propias tormentas. Pero ya no vale la pena explicar. No vale la pena pensar ni sentir. De hecho, nunca sentí ni pensé. Las ilusiones no hacen eso.
No tengo memoria ni recuerdos, no tengo corazón. Miles de promesas rotas y un desvalorado "Te quiero".
No soporto más, se apagan mil almas al mismo tiempo. Me ataca la soledad, me quedo en el vacio. Grito y nadie me puede escuchar. Eso es bueno, puedo llorar en tranquilidad. Hecho de menos mil caricias y mil palabras. Extraño ciertas sonrisas y algunos atardeceres. Quiero volver a sentir aquella inocencia, aquellas palabras dichas de verdad.
Y me he convertido en lo que muchas veces odié. En una ilusión, que no vive. ¿Acaso me ha abandonado Dios?
Ahora no sirve la intención de rezar un padrenuestro, lo más probable es que Él tampoco me oirá. Ya no sé que hacer.
Sólo digo palabras vacías, y ahora han dejado de creer en mí. Me escondo y sólo quiero que acabe todo.

!Acaba ya!