lunes, 20 de abril de 2009

Puta..


Se levantó y la miró, no pudo sonreir. Siquiera lo intentó, no tenía ganas de sonreir, se sintió satisfecho y tranquilo, pero no necesitaba una sonrisa. Ambos se entregaron distintas cosas, fue un intercambio justo, sin desniveles, ambos dieron lo mismo que recibieron.
La miró y acarició suavemente su espalda desnuda, le besó el hombro y sacó del bolsillo de su pantalón una cantidad considerable de billetes, la dejó sobre el velador que estaba junto a la cama y le dió una última mirada de reojo a sus cabellos. 
Se alimentó con su cuerpo, sació su sed con su sudor y llenó sus venas de placer, pero ahora era tiempo de marcharse, siempre llega el tiempo de marcharse, ¿para qué intentar evitarlo si llegará de todas maneras?

Cuando se abrochaba su camisa extrajo un marcador negro de su chaqueta. Se acercó a ella y comenzó a escribirle una carta en su espalda, lo hacía con determinación, sin dudar, cada palabra estaba pensada de antemano, todo estaba pensado de antemano.

"Quisiera amarte, quisiera hacerte la mujer más feliz, pero tú solo sirves para satisfacerme, y yo para llenar tus bolsillos con dinero, así pactamos nuestro contrato, así lo quisimos desde el primer momento. No hay para qué llorar, cariño. Eres una esclava más del dinero y yo un esclavo más del deseo. ¿Cuán abajo puede llegar a caer el hombre?
Nunca olvidaré tu cuerpo, suave como la seda y cálido como el fuego de una hogera. Unas curvas perfectas, recorridas y perfectas, creo que en fondo me das asco. 
Siento que me has sido infiel, cuando nunca te pedí fidelidad. No te quiero volver a ver más.
Ve y busca más clientes, que yo seguiré buscando más putas. No eres más que un juguete de tu propia libertad. Y me estás sofocando, me estás matando, estás alimentando mis placeres más animales. ¿Podrías dejar de hacerme mal? ¿podrías dejar de ser tan hermosa? ¿podrías cobrarme un poco menos, si mañana te vuelvo a buscar?"

Se puso de pie junto a la cama y lanzó el marcador al suelo, sintió como se le quebraba el corazón.- "Es el precio a pagar por un poco de sexo sin amor.."- pensó resignado. No se arrepentía, de hecho lo volvería a repetir una y otra vez, solamente que el adiós siempre duele.
"Me estás haciendo demasiado mal.."- Susurró y prendió un cigarrillo mientras observaba el trasero de aquella mujer.
Siguió fumando su cigarro mientras intentaba recordar todas las imágenes que anoche guardó mientras hacía el amor con esa mujer. Recordaba que ella lo besaba con pasión, recordaba que hicieron cosas que él nunca llegó a soñar, recordó todas esas frases excitantes que ella le susurró al oído, pero no pudo recordar su nombre, tal vez ese  nombre con el cuál ella se presentó nisiquiera haya sido su verdadero nombre. 
Le dió una última calada al cigarro y lo lanzó sin apagar sobre la almohada, cuando se aseguró que ésta había prendido le dió un beso en la boca y salió sin mirar atrás.

"¿Por qué no nos sentamos todos alrededor de la fogata y comemos de este cordero que se ha incinerado por nosotros y por nuestro jodido instinto sexual? ¿Por qué no tostamos nuestros corazones sobre la llama de la razón y devoramos la carne jugosa de amor pasional y especial? ¿Por qué no nos ahorcamos con las buenas intenciones del mundo y dejamos que respire por un momento sin nuestra culpa sobre sus espaldas? ¡¿Hasta cuándo, mierda, voy a tener que seguir esperando por el final?! ¿Cuándo,  joder, las estrellas se apagarán? ¿Cuándo será el día que dejaremos de soñar?..."- Pensó en silencio mientras salia del edificio. Y cuando se volteó levantó un poco la mirada, y vió el humo salir por la ventana de la habitación donde pasó la noche, sonrió.

domingo, 19 de abril de 2009

Un millón..


Y tú estabas lista para irte, para dejarme aquí de pie bajo la luz de un farol que no alumbra mi conciencia, si no que, solamente mi humillación.
Me dijiste un par de palabras en un idioma que no pude entender y me abrazaste con los ojos llenos de lágrimas, vi las estrellas reflejadas en tu mirar. Te observé caótica y cambiante, impredecible y perfecta. Me quise apoyar en tu corazón, pero en lugar de eso dejé el mío en tus manos. 
Me senté y te sentí cercana, era como si te hubiese conocido de siempre. ¿Te has dado cuenta que esta lluvia le da un toque especial a nuestra respiración? 
Cada segundo que pasa nos estamos matando un poco más, siempre un poco más. Nos rompíamos un poco más, nos perdíamos un poco más, pero nada nos importaba. Esa noche eramos solamente dos.

Te acercaste y te sentaste sobre mis piernas, te hubiese querido llenar la cabeza de muchos cuentos en donde todo tiene un final feliz, pero me quedé bien las gotas caer sobre tu ropa. 
El cielo se acabó, la conciencia estaba a oscuras, este farol no nos alumbraba lo suficiente como para separarnos. Nada era suficientemente crudo, nada nos dolía en ese momento, éramos solamente dos.

Alineación cósmica, catarsis mental, shock hormonal y una mirada que sin querer cruzamos.
¿Acaso pueden vernos desde Saturno?
Nadie nunca me dijo que ésto sería así, nadie nunca me dijo que se podía ser tan feliz. De todas formas te tenías que ir, sentía que no querías, pero tenías que irte, así debía ser.
Me besaste la cien un par de veces, cerraste tus ojos y sonreiste levemente mientras un pensamiento cruzó la calle de tu imaginación. 

Te levantaste, me diste la mano, me besaste la mejilla y me enviaste en un bus directo a la soledad. ¿Por qué el adiós siempre duele?
Las balas del recuerdo me perforaron los ojos, te comencé a extrañar antes de que llegaras a mi lado. 

Pasaron los años, años solares, años de silencio. ¿Algún día dejaría de pensar en tí?, si ese día existiera, no quisiera que llegara nunca. 

Pero el tiempo nos volvió a unir sentados sobre una banca de madera sobre un suelo de tierra y restos de cigarros sin fumar. No hacía frío, sin embargo no dejábamos de temblar. Dime que te amas y me quedaré a tu lado por siempre. Dime lo que sueñas y te juro que será eso lo que yo también soñaré. Cuéntame tus miedos, y yo temeré también. Así no estarás sola, estaré siempre junto a tí.

Un silencio y un beso temeroso de la reacción, respuestas inmaduras, ganas de escapar y un sentimiento que no nos separó. ¿Recuerdas aquellas manos temblorosas recorriendo tus cabellos?, mi corteza cerebral estaba a punto de estallar, el respiración se me agitó y se apagó el sol.

Y nos quedamos solos, tirados sobre una cama, abrazados y desnudos. El tiempo siguió avanzando y nosotros continuamos abrazados, no podíamos evitar no besarnos, no mirarnos, no amarnos. ¿Recuerdas todas las cosas que hemos tenido que pasar?
Todo lo que quiero es quedarme tirado sobre la cama de la tranquilidad, apoyar mi cabeza en la almohada del silencio y contemplarte dormir. ¿Podría pedir algo más?
Todo lo que necesito eres tú.

Un millón de sensaciones que caen sobre tu cara, un millón de pensamientos que te dibujan de distintas maneras, una millón de besos que buscan desesperados tus labios, un millón de abrazos que te quieres sostener, un millón de ideas que te involucran solamente a tí, un millón de razones para quedarme contigo, un millón de situaciones que nunca vamos a poder olvidar, un millón de sueños que nacieron para hacerse realidad, un millón de expresiones que tienen tus ojos, un millón de años luz me hacer viajar con una caricia, un millón de latidos que deletrean tu nombre, un millón de miedos que temen a que tu lado de la cama amanesca helado, un millón de estrellas para regalarte, un millón de segundos por delante, un millón y otro más, y otro más, y otro más...

miércoles, 15 de abril de 2009

It's time to die!


Me puse de pie y lo enfrenté, como Teseo lo hizo alguna vez contra un minotauro. Me levanté con una extraña sensación en mi interior. ¿Estará escuchándome realmente?, da igual, tenía un par de cosas en la garganta y no las podía retener:

-¿Estás absolutamente conciente de que vas a morir, verdad?
-Sí, es obvio que lo estoy.
-De acuerdo, y si sabes eso, sabes también que has nacido para morir. ¿Verdad?
-Y para muchas otras más, pero, sí. Sé que vine al mundo para morir.
-Las otras cosas dependen de tí, la muerte no.
-Pero, si voy por la vida arriegándome y haciendo malas jugadas, es claro también que la muerte me encontrará más fácilmente.
-¿Supones que la gente cuidadosa no muere?, porfavor, no subestimes a la muerte. Sabes que vas a morir y naciste para morir, sí o sí. ¿Por qué no lo aceptas, si lo sabes?
-Lo acepto, puesto que te lo acabo de afirmar.
-Falso, me dijiste que sabes que vas a morir, no que lo aceptas.
-Está bien, si es lo que quieres oir. Acepto que voy a morir.
-¿Aún así crees en dios y en la vida eterna?
-Claro, ¿por qué no?
-Porque vas a morir, luego de haber vivido toda una vida llena de momentos gratos y desagradables, de felicidades y tristezas, ¿para qué otra?
-Porque, luego de la muerte debe venir algo más.
-Claro, olvidaba que a la mayoría de las personas la muerte no les basta, siempre quieren algo más. ¿Y sabes por qué? Porque tienen miedo, y no aceptan que van a morir. Acéptalo, y vive con eso. 
-¿De qué me sirve aceptarlo y vivir con eso?
-Porque así podrás disfrutar mucho más la vida que tienes ahora, en vez de esperanzarte con una promesa que no tienes idea si ocurrirá o no, y dejar que la vida que tienes ahora te viva a tí.
-¿O sea que por el hecho de creer en otra vida, no vivo la que tengo ahora?
-Lo haces, pero no plenamente. Toda una moral, una fe, un símbolo, una cosmovisión, una mentalidad, dispuesta a hacerte creer que hay algo mejor que ésto.
-Lamento comunicarte que ésto, no es tan agradable como piensas.
-Sé, y acepto, que esta vida es un asco, el mundo entero es un asco. Eso no es novedad. Pero, ¿no es más cobarde esconderse detrás de una imagen de una divinidad, que afrontar la verdad?
-Ah! habló el hombre valiente.
-Sé, y acepto, que soy cobarde en muchos aspectos, pero en éste, precisamente en éste que es capaz de hacerte perder muchos domingos por la mañana, no. Morirás, luego no vendrá nada, fin de tu vida, se acabó tu función. Disfruta lo que te queda de vida en vez de gastarla arrodillado frente a una cruz. Tienes a dios para llenar una necesidad, y hay un grupo de gente que tiene a dios para tenerte a tí arrodillado frente a una cruz. Te dicen que la identidad es importante y que para dios cada uno de sus hijos es único y especial, pero de todas formas hacen que te levantes y te sientes sistemáticamente junto con un numeroso grupo de personas. ¡Eso sí que es tener identidad!
-Te pido respeto, déjate de ironías y dí lo que tengas que decir sin burlarte del resto.
-¿Pides respeto cuando nisiquiera tú te respetas?, cosa graciosa y particular. En fin, lo que digo es que necesitas un dios para no sentirte tan mal, porque no puedes con toda la desgracia del mundo ni con todas las injusticias que hay en la sociedad, por lo tanto necesitas de esa figura para poder seguir adelante, para justificar cada tropezón que das en la vida. Y es triste, ¿sabes? Porque dejas de hacer las cosas por tí, para hacerlas por otro. Ya no te levantas para seguir adelante, te levantas porque dios te ha puesto una prueba y tú, su hijo predilecto, no quiere defraudarlo. Y dices que te ha dado la vida, que su palabra existe dentro de un libro que escribieron los hombres y que ahora eres lo que eres gracias a él. ¿Te has escuchado al decir eso?, tal parece que no. Y son siglos y siglos de sociedades enteras que se redimen ante su dios, millones y millones de ovejas dispuestas a dar la vida por algo que te han dicho que es real, y que has creído lo suficiente como para aceptar que es real. Porque les infundieron temor de muchas cosas, y con temor la gente se ciega y corre hacia la primera salida que le señalan sin siquiera pensar hacia donde van, porque los hacen miserables y iguales. 
Luego dirás que todo lo escrito es metáfora, porque sabes que se contradice, y como no dios no se puede contradecir, deben ser metáforas lo que allí está escrito. ¿Pero, sabes en realidad lo que son las metáforas? 
Mentiras, simples y vulgares mentiras, porque el único que sabe lo que quería decir es el escritor, por lo tanto, se arroja la metáfora como un "volador de luces" para que te pongas a interpretar e interpretar, y nunca encuentres esa jodida verdad que el cobarde escritor nunca quiso expresar, hermoso. ¿No? 
De hecho, fíjate a tu alrededor, ¿ves a dios allí? En lo que a mí respecta solamente veo concreto, madera y un poco de vegetación.  
Duele aceptar la verdad, no te pido que seas estoico y busques a esa divinidad en el dolor, aunque de eso ya sabes bastante, si no que solamente lo aceptes, te duela y sigas adelante, por tí, por tu vida y por lo que te queda por vivir.
-Estás realmente perdido.
-Pero, estoy feliz. Así, perdido y todo, sin ningún dios que me abraze cuando quiera llorar. Así de débil y humano, soy feliz. Porque sé lo que soy, y no quiero ser más que ésto. 
-Conformista.
-Realista.
-Como quieras...

Ambos sabíamos que ibamos a morir, uno quería encontrarse con ángeles y el otro solamente quería descansar.

"El hombre es lo suficientemente estúpido como para creerse sus propias mentiras..."


lunes, 13 de abril de 2009

Débil..


Iba caminando, clavando la mirada entre lo que fue y lo que será. ¿De qué me sirve llorar?
¿Para qué detenerme?, ¿para qué avanzar?
En los últimos segundos estoy pensando en utilizarme como siempre me quise imaginar, caminar sobre las nubes y apagar un cigarro en la mano del amor, vomitar mil verdades y escuchar música hasta que el corazón me deje de palpitar. 

El viento estaba quieto, ni un sonido en particular, el silencio transportaba toda la verdad necesaria para tirarte al suelo y dejarte con ganas de no volverte a levantar jamás, y no es por mediocridad, si no porque ya no te puedes levantar.
¿Para qué levantarse si ya no puedes respirar?

Débil, predecible y estúpido. ¿Alguna otra virtud que quieras nombrar?
Tengo ese jodido afán de pensar que soy especial, cuando en realidad soy solamente uno más. Creo que hoy mis sueños no quieren despertar. ¿Será que saldré de la cama mañana y comenzaré la vivir la realidad?

Quiero decir muchas cosas, cosas del amor, de las lágrimas, de los ojos y del dolor, pero sé que todos saben mucho de todas esas cosas. ¿Para qué hablar cuando es mejor callar?
Es cosa de ver mis huesos, patearlos y ver como se quiebran sin siquiera preguntar. 
¿Soy débil?, te daré otra prueba más. Me cuesta vivir sin respirar.
Sin respirar ese maldito aire lleno de comodidad, ¿por qué mierda es tan complicado vivir sin oir ninguna crítica que venga de allá atrás?
Que el cigarro, que tu humor, que las miradas, que el tono de voz y que la autoridad.
Déjense de joder y váyanse a gastar su tiempo en algo mejor que yo no voy a cambiar.
Que la religión, que la salvación, que la incoherencia y que dios me perdonará.
¿En serio crees que necesito su perdón?

Soy débil, me cuesta vivir sin soñar.
Me asusta el hecho de no verte más, sabes que te nunca te dejaré de buscar.
Me aterra la idea de morir sin haber vivido.
Me agrada la idea de vivir para morir.

Soy débil, no te puedo prometer una felicidad eterna, ni tampoco una vida más allá.
No soy más que lo que ves acá.
Una letra unida a otra, sólo eso, nada más.
Un sueño unido a otro, sólo eso, nada más.
Un recuerdo unido a otro, sólo eso, nada más.
Un silencio unido a otro, sólo eso, nada más.
Un segundo unido a otro, sólo eso, nada más.

Un pensamiento unido a otro, sólo eso, y un poco más.