sábado, 28 de febrero de 2009

Suerte..


Se miraban a los ojos y se mantenían serios, ambos muy iguales, ambos no tenían ganas de partir, pero siempre supieron que ese momento iba a llegar.
Nadie dijo que todo es para siempre, pero este momento dolía más de lo normal. Calaba hondo, tan hondo que estaba a punto de hacerlos llorar. Saltaban muchos recuerdos a sus mentes, tal vez demasiados para sus frías personalidades, no sabían como manejar la situación, no tenían claro qué palabras pronunciar y qué palabras callar.

Uno con barba y el otro con un millón de sueños en la mano.
Ésto no era un adiós, si no un hasta luego, pero ambos sabían que de aquí en adelante nada sería igual.
Nadie dijo que las cosas serían fáciles, pero tampoco dijeron que sería tan difícil aceptar la verdad.

Aquí se dan la mano dos miradas distintas, una llena de melancolía y dolor, la otra temerosa y frágil.
El silencio era demasiado cómodo, el viento movía los árboles suavemente, las olas del mar estaban calmas y el sol se escondió tras una nube porque no pudo más.

-Supongo que es ahora de despedirnos...- Dijo uno al otro, con la voz suave y temblorosa.

-Todo pasa por algo, sé que estarás bien...- Le respondió el otro, mientras le ponía una mano en el hombro y le sonreía como si tratara de calmarlo.

-Eso espero...- Lo miró a los ojos y se dió cuenta que tenía miedo, mucho miedo.

-Tienes claro lo que tienes que hacer, admiro la capacidad que tienes para hacer tus sueños realidad. Eres fuerte, sé que llegarás a ese camino que te dibujaste una noche, cuando no podías dormir... - Y le acarició la cara, mientras trataba de guardar cada detalle dentro de su corazón.

-No olvides nada, ni un sólo recuerdo. Sólo eso te pido...- Dijo el otro en tono de súplica.

-Claro que no olvidaré nada, fueron grandes momentos...Gracias por todo..- Y al terminar la frase sintió como se le formaba un nudo en la garganta y se le llenaban los ojos de lágrimas.

-Gracias a tí, gracias por todo, en serio...Gracias por estar ahí cuando te necesité y por darme las palabras justas en el momento justo. No te olvidaré jamás. Te admiro...te admiro y siempre lo haré...- Y mientras se le escapan unas lágrimas en silencio, lo abrazó fuerte y lloró en su hombro. Lloró como un niño perdido, lloró de miedo y de felicidad, lloró y se dió cuenta que no podía para de llorar.

-Te quiero...Te quiero mucho...- Dijo el otro mientras le correspondía el abrazo con la misma fuerza y también se hechaba a llorar.

-Yo también te quiero, suerte y cuidate..- Y lo abrazó un poco más fuerte mientras respiraba su olor profundamente, como si quisiera recordarlo para siempre.

-Tú también cuidate, fuerzas y no te detengas nunca..- Le dió un beso en la mejilla y le secó las lágrimas de la cara, mientras sonreía con una extraña felicidad.

-Creo que a ambos nos molesta llorar...- Y rió un poco, intentando darle un tono más alegre al final de la conversación.

-No nos gusta, pero hay veces que no lo podemos evitar..- Y rió con él.

-Nos vemos, hasta pronto...- Se levantó y miró hacia el cielo.

-Sí, hasta pronto...- Se levantó y estrechó la mano del otro.

Se miraron durante un par de segundos, se sonrieron y ambos tomaron rumbos distintos, eran dos barcos a la deriva, eran dos extranjeros caminando por el país de nunca jamás.
Se contaron sus últimos secretos a través de lágrimas y se pidieron disculpas en pleno silencio.
Le respondieron las últimas preguntas al viento y quién sabe a qué lugar fue a dar cada uno.
Se fueron sin mirar atrás, cada uno por su lado, pero con lágrimas en los ojos. Mientras más se alejaban, sus sombras más se unían, se cruzaban para no separarse más.


martes, 24 de febrero de 2009

Soy, Eres, Somos...


Me puse frente al espejo, miré mi reflejo y me invadió una extraña sensación de felicidad. El silencio era pesado, tan pesado que el espejo se comenzó a trizar y los pulmones me empezaron a fallar, el aire era demasiado grueso a mi alrededor.
La vida se comenzó a debilitar y salió todo el sarcasmo que tenía guardado en mi interior, desfilaron a mi costado todas esas fantasías sexuales que involucraban amor, sudor y fidelidad. Me pongo a pensar en los finales felices y en una sonrisa que no tenga más propósito que hacer feliz a mi historia personal.
Descubro sal en mis recuerdos y me saluda mucha gente que nunca estuvo ni estará. 
Te susurré con melancolía:
-"Sólo te pediré que esta noches me des la razón, y así yo pueda irme a descansar en paz."
 
A pesar de todo todavía me tengo fe, porque pretendo desafiar mis miedos, enfrentarlos y tratar de salir vivo de aquel oscuro lugar.

¿Por qué será que cada minuto que pasa me veo más distinto en el espejo?
¿Por qué ya no soy yo el que se refleja allí?

No me voy a pedir perdón por todas las verdades que estoy apunto de confesar, por más daño que hagan, son cosas que no me puedo callar. 
¿Dónde vivo?, ¿Cuándo será el día en que me muera de una buena vez?
¿Cuándo dejará este cerebro de funcionar?
¿Acaso soy yo el que quiere dar su vida por un ideal?

Quiero salir a caminar, caminar y soñar con una voz que sea tan potente que me haga temblar. Quiero tocar el sol y enfriarlo con un beso lleno de pasión animal. 
¿Para qué mis manos si no puedo matar?
¿Para qué la muerte si viene algo más allá?
¿Para qué más allá si no tenemos nada más que acá?
Mira mi sangre fluir en libertad, dolor mezclado un vacío en mi interior.

!Quiero caminar, caminar por donde caminé hace un par de añor atrás!
!Quiero hechar el tiempo hacia atrás!
!Quiero revivir a un millón de personas y verte una vez más!
!Quiero verte y besarte, besarte y no dejarte ir jamás!
Oir tu voz, sentir tu piel, vibrar con tu latidos.
Quiero abrazarte y que te quedes acá adentro, acá junto a mí, y me acompañes en esta soledad.
Quiero que me hagas estallar de felicidad, quiero que seas esa experiencia que nunca se olvidará.

Soy mil cosas. 
Soy un sueño que sobrevivió al amanecer, soy la metáfora que nadie puede entender, soy ese que no se puede reflejar en el espejo, soy la sombra de mi sombra, soy un loco que se ríe de los demás, soy el que abraza a la muerte con ternura, soy ese que se enamora solamente una vez.
Soy un corazón que vive de ideales, soy irónico por naturaleza, soy el más básico animal.
Soy un afortunado, soy un terco sin vuelta atrás, soy un enfermo mental, soy un silencio en medio de un concierto de rock, soy un contratiempo en un grupo de blancas, soy el huracán que se forma dentro de un vaso, soy el planeta que no se puede identificar, soy el viento que hay en tu interior.
Soy de una forma y después de otra, soy algo inmaduro, soy un caprichoso, soy del tipo de hombre que no saca a bailar, soy temeroso de la gente, soy solamente uno más.
Soy un escritor aficionado, soy un miedo que no se puede superar, soy un caminante con un rumbo indefinido, por más que mi viaje trate de planear.
Soy el polvo que se acumula sobre un libro viejo, soy esa noche que no tiene estrellas, soy uno de esos que mueren por amor, soy un amante de la música, soy humano, soy mi propia luz.

¿Y tú?
Tú eres esa mirada que te deja perplejo, eres ese volcán que estalla sin avisar, eres ese grito que me hace callar, eres ese libro que no puedes dejar de leer, eres esa canción que te toca en lo más profundo.
Eres ese acorde de guitarra que suena perfecto, eres ese viento que avisa la llegada de esa tormenta que tanto me gusta mirar, eres esa piel que me hace enloquecer, eres ese caudal que se lleva mis sueños y me da la fuerza para hacerlos realidad, eres esa pintura que te deja atónito por horas, eres ese silencio en medio de un concierto de rock, eres un contratiempo en medio de un grupo de blancas, eres el huracán que se forma dentro de un vaso, eres la lágrima que nunca toca el suelo.
Eres un sueño que sobrevivó al amanecer, eres ese sueño que se hizo realidad, eres eso que yo cuido con mi vida, eres eso que me hace sentir vivo, eres terca sin vuelta atrás, eres de esas personas que no se pueden ignorar.
Eres el libro sobre el cual se acumula el polvo, la luna que ilumina todo en la noche que no hay estrellas, eres el motivo por el cual puedo morir de amor, eres la música que tanto amo, eres humana, eres mi luz.

Y te miré a los ojos, y te dije casi a punto de llorar: 

-Porfavor, no te vayas jamás. Quédate aquí, quédate y no me quites esta tranquilidad que me das solamente con una mirada.

Y tú me tomaste la mano, y susurraste:

-Ser feliz con las cosas simples.- Y me abrazaste mientras llorabas en silencio.

Yo te miré y te abrazé un poco más fuerte, te acaricié la cabeza y levanté los ojos hacia el cielo. Sonreí y te pregunté suavemente al oído:

-¿Cómo fue que llegamos hasta acá?

Tú me miraste a los ojos y se te dibujó una sonrisa en la cara, mientras te secabas las lágrimas dijiste entre risas:

-No lo sé.- Y tus ojos brillaron con un brillo especial por un par de segundos, como queriendo decirme que la respuesta a esa pregunta estaba es tus ojos. Y yo encontré la respuesta a esa pregunta en tus ojos, la encontré y fui feliz.

Me acariciaste la mejilla lentamente y comenzaste a decir con una voz suave, pero firme:

-Gracias por...

Antes de que siguieras hablando, te puse un dedo en la boca y te dije:

-No tienes qué agradecer, estamos a mano, siempre lo hemos estado.- Y te besé lentamente, te besé y te abrazé fuerte. Sentí la seda blanca de tus ropas entre mis manos y cerré mis ojos. 
Nos besamos durante mucho tiempo, no recuerdo cuánto tiempo fue, pero luego sonreíste y me arreglaste la chaqueta, me corriste un par de cabellos que tenía sobre la cara y me miraste con esa sensualidad que tanto te caracteriza:

-Te ves hermoso hoy.- Y te sonrojaste como una joven adolescente confesando su amor ante sus amigas.

-Gracias, tú también te ves muy bien. Ese vestido te hace ver maravillosa.- Dije, algo embobado.

Me tomaste la mano en silencio y comenzamos a bajar las escaleras lentamente, no queríamos que el tiempo pasara, queríamos detener todo en ese instante. Ibas con el paso firme, sin miedo alguno, estabas segura de lo que hacías, no había ni un poco de duda en tu mirada.
Yo por mi parte estaba alucinando, viviendo un sueño, tratando de convencerme de que esto que sucede es verdad, lleno de una intensa felicidad, era un momento especial.

Parecías una estrella fugaz, con una larga cola blanca, cayendo con fuerza y decisión, iluminando todo a su alrededor, invitándome a pedir un deseo. Ese blanco te hacía ver bellísima.
Tomamos un auto que nos llevó a nuestra casa, allí estaban nuestras maletas tras la puerta, listas para partir.

-Déjame pasar al baño antes de que nos vayamos, no quiero que me den unas enormes ganas en medio del viaje.

Tú sonreiste y me dijiste con un acento algo maternal:

-Mírate, si tienes dos años, dos años. Eres un bebé.

-¿Aún así me quieres?, bebé y todo.- Traté de preguntar en mi defensa, tal vez con un poco de ironía.

-Obvio, y mucho. Me encantas así tal como eres.- Y se sentó en el sofá mientras me lanzó un beso al aire.

Yo caminé hasta el baño y al entrar, el silencio me hizo reflexionar por un par de segundos. Me puse frente al espejo, miré mi reflejo y me invadió una extraña sensación de felicidad. El silencio era pesado, tan pesado que el espejo se comenzó a trizar y los pulmones me empezaron a fallar, el aire era demasiado grueso a mi alrededor.
Mientras miraba mi reflejo sin pestañear susurré mientras sonreía:

-Te amo, pilsen...





lunes, 16 de febrero de 2009

Razones..


Me senté sobre todas esas cosas que nunca pude ver y miré el atardecer en soledad. No quería que pasaran las horas, quería que todo se quedara por siempre igual, que nada cambiara, que nadie más se fuera y que nadie más llegará, este momento representaba todo lo que quería para mi vida, un silencio figurado y una ironía que nunca acabará.
No quería escuchar consejos, tampoco tenía ganas de pelear, solamente buscaba reflexionar.
¿Para qué reflexionar cuando el mundo entero se está moviendo?, de un momento a otro recordé esa frase que terminó por sepultar un ideal: "El mundo no se va a detener por tí"
Daba igual, yo quiero reflexionar.
Razones no tengo muchas, de hecho no tengo nada para ponerme, tampoco cama donde dormir, estamos locos, todos completamente locos.
Y reflexioné, reflexioné sobre distintas cosas, sobre el sabor a tabaco que tenían sus labios y sobre el color del cielo cuando cierro mis ojos.
Reflexioné sobre la textura que tiene su piel, sobre el color de sus ojos cuando llora y sobre un deja vú que nunca fué.

Voy a dejar las velas encendidas dentro de mi habitación, conversaré con mi sombra y trataré de demostrarle que ella es mi sombra y yo soy yo, pero ella insistirá con que ella es ella y yo soy su sombra. Al final le daré la razón, no tengo ganas de pelear.
Dentro de mi cabeza todo vale, no hay límites para la razón, no existe el bien ni el mal, no hay nada, nada que pueda detener el mundo, nada que no sea algo parecido a eso que el otro día soñé.
¿Lo soñé, o lo reflexioné?

¿Y qué puedo dar? ¿Qué puedo ofrecerle a este atardecer para que se quede quieto y no se esconda más? ¿Qué tengo para regalar cuando llegue el momento de intercambiar regalos?
¿Cuál es esa maldita manía que tengo de ser estúpido? A fin de cuentas, el mundo seguirá dando vueltas y yo seguiré aquí sentado, recordando algo que no me haga llorar, pero me haga sentir especial.
Es un atardecer para sentirme especial, ¿qué importa si no lo soy?
Voy a sentirme especial, voy a pensar que soy eso que siempre soñaste, voy a creer que soy yo el que provoca esa sonrisa en tus labios.
Y beberé, beberé hasta que me vea sentado sobre todos esos momentos que nunca viví, hasta que me vea tratando de detener el mundo, hasta que me sienta realmente especial.

Es un atardecer para sentirme especial, porque tú ya eres especial.
Estamos todos locos, completamente locos.
Solamente abrázame antes que termine este amanecer y dime que nunca te irás, que soy todo lo que soñaste y que esa sonrisa que tienes en los labios me la vas a regalar.
Y cuando llegue el momento de intercambiar regalos, te daré el mundo detenido, te daré todo lo que te puedo dar, te un beso con sabor a mokaccino, te daré un frase de paracelso, te regalaré un lluvia y un paradero para recordar, te daré todos esos momentos que nunca olvidé, te daré un nirvana, te regalaré un orgasmo, te daré un millón de cosas más, pero porfavor no te vayas jamás.

Te daré esta reflexión.
Te daré esta reflexión, porque no tengo nada más..
Lo siento, pero no tengo nada más...
Es una reflexión, para que te quedes por siempre aquí, mirando este atardecer.


domingo, 8 de febrero de 2009

Humano...


Tomé mi mochila, me puse mi gorra de la suerte y salí de la casa sin decir adiós. 
Trataba de hacer las cosas más livianas cuando la vida se quería endurecer, no iba a parar, no había por qué mirar hacia atrás, ni por qué hecharse a llorar.
Me dibujé una sonrisa honesta y me puse a caminar, tenía mil lugares para conocer, un millón de personas de las cuales aprender algo, nada me va a parar.
Mi vida es mía, y yo mismo la moldearé como se me dé la gana. 

Estaba amaneciendo y yo caminaba por las calles de la ciudad, miraba los rostros estresados de la gente que pasaba a mis costados, los miraba y no podía evitar reír. Complicándose la vida por cosas que nisiquiera te hacen feliz, disfrutando una segura comodidad, sin vivir la vida que tienen por vivir.
¿Viven ellos la vida, o la vida los vive a ellos? 
¿Qué pasará con todos esos sueños que olvidaron al despertar? 
¿Qué pasará con esos sueños que la rutina asesinó sin piedad?
Cómo duele verlos malgastar su vida persiguiendo un status social.

Anochecía ya, cuando llegué a la playa, me senté en la arena y me puse a escuchar música sin parar. Eran segundos inolvidables, solo, sin ocupaciones ni preocupaciones, la vida realmente se arrodillaba ante mis pies, y yo estaba allí, sonriéndole a la luna.
Un grupo de chicos y chicas se sentaron unos metros más allá, estaban completamente ebrios, abrazándose sin saber por qué y besándose unos con otros, creyendo que vivían su vida al máximo, pretendiendo que la etapa juvenil se aprovecha entre drogas y alcohol.
Moví la cabeza de lado a lado mientras reía y me fuí de aquel lugar.

Tomé un bus hacia cualquier lugar, iría donde el viento me quisiera llevar. 
Respiré sobre el vidrio y retraté una mirada que nunca olvidaré, estaba realmente feliz.
Soñé mil cosas sobre ese bus, daba lo mismo la hora, no llevaba reloj. El futuro era todo mío, y ya lo había planeado a la perfección.
Me bajé del bus en la última estación y pasé a la casa de una vieja amiga, le hablé por unos momentos y susurré mis planes para mañana y pasado mañana. Ella me miró y se sonrojó, se levantó, tomó su mochila y me dió la mano. Salimos de su casa sin mirar hacia atrás.
Gasté gran parte del dinero que traía en un par de pasajes a una isla en medio de la nada, allí salía a pescar cuando amanecía y al caer la noche hacía unas enormes fogatas. 
Vivíamos allí, solos nosotros dos, teníamos todo el mundo para nosotros, el planeta entero se silenció cuando nos besamos y nos amamos bajo la luna llena.
Jugábamos en el mar, corríamos por la playa y hacíamos excursiones hacia el interior de la isla.
Tomábamos cosas de la tierra para vivir y le devolvíamos las vibraciones de un par de corazones que están en libertad.
Me sentía humano, pequeño y poderoso, dueño de mi vida, haciendo mis sueños realidad.
Nada me podía parar, nada me iba a detener jamás.
No existían fronteras en el planeta, la raza humana era más importante que una diferencia de color en la piel.
¿Para qué pelear cuando podemos unirnos y progresar?
¿Para qué el dinero cuando la libertad está a la vuelva de la esquina?
Fíjate, ahora se ve todo claro, lejos de las depresiones y presiones de la ciudad. 
¿De qué te sirve esa seguridad que te dá ese sofá y esa televisión?
Toma tu gorra de la suerte y sale a vivir tu vida, que nunca sabes cuando se puede terminar.
Porque cuando hayas consumado realmente tu vida, la muerte ya no se verá tan aterradora como a veces la puedes ver.

Consume tu vida, antes que ella te consuma a tí.