domingo, 30 de noviembre de 2008

Feliz..


Un paso, veo a mi alrededor. Un paso más, escucho lo que susurran las calles.  Otro paso más, siento el aire a mi alrededor. Un último paso, ya no sé que pensar.
De pie en medio de una calle de tierra, rodeado de vida que no quiere vivir. Busco dentro de mi cabeza algún recurso que pueda utilizar, alguna habitación donde me pueda esconder y donde nadie me vaya a buscar. (¿Alguien. alguna vez, ha ido a buscar, realmente, a alguien más?)
Y aguardo de pie en esta calle de tierra, con las manos en los bolsillos y sin ganas de hablar. No hay nada de que hablar.
A mi lado, una banca común y corriente, pintada con sueños que ahora se descascaran a pedazos, hecha de una madera dispuesta a convertirse en una madera especial.
Decido sentarme, estoy algo cansado, me duelen un poco los pies. 
¿Cansado de qué?, no lo sé. (Tal vez de vivir)
Pero dentro de toda esta atmósfera de moralidad e imágenes públicas, una frase me sigue dando vueltas dentro de la cabeza. 
"Ser feliz con las cosas simples.."
Pienso.
Ser feliz...Ser feliz...
!Qué sencillo es ser feliz! !Qué simple es ser feliz!
Solamente una mirada, y ya estoy sonriendo sin darme cuenta.
Sí, ser feliz con las cosas simples.

Sigo sentado en la misma banca, con los mismos ojos y vestido igual que ayer. No creo que importe mucho el color de mis zapatillas o la fuerza con que el viento me movía el pelo. No creo que importe mucho la cantidad de personas que pasaron frente a mí en una hora o cuantas veces me atacaron unas extrañas ganas de llorar. No creo que yo importe mucho, en realidad.
Aquí, en esta banca, lo único que importa son los sueños, los temblores inexplicables y el nerviosismo que siente alguien que no sabe hacia donde va, pero que siente que siempre ha querido ir hacia donde ahora se dirige.
Temores, sonrisas, caricias, miradas, palabras y silencios. Todo grabado con dedicación en esta madera.
Abro mi negocio, sin nada para vender. Nada en las vitrinas, nada en el mostrador, sin dinero en caja y con los estantes sin limpiar.

Llevo años estelares mirándome las zapatillas, pensando con la luz apagada, meditando con la cabeza en la almohada, soñando sin parar.
Y de un momento a otro, notas musicales suenan en mi interior, (¿O exterior? Ya no lo tengo claro...De hecho, nunca lo he tenido claro.) suenan cada vez más fuerte, suenan guitarras, bajos y baterías. Suenan voces y estribillos. Suenan amplificadores y risas. Suena un hermoso amarillo.

Cuando la música sonaba demasiado fuerte, amenazando con provocarme una anhelada sordera, dos pies llegan caminando y se detienen junto a los míos.
Un suspiro inmaduro y una extraña sensación de tranquilidad.
Levanto la mirada, y una sonrisa se me escapa sin querer.
Tengo frente a mis ojos todo lo que alguna vez soñé, todo lo que anhelé, todo lo que añoré.
Me pierdo en ese cuerpo, muero en esa piel. 
Me quemo en sus labios, lloro en su pelo.
Me conecto en su lengua, despierto un poco más abajo de su vientre.
Me quedo colgado a sus ojos, me aferro desesperadamente a todas esas gotas de lluvia que dentro de su iris, a todos esos cafés que se esconden tras la retina, a todas esas risas que compartimos sin que el mundo nos pudiera parar.
Abrazo con fuerza todas esas particularidades que sólo nuestros oídos pueden descifrar, todas esas miradas que no voy a olvidar, todos esos besos que te llevan a un estado especial.
Las abrazo y les susurro que no se vayan jamás, que porfavor se queden conmigo una noche más, sólo pido una noche más llena de recuerdos y felicidad. Nada más me importa, ni su pasado, ni el mío, ni el qué vendrá. No tengo más que este silencio, no tengo nada más que esta acompañada soledad.
Sí, cada vez estoy más y más seguro, ésto no es normal, ésto es especial, tal vez demasiado. ¿Pero qué importa?, todo se trata de la felicidad.

No puedo definir si estoy sobre las nueves, en el centro de la Tierra o tirado en el suelo. ¿Pero, para qué definir?, todo se trata de un beso.

"¿Cómo explicar acá, en esta línea lo que siento cuando la beso?
¿Cómo retratar ese toque de belleza que le da sol?
¿Cómo dibujar su sonrisa en este maldito papel?
¿Cómo hacer para estar siempre a su lado y que la duda no interfiera en su pensar?
¡¿Cómo, mierda, decir que ella es hermosa de otra manera que no sea diciendo que ella es hermosa?!
¿Cómo, demonios, hago para que ella sea feliz hasta que su corazón deje de funcionar?
¿Cómo lo hago, si sé que en cualquier momento la rutina me puede borrar?
¿Cómo expresar en estas letras, lo que significa mirarla a los ojos?
¿Cómo plasmar acá todos esos segundos en los que me quedaba hipnotizado mirándole mientras ella dormía a mi lado?
¿Cómo agradecerle todo?
Todo...Absolutamente todo.
Es inexplicable...Es perfecto y humano.
Su olor, su color, su voz.
Ser feliz con las cosas simples.
¿!Qué más simple que un cabello!?
!Nada me hace más feliz que un cabello de ella!
Es una utopía hecha realidad, es un sueño palpable, es el amor hecho carne."

Y ella se sienta junto a mí, me ofrece café y sonríe.
Yo la miro embobado, me disculpo, todavía no he querido madurar.
Miro de reojo mi negocio, sigue igual de sucio y vacío, me siento avergonzar.
Ella se acerca un poco, y espera mi reacción.
Yo me acerco un poco, y nuestros labios se rozan.
Ambos nos besamos, cerramos nuestros ojos y nos tomamos de la mano.
Soñamos juntos, respiramos al mismo tiempo, vivimos nuestra propia realidad.
Somos dueños de nuestro tiempo, nuestras vidas y nuestra felicidad.
Ni una sola moneda en la caja de mi negocio.
Solamente una foto suya pegada en lo más profundo de mi interioridad.







viernes, 28 de noviembre de 2008

Frases...


Podría llenar estas líneas con frases que hablen de la vida, que expliquen lo monótona que es para la sociedad el día a día y que el mundo está cada vez peor.
Pero...¿De qué serviría? ¿Por qué malgastar este momento tan especial? ¿Por qué usar la tinta en esas frases y no en otras que pueden tener más valor?
Estoy lleno de dudas, de cuestionamientos, de preguntas y de interrogantes. 
¿Respuestas?, ninguna está cercana a la verdad.

Todos saben que el mundo está mal y que la monotonía destruye nuestras vidas lentamente, !Y aún así siguen viviendo de la misma manera! 
Pero no tengo ganas de criticar al mundo esta vez, no esta vez, ésto es demasiado especial.

Quiero detenerme, mirar hacia atrás, llorar un poco y luego abrazarle. 
Quiero abrazarle y no soltarle nunca más, congelar el segundero por una eternidad y una vida más.
Quiero mirar hacia adelante, mientras escucho su respiración.
Quiero tomarle de la mano y avanzar. Pero sólo en ese momento, avanzar.

Destruye eso que consideras como mundo, como verdad, como realidad, como sociedad, como ideología, como religión, como dios, como maldad, como nación, como diferenciación, como bueno, como educado, como malo y como aberrante.
¡Destruye todo lo que crees que saber!
Evoluciona, siente como cada paso que vas dando, te mueve los huesos y hace temblar tu cuerpo.
Piensa, siente, vive, razona, crea, idea, sueña, ama, odia, festeja, llora, ríe, corre, camina, observa, escucha y recuerda con intensidad.
Que nada te detenga, que nada te apure, que nada cambie tu ideal.

¿Cómo puedo decir que es hermosa, si no es diciendo que es hermosa?
Porque donde yo digo hermosa, significa que eso involucra todo lo que el concepto conlleva, todo, absolutamente todo.

¿Cómo puedo afirmar con tanta seguridad que ella es perfecta?
Porque cuando yo digo perfección incluyo los defectos, las manías y las particularidades, porque ella es un todo, no solamente bondad, es divinamente humana y tiene todo el derecho, y el deber de errar, solamente tengo que estar allí para todo, absolutamente todo.


Perderme en una mirada, disfrutar cada beso, soñar con una caricia, anhelar su respiración.
¿Cómo plasmar todas esas sensaciones en estas letras?
¡¿Cómo, mierda, hacer para que ella viva para siempre en esta línea?!
¡¿De qué manera estos símbolos pueden protegerla del dolor?!
¿Cómo puedo decir que ella es hermosa, si no es diciendo que es hermosa?
¿Cómo escribir todos mis sueños aquí?
¿Cómo cambiar al mundo en un párrafo?
¿Como aniquilar la pobreza en un cuento?
¿Cómo traspasar lo que siento ahora a ésta letra?
¿De qué manera explicar que el corazón me salta desesperadamente y mi cabeza no deja de funcionar?
¿Cómo transformar un recuerdo en una narración?
¿Cómo dibujar esta sonrisa que tengo pintada en la cara y que no puedo borrar?
¿Cómo relatar todas las palabras que ella no me ha dicho, pero que yo he escuchado claramente?
¿Cómo expresar todo lo que siento por ella en un solo sentimiento, en una sola palabra?
¿Cómo explicar que ésto no es normal, que ésto es demasiado especial?
¿Por qué hacerlo?...
Por que vivo con la maldita esperanza de que realmente alguien entienda todo ésto, y sienta que no está tan sólo en todo este perdido mundo.
O simplemente porque es lo único que realmente puedo hacer bien...
Soñar...

¡Qué más puedo escribir aquí que no sea una invitación a que te descubras y que seas tu mismo!
No importa cuánto problema te traiga, cuánta gente te dé la espalda, cuántas críticas te lleves por tu actitud "anormal".
Nada se compara con la felicidad que se siente al ser uno mismo.
Ser uno mismo como individuo, ser uno mismo junto a esa persona especial, unirse de tal manera que ya no son dos, si no sólo uno, formado por dos partes completamente distintas y únicas.

Perfecto equilibrio, la vida en su máxima expresión.

¿Cuánta gente se siente orgullosa de su patria?, y ¿Cuánta gente se siente orgullosa de su especie?
Se busca el bienestar de una comunidad y no de la humanidad.
Vaya triste realidad...

¿Y debo llorar?, ¿Tirarme al suelo y pedirle a un dios que nos salve de toda esta maldad?
¿Debo ponerme de pie y pensar en alguna solución?, ¿Darme cuenta que el poder de mi vida es mío y de nadie más?

Disfruta una mirada en silencio, una caricia suave, un abrazo apretado y un beso apasionado.
Siéntelo como si no fuesen a haber más, como si luego de ese beso el mundo de desvaneciera y ya no quedara nada.
Admira la belleza de una lágrima, de un cuerpo, de una palabra, de un silencio y unos ojos.
!Qué fácil es ser feliz!
!Felicidad al ver un sueño hecho realidad!
!Felicidad al lograr una meta!
!Felicidad al temblar antes de besarla!
!Felicidad en las cosas simples!
!Felicidad en la vida!
!Felicidad en mi vida!

¿Para qué desear más que lo que tengo?, ¿Por qué no disfrutar al máximo lo que tenemos?, ¿Por qué gastarnos toda la vida mirando hacia atrás?

Un enigma policial, una ecuación irracional, un regla rota, una lágrima seca, una flor marchita, una mirada en la oscuridad, un grito en la vacío, una nota musical desafinada, un sol especial.

No puedo hacer nada más que no sea vivir, soñar y recordar.
Anhelar, desear, añorar.
Disfrutar, sentir, amar.
Llorar, pasear, callar.

Mi ave no sabe cantar..
Mi ave no sabe cantar..






sábado, 22 de noviembre de 2008

Nostalgia...


No sé bien si realmente tenía ganas de morir, ahora que lo pienso bien, me parece que no. Pero ya ves que no hay nada que pueda hacer, se ha apagado todo a mi alrededor, no me queda más que descansar, sólo tengo que dormirme para no volver a despertar.

Ya no vale la pena llorar, tengo un último deseo y es el de verte sonreir. No sé si te dije lo que querías oir o hice eso que tú soñaste alguna vez, lo intenté, siempre buscando tu sonrisa y tu felicidad, de verdad lo intenté.

Ahora voy caminando lento con las manos en los bolsillos, el cielo está estrellado y tengo unas enormes ganas de perderme. Sumido en mis pensamientos, en nuestros recuerdos, en un día de julio. La música me hace volver a nacer, es una inyección de sensaciones directa a la vena de mi razón.
Tengo ganas de llorar, pero no lo haré.
Tengo ganas de parar, pero el semáforo está en verde.
Tengo ganas de verte, pero cada vez queda menos para tomar el bus que me lleve a tu hogar.

Llevo en mi mochila, sueños para hacer malabares, unas reflexiones de media noche y un futuro que alguna vez desee para nosotros dos.
Cada cinco minutos, saco el celular de mi bolsillo y lo miro lleno de ansiedad, la foto en él me hace sonreir.
Ahora que soy un mero espectador de la escena, me grité con todas mis fuerzas que me detuviera, pues un bus no me había visto a mí, ni a su luz roja, y aceleraba contra mi cuerpo.
Como era de esperar, nunca reaccioné, solamente sentí el golpe y el ruido de mi música desaparecer lentamente.
Lo más probable es que encuentres una zapatilla mía en la playa, en esa playa a donde irás a pensar luego de que te llamen por teléfono y te cuenten quién es la persona que recientemente falleció. Esa zapatilla la puse ahí, para que la arrojes al mar o la guardes según tu parecer.

Confieso que esos instantes de agonía que vienen después del impacto con el bus y antes de tocar el suelo nuevamente, son hermosos. El viento pasa rápido por tu cara y sientes tu pelo moverse en libertad, a fin de cuentas, no todo puede ser tan malo.
Muchos sueños, muchos recuerdos, muchas promesas que no cumpliré.
Todas pasan por mi cabeza, rápidamente como si quisieran aprovechar estos segundos al máximo, como si el cemento los fuese a enmudecer.
Tu sonrisa, tu mirada, tu caminar, tu manera de actuar, tus pensamientos, tus lágrimas, tu seriedad, tu madurez, tu espiritualidad, tu mentalidad, tu felicidad, tu risa, tu pelo, tus manos, tus pies, tu piel, tu voz, tus colores, tus besos, tus abrazos, tus palabras de amor y todas esas veces que me dijiste "no te vayas jamás".

Ahora ya nada puedo hacer, sólo vivo dentro de tu memoria, dentro de tu corazón. Sé que las cosas cambiarán, y otras cuántas seguirán iguales. Allí dentro de tu mar de recuerdos te haré reir nuevamente con mis chistes sin sentido, con mis palabras bobas y mis gestos ridículos.
Allí seguiré siendo el mismo inmaduro de siempre, ese chico que hacía lo que fuera por verte sonreír, que le dolía fallarte, que amaba extrañarte. Ese chico seguirá caminando allí en tu interior, igual de despeinado, igual de desarreglado.
Pero mi cuerpo ya no estará, no más abrazos, no más besos, no más nuestras voces riendo juntas.

Eras mi único motivo para no morir, pero el tiempo es cruel y me ha dejado atrás sin pensarlo dos veces.
Si hay algo que te pido en este sueño, es que sigas corriendo junto al tiempo, por tí y por mí. No permitas que te deje atrás, no sin antes haber hecho todos tus sueños realidad.
Y antes de que despiertes, quiero que sepas que te sigo amando y que jamás voy a salir de tu interior, allí me esconderé por si alguna vez me quisieras olvidar, pero sobreviviré de todas formas.
También quiero que sepas que, apenas tú despiertes yo me hecharé a dormir para siempre, no te volveré a molestar más en sueños, me iré para no volver, pero antes de partir te dejaré una parte mía dentro de tu corazón.
Debo confesarte que ahora, cuando me vaya a descansar, llevaré conmigo a la cama una foto tuya y una ecuación de amor.
Una foto tuya y una ecuación de amor, una hermosa ecuación de amor.

Adiós, amor.
Que despiertes bien, millones de besos.
Suerte y hasta nunca...

martes, 18 de noviembre de 2008

Poder..


Yo te diré qué debes hacer y cómo debes hacerlo, porque yo soy sabio y capaz de muchas cosas.
No me cuestiones jamás, no dudes de mi palabra, ella sólo quiere tu bienestar. Siéntate y obedece, trabaja, produce, crea, paga, trabaja, gasta, compra, debe, trabaja, duerme, despierta, camina, trabaja, produce, produce y produce más!
No me desafíes jamás! ¿Acaso no sabes maldito animal que tengo tu vida en mis manos?, ¿acaso no conoces mi poder lo suficiente?
Yo puedo liderar una nación con un micrófono, puedo encontrar la cura a cualquier enfermedad, puedo iniciar una guerra y detenerla cuando lo desee, puedo matar a toda la humanidad, puedo dejarte en la ruina, puedo hacerte sufrir más y más!
!Eres mi maldito esclavo, eres una pieza más en mi jodida colección mundial!
Y te sigo dominando sin que te des cuenta, a través de esa mierda que tú tanto deseas, mediante esos papeles con números que tú tanto adoras!
No tienes más Dios que yo, observa detenidamente como me hago más y más poderoso!
Eres mi siervo, mi hacienda, mi riqueza...Eres mi recurso humano.

Soy el que crea el arma nuclear y el mismo que la lanza contra su propia cuidad.
Soy el que le pide algo a Dios y él aparece corriendo con mi pedido en sus manos.
Soy el que maneja el clima y decide todo lo que es normal en la sociedad.
Soy todo lo que temías, soy el demiurgo hecho realidad!
Soy el poder hecho persona!
Soy tu Dios! Soy tu divinidad!
Soy tu credo!
Soy el que le pone precio a tu vida!
Soy el que te elimina sin pensarlo más allá!
Soy el que define lo que es bueno o malo para tí!
Soy el que te miente a través de los medios!
Soy el César de la antiguedad!
Soy el nuevo Jesucristo que no necesita resucitar para ser inmortal!
Soy todo lo que conoces! Y soy todo lo que conocerás!

Jamás me desafies, organizarte no sirve de nada, yo tengo el control policial.
Yo, yo, yo y yo!
¿De verdad pensaste que podías escalar en la sociedad y así tener un mejor pasar?
¿De verdad pensaste que podías ser alguien en la vida?
¿De verdad pensaste que te dejaría tener un poco de poder?
No!
Yo conduzco la religión, yo manejo las palabras que te dice tu pastor.
Yo manejo la economía, yo me entretengo con las crisis y te veo rogar por un poco más de dinero.
Yo te digo lo que necesitas saber mediante la prensa, la televisión y la internet, jamás conocerás la verdad.
Jamás voy a querer que descubras tu potencial, pretendo distraerte con muchas cosas entretenidas y llenas de colores.
Te dominaré y no te dejaré pensar.
No te quiero con identidad, quiero una masa fácil de manejar.

Eres una pieza más, sólo puedes soñar.
Porque te he enseñado que no debes nadar contra la corriente, y si uno lo intenta, tengo a toda una sociedad dispuesta a ahogarte sin siquiera darse cuenta de lo que hacen.
Porque tal vez te cuestiones cosas, e intentes ser distinto, pero finalmente volverás a mí.
No puedes evitarlo, no puedes contra mi poderío, no puedes contra mi perfección ni mi omnipotencia.
Serás un soñador, un idealista y un revolucionario, pero lo serás solo dentro de tu cabeza, no podrás contra todo mi poderío. Puedes intentarlo, pero sabes de antemano que morirás en el intento, toda una vida no te alcanza para derribar mi imperio de consumo.
Hablas con el autor de la biblia, el manual de carreño y los textos de Marx.
Hablas con la conciencia de Martín Lutero y con el autor de todos los atentados terroristas.
¿Pero sabes qué es lo peor?
Qué el culpable soy yo..
Pero mi mejor coartada, eres tú.

Jajaja!

miércoles, 12 de noviembre de 2008

Viejo loco...


Miré por última vez la gente que estaba a mi alrededor. Las miré como quien mira un cadáver en pleno estado de putrefacción. No las sentía cerca, no las sentía humanas, no las sentía. Ahora tenía ganas de caminar, no tenía ganas de nada más.
Cruzé lentamente la calle, no me importaba si pasaba un automóvil por encima mío y se acabara aquí este relato. No, aquello no me preocupaba.
Yo solamente quería llegar al café de enfrente y mirar desde afuera a la gente que se servía aquella tasa humeante mientras sonreían y comentaban su vida con algún otro humano.
Los miraba con atención, como si tratara de buscar alguna luz de esperanza entre tantas miradas y tanto vapor.
Me senté en la banca que estaba frente a la puerta del café, allí le dedicaba un momento de atención a cada ser andante que saliera desde aquella cueva de cafeína.
Yo estaba mal vestido, con unos pantalones algo rotos y las zapatillas sucias. El abrigo me pesaba cada vez más y mi pelo demostraba que yo no le daba ni un segundo de atención.
La mirada cansada y la piel arrugada, todos eran capaces de darse cuenta que yo ya había vivido lo suficiente.

Me senté allí y comenzé a caminar hacia atrás mentalmente, me motivé sin razón alguna y heché a andar esa locomotora que me lleva al pasado gratuitamente.
Era algo doloroso, pero a la vez agradable. Aquí es cuando comenzaba a revivir mis momentos en paz.
Iba recorriendo un polvoriento museo de ilusiones que en algún momento había vivido.
Muchos soles, muchas nubes, muchas gotas de lluvia y muchos juegos que olvidé cómo jugar.
Los momentos más preciosos estaban allí, todos esos en los que temblé cuando los viví.
Porque el hombre sabe cuando alguien es "ese" alguien especial, porque el hombre puede percibir claramente cuando está viviendo un momento más importante de lo normal.

Aquí iba yo, con un bastón en la mano y los mismos ojos desde que nací. Sentado en el último asiento del vagón, mirando hacia mi interior.
Muchas caras, muchas manos, muchas palabras que se han ido apagando a medida que los años han ido dejando su huella en mi caminar.
Duele, y mucho. Porque ya no puedo recordar la manera en que mi madre me sonreía, tampoco recuerdo el auto que teníamos cuando yo tenía 5 años, no me puedo acordar de la cantidad de canas que tenia mi padre en el pelo, tampoco puedo encontrar el color del papel de regalo que envolvía ese presente que me dieron cuando cumplí 18 años.
Porque busco y busco, pero no encuentro la lista de nombres con los cuales ingresé en el primer año de la escuela.
Puedo ver claramente esas tardes en la playa, pero a mi alrededor hay hombres y mujeres sin cara.
!Yo nunca quise olvidar la mirada me padre, nunca!
Pero se fue...Se fue sin avisar, un día desperté y ya no me acordaba de su mirada.
Lo que sí recuerdo claramente, es cómo lloré cuando me di cuenta de que el tiempo no me daba tregua.
Es triste revivir el recuerdo de tu perro corriendo por tu patio y que cuando ladre no puedas escuchar nada, porque el sonido murió, porque el olvido lo mató.
Es triste revivir la primera vez que hice el amor, porque no recuerdo cómo estaba vestido, ni lo que dije. Lo único que sigue intacta es ella, su mirada y su piel.
Su pelo, !Qué hermoso era su pelo!
Todavía, por las noches, lanzo un beso al aire pensando en que en algún momento de la vida, te puede llegar.
Recuerdo bellos momentos con ella, tirados leyendo un libro o sentados en un roquerío curando una herida.
Recuerdo un día de lluvia, y un mokaccino compartido entre los dos.
Lo recordaba todo, absolutamente todo.
Pero en los últimos meses podía ver como su piel se iba apagando, los colores de la ropa se iban perdiendo y su voz la oía cada vez menos.
Pero el tiempo es irreparablemente frío y sin pensarlo dos veces, ya nos ha dejado atrás.

El paseo se está acabando, y yo todavía no termino de escribir esa novela que alguna vez prometí. Ando con el borrador siempre en mi mano, nunca se sabe cuando me puede asaltar una catarsis y la pluma pida a gritos correr con plena libertad sobre su amado papel.

¿Por qué me sentaba afuera del café?
Porque hace un año atrás creo que te ví salir de acá. Ibas con un abrigo rojo y largo, unos zapatos negros y un vestido simple, pero elegante. Tu figura destacaba, no podía creer que el tiempo te había mantenido igual que desde cuando te conocí en aquel verano.
Caminabas apurada, con el pelo moviéndose livianamente en tu espalda. También te ví con un bolso y llamando a alguien por celular. En tu mano izquierda un anillo que destruyó toda idea de alcanzarte y regalarte lo que llevo escribo, pero ya vez que sigo siendo igual de cobarde.

Era un ermitaño en todo este mundo, era un loco que nunca había encontrado la verdad.
Gasté toda mi vida corriendo tras la verdad, la esencia del hombre, quería descubrir la naturaleza humana, quería indagar en la parte más abstracta de la humanidad.
Desarrollé teorías de los equilibrios, de la muerte, del nirvana y de la vanidad.
Jugaba día tras día, jugaba a ser un filósofo.
Era todo lo que siempre desee, encerrado en mi humilde casa, escribiendo sin parar.
De vez en cuando bebía un poco, no sabía por qué lo hacía, pero me ayudaba a dormir.
Enloquecí, mi cabeza giraba en una catarsis contínua, buscaba desesperadamente una respuesta para mis preguntas, buscaba mi identidad, mi alma, quién era realmente yo.
Un día confirmaba la existencia del destino y al otro día ya encontraba una grieta en mi idea.
!Estaba demente, completamente loco!
Finalmente comprendí que al hombre le jode que la muerte sea solamente la muerte, por eso crea religiones y tontas ilusiones que no hacen más que evadir la realidad.
Así que empecé a vivir cada momento como si fuese el último, como si después de este segundo no hubiese nada más.
Me quedé de pie en medio de la nada y sonreí, pues estaba solo. Después de toda una vida de divagaciones, estaba solo, completamente solo.

Recuerdo el funeral de mi madre y mi padre, esa fue la última vez que ví a mi hermano. Dijo que iba a salir en búsqueda de su futuro, que iba a formar una familia y que tendría una vida normal.
Me deseó suerte y me besó con melancolía, sabía que no nos volveríamos a ver nunca más. Me deseó suerte y se fue rápidamente antes de que lo viera llorar.
Yo le sonreí y me fuí a casa a tomar un café.

De ahí en adelante camino desorientado por las calles, tratando de esquivar las miradas hostiles de los habitantes de la ciudad.
Toda una vida en el puerto, toda una vida junto a sus playas, y ahora ya no me sentía parte de ello, no encontraba comodidad, pero no quiero pensar más en eso, no tengo ganas de llorar.

Mientras me disponía a sacar mi lápiz y a abrir mi cuaderno, ví pasar frente a mis ojos un par de zapatos negros y un traje simple, pero elegante.
No lo podía creer! Iba a morir de felicidad!
Me levanté rápidamente y sin pensar en tu argolla te tomé el hombro.
Te diste vuelta algo molesta y temerosa, pero cuando me miraste a los ojos, te diste cuenta que era yo.
Sonreíste y susurraste mi nombre en tono de pregunta.
Yo quise decirte que sí, pero antes de poder pronunciar algún tipo de palabra, tu bolso estaba en suelo y tu celular caía en silencio.
Estabas igual, igual de perfecta. Con los mismos labios y la misma sonrisa.
No recuerdo si lloré yo primero que tú, o tú primero que yo.
Me abrazaste como lo hacías antes, me abrazaste fuerte y con cariño, como si hubieras esperado ese abrazo hace mucho tiempo.
Yo también te abrazé y respiré profundamente.
Sí, también tenías el mismo olor.
Susurré un te amo, suavemente y por un momento pensé que no lo habías escuchado, a causa de tu silencio, pero cuando me separé un poco de tí para mirarte a los ojos estabas sonriendo. Habías tomado un tren hacia el pasado dentro de tu mente.
Yo me di cuenta que tu pelo había retomado su color y tu voz sonaba más fuerte que nunca dentro de mi museo de sueños que se hicieron realidad.
Te besé y me besaste.
Me tomaste la cara con la misma suavidad que recordaba y reiste de manera natural.
No importaba mi ropa, mi pelo o el mundo. El tiempo de había detenido para ver como todo volvía a comenzar.Ya nada será igual.
Me dijiste que nunca me habías olvidado, yo dije un par de palabras tontas y te regalé mi cuaderno, antes de haberme dado cuenta, el final de mi novela ya estaba escrito.
Sonreí, nos besamos nuevamente y nos despedimos lentamente, como si no quisieramos ver pasar este momento, pero el tiempo es cruel y no perdona.
Yo me volví a sentar en la banca, y tú te fuiste caminando en la misma dirección en la cual venías.
Antes de que desaparecieras en la esquina te grité que nunca te iba olvidar, no sé si lo escuchaste, pero me gusta pensar que sí, me hace sonreir.
Miré mis pies y me di cuenta que estar loco no es tan malo, por lo menos me permite pensar que me acabo de encontrar contigo, cuando en realidad sólo lo soñé.
¿O no?...
Maldito tiempo, maldita edad.

lunes, 10 de noviembre de 2008

Pedazos...


Sonrío, sin motivo alguno, pero sonrío.
Creo que he entendido el juego, ocurrió sin que lo deseara, tampoco lo busqué, pero he comprendido de qué se trata todo esto.
Yo voy caminando, con las manos en los bolsillos y una mochilla en la espalda. Dentro de ella, un cuaderno negro, un lápiz y lo único que poseo de verdad.

Desde las primeras miradas que crucé con este mundo, con alguna otra mirada, con alguna otra respiración, fuí creyendo que tenía que ser bueno en cosas, en la escuela, en el deporte, en la vida. Vivía y crecía tratando de ser mejor, de destacar en lo que podía y mis capacidades me lo permitían.
Pasaba tardes enteras sentadas frente a un cuaderno coloreado a la rápida, caminaba por las calles tomado la mano de mi madre perdiendo la vista en algún perro más grande que yo.
Todo era tan hermoso, tan perfecto, tan sano.
Los problemas era una extraña promesa que me había hecho la vida, un susurro de lo que iba a pasar, pero no me importaba en ese momento, solamente quería caminar por el jardín y esquivar las espinas de las rozas entre salto y salto.
Pero la promesa se cumplió y fuí conociendo ese lado un poco más amargo, más solitario, más doloroso.
Tanta gente que se ha ido sin despedirse! Y tanta gente que nunca conocí!
Muchas variables, para tan simple ecuación.
Amaba, creía, jugaba y sonreía.
Las letras comenzaban a inundar mi vida, corrían lentamente unos versos algo forzados que hablaban de amor y de los sueños que escondía bajo mi almohada.
Las rimas se fueron liberando, me hacía amigo del papel y de la tinta.

Poco a poco las noches se comenzaron a alargar, a llevarme a cuestionar muchas cosas, a idealizar otras cuantas y resolver un par de problemas. Me planteaba situaciones, hablaba conmigo mismo, sonreía sin más. Fue así como fui creciendo particularmente solitario en la privacidad de mi habitación por las noches. Me susurraba todas esas cosas que no me atrevía a decir, fui perdiendo el dominio de la voz y mis manos transmitían sin muchos problemas lo que quería gritar.
La música en mi vida, el ritmo en mis venas y descubrí mi gran pasión.
De ahí en adelante todo esta fresco, tal vez demasiado, no quiero mancharme con esa pintura, no quiero ensuciar la tenida de gala que he comprado para esta ocasión.
Pero recuerdo muchas noches idealizando al amor, disfrutando el odio, buscando un personaje que me permita ser como siempre soñé, irónico, desgraciado, sarcástico y despreciable.
Fui tallando lentamente con mis uñas esa máscara de madera que me ponía antes de ir a cada uno de los ensayos.

Recuerdo viajes al sur, tarde frías por la carretera.
Recuerdo mañanas flotando en el mar, esperando un par de olas que me hiciesen volar.
Recuerdo mil recuerdos, mil palabras olvidadas, mil besos al aire, mil abrazos a mi almohada.

Y todo se trataba de encontrarme, de buscar como realmente soy. Había entendido mal el juego, no se trataba de ser mejor o destacar, era simplemente ser yo.
No soy modelo de revista, tampoco un artista, no tengo mucho dinero, tampoco me creo galán, sólo sé escribir y caminar, no tengo más que esta mochila y cada recuerdo que deseo atesorar.
Así de frágil, así de común, así de simple.

Pero el tiempo se para, y antes de conocerte ya te hechaba de menos.
Siento que voy muriendo un poco más a cada año.
Y es triste que luego de cada beso que nos damos nos queda un segundo menos de vida.
Pero es maravilloso ver tu cara sonreír luego de un abrazo apretado, bien apretado de esos que te dicen con suavidad "Por favor no te vayas", de esos que no se olvidan, esos que te hacen volar.
No tengo idea si esto te lo han dicho antes o te lo dirán nuevamente después.
Lo único que sé es que cada vez queda menos para llegar a donde nos encontraremos y tiemblo igual que la primera vez.
Pretendía escribirte todo ésto, explicarte de distintas maneras que, todo lo que soñé, pensé, anhelé y desee eres tú, sólo que no lo sabía, no sabía que eran tus ojos los que me llevaban a escribir líneas llenas de esperanzas, pero eran los tuyos, no podía ser de otra manera.

Ya te puedo ver a lo lejos, sonriendo de manera sutil, con tu carita apuntando hacia el cielo y tu cuerpo que me hace delirar.
El pelo al viento y los labios brillantes.
Te tomo suavemente la cara y sonrío sin poder evitarlo.
Sí, todo lo que he vivido es para tí.
Te tomo suavemente de la cara y te beso con tranquilidad.
Deseo disfrutar el momento, amarlo y cuidarlo como si fuese el objeto más frágil que poseo.

Quisiera entregarte mi mochila, mi cuaderno y mi lápiz.
Pero prefiero que nos sentemos en una banca y me ayudes a terminar de pasar los últimos recuerdos que me van quedando en la cabeza, al papel.
Así cuando lo terminemos te lo podrás llevar y yo me quedaré con tu recuerdo en mis manos.
Te llevarás gotas de lluvia, te llevaras vientos costeros, granos de arena, frases sin sentido, risas infantiles, gestos bobos, una tarde de julio y miradas esquivas de verano.
Te llevaras ensayos, presentaciones, caminatas, atardeceres, noches y libros.
Momentos, segundos, recuerdos, sueños y un bosquejo de un futuro que soñé para los dos.

De eso se trata todo, de saber quién fuí, quién soy y quién seré.
¿Para qué?, ¿Para morir?
Sí, pero viviré en ese cuaderno que te llevarás.
Y ahí me buscarás cuando no me sientas cerca, cuando me necesites más de lo normal.
En esas letras, que es en el único lugar en donde realmente puedo expresarme con libertad.
Allí búscame, en los papeles y en tu cabeza.
Junta ambos elementos y allí me verás, tan despeinado como la última vez, y me bajarás el pelo mientras ríes, soñarás e imaginarás.
Pero primero, vamos a sentarnos a esa banca que está en medio de la nada, allí en donde temblamos sin razón alguna.
Vamos y ayúdame a traspasar mis últimos recuerdos.
De ahí en adelante, todo seguirá un destino que sabemos cómo acabará.
Yo en una casa a mal traer, tratándo de escribir una novela y tú visitándome de vez en cuando para recordar viejos tiempos.
Tal vez nos tomemos una copa y puede que hagamos el amor.
Escribiré en un papel ese momento y lo agregarás a mi cuaderno.
Me dirás que nunca me has dejado de amar y te irás moviendo tus caderas al mismo compás que hace unos cuántos recuerdos atrás.
Y antes que cierres la puerta de mi hogar te gritaré que te amo y te pediré entre lágrimas que te quedes un par de minutos más que sólo quiero un abrazo más y tú te quedarás.
Nos besaremos como cuando éramos jóvenes y no nos soltaremos nunca más.
Nunca más...

domingo, 2 de noviembre de 2008

Soledad..



La puerta se cerró más fuerte que la última vez, y después de que su silueta desapareciera tras ese umbral, no quedó más vida en este hogar que mi respiración entrecortada y una mirada algo perdida en las páginas de un libro que logré escribir mientras soñaba despierto.
Ahora no hago más que dormir y caminar lentamente alrededor de mi cama, no tengo ánimos de salir a buscar mi suerte, no tengo ganas de cambiar mi realidad.
Estoy bien, o eso es lo que me repito cada noche al apagar la luz.
Podría pasar toda una vida así, viviendo nada más por vivir, muriendo cada segundo más eternamente, anhelando un abrazo, una mirada que me saque de esta soledad, alguna cosa que distorcione toda esta jodida realidad.
Estoy feliz aquí dentro de mi mundo, respirando gracias a mi voluntad, sin que nadie me pueda escuchar, sin que nadie intente juzgarme, sin que nadie me pueda hablar.
Alejado de la sociedad, destruyendo la moral, estoy tranquilo, en plena paz.
Sin miedo de perder a nadie, porque a nadie tengo en esta soledad, solamente puedo escuchar mi corazón palpitando y el sonido de las hojas al avanzar en la lectura.
Buscando la cara de un dios en la cotidianidad, un dios que no me quiera acompañar, un dios que me de la espalda y que no me quiera castigar.

Aquí estoy, de pie en medio de la nada, sonriendo sin ningún motivo y dudo que quiera avanzar.
Aquí estoy pegado al teléfono, esperando alguna llamada que me cuente cómo será mi futuro, que me diga que todavía queda algo por lo cual soñar.
Aquí estoy, desnudo bajo el agua de la ducha, enfrentando todos mis miedos, derrumbando cualquier muro que decida ponerme, combatiendo mi propia imbecilidad.
No tengo ninguna necesidad que satisfacer, pero tampoco sé qué hacer.
Este silencio me acomoda y me invita a llorar.

Me quedaría despierto...
Toda la maldita noche despierto, buscando en las estrellas alguna sonrisa que sea distinta a todas las demás.
¿Te acuerdas cuando veíamos las hojas caer en otoño?
¿Te acuerdas cuando nos bastaba sólo un abrazo bajo la lluvia para volar?
¿Te acuerdas cuando el sonido de los amplificadores nos unía de manera sensual?
En estos precisos momentos busco desesperadamente la llave que abra esa caja de madera que me llevará directamente hasta donde tú estás.
Quiero que esto siga igual, no quiero que cambie nada más en mi mundo, todo está tal y como lo pude idealizar.
Tan sólo quiero que ahora suene el timbre de mi casa y seas tú la que llama, mientras me sonríes y un viento divino mueve tu pelo con suavidad.

No me importa nada, ni la historia, ni los números, ni la vida misma.
Y es extraño que te pueda ver aquí, apoyada en mi hombro, leyendo un libro que sólo tú eres capaz de interpretar, que te sienta tan cercana, tan dentro mío, tan parte de mi ser.
Y es excitante la manera en que me besas cuando te apareces por las noches, cuando te apoderas de todo mi subconciente, cuando todo lo que sueño involucra alguna de esas palabras que me susurraste mientras caminábamos junto al mar.
Porque mi soledad no es invididual, mi soledad es contigo, mi soledad es perfecta, mi soledad es mía y tuya, mi soledad es lo mejor que me puede pasar, mi soledad es nuestra y de nadie más.

Ambos sabemos que no es necesario hablar para comprender lo que queremos decir, ambos sabemos que no necesitamos de besos apasionados ni de sugestiones para sentir placer.
Porque la confianza ya quedó atrás, vamos inventando estamos mentales, vamos experimentando distintas maneras de amar, vamos tomados de la mano en un estado supranatural.
¿Quién mejor que tú para entender lo que yo explicar con metáforas?
¿Quién mejor que tú para escuchar eso que yo quiero callar?
¿Quién mejor que tú para mirar eso que nunca quise mostrar?
¿Quién mejor que tú para conocerme como nadie más?
¿Quien mejor que tú para acompañarme en esta soledad?
Amo este silencio, amo tu mirada, amo sentarme en el suelo, abrazado junto a tí y leer contigo, alguna historia parecida a la nuestra, una historia que hable de una banca especial, de tardes heladas siendo espiados por unas cámaras de seguridad, de domingos delirantes, de arena y piedras para descansar, de abrazos apretados, como si en ellos se nos fuera la vida, como si quisiéramos detener el tiempo y así no tener que separarnos nunca más, de besos con los ojos cerrados, de lenguas invitando a perder la razón, de fiestas inolvidables, de miradas que sacan una sonrisa espontánea, de momentos en los cuales perdemos el control, de mar y sol, una perfecta historia que hable de mar y sol...