viernes, 17 de diciembre de 2010

Anocheció..


Amanecí para acostarme, tú mi cortina para cubrir el ruido de la ciudad. Doblé en la esquina de tu costado más erótico, todo es muy personal, sólo tengo sed.
Desde una calle circular, hasta esa mirada tuya que ya se fue, me falta el color de tus témperas. ¿Dónde se puede leer algo sin llorar?, ven hagamos una guerra, destruyamos nuestros cuerpos entre sábanas.

A pie viajé sobre un tren, volando cerca de tu corazón, miré el tiempo abandonado y la ropa que alberga polillas de naftalina. Calla, apuesta y gana, vete apremiada, victoriosa y altanera. ¿Acaso puedes tú respirar enfrente mío, y no escuchar los susurros de los que fueron enterrados vivos?

Las uñas negras de tanto escarbar en la tierra, buscando algo para vivir. Los pies arriba para que todo sea sincero, colgado del cuello mirando las aves, el cielo bajo nuestra existencia, los ojos bien abiertos para recibir el fuego que viene de adentro. Limpia tus rodillas, hoy dios renunció a su moral. Aprende a correr.

Incluso más allá de tu sombra, se vende tu virginidad al mejor postor. Saluda cuando te vayas a dormir, tu cama está armada sobre las estrellas que algún día vas a habitar.
Volvemos a caminar con las manos, las ideas ruedan hacia el infierno, llueve de abajo hacia arriba.
Te doy un poco de educación sentimental, empuñar la costilla como el más digno e importante ideal.
Una canción para ti, ser una esfera incompleta, una espiral esencial, un pilar que no sostiene nada.


No soy, me borré, ya no existo.
Sujeta firme el árbol, que se pueden quedar sin casa las arañas.
Sujeta firme el árbol, así yo me voy por las ramas.

Secuestro tu boca, te guardo a un lado del reloj para que los segundos no te toquen, no se apaga tu brillo, te quedas colgada inanimada, perdida entre letras, abandonada junto al punto final.

Anocheció en tus ojos, y tú todavía estás despierta. ¿Qué haces acá?

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Axiomas subjetivos...

Todas las frases presentadas a continuación son hijas mías, gusten ustedes de secuestrar lo que quieran, pero por favor no pidan rescate. Espero disfruten:

-"¿Qué tan fuerte puedes caer, que nisiquiera intentas volver a levantarte?"

-"Una letra puede cambiar el mundo. Si es que existe un dios, por lo tanto, tiene esencia de tinta gel."

-"Temer y escapar, amar y abrazar se escriben dentro del mismo miedo etéreo."

-"Yo creía que la amaba y que estaríamos juntos por siempre, pero sólo me importaban sus silencios, porque cuando callaba nos parecíamos tanto."

-"Una buena película es la que te hace sentir como si estuvieses dentro de ella. Luego una mujer lleva el supuesto anterior a la práctica."

-"Si quieres llorar sobre mis hombres, llora todo lo que está debajo primero."

-"Ley de Continuidad: Tanta más me masturbo, más siento que tendré un orgasmo."

-"Fijar un curso para algo, es como apuntar con un arma sin saber si está cargada."

-"Una imagen vale más que mil palabras, pero mil y una palabras valen más que una sola imagen".

-"Yo no te deseo, pongo mi deseo en ti. Mala suerte has tenido, querida."

-"Una gota de lluvia y una gota de sangre son distintas hasta que limpian la misma catarsis".

-"Tus meninges, la placenta. Tu cerebro, el hijo pródigo."

-"Basta una palabra para violarte, un libro para hacerte mujer."

-"Al crecer nos hacemos más fuerte. ¿Más fuerte a qué?, supongo que a nosotros mismos."

-"Ser para sí, es llegar a ser para eso que nunca fuimos."

-"Santísima trinidad: Una noche de sexo con 3 prostitutas, unas anestesia para 3 enfermedades, una mentira y 3 alucinaciones."

-"Aquel que está solo jamás encontrará felicidad más grand que la que habita en su interior. ¡Baila, hermano, este festín es para tu gloria y solamente tú fuiste invitado!"

-"Colores de naturaleza muerta, miradas cabizbajas. Cadáveres que no han dejado de morir."

-"Un tú, un yo. Una nada, tal vez un todo. Siempre una línea, un propósito sin defender, una bandera sin flamear."

-"Esperar por una redención, es esperar por una patada en la cara a cambio de tu humanidad."

-"Las madres abortadas, los hijos que crían y los padres que trabajan."

-"Pero intenta levantar tu mirada, alzar tus ojos y espiar todo lo que no eres y jamás serás."

-"Cosechar tu cuerpo, florecer sonrisas y limpiar la maleza de tu rostro. Un conquistador soy, un invasor ofensivo, un descanso para tu cabeza."

-"Las nubes caen sobre la tierra y no nos dejan ver bien nuestro alrededor, sin causar daño directo, si no que más bien constituyéndose como actores secundarios." (Primera Metáfora de Amo)

-"Caes sin derrotarte, entregándote sublime a un beso que no olvidarás."

-"Pez ahogado en mares secos, miradas que valen la pena. Fantasmas del amor. Psicólogos del dolor."

-"Tus labios, tan cálidos como un beso esquimal, como sexo invernal, como un amor ártico."




lunes, 13 de diciembre de 2010

Mitologías...


A veces te pregunto por tus movimientos, esa extraña manera que tienes de elevarte y flotar junto con todo lo que pesa menos que tú. Hoy no tengo ganas de hablar, siquiera explicar cosas que quedan por resolver. Hoy me gustaría que estuvieses acá.

Algunas veces las lagunas se ven más profundas de lo que son, en otras oportunidades tus ojos reflejan algo más que una simple tristeza. A fin de cuentas, lo profundo es intocable, el carácter sacro-santo de tu corazón, de tu sangre, de tu tempera.

Queda por confesar algún par de cosas, tanto como que en algunas noches me asusta mi propia sombra, tanto como que ya no existen motivos para celebrar, pero irónicamente sigo celebrando de todas formas. Supongo que es parte de la sátira, mi sátira.

Algunas veces tu pelo se desparrama sobre la almohada y dibuja paisajes que nunca conoceré, incluso un poco más cerca está esa grieta que nos separa, esa delgada pero inexorable línea que distingue entre lo que se mueve y lo que no.

Tus pasos dejando huellas en las nubes, mis nubes escondidas bajo las pestañas, las pestañas sucias de tanto correr, el camino recorrido no es más que una línea en la palma de mi mano, mi mano que todavía no aprende a escribir, y los analfabetos que no podrán leer tus cartas sonríen como si nada hacia las nubes. ¿Un baño en la espiral, sumérgete?
La felicidad duele.

Es de esperar que todo esto se caiga de la mesa que nos sostiene, y alguna vez se rompa. Claro está, no somos de cristal, pero tampoco de acero. Una caída libre hacia lo que sea que esté por venir. Yo no lo rezo a ningún dios, solamente me maravillo con tus dedos revoloteando entre mis ropas, desdibujando mi espalda, destruyendo vértebras con cariño.

Hoy me gustaría que estuvieses acá, y pudieses ver como están las cosas ahora.
Hoy me gustaría que estuvieses acá, mañana es otra cosa, eso del mañana es un mito.

Mírame si es que puedes, si no sólo invéntame alguna historia para dormir y cae.

sábado, 11 de diciembre de 2010

No puedes...


Productos de segunda y hasta tercera mano, inmóviles pasamos de boca en boca cual chisme adolescente en el pasillo de alguna escuela en donde el sol no sale todavía. ¿Cuánto silencio es necesario para romper una lágrima?

Exiliados de nuestra tierra natal, buscamos algún oasis en medio de un desierto. No entenderemos jamás eso que se dice amor, solamente podemos intentar sentirlo, o soñarlo, incluso desvirtuarlo. Úsame una vez más. Yo no quiero respetarte, sólo busco desearte, tocarte y delirar que todo es especial.

Oh, es este un dispositivo autoexcitable en donde la monogamia está obsoleta, en donde tu naturaleza es innegable, en donde a mí no me importa nada.
Yo no soy tuyo, tu no eres mía, ni siquiera somos. ¿Para qué llorar, si siempre existió temor que cometas fraude a mis sentimientos?
No debes, esta noche no debes lamentarte, porque a fin de cuentas, sólo una cosa es cierta: "Tú no puedes verme".


domingo, 5 de diciembre de 2010

Esa última mirada..


Como era de esperar, la vi partir. Dibujando líneas imaginarias sobre la habitación, todo callado, como si nunca nos encontramos en la vida. Las velas se apagaban, derretidas en su propio eje contorneado ahora, porque a fin de cuentas todos nos cruzamos alguna vez para luego despedirnos.

Dejé de recordar, el pasado me devoró. Caí desde una roca al borde del mar, hacia un cielo sin estrellas, sin luna histérica ni sol paranoico.
Reviví azarosamente en estas letras:

"Te observé venir desde lejos, pisada firme y retina en llamas. Me tomaste por la espalda y lloraste sobre mi cabello. El aire era tibio, las hojas caían tranquilas, todo era de color anaranjado otoñal.

Me besaste por largos minutos, luego sonreíste y susurraste algo sobre el adiós.

Te pregunté sin reparos: “¿Has visto, acaso, una película de amor?”.- “Sí”, dijiste instantáneamente.

Luego me miraste detenidamente y sonreíste:

-“¿Y tú arrendaste una sobre sueños imposibles?”, preguntaste en tu defensa.

-“Sí,- Dije entre suspiros- ¿no lo puedes notar?”


Finalmente tomaste mi mano, descubriste que era yo aquél que estaba allí y no dijiste nada, no podías. Desde aquella vez que no te he vuelto a ver.



miércoles, 24 de noviembre de 2010

Rimas disonantes...


Ya no tiene final lo indefinido, desapareció ese que no llegó y yo que sigo escondiéndome de la sombra que he de cargar, algo está delante tuyo y no lo puedes saborear.
Creo que llegó la hora de despedirnos. La ineludible duda que te ataca la garganta, ese silencio que puede callar tus más sinceras lágrimas, segundos para no pensar.

Te siento la mano helada, la piel desganada, la lengua anestesiada, la mirada abandonada. Desearía que pudieses quedarte un minuto más, tal vez el punto final no está tan próximo dentro de nuestra narración, dentro de nuestro corazón.

El pecho acolchado para la caída, esa sensación retraída que llevada a un colapso esencialista, muy poco realista, anoche mataron al último de los optimistas, ese que no buscaba ser feliz.
Sonrisa cínica en la boca de aquel que le cuesta vivir, amargura en la comisura de los labios, miel con vinagre, tu manzana bañada en hiel.

Si quieres esa libertad que cantan las cuerdas de tu guitarra, toma tu arma sin balas, escupe al cielo y dispárale a dios. De carne es incluso aquel crea algo desde el barro, de carne es también aquello que sale de la costilla del ideal, de eso que también puede estar mal. Somos demasiado egoístas, pues a ese que se esconde entre las nubes no le damos margen de error. ¿Acaso María tuvo un orgasmo la noche de la anunciación?

No todo es lo que parece, entre risas y frases volátiles te desnudas sutilmente, casi como si no supieras que ya te quedas sin prendas para cubrirte, sin gente cerca, sin puertas para golpear. Sola contigo asusta más que sola en la oscuridad.

"Te veo de reojo, mientras te ríes nerviosa. Pregunto qué sucede, pero tú sólo sabes sonrojarte y callar. Me miras mientras te cubres la cara con las manos y entiendes que ya comprendo todo, pero justo cuando tomas aire para argumentar algo a tu favor te robo un beso y tú vuelves a sonreír. El sabor que queda en mis labios me tranquiliza e idiotiza, no puedo hacer más que mirarte de reojo y jugar a todo volverá a pasar."

domingo, 14 de noviembre de 2010

Intimidad..


Aniquiladas hojas de árboles contingentes caían en llamas sobre la cama abandonada al amanecer, apagados los ojos, silenciada la boca, cubiertos los oídos, desgarrada la piel. Cuerpo a un lado, al otro, nada para comer.
Uniones transversales en la oscuridad, servir los miedos sobre la mesa, cocinar para tres.

Si tan sólo tuviera una chispa de agonía en la mirada, en lugar de descansar sobre tus temores, todo sería distinto, sería más lejano, sería de a dos. Tú sabes caer de pie, pero no puedes saltar, necesitas desesperadamente que alguien te empuje con todas sus fuerzas, quieres ver el cielo brillar.

Así fue el mañana, será ayer y siendo no está hoy. Abortos momentáneos por eternos segundos, una idea que queda inconclusa, una discusión que quedó sin terminar. ¿Bailemos?, de todas formas temblamos por lo mismo.

Poemas que ya estás olvidando, dolores que ya no duelen tanto como la próxima semana. Anochece sobre nuestra almohada. Incluso los dioses sangran, incluso el sol siente frío, incluso yo te puedo mirar al darte la espalda.

No queda mucho por decir, si no que más bien ambos tenemos una deuda con eso que alguna vez llamaron vida, con nosotros mismos.

Quizás si me disparas, y yo te apuñalo, podamos sangrar sobre el mismo miedo; y allí, solamente allí, podremos encontrar un poco de intimidad. Podremos encontrarnos, podremos brillar, podremos sufrir y llorar.

No queda mucho por decir, dispara ya de una buena vez, que mi navaja está tibia.
Analogamos entre el bien y el mal, entre la risa y el llanto. Un poco más lejano, un poco más adentro, un poco más humano, está el amor.

sábado, 13 de noviembre de 2010

Anatomía de un sueño...


Dejé un vaso sobre la mesa del enfermo terminal, aquel que está pronto a llegar. No, dijo y se resistió, se halló con las manos en los bolsillos y la cara sin lavar, otro más que no puede preguntar y responder con su cuerpo.

Caída restringida, el vuelo de la paloma mensajera, un susurro que me dejó sordo. Hoy te puedo sentir. Fuego arcaico, mirada perdida y el labio roto de tanto mentir. Tu mano excita mis pies, intentemos correr hacia atrás.

Una hormiga te recorre la espalda, más de alguna mariposa descansa en tu abdomen, agua cae desde tus ojos; una cascada de emociones en tu rostro. Juegos tuyos que matan el horario, el abrigo del final, esta noche nadie nos contestará.

Somos los malditos, sueltos y acelerados. Desarma la estructura, dale vida a lo caótico. Si la piel puede arder, también se puede devorar. Locos incautos, agua impura, un manantial de días lluviosos, de noches sin estrellas, de eso que a los otros les da miedo pronunciar. Una bendición con lengua ácida, renunciados los que reventaron las cruces y las esquinas más cuadradas sin piedad. Dos relámpagos oscuros, certeros y desgraciados.
Niños aleonados, del perdón imaginado, adictos a la realidad, escupieron sobre el más allá.

Sufrir por vivir, que si respiro me muero, que si te beso escapas, que si te busco me encuentras y que si te señalo mi corazón te olvidas del camino de vuelta a casa. Fraccionado el ser, un millón de ojos en un pestañear, una mito para que no se muera el paisaje. Toda puerta cerrada se abre desde adentro, toda cabeza explota en ideas. Disparo a la raíz, el doble de lo insostenible, algo que no se puede olvidar. Sonríes después del beso, el veneno es tu trago favorito, la ironía te sube la temperatura, dejas huellas sobre el mar.

Guitarra a maltraer, el sudor perfumado a sexualidad, una verdad que no existe, la interpretación que es fugaz. Tengo la mitad de lo que crees, una más que te deseo.

Bajo la carne, lo que fluye por tus venas, es la eternidad.

El vaso se rompió, los vidrios me cortaron la paz, sangré atardeceres sentado sobre la luna.
Un vals dentro del cementerio, fiesta para niños muertos.
Hoy te toca a ti.

martes, 9 de noviembre de 2010

La vida misma..


Rápido cae la pluma, sutil corta el metal, delirante la locura misma en su racionalidad. Los árboles suben las montañas buscando alguna nube para navegar, el cangrejo y su visión lateral.
En dos dimensiones se gesta el niño, el útero y su propia sexualidad. Un lugar que no sea helado, una sombra que le haga frente al sol.

Las paralelas que se aman, esas que se buscan, abrazan e interceptan. Apresúrate, los zapatos se quieren escapar. No hay número más fuerte que una flor en invierno, dentro y fuera de nosotros mismos, delgada la línea que divide el cielo y el mar. ¿Qué tanto me puedes respirar?

La música que compone el sordo, la pintura del ciego, el trote del inválido. Vienes de lo cercano, el trayecto violado, lo introyectado con una lágrima.
El cuerpo que sangra por placer, una flecha disparada al aire llena de esperanza, de ilusiones contrapuestas unas sobre otras, acostándose en silencio.

Y no intentes decir la verdad, no apuestes a querer si no puedes con el dolor. Todo pasará, la vida misma se expresa en la pérdida de lo que no nos pertenece, no podemos ver más allá de nuestras manos.

Morbo excitado, inútil es el corazón cuando no tienes cuerpo para bombear.
Sembrando mis suspiros en paisajes de papel, se apaga una mirada, una célula que descansa y otra nacerá en su lugar.

Déjame tu calma más acá, un cosmos en tu nariz, ríos atraviesan tus labios, saliva en tu ombligo.
No hay minutos en esta posición, no corras tan rápido que te estás quedando atrás.
Hoy tus cabellos liberan aves carroñeras, un baile con forma de alfa.
Tus cuervos devoran la comida que quedó entre mis dientes, yo decidí almorzar tu costado más visceral, hoy degustaré a la virgen que se lamenta cuando su dios la quiere abrazar, esa que apunta y dispara claveles a la cabeza del mesías. Y se deja caminar.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Más allá del yo y del mí...

Mil y una excusas para escapar del verdugo que vergüenza te ha de comunicar, núcleo inexplorado, un beso conquistado, un juego que no ha de acabar.
Dormir para poder vivir.

Una espalda que habla desde lo más medular, huesos que no se saben quebrar, más allá de lo olvidado y lo vivido, lo que nos queda por cosechar, una cosa que ninguno de los dos puede abrazar. Sueltos sobre lo que no puede existir, un baile de sabiduría, un ojo que no sabe mirar.

Se abre la tercera visual, fiesta para llorar, una conexión inusual y una caricia abandonada a la suerte del que no entiende el amar. Niños que pueden filosofar, adultos que juegan a respirar, a trabajar, a socializar.

Más allá del yo y del mí, me voy a encontrar, entonces sin colores nos vamos a pintar, a dibujar sin líneas, a escribir sin tinta, a devorar sin dientes para roer. Lo antinatural.

"Lo cálido en tu mirada, es viento de lluvia. Aquello que puedes expresar son témpanos que flotan sobre un mar diluido en néctar mental.
La falda que muestra más de lo que se puede dignificar, un dios con pene, una virgen manchada en sangre de menstruación, un ángel con ganas de morir.

Besos que me dejan descansar, besos apasionados, un calor ártico, un polo más equilibrado. Tú y yo, más allá."


sábado, 30 de octubre de 2010

Desaparecido..

Complicado buscar una silueta donde no hay luz que contraste el cuerpo, al abrir y cerrar las piernas se desvela el día, se extravía la noche, peces que no saben nadar.
Nos encaminamos por el sendero que no hace daño, escondidos de las estrellas, jugando a no existir.
Arrastramos almas ajenas hacia nuestros bordes, el centro intocable, la sangre que no fluye por las pestañas, las pestañas que quieren vivir y no pueden. Imposibles segundos que caen como gotas de lluvia sobre alguna laguna mental.

Distinto el sentido que le das a mis pies heridos, involucrando un poco más la profundidad que no posees, desechando todo tipo de razones que me puedan ayudar.
Pequeños son los caballos cuando tu cuerpo delirante se monta en el tablero de ajedrez, turnos y turnos se entrelazan en una trenza anímica sin estructura morbosa, más bien un poco confiable.

Hacer el amor bañados de mar, justo cuando sube la marea, cuando no hay botes a nuestro alrededor, cuando la isla en donde vivíamos desapareció.
El tiempo endurece hasta la mirada más tierna, los errores destruyen el sentimiento más puro, los hombres detonan el cerro para beber de su corazón mineral, valioso capital que el encéfalo puede devorar.

Desaparecido el que abrazó un ángel sin alas, un androide celestial, un querubín maldito. No salgas a buscar algo que no puedes sentir, no hables de cariño si la noche todavía tiene un sabor amargo, no te sientes si la banca emocional todavía no vuelve a ser vista.

No puedo recordarte de otra forma que no sea a través de tus manos creadoras, de tu boca divina y tu cuerpo progresista. Curvas son las rectas que desdibujaste en mi retina.

Alguien que todavía no aparece me habló de cómo fue el atardecer de mañana.

martes, 26 de octubre de 2010

Gris..


Puentes que cuelgan hacia abajo, caminos quebrados por la humedad del mar, océanos que no pueden dormir. Tal vez puedas callarte a la medianoche, quizás no despertemos cuando el sol salga a cazar aves con forma de nube.

Es sólo cosa de tiempo antes de que aprendas a correr sin que tus pies toquen el suelo. Una vuelta en el barro para limpiar todos esos destellos de verano que quedaron sobre tu piel, ¿hacia qué esquina escaparás ahora?

Cuando suena el teléfono y nadie responde al contestar, voces que se extraviaron en el camino entre tus labios y mis oídos. Viento que despeina los miedos, juego sexual con inocencia incluida.
Intentemos comprender las líneas que se dibujan sobre un beso.

El tiempo ya no es, se aniquila el ser, el fin del movimiento.
No puedes colorear el mundo con lápices derretidos, ilumina mi vientre con luz ultravioleta y encuentra lo que quieras.

Custodia tu propia sombra, no dejes que se escape en la oscuridad. Amárrate fuerte los pies, aquí no necesitamos cosechar más vidas. Un árbol nace donde cada una de tus lágrimas cae, ¿por qué has llorado tanto?

La última risa de la noche, otro cigarro más que no se apagó bien, la espuma del mar está más tibia de lo normal.

El suelo no se mueve, nosotros como especie temblamos porque nos han abandonado, porque muchos no pueden amar un cielo gris.

jueves, 21 de octubre de 2010

Ausencias...


La presencia del oculto, de lo que no se ve, de lo que no está. El reflejo fue opaco, los ojos no devoraron, tu boca no destruyó. Los muelles no sirven para sostener el mar, un sueño por cada pestañeo, una nube por cada cigarro muerto.

No me hables hasta que me tragues, descansa tu cuerpo sobre las rosas, deja que el cielo te pinte la piel con su lluvia.
Sigo creyendo que tu rostro combina con el sol de medianoche. Apaga el paisaje, sácate hacia adentro, ahora no es momento para temer. Momento de irme, alejarme un poco, presentar una ausencia sin justificaciones. Solamente, y muy en silencio, partir.

Mejor es indirectamente proporcional a una sonrisa de plástico. Creo que es mejor no decir adiós, en cambio caer uno sobre el otro, efímeramente, como si la vida nunca fuese a terminar.
¿Recuerdas algo que no te haga llorar?, ese rencor que tienes es más grande que tú, sólo por eso puedes esconderte detrás de él.
Ven vamos a temblar, a ser frágiles, a no tener respuestas para dar y a entibiarnos con un beso.
Ni esta vez, ni nunca vamos a ganar.
Las espirales que nos envuelven, y en donde caemos, en realidad son los bordes más profundos a los cuales podemos llegar.
El vértice del centro, la línea que nos atraviesa la dignidad.

El otro día te noté más callada de lo normal y te pregunté algo ansioso:
-¿Quieres perder conmigo?
-Ya perdimos, estamos completamente perdidos.
Entonces me tomaste la mano y me arrojaste una mirada que no me dejaba respirar. Yo sólo pude sonreír.
Finalmente sentenciaste -"Ya no tengo temor." Y yo respondí - "Yo tampoco me iré, ausente estoy ya."

miércoles, 6 de octubre de 2010

Caro data vermibus...


Cuando tu cuerpo eclipsa mi séptimo sol siento que sólo 23 pasos nos separan de un pez. Ojos meditabundos sobre el mármol teñido con las tonalidades de un cielo por atardecer. Da a luz tu oscuridad, el engendro del ahorcado, la decisión del que se suicidó.

Ya es tarde para aprender a hablar.

Cuando la manzana golpea tu cabeza deseo verte idealizar un pensamiento que destruya la virtualidad de nuestras miradas. Y si la flor se va a enderezar, pétalos perderá en camino, espinas le saldrán y rasgará, sin querer, más de algún corazón. Si tienes tiempo, cocina un poco de metáforas para el camino.

Te mareaste al ver tu cuello quebrarse hacia el ombligo del planeta.

Alzaste tus ojos hacia tus pies, no intentaste realizar ningún movimiento. Todo en silencio, toda la piel fría, el blanco te inundó.
Se penetró la madera, la cruz fue removida de su lugar, eso que esperaste nunca llegó.
Las páginas del libro ardieron en tu recuerdo, las aguas del río se calmaron. "No era tan profundo como parecía", dijiste en voz alta.

Tus brazos colgaban sin fuerza, vencida estabas.

Cuando intentaste comprender la fuerza del rayo cayendo sobre una gota de lluvia, te cegó la noche, y no me pudiste ver. Al abrir tus piernas amaneció en tu vientre, despertó la hormona del amor, despertó tu cuerpo.
Se desató la fuerza de la manzana, mordí ansioso el fruto y bebí sus jugos desesperado. Vida bajando por mi garganta, muertos estamos los dos.

Y vomitaste tu corazón por la boca, rojos tus labios quedaron, roja tu piel.
Pasión que te quita la vida, pasión postmortem.

domingo, 3 de octubre de 2010

Ejecuciones..

Dejemos las cosas en claro, intentemos sincerarnos de una vez por todas, quizás la noche no se apresure tanto en llegar.
Sólo quería callar, mirar sin hablar, conversar con el cuerpo, tocarte con la respiración.
Los pilares se quebraron, el último ídolo está por caer, el templo se rajó en mil partes y los sacerdotes murieron aplastados. Incluso en la hora más iluminada yo no pude ver claridad alguna, nunca me gustaron los soles que no pueden calentar.

Y ahora no queda nada para comentar, ni una palabra que nos pueda suavizar. Un agradecimiento que quedará entre nosotros, otro más que dice adiós antes de partir.
Duelen los pies de tanto caminar sobre vidrio roto, duele la vida de tanto vivir. Oh, sí; recuerdo los días en donde tenía que levantar la cabeza hacia las nubes para poder hablar, y aún así mi voz no era escuchada.

El vientre inflamado, un camino desdibujado, la soledad más profunda y la verdad más cruda.
Golpes en la cara, te sangra la nariz de tanto olfatear la cruz.
Prepárate para alcanzarte, porque estás próxima a llegar.

Y cuando veo una lágrima rodar por tu mejilla, me acerco a tu oído y te susurro una vez más:

-"Existen pensamientos autóctonos, probablemente imposibles, en donde cerrar los ojos es volver a ser uno mismo."

Aquí no puedes mentir, estás desnuda ante los que quedan vivos; Pero, está bien, supongo que así es como deben ser las cosas.
Planta un árbol en el lugar donde vayas a caer, escribe un libro con tu último aliento y tócate para que sepas que todavía estás aquí.

¡¿Estás?!



domingo, 26 de septiembre de 2010

Sentencias..


Existen momentos hermosos, muy pocos en nuestras vidas, en donde sentimos que necesitamos aferrarnos a alguien que no puede sostenernos.

Existen segundos precisos, tal vez escasos en nuestras vidas, en donde, al ver que todo se cae a pedazos decidimos sonreír, porque sentimos que está bien.

Existen pensamientos autóctonos, probablemente imposibles, en donde cerrar los ojos es volver a ser uno mismo.

Y creo que si alguna vez tenemos la oportunidad de arder nuestras mitocondrias, de desgarrar músculos y anular neuronas, todo volvería a ser nada.

Bailemos.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Espejos...


Deslizándose entre matorrales y píldoras para la infelicidad. Aunque llovía hielo no me refugié.
Y siempre llega ese final, algo que se esconde en el reverso de tu risa, una desesperante jugada, una batalla a perder.

La otra mitad tuya se demoró en llegar, no pudiste bailar en frente del sol. Comprendo perfectamente todo lo que está corriendo por sobre tu cuerpo, no veas lo que no quieres oír. Rompiendo hacia abajo los huesos de las estatuas, beatos con condón.

Las montañas ocultan algo más que la nieve con tus huellas, una serie de recuerdos que no tienen idea hacia donde ir. ¿Cómo sobrevivir a la autodestrucción?
Masticando con los dientes podridos, caminando con las piernas cansadas, besando con los labios sucios. Haz lo que puedas dentro de tu mediocridad, pero hazlo.

Al punto de convertirse en una visión idílica te moviste de lado a lado, con los ojos fijos siempre en el mismo lugar, incluso al callar hablabas con fuerza.
Desvelada en tus sueños, realista en tus delirios, anulada en tus argumentos. Inhóspita.
Hoy ardiste en el medio del barro.

Manos firmes en el vidrio, los dientes apretados y ha suspirar blasfemias iremos, tal vez de la mano, tal vez muertos. Siempre inertes, inconmensurables.

Cuida de no mirarte tanto en el espejo, porque después de unos minutos por fin te das cuenta que el reflejo que estás mirando, dista mucho de ser tú.

"Con las piernas abiertas me saludas, abrazando hasta sofocar. La lengua dentro de los oídos y la sonrisa provocadora. Ni la más pervertida de mis ideas te genera rechazo, no sabes de asco, no sabes decir no. Placer, tu espalda abierta con un trozo de una copa de cristal.
Lloras sangre, lloras porque no sabes hacer nada más. Compulsiva.

Te sientas de lado, me dejas ver el punto débil en ti. Babeas delante de la comida, ensucias el plato con tu bestialidad. Vísceras al aire.

Penetrando en la esencia, perforando tu virginidad. Un glaciar en medio del infierno, un dios que no sabe bailar.
Tócame, házmelo.
Deja que el mundo haga lo que quiera, tenemos toda una noche para disfrutar.
Tus besos se los lleva el viento, y nosotros que nos acostamos sobre las nubes, de todas formas al final llegaremos al mismo lugar."

martes, 21 de septiembre de 2010

Aires de guerra...


Ruedan cabezas mientras amanece sobre los campos desolados del páramo.
A veces sólo basta con sonreír, oírte hablar y sentir.
Caen las hojas de los robles, crece el pasto y las nubes se siguen moviendo melancólicas.
Los perros corren libres sobre los montes, el río del cual bebimos ahora tiene nuestro olor.
Metafóricamente, y sin darnos cuenta, nos sentamos a ver las estrellas caer.
El dulce sabor de la fruta madura, ese instante previo antes de besar, esa sensación antes de golpearse contra el suelo, ese silencio luego de apagar la televisión.
Es momento de limpiar los desperdicios, de degollar la doctrina y de plasmarte en ese cuerpo que llevas.
Dudas fuera, pies adentro. Ven, vamos a caminar.


"Deposita tu mirada sobre el gatillo, dispárame tus silencios más tuyos. De seda es el tacto de aquella que baja la mirada con una sonrisa nerviosa, que no dice cosas por miedo al látigo. De caramelo es la voz de la que abraza con el corazón, que siente temor y se recuesta sobre su sexual inocencia.
Los segundos no bastan, ni los minutos, ni los días.
Una fuerza nueva en ti, una revolución que está por comenzar.
En algunos casos, la conquista más valiosa es la que ocurre en tu interior. Haz tuya tu vida.
No estarás sola, un ejército de dementes irán contigo a defenderte.
Pisar rosas, romper biombos y detonar asteroides.
No basta con viajar lejos, conviértete en esas aves que te puedes desplazar.
Domador de boas, arden los sombreros.
¿Aviadores?, no, aquí se levantan los seres de otro planeta, aquí no hace falta volar porque no existe el suelo, sólo hay lo que tú quieras imaginar. Sueña.

Apunta y encausa, con un latido de corazón, ese proyectil sentimental.
Destruye y crea. León y niño.
Mírame, y vislumbra en el reflejo de mi pupila todo lo es ahora.
Mírame, esta vez no hay en donde caer.
Mírame, esta vez no hay por qué temer.
Cállate, y vive; luego bésame"

lunes, 20 de septiembre de 2010

Quizás nada...


Quizás si no hubieses tomado ese café por la mañana, nada de esto sería cierto hoy.

Tal vez debiste quedarte en cama un par de minutos más, o no besarme al despedirte, o no mirarte tanto en el espejo.

Las palabras no deberían quemar tanto, no deberían levantar mis pies ni desgarrar tus ojos.

Tal vez no deberíamos haber hecho el amor esa noche, tal vez hubiese sido mejor sólo dormir, o quedarnos conversando sobre alguna trivialidad.

El papel no debería arder tanto, no debería dejar cicatrices sobre tu piel o mis manos.

Tal vez no debería haberte abrazado por la mañana, ni haberte pedido un vaso de jugo ni haber extraviado las llaves del auto.

Las letras no deberían extraviarse tanto, no deberían silenciarnos ni obligarnos a hablar.

Tal vez ese bus nunca debió pasarte por encima, ni la ambulancia demorar tanto en llegar, ni yo haber estado tan lejos.

Quizás nunca debiste morir. Quizás nunca debiste nacer. Quizás todo fue necesario. Quizás no sirvió.

Quizás nada, solamente sucedió.


"Mírame, agricultora de soles.
Desenvuelve tus ojos hacia tu interior, intenta disparar con un beso. Mano cálida, estimaciones en segundo grado. Segundos antes de decir adiós me saludaste, un pestañeo sin fotografía, un momento sin memoria.
Extráñame en tu soledad, mi olor se confunde con los árboles cortados por la mano inhumana. La línea que une tus labios no es más que un horizonte, un inalcanzable, un punto de referencia, una fusión.
Susurra tu manos, eleva tu cuerpo hacia la carnalidad. Valores transmutados, otro ojo que se logra abrir. Busca más allá de lo unilateral, destruye las aristas del camino. Construye un círculo, vive una espiral.

Mírame, arquitecta sexual.
Teme y disfruta el poder de tus pies, inconsciencia sin cadenas, razones de sobra, excusas inválidas. Dí lo que quieras decir, no asesines sensaciones, no seas cobarde, no seas exterior. Sacerdote de tu religión, mesías de tu vida, jinete de tus caballos. Dios creador de dioses.
Lo sumo, lo máximo. La cumbre, la espada.
Clávate en mi yugular.

Mírame, ejecutora de estrellas.
¿Cuánto dolor puedes soportar?, ¿cuánta felicidad puedes soportar?
Oh, no somos más que la proyección de una luz negra, el brillo de una sombra y lo sublime del deseo.
Lo muertos no se levantan, los símbolos hablan por sí solos.
Cállate, y existe.
Quizás sólo es cosa de naturalidad, de ser como quieras ser.
Quizás...
Quizás nada."




viernes, 17 de septiembre de 2010

Paisaje...


Y te sentí, con todo mi cuerpo. Te anulé lentamente, absorbiendo cada suspiro que hablaba de cosas inherentes al ser humano.
Apuntamos a las estrellas y nuestros ojos, desvalidos de razón, reflejaron supernovas autóctonas de la piel. A veces es conveniente solamente descansar.
Encontré en el camino cuerpos tirados, animales hambrientos y música ignorada.
Un vigilante que no puede soportar el frío de la noche más silenciosa del invierno, la nieve no es más que el semen de las nubes.

Prostituta autista de vientre infectado, triste y deprimida, serpiente de pecho carcomido por los gusanos de la tierra.
Quemando papel para abrigarse, alejando miradas para sobrevivir.

Trituradores de mentes, hijos de la voz de unos cuantos, rebeldes con más de una causa, contratiempos dentro de la sinfonía sentimental.

Una ansiedad colorida, un cielo más tierno y un mar mucho más calmo. Antinatural es aquel corazón que decide latir sin tener sangre en su interior.

Abraza la soledad más auténtica y profunda, arrójate hacia el centro de la duda y admira el paisaje.


"Cosecha tus piernas, embriágate en placer, rompe con la madera podrida y los clavos oxidados. Libérate de tí, y alcánzate.
Tú eres el fin último, tú eres causa y consecuencia, tú eres esa frase inconclusa, tú eres esa mirada hacia el horizonte.
Somos hombres, y no una hormiga más para pisar.

Llévate hacia donde quieras ir."

viernes, 10 de septiembre de 2010

Pestañeando...


Los pasos duelen sólo cuando son con el pie izquierdo. Esperar el grito que nos muestre el dolor, escapar de todo lo que tenga color.
No ves más allá de tu interior, vas dejando nudos colgando en la otredad.

Cuero viejo, pantalones embarrados, ojos desorbitados. Olor a chimenea, los platos se rompen en el suelo.

Descansa tu cabeza sobre la almohada, mírame y sonríe.
No te duermas, ni te despiertes.
Sólo muere.
Y vuelve a vivir.

Tus ojos son la razón por la cual lloro, tus ojos que al pestañear no me pueden ver.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Trinidad..


Tu vida y un silbido, yo que ando perdido y tú que no me quieres encontrar. Casi como sumar las estrellas y los granos de arena, casi como capturar tu suspiro, como verte descansar. Cáliz oxidado, madera podrida, carne de mentira, una santidad mal cuidada.
Me apoderé de dos caricias perdonadas, tres cucharas de sal para el corazón y un poco de miel para los labios. Caíste y despertaste, amaneciste con la llena de lágrimas y un vacío interior.
Me niego a vivir, a tener que respirar por mera necesidad.
Me niego a morir, a esperar una luz detrás de la nube. El sol no es más que una chispa de calor, un punto amarillo que no siempre te acompaña, un mal amante.

Acobardado, desterrado y silencioso. Perros callejeros muerden mis tobillos, buscan comida en donde no la hay, intentan llegar al pecho, quieren beber mi sangre, saborear mis miedos, quieren devorar mi interior. Y entonces me abandoné, dejó de brillar el oro, se ensució el mar.
Todo el verbo se conjugó a singular, ¿cómo fue que llegamos hasta acá?
A veces pienso que todavía no te he visto partir. Siento que me entierro más adentro la espalda en la yugular.
Sabrás que acá nada nuevo encontrarás, nada sano, nada que te pueda ayudar.

Sabrás que ni tus sentimientos están seguros del olvido, a un muerto no lo puedes volver a matar.

Animal, cuerpo y deseo. Todos mis impulsos te apuntan, errores calculados, una guitarra sin cuerdas, una palabra sin sociedad.
La santísima trinidad, calla, observa y avanza. Boca, ojos y piernas. Un beso, una mirada y una noche de pasión.

Y entonces, al tercer día, todo se apagó. Las palomas cayeron ahogadas al suelo, las lenguas ya no eran de fuego, las vírgenes menstruaron, el hijo no es más que un prostituto de su dictador e incestuoso papá.

martes, 31 de agosto de 2010

Si tan sólo...


Me declaro culpable de haber nacido sin querer, sin proponer algo más para hacer. Y si te digo aquí todo lo que sé, me quedaré con las manos vacías, sin tus disculpas voladoras, sin tus "tal vez".
Un grito que viene de abajo, de la punta de los pies, que llega hasta lo más alto, el pelo más desordenado que hoy dejé crecer.
Libertad proyectada en tu caminar, amarrar las sensaciones a una roca y tirarlas al mar, escribirte un poema en una botella y guardarla dentro de un sobre. Y puede que te vaya perdiendo, pero me estoy escondiendo, hacia adentro, cada vez más adentro.
Pero vuelves sin preguntar, bailando sin ritmo alguno, mirando a los ojos con una pasión barata y malgastada. ¿Qué te queda por buscar?

Luz que no ilumina mi oscuridad, brazos que no saben abrazar. Un juego del destino, una ruleta rusa para ganar a la ebriedad. Lo tuyo nunca fue lo mío, ni el cielo, ni tu desolación. Un segundo para estar solo, se yuxtapone con una vida para estar perdido, ahogado, confundido.
Si solamente soplaras para borrar y no para suspirar, si tan sólo besaras para retener y no para ilusionar.
Salir a buscarlas todas, todas las explosiones cósmicas que se levantaron por vanidad, todas las muertes sin final, todo eso que te queda por abandonar para aprender. Tomarlo como casual, que todo aquel que llega, algún día se despedirá.
Eterno que buscas la mortalidad, expresión de muerte, el interior se deshace de su exterioridad.
Miento hasta en la más pura verdad, te creo hasta lo que rezas con los dedos cruzados tras la espalda.
Una conciencia alterada, un vaso medio lleno, un corazón medio vacío.
Si solamente miraras para reflejar y no para llorar, si tan sólo amaras para siempre, y no para olvidar.
Si estuvieras acá, yo podría descansar.
Si tan sólo pudieses respirar, yo no despertaría con frío en medio de mi oscuridad.
¿Por qué los pasos son siempre en falso?
¿Por qué los saltos son siempre hacia el vacío?
Si tan sólo pudieses dejar tus marcas sin que duelan, y babearme el alma.
Aunque la flor crezca, aunque el sol salga de su escondite, aunque aparezcas en los sueños, ya no estás.
Si callaras y no existiera mañana, el ahora sería ideal.


domingo, 22 de agosto de 2010

Invierno...


Un momento de descanso para mis espirales cotidianas, una sensación fría y pálida. Y empezar a caminar llorando, por la vida. Llorar por todos esos errores, por todo lo que ya no está y por lo que nunca estuvo. Llorar porque es necesario.
Sentirse triste porque una estrella se apagó, perder la vitalidad a causa de la ausencia de tus cabellos.
Llorar por la vida, porque nunca nadie nos enseñó a caminarla.
Llorar, porque el horizonte es una línea que nunca llegaremos a cruzar.
Llorar por la vida, porque duele.
Llorar por mí, porque me duelo.
Llorar por tí, porque te siento como la lluvia.

Muerto.

miércoles, 18 de agosto de 2010

Lapsus...


La casa está silenciosa, el día caluroso y mi razón muerta.
Lentamente abrí las puertas de las habitaciones, y por desgracia, todas están vacías. Otra mañana solo.
Me recuesto sobre mi cama y observo las fotografías familiares desteñidas por el sol. Tantos recuerdos que ya no vuelven, tantas caras perdidas en el tiempo, tanta gente enterrada.
Suspiro y trato de no pensar en estos últimos días. Otra mañana acompañándome.
Entre cavilaciones me quedé dormido, no recuerdo bien si una lágrima rodaba por mis mejillas, creo que sí, pero ya no importa.


Sentí que me movían el cuerpo, que me sacaban de mi reparador e inerte descanso, no quería ver las fotografías otra vez. Pero al abrir los ojos me encontré con un niño sonriendo y una mujer sosteniendo una bandeja con una taza de café humeante, un vaso con jugo y un pan. Ambos me miraron y sonrieron, el pequeño contó con los dedos de sus manos hasta tres mientras miraba a la mujer, y juntos gritaron:
-"¡Feliz día del papá!"

Yo me senté en la cama y los miré desconcertado, casi por instinto les devolví la sonrisa con una
mirada cálida.

-Muchas gracias, esto sí que no me lo esperaba.

El pequeño me abrazó y me susurró al oído, "te quiero papito". Yo lo abracé fuerte y sentí su olor a inocencia, era mi hijo. Mientras le abrazaba, miré a la mujer y la reconocí finalmente. Era ella, la que siempre estuvo a mi lado, la que siempre amé. En ese momento estaba seguro de que lo que siempre quise se había hecho realidad, y fui feliz, tanto como nunca antes lo había sido.

Mi hijo y mi mujer se metieron dentro de la cama, prendieron la televisión y comenzaron a comentar los planes para el día. Yo los oía en silencio y asentía con la cabeza cada vez que me preguntaban algo, no podía creer lo rápido que había pasado el tiempo. Finalmente nos vestimos y salimos a almorzar al restaurant favorito de mi mujer, donde íbamos cuando éramos jóvenes.
Ella estaba tan cálida, no me soltaba la mano y me besaba cada vez que tenía la oportunidad. El pequeño correteaba alrededor nuestro. Todo era perfecto.

Luego del almuerzo fuimos a dar un paseo por la playa, nos sentamos sobre una banca y ella me abrazó y me besó apasionadamente.

-Te amo tanto, espero te haya gustado la sorpresa que te preparamos.

-Obvio, me encantó. Aparte, parece que el pequeño lo está pasando mejor que nunca.-

Respondí mientras el niño jugaba con un poco de arena. Luego ella me besó la mejilla y me susurró al oído:
-Mi amor, vamos a ser padres nuevamente. Estoy embarazada, ¿no es genial?

La miré, sonreí, le besé y abracé fuertemente. Era lo que estábamos esperando.


Volvimos a casa, ayudé a mi pequeño con una de sus tareas para el colegio, le acosté y fui a mi habitación. Allí estaba ella acostada leyendo un libro que llamó mi atención. Me sintió entrar en la habitación y levantó un poco la mirada.

-Estás escribiendo cada vez mejor, esta historia está preciosa. Ojalá tu editor no cometa el grave error de editarlo.

-Es su trabajo, creo que debe hacerlo, ¿no?

-Pero, no comprende el real significado de cada letra, esto debe quedarse tal y como está. O por lo menos esa es mi humilde opinión.

Le sonreí y le dije que hablaría con la editorial para que trataran de dejarlo así. Ella me abrazó y apagó la luz. Nos dormimos así, amándonos.

Al otro día desperté algo más cansado que el día anterior, me giro y le acaricio la espalda a mi mujer. Algo ha cambiado en ella, se le ha secado un poco la piel, su pelo está más blanco, su cara tiene más arrugas, pero sigue estando igual de hermosa, ese brillo en su rostro no ha cambiado en nada. Se despierta me mira y sonríe:

-Buenos días, mi amor.

Le beso en la boca y le hago unas caricias en la espalda. Suena el teléfono, ella contesta. Es mi hijo.
Mientras ella responde monosílabos, yo me dedico a ver las fotografías sobre los muebles de la habitación. En alguna de ellas me encuentro abrazando a hombres ancianos que me entregan una especie de premio, tomo el marco en mis manos y leo "Premio a la novela del año".
Dejo la fotografía en su lugar, le beso la espalda a mi mujer mientras ella cuelga el teléfono y ríe nerviosamente:

-Ya detente, sabes que me encanta eso y no tenemos tiempo. Estamos invitados a almorzar a la casa de nuestro pequeñín.

Avanzó rápidamente la mañana, de un momento a otro ya estaba sentado en la mesa, rodeado de gente que reía, conversaba efusivamente y comía. Reconocí a mi hijo, a su mujer y a mi nieto. Se veían felices, me sentí tranquilo. También estaba mi hija, está en plena juventud así que se le veía un poco aburrida, pero su sobrino la entretenía, tal parece que le gustaban los niños. Antes de tomar un poco de mi copa de vino, miré a mi mujer y le sonreí, ella entendió, siempre entiende.

Volvimos a casa de noche, la tarde pasó entre juegos, anécdotas recordadas y cigarros. Nos hicimos un café, y nos fuimos a acostar, la edad nos daba menos momentos para amarnos, el sueño nos vencía más y más, pero nuevamente nos dormimos abrazados. Sentía una paz interior hermosa.

Desperté, pero me sentía incómodo. Me costaba moverme y no podía hablar, toda la habitación estaba blanca, y mi mujer me tomaba la mano y me miraba con tristeza.

-Mi amor, despertaste. ¿Cómo te sientes?, los doctores dicen que te repondrás pronto.

Me sentía mal, realmente exhausto. Pedí con gestos papel y lápiz, un tubo en mi boca no me dejaba hablar. Escribí en una servilleta.

"Te amo demasiado, gracias por estar siempre a mi lado. Saludos a los niños, diles que estoy orgulloso de ellos. Y cómo bien sabes, todas mis letras siempre fueron para ti, allí me encontrarás, para siempre."

Ella leyó la servilleta, derramó una lágrima, me besó la frente y yo le tomé la mano fuerte. Sentí que tenía que dormir, así que cerré mis ojos lentamente mientras la escuché gritar.

-"¡No te puedes morir, mi amor, no! Te amo.."

Finalmente dejé de oír su voz y me dormí.


Desperté sobre mi cama, el sol me pegaba en la cara. Miré a mi alrededor, las fotos estaban desteñidas por el sol, el silencio era desesperanzador, mi cara estaba salada y húmeda. Otra mañana solo, pero feliz, porque soñé y viví mi sueño.
De todas formas, era solamente otra mañana solo.

domingo, 15 de agosto de 2010

Multiversos...


Con la mirada de un enfermo terminal sin morfina, de una forma similar a cuando te acuestas pensando en que gran parte de tu día transcurrió sin ocurrir.
A oscuras tanteo la habitación, me duelen las rodillas de tanto gatear tras tus besos. Un bisturí no basta para sacarte desde mi interior, un recuerdo se hace necesario para morir, para sentirse sin vida, desterrado de mi propia existencia.

Una herida que no ha dejado de sangrar, una sangre que no has dejado de beber, un beso que duele, un dolor que enfría y un frío que mata.

Se hace imperante caer hacia lo más profundo de la soledad, huir desesperadamente de tus ojos, correr lejos de tu calor.
Escapar hacia atrás, sujetarme de un recuerdo, de una letra, de una frase, algún sueño roto. Volátil es la felicidad, tan volátil que es y yo todavía no aprendo a volar.

El universo no me basta, necesito de un multiverso, de variadas posibilidades para ser. Una existencia paralela en donde realmente te puedo retener, en donde podemos ser, en donde esa herida cerró, en donde yo crecí.

Huyo hacia el núcleo de la soledad, me encierro en la habitación y solamente se oye mi respiración agitada. Amanece el cielo gris, un sol que no caliente, un mundo que no encuentra su color. ¿Cómo podría tenerlo, si todas las tonalidad que existen las pude encontrar sólo en tu iris?, y ahora ya ni siquiera eso me queda. Sólo me queda ese túnel de papel que construí entre nosotros, esas páginas doradas en donde todo sigue brillando todavía.

Un espacio que no se puede llenar, los días que ya no pueden volver, las palabras que no escucharé otra vez. Nostalgia.
Rígido el exterior, para dar una buena impresión; pero con el interior agitado y desconsolado. Así no se puede vivir, así no se puede morir.

El camino se detuvo y yo me recosté sobre el pasto a descansar un segundo, lamento que no estés en este momento. Y puede que sonría, de vez en cuando, pero nunca las sonrisas serán igual.

Hay lugares en donde me quiero quedar por siempre.
Y creo que dijiste que había que darle tiempo al tiempo, comparto la opinión, pero debo confesar que el tiempo no pasa silenciosamente y de manera cariñosa, es ruidoso y duele.

Para volar es necesario aprender a caminar, y para aprender a caminar es necesario gatear. Así es la vida, lo digo yo que soy un inválido.


Se hace imperante caer hacia lo más profundo de la soledad, huir desesperadamente de tus ojos, correr lejos de tu calor... Pero incluso allí, en mi soledad más intima, incluso allí te encuentro.
Me declaro absolutamente incompetente en este aspecto, no sé, y no puedo, vivir sin ti.


jueves, 5 de agosto de 2010

Absurdo...


Y intenté alzar la voz, gritar tal vez, pero la habitación continuó en silencio. Quieto.
El manto cubría gran parte de mis pies, tenía un plan para enfrentarlo, y aunque tenía todo pensado, el calor de mis pulsiones me derrotó.
Al borde, salté.

Hablé, casi susurrando y me sentí absurdo al contar todo lo que quería decir. Inválido. Ver algo más allá de mis dedos perdidos en sus propias sombras, crear un aforismo útil, alguna pista que me pudiese indicar el juego. Infertil.

Atrás es demasiado tarde, Hoy tiembla y Mañana está lejos.
Aférrarte a lo que encuentres.

sábado, 31 de julio de 2010

Saliva...


Miré hacia un punto desmarcado del infinito, un punto muerto, un paisaje muerto. Lo cómodo ya no lo es más, los golpes ya no duelen tanto, la piel se enfría un poco más. Palabras miserables, un amparo quebrantado y el reloj de arena sigue moviéndose.
Tan ajeno me siento, tan fuera de mí, tan lejos de todo. Incluyéndome.

Abstracto el cuerpo, sólido el sentimiento, piedras en la garganta, los pies rotos. El camino agrietado, los ojos cansados, el pelo húmedo y tú todavía no apareces.

A tus ojos todo parece poco, muy poco el tiempo, muy poco cariño, muy poca dedicación. ¿Muy poco soy yo?
Un vacío en el interior, el universo se perdió en su inmensidad.

Cuando el papel de las cartas corta profundamente, cuando la sangre deja de fluir y los recuerdos se ven minimizados, te mostraré todo lo que queda en este lugar.
Dañado y olvidado, desafortunada suerte, es tiempo de que vuelva a casa. ¿Todavía nos queda tiempo?


Lentamente se van escondiendo todos, todos los amaneceres, con una calma que desespera sonríes.
Tragando saliva, ácida la estupidez de la conciencia, por más que mire el cielo, he caído demasiado profundo en el abismo. Duermes.

Aprendí que la verdad es mentira, y que la felicidad está en la cosas simples.

"El dado está rodando y sabemos el número que arrojará, ¿apostarás de todas formas?. Te invito a jugar para perder, para perdernos un tiempo, tal vez toda una vida."

martes, 27 de julio de 2010

Mami :)


Adiós, muchísimas gracias.



viernes, 23 de julio de 2010

Lo peor...


Con solemnidad miraste el portón que estaba frente tuyo, una muralla que existía para detenerte el paso y lanzarte más adelante que tu sombra. El héroe ya está muerto y sepultado, escondido bajo tierra, perdido entre las raíces de las esperanzas que fueron puestas en él. Abandonado.
Ahora que nadie te puede proteger, ¿hacia qué brazos correrás?
Romanticismo de contrabando, ladrones de buenas intenciones, asesinos de estrellas.
Saltando alrededor del fuego, invocando la vida, caminando por sobre el agua, llegando más arriba que el vuelo del pájaro cósmico.
Un puño en alto basta para dejar de vivir, asesinar al padre y la madre, hijo de nadie has de ser. Ninguno es tan débil, no como tú, no como yo. Expectantes, sufrimos, por que se dispare la última bala de la carga, la última herida, el último beso. Deseosos de que la sangre corra, de que el amor se derrita y de pisar las cenizas, de escupir el rostro del amado.
Complicado es el camino hacia tu casa, tú eres la luz de todos los ciegos, la voz para el sordo, la razón para el animal.
Intenta levantar tu cabeza hacia las nubes, llévate las manos a la cara y sácate los ojos antes que aquel cuervo te devore por completo.

Algo nuevo que muere en tu interior, un sueño nonato, un destello que fue abortado. Vulnerable estás. Lo peor es que ya no te puedes levantar, chocaste demasiado fuerte.
Y son nuestras narices las que sangran desvalidas de todo contacto con algún olor distinto al rojo. Pedirte que te quedaras no sirvió de nada, contigo nunca nada sirve, todo lo que haga siempre estará mal. Lo peor, es que sigo intentándolo.

¿Por qué no te mueres de una buena vez y descansas finalmente de tu existencia?
Tus errores se dejan caer sobre tu espalda sin benevolencia, tus aciertos no los quieres ver.
Vomita a un lado del insomnio sentimental, ese insomnio que te alejó de todo el pueblo, que te alejó incluso de tu propia vitalidad.

Te diste por muerto antes de que el dedo tirara del gatillo, te diste por muerto antes de haber nacido, te diste por muerto antes de ti.

Lo peor es que por más muerto que te sientas, muerto todavía no estás.
Esquiva, arranca, apuñala y desgarra esa mirada que me impide matarte, que te impide ser feliz, que no te deja llorar un poco menos.

Salta. Salta y cae sobre mí, lejos mío, pero que no es tan distinto a la herida que tengo en el costado.

lunes, 19 de julio de 2010

Esperanza...

Una entrega incondicional para hacer una metáfora de la importancia que tienes para mí. Ojos que ruedan por tus manos, palabras que se escriben en tu espalda. Destruirme para demostrar que soy mortal, descifrar el lenguaje de tus pies para poder bailar contigo, abrazar el caos que nos une, estamos juntos y la noche es demasiado larga. ¿Te puedo besar?

Errores a pagar, horas inanimadas, y una distancia que se siente tan antinatural. Existes. Sólo cállate y abrázame, dime que nunca te irás, porque sé que no quieres que tu cama esté fría. Corriste a la deriva, y me encontraste donde no querías verme. Amas.

Mucho camino hemos recorrido, muchas lágrimas derramadas y muchas sonrisas regaladas. Caricias necesarias para dormir entre tu pelo, me estás matando y no puede ser mejor. Suavizando las palabras más duras con tu voz, adicto soy a tu sudor.

Sentados estamos, cantando movimientos cálidos, anhelando que el tiempo se detenga. Páginas nos protegen, recuerdos nos entibian los cuerpos. Nos volcamos sobre nosotros mismos, una metamorfosis.

Un paso a la vez, segundo a segundo, pero juntos.

domingo, 18 de julio de 2010

Juego de niños...


Casi como un destello en tu piel, casi como un juego para madurar, una vida que salir a buscar, a mi identidad le falta aliño.
¿Todavía piensas que adentro de mis pantalones se esconde un secreto?, yo creo que tú eres dueña de la intensidad, nadie nos ve abajo de la mesa, demos rienda suelta a la imaginación.

Un roce, algodones de azúcar caen al suelo, ya no tienes donde esconderte. ¿Quién te levanta cuando tú me besas más abajo del ombligo?, y sin embargo yo me quedo abrazado a esa esperanza remota de que el juego va a continuar. Entre sumisiones y miradas furtivas encontramos la manera de impactarnos, de colorear nuestras siluetas, de dejarnos sin aliento, de crecer.

Hay distintas trincheras en donde albergarnos, distintas posiciones a ejecutar, y aunque el cuerpo nos pida parar, jugamos hasta que amanezca, tal y como papá y mamá lo hicieron alguna vez. Y por más que esquivamos en tren que nos va a golpear, nos tendemos sobre los rieles y nos dejamos aplastar.

La noche recién comienza, y los vasos que tomamos antes de mirarnos me han comenzado a marear. El mundo gira, yo también. Apostaremos la carne, la dignidad y la niñez. Yo te susurro una clave al oído y tú me das la espalda. Te sientas sobre mí y buscas en el cielo alguna estrella fugaz, me pongo sobre ti y te protejo de cualquier criatura misteriosa que te pueda dañar.

Te expones a mis ojos, sano tus heridas con mi lengua, tu limpias mi fusil sin balas casi con amor.
¿Nos queda algún consuelo, alguna excusa para no sentirnos bien?
Un juego de niños, una carrera enajenada por encontrarnos al otro lado de la habitación, por encontrarme en tu interior y que tú me sientas dentro.

Entre gemidos y balbuceos que no entendí aprendiste a hablar.

viernes, 16 de julio de 2010

Elefantes..


Un grito ahogado la profundidad del firmamento, casi me tropiezo al saltar, casi pude volar sin alas. Un viaje cotidiano y sin brillo, una paisaje opaco, una sensación color gris.
Somos muchos elefantes caminando sin rumbo, grandes y torpes, solitarios y secos. Las manos arriba, el pelo al viento y una sonrisa que no sirve mucho.
No supe cuándo, ni en qué momento me perdí, pero estoy definitivamente vencido, dejado a mi suerte, sin violines sonando de fondo, sólo se oye el ruido de los autos pasar por la calle.
Cabizbajo se encuentra el núcleo del planeta, el mar está calmo y las nubes no se mueven.
Nada está vivo.

Una balanza desequilibrada, una ironía que pasa la cuenta y un puñado de sueños que no despertarán mañana. Creo que también me siento mal, pero eso ya no importa.
Te dije que la vida no era rítmica, nunca lo es, sólo sabe cojear.
Tal vez estés mejor de esta forma.

Pies pesados, miradas perdidas en algún horizonte que sólo puede existir en un universo paralelo, paralelo a nosotros. Casi como buscar un grano de arena albino en una playa cuando es medianoche, como besar el viento o tratar de retener un susurro, así de idiota puedo llegar a ser.
Con la piel dura, casi impenetrable, busco un poco de agua en medio de un desierto llamado vida.
Hay días en que sólo quiero morir un par de minutos para poder tomar un respiro.
No me necesito, nunca lo he hecho, pero por algún motivo desconocido, todavía no me puedo abandonar.
¿Cómo hacer para que no me duela mirar mi sombra?
Creo que olvidé gritar que le tengo miedo a dormir solo, pero ya salí volando por la ventana de tu habitación, envuelto en silencios, sostenido en el aire gracias a la gravedad.
Y todavía no entiendo por qué todos corren, y por qué siempre termino sentado solo en la mesa.
¿Es necesario que se vayan hoy?

A pesar de todo no estoy apurado, porque sé que algún día, todos terminamos siendo elefantes que miramos el mar buscando alguna respuesta que no existe, ni quiere existir.
Esta noche nada me asustará, solamente sentiré frío.
El espejo regala el reflejo perfecto, no lo soñé y me mata, por eso hoy brindo a tu suerte.
No me veas ahora, con tus ojos ciegos bien abiertos.

Soy un elefante que camina directamente hacia lo más profundo de su soledad.
No, no lo soñé y por eso ahora te extraño.

martes, 13 de julio de 2010

Dañas, luego amas...

Tienes una habilidad especial.
Algo en tu interior que se refleja a través de tus ojos.
Y que brilla con tanta fuerza que me desespera.
Algo que me obliga a odiarte cada vez más.
Una cosa que me causa dolor al mirarte.

No te acerques o me iré.
Ni siquiera intentes amarme,
es tarde para eso.
Esa estúpida necesidad que tienes
de igualar cada y una de las llagas que te dejé.

Detente, vete y no me hables.
¿Por qué haces daño tan pasivamente?
Perra idiota que no tiene idea sobre cómo herir.
Tu mierda de indiferencia e inocencia no te sirven esta vez.
Y no me importa si todavía estás acá,
si te lo follaste, debiste mandarme una copia de la grabación.
Nunca supiste cómo amar, mucho menos vas a saber engañar.

¿Por qué me haces daño tan pasivamente?
Me hieres con cariño,
atacando el punto vital,
pero lo suficiente para que no sangre tanto.

Tan vacía como puedes estar,
todavía con el rostro sudado,
y con una sonrisa idiota en tu cara,
finalmente comprendo que tú,
Dañas, luego amas.

sábado, 10 de julio de 2010

Reflejos/Reflujos


De una forma enferma encontré la manera para no volver a caminar sobre los mismos pasos que arden bajo la lluvia. Vamos, te invito, a herirnos de muerte, a dejarnos tirados sobre una nube fría y emocionalmente inválida. Y es que, tal vez, caí demasiado bajo.
El doctor me habló sobre gatos neonatos y las luces de los autos. ¿Estaremos bien?

Convertirme en mi mejor enemigo, un actor secundario en la escena vital, una mirada de soslayo que no causa dolor. Juguemos a ser sordos, a no conocernos, a no existir. Tengo ganas de comerte viva, parte por parte, sin aliños ni lágrimas, solamente debes sonreír y jugar conmigo.
El doctor me habló sobre gente normal y lo dañino del sol. ¿Estarás bien?

Y probablemente haya sido demasiado tranquilo contigo, porque ambos sabemos que tú sólo puedes amarme cuando te dejo abandonada, cuando te obligo a llorar. Es mi culpa, lo sé, pero no logré juntar el dinero necesario para comprar el látigo de cuero que tanto te gustaba, y ese disfraz de oveja que me quería poner.
El doctor me habló sobre platos rotos y pulsiones de muerte. ¿Estaré bien?

Lo siento, pero nunca me gustaron tus almuerzos, nunca me fascinaron tus miradas ni tu cariño. De todas formas tengo claro que ahora estás bien, aquél que ahora te hace el amor y te da nalgadas te importa más que lo que puedan decir los conejos que dejaste a medio morir sobre nuestra cama. Malditos conejos que no me dejan dormir.
El doctor me gritó algo sobre toallas sucias y luciérnagas aplastadas bajo mis pies. ¿Estarán bien?

Y supongo que al final no hace falta despedirnos; una patada en la entrepierna, un beso en el cuello y un susurro al oído, y yo podré seguir viviendo tranquilo. Tu ropa interior sin lavar y el aburrimiento de los domingos por la mañana me recuerdan a tu personalidad. ¿Cómo es que no puedo dejar de recordarte?
Tu rostro se refleja en las gotas que caen en mi piel, pero tu espalda es demasiado pesada para mi memoria, y tus pies demasiado ligeros para recordarlos. Para mala suerte mía, ahora me enfrento al más fuerte, al único que es incapaz de tenerme piedad, al que no puede mirarme sin dejarme catatónico.
Dentro de todo lo horrible que fue nuestra relación, extraño la calidez que encontraba al interior de tu vagina, la indiferencia con la cual me besabas y los abrazos que me dabas casi por obligación, pero no volveré a ti arrastrándome como siempre soñaste que lo hiciera, prefiero comprar una película pornográfica y imaginar nuestros rostros sobre los cuerpos de los actores. Si tuvieses el cuerpo de aquellas actrices volvería rogándote por una noche más, pero no, lástima por mí.
Casi como si formara parte de un macabro concurso de televisión, de esos en donde te preguntan estupideces y te muestran imágenes de niños muriendo de hambre jugando fútbol, mujeres tomando sol en alguna playa del caribe y la tumba de mi madre. Casi como si formara parte de uno de esos programas, quiero golpear en el rostro al animador y desnudarme frente a las cámaras, y gritar con desesperación "¡que se joda el fútbol, los culos bronceados y mi madre!", pero sé que no tengo el coraje para hacerlo.
El doctor soñó con su amante y las vacaciones con su familia, luego imaginó el auto que siempre deseó tener y contó las arrugas de sus esposa antes de dormir.

Después de una hora de oír al doctor hablar, pensar en tus mejillas y tu pelo por las mañanas, me levanté enfurecido y le grité:
-"Al crecer nos hacemos más fuertes, ¿más fuertes a qué?. Supongo que a nosotros mismos."

El doctor me miró, se levantó de su asiento y me extendió su mano. Yo estreché la mía con la suya, y mientras me miraba sonriendo me dijo: "Muchas gracias, es usted un excelente psicólogo, justo eso era lo que necesitaba escuchar."

Yo me quedé de pie en silencio, mientras el se retiró de la habitación. Miré la hora, y me percaté que se me hacía tarde, saqué un regalo de uno de los cajones de mi escritorio y guardé las llaves de mi auto en mi bolsillo, mientras bajaba las escaleras del edificio pensé:
-"Espero haya comprado el látigo con el cuero indicado..."



sábado, 8 de mayo de 2010

Agua y aceite...


Un viaje que se perdió en el camino, un lamento que nunca llegó a destino y un cigarro que no se pudo apagar.
¿Cuánto duele mirar tu reflejo en el agua?
¿Cuánto cuesta prender fuego en el cielo?

Sin mirar atrás, sin esconderse ni dejarse ver a aquello que circula de lado a lado etéreamente, confundidos sin encontrar esa luz que no existe, pero que creyeron ver en algún momento de su desangramiento fetal.

Un sonido perdido en un vacío humano, ese vacío que no te deja respirar. La inóspita sensación de sentirte abandonado a la suerte que alguien eligió para tu vida, hablo de vida y no tengo idea si acaso estoy vivo. ¿Razón o razonamiento placentero?

Morbo que masturba tus ideologías y que te desgarra el aliento, algo así como una maduración a la inversa, un salto hacia lo más profundo del mar, un gemido que arde o tal vez una lágrima de amor.

"Te quiero encontrar desprovista de todo lo que significa ser tú misma, te quiero sentir muerta, un anhelo que puja por representarte viva y sonriente, unas ganas de abrazar tus tobillos y limpiar las estrellas del cielo para que brillen un poco más durante esas noches tan tiernas que terminan solas, deshechas y en paz.
Somos uno, soy uno, son todos en mí en tanto ustedes no son más que mis miedos más inconscientes. La felicidad aparente no es más que un vaso lleno de agua, y yo soy solamente una gota de aceite flotando en medio de ella, vagabundo y displicente."

"Tu no eres más que yo, al momento de comprender que tú eres mi reflejo y yo soy el tuyo, a fin de cuentas, somos ambos solamente una ilusión, un destello de una luz desconocida, un segundo dentro de nuestras vidas, una gota de lluvia en medio de una tormenta, un brillo en la pupila al momento de recordar."