miércoles, 19 de diciembre de 2012

Camino al centro.



Que si el cielo se viene abajo es cosa de aquellos se preguntan por el olor del miedo. Como si la muerte trajera un poco de frío, nos abrigamos en la carne del amigo. Presencia en la carencia, humanamente sujetos a los caminos que llevan a casa. Futuros para los muertos: inciertos, pero quizás sean contigo. 

Tal vez el ojo no puede el huracán, tal vez mis años nunca volvieron atrás, tal vez nunca tuvimos tierra en las mitades, tal vez nos separamos lejos de las sociedades. Presos de la mañana en el hielo del olvido, se quemó todo lo escrito en la piel de tu suerte, regálame un poco de tu muerte, entrega lo que quieras recordar. 

Así, ni tan iguales, nos fuimos asesinos en un perdido destino. Sentados sobre las manos, las manchas de las piernas nos decían lo que era la amistad, sigue tranquilo el viento en los latidos, persiste mi dolor por no hallar esa comisura de invierno, esa ansiedad del calor eterno.

Avanzamos, sin tocar los momentos normales, nos desplazamos desde las rosas hacia las ausencias. Nos fuimos, casi sin pisar, lloramos solamente cuando nos encontramos sin luces. 

"Cuando las estrellas tocaron su mismo cielo, cuando la mano se extendió dentro del hermano, cuando las semillas crecieron en libertad: en ese cuándo se contiene toda la esperanza de volver a comenzar eso que nunca comenzó, morir sin haber nacido, recordar desde lo perdido, amar con todos los sentidos.
Una reina contenida en una arista, jugaba con los lunares que sujetaban sus hombros pintados con papel. Esa misma que rasca las horas colgando sobre el nunca y el después. 
Sosteniendo la cruz entremedio de los pies, sintiendo el pecho salirse para no volver.
Por el lado nos saludó la vida, nunca supimos ni cómo se veía, tampoco si era tuya o mía. 

lunes, 3 de diciembre de 2012

Mitad.

Que vengan todas las noches que nacieron a medias, que vuelvan todas las palabras a ser fruto de lo ajeno familiar. Ni pensamos el futuro, ni ideamos la vida. Abrimos las mochilas para cerrar la cortina, tapamos el aire con toda pupila, desafiamos con fuego la fuerza que no deja flotar. Conversamos hasta la mitad de las frases, construimos la muralla al revés, nos aferramos la fe por no querer caer.

Hacia dónde iremos ni lo pretendo ver, escondiendo la resina, la mano amiga para inflar las sillas, tu vida no siempre tuvo control. Antes de la razón se anida el trozo de la herida que el tiempo no sanó.
Falta de sobra lo fatal de la triada accidental, todos los días el festín para los que vienen a descansar. Más allá de los cuerpos se no fueron las lágrimas que sostuvo el miedo de la ingenuidad.

Abrimos los países para festejar, lo esencial de la tierra es que se puede cultivar, lo esencial durante los días es que sonrías una vez hacia atrás. Devorándome la angustia a cada caminar, pensar en malgastar la voz discutiéndole a Dios lo incierto del viento, su deseo es tan mortal como el inflamado perdón. Se nos cae el incendio de la lengua en amor, cada diente se pasea por pasión, cada gota no siempre es de sudor.

Nos comimos las migas del sueño ileso, de la flor que deja pensativo, del cangrejo que viaja sobre lo añejo para doblar la ceguera en sinceridad. Saltamos las cosquillas con tropiezos de besos, abrigados por versos, anclados más viejos sin el perro entristecido.

Pero el problema de la rutina es que se nos mueren los niños, el problema de tu sangre es que ya no siente el calor, el problema de la noche es el hielo que trae tu olor. Planeando sobre el yugo matinal, jugando una ciudad que nos hizo llorar.

Considero latente el hecho de no haberte entregado más, quizás mi vida, quizás una canción para despertar. Despedirme del tranco que rayamos con el verde árbol de la amistad, que el negro parece blanco, que la vida nos golpea idealizando, que soñamos la vida que no quisimos disfrutar.

Tal vez invitarte al borde, empujarte el centro hacia lo popular, romper la campana que nombra las horas del  panal. Se nos muere el mar, se nos arranca la piel por no quererla tocar, nos caímos juntos para querernos el vacío existencial, nos morimos en par para poder sembrar, nos gastamos los pelos de tanta mirada tirada al azar.

"Abre la mano para poder pintar, entra el pecho hasta el miedo tocar. Afina el cielo con nubes del otoñal, provocamos el revés del instante momentáneo, iniciamos la caravana que no quiere comer. Empañamos la cara al susurrarnos la costumbre, suplantamos la semilla para que el amor no fuese tan cruel. 
Tan cerca que se ven de lejos, tan perdidos que no saben hablar, tan rotos los pestillos que pudimos pasar.

Si la tinta corre, si los pasos dejan huellas, si mi historia se escribe en tu boca, yo me hundo al segundo de encontrarte el palpitar."

lunes, 5 de noviembre de 2012

Los que quedan flotando.




Ser extraño estandarte sostenido por furia sobre la ciudad, ser el frío que cala los huesos y sacude el corazón. Sin caer en la cuestión de razón sujetamos el uno al otro los extremos de la cama.
Casi a punta de risa se nos fue la hora para respirar. Una gota de carne, un diente letal, un olvido para escuchar. Quizás dormir era lo mejor que sabíamos hacer, pero no se nos quitó el hambre de volar, nos bajamos junto al rosal que escribió por noche la ruta del príncipe fugaz.

Merodeando lo que se quiebra nos revolcamos, temerosos por lo que se pierda en un beso y un ayer.

Tanto pájaros como errantes, los ausentes del salón, los que anhelaban descansar.

Enyugados por el mismo enjambre, cansados -ambos- por reflejarse tras el cristal. Adoloridos los cuerpos que se remiendan a punta de caricias en sal.
Tantos idiomas, tantos gestos entre una broma y una proyección.

Dulce la vida del que muerto responde desconcertado desde la caótica realidad, del que limita la pregunta frente al sujeto, del que es tanto borde como centro contenedor.
Un dolor que no juzga para mal ni bien, un tibio susurro para descansar del color.

Darnos a veces tanto como nosotros, quedarnos entre manos alimentando la niña revuelta, destruirnos el mundo para intentarlo habitar, abrazamos el deseo tanto vivos para hallarnos sueltos. Sobra el resto cuando las piernas calientan el misterio, sobran sueños cuando cruzamos el mirar.

Quitarnos en un verso la vida, quedarnos sujetos en un momento que nos permita amar, intencionar la lengua inquieta y dibujar tanto mi existencia junto a tuya, como la libertad y la dignidad.
Una letra vieja que ignoramos para poder avanzar, una búsqueda del uno por el otro para el nosotros, para valorar -cual insecto en la ciudad- el destello de la rebeldía iluminando la noche de felicidad.

Los colores de tus dedos pintan alegres la sonrisa del que no supo crecer, y si se te asoman las venas yo me convierto en tu piel.


viernes, 12 de octubre de 2012

Ápice.

Partir la duda con la sospecha del corazón, romper la viga que sostiene el telón para mirarnos los ojos sucios de tanta razón.
Justificar acción por decepción, aquí no se ven caras sino cascos para el pensador. Deslumbrados de tanta novedad, instaurados sobre la sangre de la historia colonial.
Más tanto que me pido no encuentro regreso a lo cálido del dolor, interpretándonos un color para soñar, un ciclo más para volar. Hallar entre sus brazos constelaciones perdidas por querer ser algo mejor.

De pie al sol y la cabeza bajo la luna, pálida perfección que sonríe para vivir.
Engendramos tantos dioses como niños despojados de ingenuidad.
Nos proponen pisarnos para dejarnos caminar.

Hacernos esto o lo otro, tocarnos solamente para pasar adentro del uno: el nosotros.
Diré que sí cuando amanezca sobre la orilla de la ciudad, te toqué al principio del final.

miércoles, 3 de octubre de 2012

Loco de madrugada.

Hoy la lágrima desliza la memoria bajo el lunar, hoy la lluvia teje con nostalgia su historia, hoy amanece viejo el sol ciego que ilumina todo por igual. Es así como lo material constituye nuestras alturas y los rituales sobre el barro se deciden a jugar. 

¿Quién acompaña la sinapsis floral, la conciencia que analogando baila con la moral?

Late y palpita el cuerpo desparramado por una ajena victoria, el rayo baja a velocidad y asalta para comer pan. Violencia que dibuja la joroba, entre tantas penas lo cotidiano se nos ahoga, entre sus manos la médula emocional deja de recitar. 

"Cuando se nos vende nuestra propia dignidad en créditos la sonrisa corta la piel industrial. Somos la generación a pilas, hijos de la sociedad abusiva, la mente televisiva con libertad ficticia entre nosotros los reos. 

Marginada la melodía entre el genio y la porquería, ocultada voz avanza hacia atrás.

Se mete la pupila en este enredo, asoma la inocencia para que la vengan a fusilar, asoma tu soledad y la mía, asoma la garganta sobre el veneno, asoma la pasión por sobre el credo.

Paseo mi costilla junto al ideal, recorro los cuentos que quedaron por contar. 

Ni las sombras acompañan la tristeza que goza con lengua propia, ni siquiera tu boca colorea el cansancio del desvelo intencional."


martes, 25 de septiembre de 2012

Cosquillas para madurar.

Traspasar cada ventana con el instinto desgarrador de la violencia que las miradas sumergen en la oscuridad. Callar a veces por la niebla que se somete en tu boca, la piel del espejo es el imán que camina hacia el mar. Esa tranquilidad propia de la semilla que florece entre sábanas y amistad, quizás decir adiós no sea todo el final, tal vez quedarán sonidos por escuchar.

Tiembla de fricción el cuerpo contra el pudor, aunque mis suspiros canten cicatrices el cielo de todas formas se nubló, opacada la noche entre las manos virginales atadas a la cintura. Nunca jamás te odie en la duda, sólo en la certeza encontramos amor, sólo en la muerte quedo yo, sola escondida de las arrugas por no querer ser feliz.

El verbo no había, las ganas me las gano cuando apuesto a caer. Sin aire ni trapos levanté el instante, la corriente me robó la identidad, la vertiente que me vio nacer. ¿Qué fue eso que juramos y dónde quedó?, siempre nos desangramos para oírnos gritar.

Si éramos todos nos contamos los pies, nos inflamaron la cosquilla y el aliento, vidas quedadas a un lado del centro elemental. Se abre la puerta de tanto dolor, se plagaron las callen por rabia y sudor, se llenó mi cuerpo de tu color.

Será que yo tampoco fui, será que nuestro silencio es puente para antifaz, será que el sol de nuestro encuentro nos quiere olvidar. Me suelto para hallar el intento, me muero por fuerza del hambriento, afirmando el alimento nos tocamos sin dirección.


Darme la más irrespetuosa opción, recordar donde nunca existí, sonreímos para vernos llorar.

Acá nos detuvimos a dibujar la raíz del país que queríamos fracturar.

Entre saltos viajé, entonces, por sobre el cielo que estaba abajo.

Faltando la rosa que nace junto a la banca, junto a la cama que sostiene la ausencia asesina. 

Pájaros volando dentro de tubos plásticos, flotan chiflados por los dedos añejados y una lágrima loca.

Intensivos los cuidados para los desahuciados, profunda llaga doliente en la rutina del animal.  

La flor quieta en cama ya no sostiene la respuesta vital, tampoco las flores que ahora abrazan sus ojos.




lunes, 27 de agosto de 2012

Salvajes.

Siempre queda algo que se olvida esperando, por las noches, cayendo en el espacio entre dientes que de rabia aman para morder.
Si los pasos no saben lo que dejaron detrás del juego, perdemos con el día, lo que entre nubes se aleja por sumisión al patrón.

Sujetado a la inconsciente voluntad, amarrado por la impotencia del cariño que no accionó.

Borrados los recuerdos que no serán, extraviada la noche brillante en la soledad. Erróneo se me hará contaminar la saliva con re-sentimientos, equivocado mi estómago al llorar por su calor.
Nos cubrimos con la distancia, intentos muertos para conocer lo que más allá de la frontera no se ha querido ver.

Siempre unos por sobre otros, siempre otros por sobre el yo.

Espiral eterna, en repetición del ayer.

Consumida por la luz que no ilumina, devorando con ansiedad la mano que roba y da de comer. Iguales al parecido por querer ser distintos, igual el destino que escribimos al que nos pensamos mientras el humo habitó la memoria, igual al fallar en desear monopolizar su felicidad.

Ritual para el salvaje, resistencia desde el puerto hacia el amanecer.

Duele, pero dejaremos de nacer.

viernes, 24 de agosto de 2012

Simulacro.



Crecer hacia adentro es volver a perder, tender hacia la infinitud del ser es un capricho más a satisfacer.

Querer, en el arder, ser luz para la nada, intentar alumbrar nuestros rostros para acallar.

Atravesar el lenguaje en la privacidad, insertar lo social en medio de la propiedad.

Dialogar la dialéctica, silenciar la voz del que pudo y no quiso hablar.

Pasar la oportunidad de realizar, sustituir inocencia con el más acá.

Ir y caminar por las grietas de nuestros cuerpos, encontrarse la carne para animar la moral a ser menos normal.

Sostenidos por la cercanía del capital, abrazados por amores sin amar, levantados sobre la nube industrial.

Hijos únicos, todos, del mismo ideal.

Preguntarse por el preguntar, detener y mirarse bajo el altar.

Dentro de la semilla, tranquilidad.

Combustión interna.




Quizás por sobre el ayer y el hoy, mañana tal vez, el pensar no es asunto propio de la libertad. Demasiados dolores por nacer, letras por escribir, no sé si vendrás.

Recordarte, así de viva, descalza por sueños, caminando junto al sol enfermero. Cuesta la risa, ahora, encontrar.
Cambios de oídos, cada cual entregado al morir en cada una de las lágrimas de su amor. Cantar, entonces, por amor al cambio social, a la fuerza del que grita por gritar. Si llego tarde significa que me falta desafinar el cerro y mi calma, tomé toda tu mirada para construir mi casa.

Creció la flor en la indiferencia de la democracia, se abrió la calle para el que soñó con ajusticiar a los desaparecidos.
Llena la tierra con su pensamiento, de pies nosotros los que tienen el cerebro creciendo en arbusto de flecha. Su alianza es para el resto, los marginados desde la falta, los divididos desde lo emocional.
Sácame el cuerpo hacia la semejanza, éntrame el aire para que vuelva a respirar, despierta el motor y comienza a protestar.

Una niña idealista, en sus cabellos la historia nace nueva, con ventanas en las palmas frías del invierno cerca de la (a)mar. Ojos quietos en la muchacha del aliento, de piel rasgada por la pasión, de sonrisas justificando la sinceridad.

Llueve sobre nosotros, los habitantes del bienestar.
Pasaron vidas sin perdón, nos pasamos tan profundo que rocé tu corazón.

Quizás por temor existe dios, quizás entre nosotros no se diga adiós.
Ni se anunció, ni se leyó las cartas por sobre el fuego de nuestra revolución.
Se escondió y enamoró, no se olvidó lo que tu rostro sonrió.
Despertar para sentir, el latir del lamento de alguna razón.
Murió entonces la respiración, un árbol de la boca hacia el dolor.

Abrió el pecho para que se escondiera de las mañanas, con pena y cotidianeidad se escribió la ausencia junto a mi cama. Te tengo aquí para mirarte a través de la pantalla, para sujetar los dientes que retomaron el cielo sobre septiembre. Despedirse, al fin, de nosotros: los caídos.

El mármol levanta un volcán de pájaros que me sacan a pasear, se regocija en su propia falta. El ataúd para vivir de más, sobre arena se convierte en humo nuestra humanidad. Tierras para las manos obreras, horizontes para los que gobiernan su propia miseria, incógnito el rostro para identificarnos la comunidad.

Dentro de la rabia estaba entonces el motivo existencial.
Dentro del color en vidrio: el anhelo por esclavizar la virtud.

Miedo con miedo, tus manos junto a la mías dibujaron el azar.
Entre bromas e imperios llegué a tu lunar.

Ni tan propio, ni tan yo; queda cruz por clavar.
Perdido por volver, dejo el vuelo sobre tu labio para morir en miel.

martes, 7 de agosto de 2012

Esquema de las historias.



Testigos de los días que se nos pasaron, por tan niños que envejecimos, casi sin darnos cuenta de las casas que nos quedaron por compartir.
Pregoneros del ayer, ilusos miramos el cielo buscando los ojos de un rostro familiar. Cuando vimos los gritos caer y nos llovió la vida hasta los pies, bailaremos dormidos sobre un vientre maternal.
Tal vez demasiado sucios para limpiarnos, redimidos por la saliva de tu boca en miel, restituidos en el suelo y pisados .

Colores para nosotros: los sujetos institucionalizados.
Canciones para nosotros: los amantes significados.
Calores para nosotros: los gigantes en rebaño.

 Intentamos el otro lado, pero no encontramos el mármol. Desaparecido entre sueños, uno dentro del "tu" es esperanza en lo verbal. Tuya, también, es la grieta hacia abajo.

miércoles, 25 de julio de 2012

Las arrugas del alma.

No fue piadoso ni admirable, incapaz de verbalizarze, mucho menos teorizable. Nunca llegamos a tiempo cuando dijimos que lo íbamos a cumplir; y alimenté el miedo corriendo espaldas al sol, sobre noches en frío volé para fotografiar realidades que mañana "tal vez".

Dos pasos dimos ya, el uno lejos del otro, cansado me dejé caer en tu lugar. De cabeza al espejo, ojos que se vienen abajo, bajo la ruta hacia el sur esperando la luz.
Si todas las miradas fuesen otra vez, seríamos los sujetos más felices en la cruz, y mientras yo sigo recordando tu luz.

Representarte en subida es la partida desde donde el camino te sale a buscar, encontré las fotos para navegar, encontré tu rostro un poco más acá. Insisto, somos los que vamos y volvemos, somos los que piensan que hace vidas ya, todo está igual.

Madrugadas en verano, sol en las manos, cuerdas que son parte del mar. Noticias para no asombrarnos, ropas que nunca nos volvimos a sacar. Juegos que atraparon la niñez en el paladar, besos que nos abrieron el pecho para llorar.

El silencio: boca adentro, ya no queda nadie más.

Partimos la mesa para cenar, seguimos los peces que nadaron entre la ciudad. Sólo por acercarme a una altura digna para saltar, lo que está en libertad.
Nos bebimos los demás, atravesó el cuerpo una mano ocasional.

Ya no estuviste más.

Ahora, quizás por tener estrellas en los pies, no cubro las penas al pasar. La tierra tiene historial para contar, mi reflejo no quiere lucir sobre metal.

El tiempo te sacó de tu habitación, las arrugas del alma esconden la razón del dolor en los años.
Me duele la idea de que: todavía nos queda mucho por pasar.


"Muestro lo que perdí hablando desde la falta, ya no quiero hoy perder lo que me queda sujetar. 
Juego el mismo juego que vuelve el tiempo atrás, busco entre los huesos tus ojos para despertar el alma." 

lunes, 16 de julio de 2012

Frases que quiero decirte antes de hacer el amor.

De llanto en llanto, del tiempo en tiempo nos soltó la mochila para subir el pie hacia tu cima.

Vengo escondido a la esquina de la razón, partimos el corazón para almorzar los dos. 

Conté el salto al pecho como intención de rutina, tal vez sin filas sea la revolución. 

No, con la vida se fue el perdón. Con su sonrisa, el cielo y su color.

Seamos el festín, el motín de viento en viento; seamos capaces de asesinar la paz y encontrarnos al fin.

Ni hombre ni mujer, la tinta no escribe sobre el sudor de la piel. 


      "Quiero cantarte un par de canciones más antes de hacerte el amor, quiero encontrarte tan afuera que estás adentro. Quiero que sepa el dios que se nos inflama el incendio entremedio del colchón. De cosquilla es nuestro gesto, viajamos lento por las sábanas del camino.

Seamos otra vez lo incorrecto, la palabra mal dicha, el pecado del maestro. 
Excitemos el verbo para volvernos viejos, levantemos la carne para ser risueños imperfectos."

domingo, 8 de julio de 2012

Las rimas exquisitas/deseantes.



El sentirse ajeno en la intimidad, el ser parte de una historia contada sin mirar atrás, tal vez sólo un disfrute, tal vez seamos sólo eso y nada más.

Muertos de estar vivos, despiertos porque el sueño quería libertad. Plural el verbo en lo social, posibilitar entonces al niño gobernar.

Atento, de una forma singular, lo particular del suceso: Estado de bienestar. 

¿Cómo no doler estos segundos que nunca tuve, y ya se van?

Malgastado, por momentos, de tanto ser amado en soledad. Creo que si algo debiese quedar sería memoria popular, historias con tierra y voz, historias del cantautor acribillado y los estadios en sinfonía de balazo.

Sé que a veces la dialéctica puede más que nuestra oportunidad. 

Corro y corro por sobre mis pies que se arrastran de tanto marchar, se sale el cielo de la cabeza y vuelve el ojo a mirarse la cien.

Peregrino sin dios, mesías sin agua para convertir en vino, el sujeto muerto en su discursividad.


¿Podemos ser dos en una individualidad?


"Exhausto de tanto buscar, abrí el jardín al cuerpo y me escuché desde cerca. Encontrarle el giro a la espiral y volver a bajar, pasear otra vez los sueños por las veredas de la niñez, acostarme a tu lado y dormir de pie. 
Ni pasado, ni proyectado; resignificaste la lengua para quedarte allí a descansar.
Cierto estoy de que puedo cambiar."

viernes, 6 de julio de 2012

Desde la falta.

Creo que en esta tarde hacen faltas demasiadas caras en la saliva. Ni la distancia ni las bienvenidas eran compartidas por el mismo cuerpo. Mentira tras mentira resistí la apatía, que si me dolía la vida era porque me habían hecho daño.
Supongo entonces que ha eso hemos venido, una lluvia bien a la orilla y un abrazo con las manos encendidas, se nos pasan los años jugando escondidas tras pasos hermitaños, levantar el enano sobre todo lo que brilla.

Desde cero hasta el diciembre, desde julio para el final. El recreo hospitalario, la carne bien fría, de rodillas dejé la ropa en el notario, envasado en lo arrugado, desde la madera en subida, horizontales las flores cuando no quedan peldaños.

Tal vez ha sido demasiado ya, encontrarnos tirados sobre la misma mejilla, soñando a diario con libertades de rutina, con las manos libres para pintarnos las cosquillas, si vengo hasta acá es para ver tu sonrisa.

Más una hormiga que hermano, más semilla y menos penitenciario.
Que se abran las calles para los ovarios, que envuelva el caos nuestro cielo contaminado.
Las cumbres son para los pájaros, lo social para nuestros pueblos.

Atrás quedo tirada el alma en el brote de batalla, cuando el cuerpo de deja de sangrar por sus lamentos ya no queda más por luchar. Sorbeteando el cigarro entre suspiros, la voz y el aliento sobre los asientos.

jueves, 5 de julio de 2012

Ideología.




Salir de acá, salir de la cruz hacia lo inmoral. Pecar la virginidad social, tropezar la razón con la espada clavada en la memoria. No es ninguno de los hemisferios los gestores de la insurrección, solamente la luz angustiante de la emancipación, aquella que despierta la mano que aprieta y que da cabida a la subversión del significado.

Sobre la mesa: las sobras del silencio, bajo las piernas: los amores envueltos en recetas de hermandad. Cuando nos topamos entre barrotes de miedo y nos brilló el malestar, un abrazo al destello para alimentar, con tu boca, el más loco de todos mis sueños.

Entender primero, que ningún gobierno luchará por nuestra libertad. Nací, entonces, con el mundo en los pies; como huyendo de la duda para encontrar dentro de la cuna la primera cotidianidad. Aquello se nos perdía, entre manos escurría la saliva de los asesinados. Los besos sin teorías, las camas más consentidas, lavarse el cuerpo entre peldaños, avanzar en la muerte para encontrar nuestra vida. Lo que más extraño es encontrar posibilidad de mirar fotografías sin que hagan daño. Quemar a los universitarios, matarnos todos para que muera el estado.

Que la lluvia riegue la mejilla para que florezcan los años, para que el niño juegue con el bastón antes de llegar a anciano.

Rimas para adornar el dolor del recetario, para que las cosquillas sean hechas por los carcelarios, para que las mañanas se dejen de reflejar en ventanas y nos alumbren los ojos más humanos.
Que la belleza no sea de revista, que la verdad no venga de una pantalla, que el voto no sea del diputado.

"Una vez pensé que buscar en mi interior sería descubrir un nuevo mundo para conquistar, cuando me hallé bien adentro encontré que ya me lo habían conquistado."

martes, 12 de junio de 2012

Antes del amor.


Entre tanto allí, nos fuimos en larga y eterna, casi como una caída sin pierna, fueron dos besos los del ayer.
No me digas así, que mi sombra no es para menos, eso está, eso se pensará, eso fue.

Entre los llantos que yo perdí, no es para más, eso tan sólo será. Infame la del perdón, la del mañana que volverá a sudar por aquí.
Y si vienes se nos cae el mar, lo que flotará, un cuerpo en amor.

Que la vida nos da menos y nos quita el peso, lo que será y lo que fue.
Callaran las venas sobre lo perplejo de la cena, eso no es tan así.

Por más que nacerás comienzas siempre en el fin.

Como si olvidar la partida fuese pan de cada desvestida, como volver hacia el jamás.
 No sé si me miraste o desperdiciaste la vida, nunca la memoria fue curtida con tanta sangre sobre la escena. No sé si me dejaste pasar o solamente abrazaste lo que venía detrás.

Así como si fue todo lo que vi, tu respiración.
Sostenerme entre tus dedos, perpetuado en la luna llena.
Misma luz para esconder la sonrisa tras la reja.

Si jugamos por jugar, ¿por qué no sonreímos lo suficiente?
Si nos quedamos para quedar, ¿por qué no desarmamos la cama un poco más?
Si nos hablamos por hablar, ¿por qué no callamos los labios dentro de un beso?

Por más que me sujete de ti sigue doliendo la identidad.

Cuya boca era melodía al fragmentar el mediodía, esa mirada que deja espacio a la contestación, a esgrimir el sentir como espada de seda, como blanco en la rosa marchita, como de mármol se vistió el disfraz.
Ni alcancé a mentir sobre la inmensidad, nos llovimos sobre las amarguras del cavilar.

Perseguimos las luces sobre la fogata en revolución, nos colgamos del sueño de todos para salir a marchar, nos vimos los miedos entre la edad y el gas.

¿Cómo pensaste en dejarnos sin terminar de girarme la voluntad?
Donde yo perdí la razón comenzaba a caer tu cabello sobre el paredón.

Nos robaron el tiempo antes de dormir sin preguntar.
Nos dolimos antes de poder quitarnos la respiración.


A causa del enfermo nos sobraba el pan, los dos necios creían sus soles con el dedo tapar, no tenían más camino que la historia para contar. Nos levantaron un imperio para no reinar, nos dieron las tuyas y te dejaron el tú. Para el cambio social, ni al estado ni a la constitución quemar, anular primero todo lo que significa nuestro ser. Solventar el lenguaje desde el pie y la nariz, enmarcar el rumbo al placer, nos relatamos más allá del bien y el mal, la carne para nuestra raíz, no contamos ni uno ni dos.

"Como en niño vive el juego, cuando nos liberamos los cuerpos y equilibramos los muertos, fue tu nombre la palabra construida en el adjetivo capaz de pintar el mirar."

viernes, 8 de junio de 2012

Declaración de libertad.



Otro cigarro más para forzar el pulmón a resistir, para que la habitación se ilumine entera con cenizas, para volver lo que queda hacia lo posterior. La contestación con dolor, me anularon el cuerpo para inculcar resignación.

Y cuando se cayó el cielo piernas arriba encontramos entre los muslos el perdón, no vimos alma alguna, nos abrazamos para escondernos del calor. Antes de mirarme ya me había ido, a buscar algo en otro, a buscarme allí en tanto imaginación.

Corté zapatos para ponerme a caminar, desgarré paisaje de tanto marchar, de tanto encontrarme a punta de malestar, desplazado hacia los espacios irrenunciables del fuego animal. Te fuiste demasiado lejos, te acostaste entre tantas letras que no podías hablar.

Tantas sonrisas utilizadas para aprender a sobrellevar, naufragio de vértigos sin corazón, abominable la escena con sobrada vuelta en espiral. Me construyo la continuidad para poder hacer una declaración de libertad, ni aparente ni subversiva, una que sea en tanto tuya, suya y mía.


"Ninguna claridad para esta mañana, en dos metáforas se escribe la eternidad: tanto más me importa la carne, el cuerpo y la emoción de ellos todos que nosotros somos, en lugar de una lápida a la derecha del señor."

viernes, 25 de mayo de 2012

Nosotros los hombres del ayer.

Como en el paso eterno me detuve a mirar la deformación del suelo, del golpeteo incesante de los años, de la fotografía más cansada de tanto esperar.


Así, y con las piernas en los bolsillo, levanté la ideología para volverme a matar. Con la inmundicia propia de nuestras manos saludamos a la bandera de la soledad. Casi uno para ser todos, los todos se reparten en uno. Ninguna reja frenará nuestro avanzar.

En una fractura de discurso nacen nuestros cuerpos, en un giro de lengua nos creamos tan iguales sin igualdad. Aborrecidos por los niños, tan grandes como simpáticos, crecemos sobre nuestros saberes plasmados en cartón, una línea más hacia el olimpo, una ley más para callar.

Nos metimos en casas para esconder pasiones, nos dibujamos las calles para hacerlas soñar, para pintarlas a punta de malestar, para sacarles lo bonito del paisaje y mostrarle lo humano del pasar, para que les duela en parte la vida, para que reinen su propia libertad.

Tanto así como creímos que el infinito era nuestro y que los muertos se debían vengar nos cayeron los sentimientos que habíamos plantado al lado del capataz, se vinieron abajo los monumentos, nos atravesamos desde la necesidad.

Fraccionados desde la mirada, nos faltaron gritos para hablar, nos sobraron tardes flotando en la risa elemental. Intencional o no, se nos fueron las sábanas pies abajo, se nos agudizó el puente y nos perdimos a encontrar.

Cual camino desconocido se posaron estrellas sobre la mitad, se cayeron los lobos en sus lunas, se alzaron los puños en señal de libertad.

"Encontré en tus palabras la boca mía colgada en un gesto del total complicidad, encontré en tu sonrisa la grieta donde se puede descansar, encontré en tus lamentos una vida completa por protestar.
Planté mi infancia para verme unos años atrás, para alimentarme otra vez de juegos, para que mi mundo me pueda sujetar."



miércoles, 2 de mayo de 2012

Las extrañas formas del querer.

Se patea el animal la razón amenazante que amanece sobre el cuello intencional. Las extrañas formas del querer que tiene la boca de ella, la que habla con los sordos y calla para los perros que miran su luna buscando la respuesta para amar.
Su potencia para deformar, para encurvar la línea que ladraron hacia el sol. Aprendimos a jugar, entre hormigas y el dolor, entre pasos del error y la ausencia de color.

La risa explosiva derramando indiferencia para los que dibujan la pupila brillante de tanta amistad, como temporal, cambiante y peligrosa, indomable la lengua del sermón.
Como bomba que explota a presión, mis manos no llegaron a tocar la palabra que se pidió, un atentado que se mira con lupa parece guerra cuando sólo te quedas en la periferia del paredón.

No todos comemos del mismo pan, no todos bebemos del río que los ancestros hicieron suyos.
Quizá por historia, quizá por anormal comemos de las carnes que nos regalan en un tal para cual.

El misterio elemental, no preguntes si no quieres escuchar.
Casi en broma, casi en juego sonreímos para continuar.

Tú que dibujas fuera del papel, que creas líneas lejos del trozo mental.
Cuando cae la noche hablan solas las cartas vírgenes que se van quemando esperando un poco de tu saliva emocional.

A veces el arte no es para todos, la pintura es para la mano que aprieta.
Pongo sobre la mesa lo que quedó en silencio, no tengo invitación para tu función teatral.

Para otros el arte, para mí: la cotidianidad.

miércoles, 18 de abril de 2012

Más allá del bien y el mal.


Creo que olvidé decirte todo lo que me encantas cuando te levantas para ir a orinar, cuando golpeas con suavidad las cenizas esperando, quizás, que sonrisa encontrar.

Sucia de tanto amanecer con tinta en la frente, astuta de tan sólo mirar tus mejillas sonrojar. A susurros combates el frío que se aferra en la nariz sólo para acercarte un poco más, para sentirme cojear y reforzar la idea de que estamos allí el uno para el otro solamente porque queremos estar.

Creo que no me escuchaste cuando me sujeté sin preguntarte, cuando escribí un libro sobre tu boca como el mejor actor social, cuando fue subversiva mi mano tras la moral.

Empeñada en cuidar al perro que consideras propiedad, incesantemente cariñosa cuando decides abrazar, sin avisar, por la noche en que inscribimos una historia en nuestra lucha corporal.

"Creo que olvidé decirte cuánto me encantas, más allá del bien y el mal."

Los recuerdos también pueden llorar.


Tal vez reconstruir no es sencillo cuando las manos no tienen tanto espacio para sujetarte, dar la vuelta en la esquina no será la única solución, pero las manchas en mis ideales no dejar verme en el ayer.

Demasiado temprano para despertar, un pie salta sobre el otro para ponerse a bailar. Y sigo esperando sobre saberes que no te pueden restaurar, me subo a un peldaño para dejarme bajar y no vuelvo a ver tus ojos tras la cortina hacia el mar. Olvida lo mio, que aquí no tenemos propiedad.

Cigarro que arde para iluminar la culpa ausente, intenté nuevamente jugar a lo imposible alcanzar, versé bajo la almohada y me escondí de la divinidad. Nunca pensé que tantos párrafos te vendrían a buscar, pensé menos para verte llegar.

Para la noche no faltan estrellas, el cuerpo te pertenece y cayó a apagar. Nuestra es la calma incesante que rescata las miradas cansadas de tanto buscar, para morir se necesita un significado al cual anidar.

Interpelado a necesitar, autoinstaurado como elemento animal, los aullidos vienen de lejos cuando nos decidimos por caminar, vuelve si es que te vas.

La mano frágil contemplar para simular una situación difícil de manejar, estaré inmóvil en la ruta estelar, en los pasos por pisar. Estático de tanto moverse por esquivar, infantil para que reconozcas el mirar.

Mi voz es cama donde puedes recostar los silencios que quedaron por pronunciar, el círculo incompleto, la imperfección hecha herida, y pasó otra noche más.

"Destellando entre las calles de la habitación, siempre tan perdida, siempre tan débil, siempre tan mía.
Tus dientes se quedan para conversar, se fueron los años de irracionalidad.
Tal vez sólo nombrarme, afirmarme la identidad y adelantarnos al final.
Arrojado sobre el pasto un monumento de risa, amor y soledad."

martes, 6 de marzo de 2012

Al desaparecido.


No me des bienvenida que la noche trae horario, el cuerpo incendiario que no merecía. Si fuiste perseguida era porque dolía tu saliva, las manos arriba al pasar los años, dos dragones en mi pueblo sonríen y brillan.

Lo añadido tras talonario, los sobres en mi casa ya no traen tus cartas, solamente números cerrados. Para saludarte no me lavé las heridas, estabas escondida tras la vida, tú y tus viudas de revolucionario.

Cuando te hicieron comezón con cuchillas, cuando tus ojos callaron y el fuego envolvió a tu hermano. Así la historia borraron, con pólvora y estadio, los ladrones de comida nunca escucharon nuestro llanto.
Te reuniste en alcantarillas, bajo tierra los libros quedaron boca arriba, nunca te dieron salida.
A toques te quitaron la avenida, se rasgaron las cuerdas cuando dijeron lo necesario. El cantautor mutilado por levantar el arado, por la plegaria sin familia, por revivir la exiliada sin teoría.

Palpitó el corazón fecundado, los metales bien firmes mirando la niñez perdida. La pupila sobre un caballito de mar dibujó el arte en el recreo más olvidado. Allí donde te salió un callo por romper lo envasado vivirá tu protesta por sobre uniformes dorados.

De espalda a los peldaños abrazado por gatillos y sin ciudad enterrado, con nombres de mentira y saludos a las malparidas. Ya no rima la risa, los hoyos en la barriga, las botas en la pestaña, lo libre fue encañonado.
En tu boca la dignidad retratando las calles de tu villa, en tu cien un balazo, el rostro de barro se apagó ensangrentado.

A ti, hombre sin recetario.
A ti, que con plomo te hicieron cosquillas.
A ti, que todo te negaron.
A ti, que no viste a tu chiquilla.
A ti, que tu muerte no publicaron.
Por ti, el puño bien arriba.

sábado, 11 de febrero de 2012

Carta al olvidado.

Desearía recordar tu nombre, tu norte risueño y las manos al filo, pero se me hace imposible recorrer las calles con las mismas pestañas, con tus caras cansadas y mareos de vino. Opaca la noche cuando la luna habló, y de ahí no te volví a ver.

Me tomó la vida sin permiso, encorvado y perdido me aprecié nacer. Han pasado muchos hombres por estos ríos, muchos abusos cobardes, mucha boca que miente y vende la cola al más elevado, del niño embarrado sin orgullo, de las jaulas con sillas y los doce muertos que devoramos.
Aprendí a gritarte el miedo, a seguir vivo podrido, al tocar el pulmón con nicotina.

Fracasamos las mañanas, quemamos las tardes y sudamos picante de tanto correr. El suelo sin atajo, las mismas calles nos quitaron la libertad.

Así se nos fueron los años en tu ausencia, en los lamentos de arena, la culpa triunfante en voluntad. Me arrastré para cicatrizar, volé por sobre una mujer excepcional. Me encontré en las cuerdas, me entoné en ironía y el ojo quebré.
Me crecieron plantas en la cabeza de tanto interpretar, enredaderas marchitas con forma de espiral.

Nos tocó el final, la ausencia era más grande que la mentira sin manto. El mundo nos fumó como niños cansados de tanto amar, avanzamos por luchas que reviven la libertad, volvimos a ser lo que nos tocó acompañar.

Te seguí buscando en un pedazo de cielo, te seguí buscando entre estrellas en duelo, te seguí buscando casi como un anhelo.

Despedirme es un volantín que aplasta la nube primaveral, es complejo hablarte cuando te vas, cuando la opción es fibra de abismo.
Reconocí tu foto sobre mi altar, dispuesto a sentirte como un tiempo atrás. Tal vez esa inocencia pueda volver a comenzar, tal vez te quieras quedar.

Dirección equivocada, pedazo de la muerte enajenado, estarás cuando quieras estar.

Mis motivos son tan claros como sus sonidos, mi habitación ya no te huele más.

Sonrío y te apagas vivo.
Sonrío y ya no tienes destino.
Sonrío cobarde y te alzas.
Sonrío muerto y flores me vienes a comprar.


Adiós, hasta luego.

viernes, 10 de febrero de 2012

A ti.


Buscarte es lo que yo elijo, es mi horizonte perplejo que mientras me hago viejo te veo en mi reflejo. Aunque sea imprudente pensarte sin mundo prefiero dibujarte algún perfecto futuro. Explicarte en letras es cerrar la puerta a tu voz coqueta, a tu mano inquieta que tapa el sol a suspiros y cubre el puerto con nubes sin suerte.

Florece la vestidura del silencio errante, mis hijos están muertos, mi padres tienen hambre. Yo te desnudo la piel y con acordes te fecundo la nuca viuda.

Intento proponerte que me cierres los ojos cuando ya no pueda mi trabajo, cuando la casa se haga pequeña, cuando el frío nos lleve a tomarnos un vuelta en abrazos.


"Tú sigue sonriendo que yo seguiré corriendo, que me paro en el horizonte para mirarte de antes, que muy a menudo cuando faltas se para el mundo.
Ni rosa ni biombo tengo para regalarte, ni serpientes hablantes ni siquiera uno de esos volcanes.
Solamente mi boca hilarante para que tu descanses."

Para existir.




Se miró el perro la cola y rió, verde la cama para poder dormir. Belleza para afirmar lunas sobre la violencia del fijar, vivir lejos del pueblo imaginado por el jardín con cadenas.
Me hace soñar con el pez del mar, el infinito a escamas adolorido en armas; entrando por la puerta con la letra disimula una risa luminosa sobre el ataúd de pestañas, de la desamparada en lo neuronal.

Incendió la costilla y permaneció, anulada por la madera, astillas del pecador en el creador. Sin reyes ni animales, sin barnizar. Profetas del ruido, del peldaño inquieto sobre el color. Mala fue la conclusión al empezar el final, marginal fiel a su corazón que no sabe olvidar.

Brillaste sin cuerdas ni aves, las carnes del festival se comparten en soledad. Tu infierno me borró, le permitió sentir al infantil. Para resistir dos cosas, una vida con amor, un ojo hermano y una piel al riel. Ayer fue cuando nos soltamos para amanecer, las cortinas bajo la casa, uñas que desinflan verdad. La inyección del loco es el momento para perdón, doble negación, una cabra que es pastor. Llorar y tocarte sin encontrar, elección de sospechoso que no esconde el dolor.

Gritar al pisar la opresión, el destrozo amoroso que deja liberación.
No quedó otro momento, se deshizo el temor.
No más nos solíamos sentir, solamente decir que aquí el uno es en dos.

El puerto del niño, habló sin canino, miró el agujero de la divinidad, se fracturó el cielo al fumar.

Llamas.
Gatos.
Asuntos.
Estás.

Miel en el papel, tus piernas y las mías hacen acordes arrítmicos. Un ocho afuera del canal, rivera del río para pensar. Si te juntas con el mar se inunda el sol más fugaz.

Sobre el pelo al aire fluye tu voz, te quitaste el seso y me viste partir, me viste parir la flor desde lo que soy. Me voy sin vena, me voy en bote hacia el callejón.

"Carnaval de los hijos absurdos, bombas en mano para pintar la ciudad, sin rostro el libre se deja ver."


viernes, 6 de enero de 2012

Con el cuerpo hacia el abismo.


Si te piensas y lees, te pierdes en la luz del olvido, del perdido sin apellido, sin nacer consentido, sin morir anestesiado. A la claridad de la norma y el pesimismo, con esa luz propia del verano en el sí mismo, y es que cuesta caro aprender a leer en lo público del abismo.

Y es que tan sólo buscaré el beso de mañana, el despertar enmudecido, mirar tu sonrisa totalitaria, completar la ventana a patadas, a dibujarnos las caras con las manos sabias. Cuando rebotas en la nada, flotas libertaria por sobre las balas carcelarias, vuelas alto en el mar, vuelas en la profundidad de la nube, te ahogas en una bandera multicolor y respiras entre cuerdas sin guitarras.
Así, disonante, estás detenida. Así tan niña y tan humana. Así de violenta y sin compostura.

Dos para las tres, dos pasos de tu flor maternal, tres canciones para no llorar. Se nos fue en el viento la rebeldía de cuna, se nos fue la infancia sin avisar, se nos fueron los juegos que podíamos jugar. Ahora no, ahora es distinto; ahora es más social. Más normal, más calmo y más perfecta- nuestra vida- no se compara con la inercia natural. Ordenada y consciente, pensante y observante; discursiva y esquiva, entre algodones dormida, entre cuotas contenida. Transmitida por televisión, reprimida sobre la iglesia, torturada en dictadura, exterminada al colonizar. Armonizar la duda por subversiva y cara dura, por compleja y animal, por caótica y terrorista.
Encadenar la ciencia a la moral, medicar lo normal con el pasto que se disfruta.

Sin brillo habló el bestiario más genial, más colorido y depresivo, los mismos que se abrazan para almorzar. Sus voces por sobre las cabezas de lo poblacional, por sobre el inculto, mi biblia es para el que la pueda leer e interpretar, mi credo es para el cuerpo asexual, mi orden es pal' que no quiere pensar.

Tu cuerpo un papel para rayar, tus ojos para pintar, tus piernas para rasguear, tu cabello para descansar.
Tú sin entender que esto es miel con piel, que esto es el espacio entre nuestras bocas, que esto no es más que el deseo de volverte a tener, precisamente ahora, que las arañas me vienen a encontrar, ahora que yo voy en salto mortal, ahora que no te dejo de pensar.

"Lo que tiembla se queda dentro del beso que se murió sin cama, sin despedida ni partida. Fotos que sonríen a las mañas, que sonríe y se desmayan, que nos sostienen y nos descuidan.
Ven si quieres venir, las montañas están plagadas de estrellas menguadas, de lunas polares y astros abrazables.
No te pido nada, ni siquiera un regreso.
No te pido que digas, ni siquiera una mirada.
No te pido nada más que sigas estando al lado de donde me dormía."