domingo, 27 de septiembre de 2015

Quinta Isla: Precipicios de balcón.




Estampando el suelo por las escaleras del amor, quebrando el duelo para que exista un ayer.
Compuesto entre tantos temblores, replicando cosas nuevas para aprender.
Un eclipse de los dedos, el semblante junto al fuego para que nos veamos la piel.
No trato de decirlo, tampoco me detendré.

El estar ahí en el paso del tiempo, una noche a la vez.
Sonríes cuando sientes las cosquillas en los miedos, no hay culpa en los segundos ni en los silencios avergonzados.
Sobre el por qué de los días no me pregunté, me quedé hablándole al viento y al mar.
Amanecí sobre playas abrazado a soles que tenían llamas en los labios.
Arden las palabras, bailan entre mañas y deseos.

"Entre tanta noche acompañando la luna encontré lo que quería por tranquilidad, entre las islas de tus ojos conocí la belleza del ayer. Cada una con su propia tonalidad, cada una con sus cicatrices, cada una conquistando lo que se cruza entre sus precipicios. 
Marcas color café tenía el camino que tomé, que lleva al puente hacia el archipiélago. 
A marejadas de intentos encallé junto a las rocas de tu pelo y tomé una siesta para despertar. 
Llegué tantas veces como me fui, pero despedidas como éstas no recordé
Un continente en medio del iris, excursiones improvisadas que se convierten en odiseas. 

Un viaje de final y principio, de muertos y recién nacidos. 
De balcones con nuevos sentidos y tormentas entre los dientes. 
Un idioma para compartir el recorrido, un mapa con flores sobre el corazón.
La vida como revuelta del destino, tu voz: la calma y la tempestad."