lunes, 28 de septiembre de 2009

Créditos al final de la película..


¿Cómo hacer para no errar más?, Oh alma mortal que no me permite alcanzar el Olimpo con tranquilidad, que no me permite respirar sin un peso sobre mis hombros.
¿Por qué cada vez que intento tender un puente hacia tus ojos, mi amor, lo destruyes con un error mío? ¡¿Cuántos puñales más tienes que clavar para darte cuenta que sangro?!
Mira adentro, bien adentro de mis ojos y verás lo lento que han pasado los juegos en mi vida, esos que nunca supe jugar, que no me dieron otro sabor que no fuese el del ron amargo en mis labios. ¡Más abajo, más sangre!
Curvas de un eclipse existencial, se oscurece el bosque, caen las hojas sin que nadie las vea, el oleaje de las nubes es confuso, ininteligible para mi profundidad, demasiado turbias son las aguas en las que he decidido nadar.
He de ser fuerte, de pagar con lo que tenga que pagar por estar aquí, en este páramo bañado en un rocío crepuscular, repleto de extremidades mutiladas por una deformidad en un inconsciente. ¿Sientes mi pupila dilatada?
De pie me encuentro junto a mi ventana y a mi rincón más oscuro. Pensamientos solitarios, el fin de una era ha llegado, se rompe el cántaro con agua que nunca pudo llenar una copa hasta el borde, que nunca pudo derramar vino fresco sobre el mantel, que nunca ensució ninguna mesa.
Anochece sobre la ciudad más pecadora del reino, detrás del ozono no hallarás nada, no pierdas tu tiempo buscando una fábula que te contaron para que te fueras a dormir sin miedos.
¿Cuántos segundos más han de transcurrir para que podamos dormir juntos?, tengo pulsiones de libertad, tengo ansias de días grises, ganas de lluvia, anhelos de convertirme en eso que siempre quisiste.
Delirios en llamas, mundos alternativos que van explotando y van pariendo universos paralelos deformes e inhabitables, desolados y otoñales. Clones de otro clon, réplicas de un retrato hecho por un bebé que dibujó una sonrisa en el suelo con sus lágrimas y la placenta que caía de la entrepierna de mamá.
¿Dónde te has escondido ahora?, tengo sed de nicotina, tengo ganas de caminar, de ver los créditos de la película y esperar la próxima función. ¿Por qué si todos sabemos que no hay más funciones?
¡Oh, alma mortal que me amarra a este asiento de lamentaciones putrefactas y sinceras!
No quiero más drama barato, no quiero más de eso que llaman ellos "mundo exterior", bastante he visto ya entre juegos, entre pestañeos cegados por la luz del astro superior, astro resplandeciente y magnánimo, astro que ha decretado mi ejecución. Mis créditos finales están por pasar, se aproximan raudos y decididos, cual jinete sin cabeza, cual ciego que corre hacia el final de un callejón sin salida buscando una desesperada escapatoria.


¿Ves eso que va allá lejos?, ¿ese punto que se pierde en lo más profundo del horizonte? Aquello que ves allí es mi última oportunidad, y está lejos, muy lejos. Más allá de mis sueños y mi máxima extensión. Aquello que ves allí es mi último susurro de vida, y está abajo, demasiado abajo...

lunes, 14 de septiembre de 2009

Prólogo


Hace tiempo ya que no me has hablado ni me has venido a visitar, musa de mis dolores más profundos. Causaste en mi interior tormentas de deseos, de arcoiris situados sobre pantanos profundos y densos, siempre densos. ¿Donde está tu aroma plásmico color rubí?, te has perdido dentro de un bosque de miedos y prolongaciones inorgánicas de la vida.
En pesadillas existes, dentro de mundos anómalos y perfectos, en el centro de una estrella que apagaste con un silencio y una mirada esquiva, ¿por qué nunca pudiste causarme todo el dolor que yo buscaba en ti?
Te busqué incansablemente, desgarré con mis uñas toda corteza que cubría la esencia de nuestro recuerdo, mordí y escupí piel necrótica de nuestra relación, me bañé en tu saliva ácida y ardiente. Aún así, no pude llorar. En roca pura me había convertido, en un hielo imposible de derretir. ¿Por qué Gaia me había castigado así?, ¿era yo, acaso, merecedor de tan cruel castigo?
¡Sácame el corazón a puñaladas, amada mía! Acércate a pasos cortos, cázame y termina todo lo que en mí nunca pudo empezar, pero que estaba terminado antes de que empezara.
¡Si supieras cuán fuertes son las pulsiones de muerte en mi interior!
Todavía te espero escondido en el rincón más despoblado de mi habitación, han pasado tres días ya y no hay muestras de que hayas abierto ninguna puerta imposible de abrir.
Aún continúa tu voz repitiendo las mismas palabras en tu ausencia: "Dentro de mi corazón siempre habrá un lugar para tus ojos negros."
Las fotografías donde estabas tú, desfilan hoy hacia tártaro. Se funden en leña tierna, leña de ébano, y le regalan tibios momentos de paz a mi subconciente.
¿Bajo qué árbol te has escondido, mi dulce hada?, ¿Por cuánto tiempo más crees tú que voy a seguir creyendo en tí, o en lo que queda de tí?
Lo siento si te asfixié con mis verdades, pero créeme que una verdad vale más que un poco de oxígeno, quítame esta cefalea emocional que tengo y no me deja respirar.
La vida sin tí no duele lo suficiente, vuelve amada mía y hazme llorar. Sólo quiero ver llover en invierno y que el mar se lleve mis lamentaciones, tengo imperantes anhelos de que el viento deje de susurrarle solamente a los árboles, yo también quiero oír un poco de melancolía agridulce con sabor a hiel.
Almas suicidas flotan en el mar, paisaje desolador es el que deseo apreciar, un poco más dolor, un poco más de ti.


viernes, 11 de septiembre de 2009

Universos Paralelos..

Abandonado a la suerte de una hechizera analfabeta, a las premoniciones destructoras de una hoja que caía en primavera. Así voy palpando, con los ojos cerrados, lo poco que queda en mi habitación, lo poco que queda por descubrir. Pasos lentos y enfurecidos, galopes de homínido por sobre las montañas, será necesario caer profundo, a las más oscuras y densas aguas del mar, a los centros más ardientes de la Tierra, para poder llegar hasta los satélites más lejanos, las lunas más inalcanzables.Anocheceres silenciosos y solitarios, todo está bien me repito sin cesar, como esos días cuando mirar las estrellas no era más que una ilusión, un deseo intenso de poder bajar la luna con un soplido y un amigo mudo se sentaba junto a mí, mientras le aullaba al universo. Recuerdo que vi una estrella fugaz tirado en medio de una llanura, le observé caer lentamente, con una estela de sabores multicolores y de caricias inexplicables. Caía a la velocidad del primer beso, con la fuerza de un impulso revolucionario y con un destino parecido al que te propone el horizonte un día de lluvia.Se dejaba perder con tanta calma, se consumía con tal libertad que despertó viejas utopías en mi interior, volví un par de años atrás y retomé todas aquellas ideas que una tarde dejé olvidadas bajo el timbre de "Imposibles". Segundos pasivos y deformados, estados alterados y anhelados. Te estaba esperando a tí, a ese que se parece a mí, pero que no siente como yo. Llovía esa noche, llovía a más no poder. Sentía la tela impregnarse a mi piel, las gotas frías me estaban dejando desnudo en medio de la ciudad.Miedos me quedaban pocos, delirios, muchos. Enloquecía pacíficamente, dentro de una tormenta de nicotina, psicotrópicos y alcohol. Lluvia ácida, lluvia de ebriedad y de cavilaciones. Gotas de destiempos, de memorias y de sarcasmo.El clima se burlaba de mí, lloraba de la risa y dejaba caer sobre mis hombros su insoportable humor blanco, su pureza, su virginidad.Pero las nubes que me bañaban eran nubes que llovían por sobre la atmósfera, nubes que eran capaces de apagar el sol. Me asolaban huracanes que devoraban agujeros negros, se revolvían los miedos y deseos en mi interior; Se despertaban los placeres y se dormía la razón,y le recordé por una vez más al instante que me sujetaba fuerte a esa estrella que se lanzaba al vacío, le acaricié y le guié. Nos fuimos directamente hacia el sol. Mi corazón estaba en manos seguras, escondido detrás de baúles sucios y antiguos que ella tenía dentro. Yo me llevaba su risa, su aroma y su piel, mientras sus silencios y el sabor de su saliva me bajaban el pulso y me regalaban una catarsis existencial.Impacté contra el sol y desaparecí, no existí más dentro de esa extraña galaxia de empatía y solidaridad. Fuí un big-bang que no generó planetas, que consumió vidas, tomó segundos sin preguntar y se alimentó con sangre ajena, pero sabrosa. Orbité el sol y desaparecí. Abandonado caminé por sobre combustiones típicas de la superficie solar, y vi caer una hoja desde lo más alto de un arbol en plena primavera.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

Canción para Drexler..


Unos ojos medios opacados, tus silencios mal contados y mi corazon que esperaba algo más para ser feliz.
¿Todavía no entiendes lo que quise darte cuando dije que te amo?, dos cuerpos encontrados a medio morir, todo color flor de liz.
Tú, mi curva más extendida, hecha a sobremedida, mal herida y con ganas de sonreír.
Un cigarro huracanado, abandonado, pasos ignorados en la arena del provenir.
Un eco que rebota en tu cuerpo, almidonado y resentido, cambias y te tranformas en tiempo.
Esto que escribo ahora se detendrá cuando la tinta iracunda deje su ironía de ámbar agridulce, para sumergirse en un abismo de golondrinas carnívoras que no se parecen mucho a un león que devora un trozo de hielo sabor chocolate. Diafragma que late al ritmo de un contratiempo, respiraciones entrecortadas por una penetración constante de amor enfundado en un látex de protección antinatural.
Mariposas negativas que tienen una premonición, una anunciación que sueña con los pingüinos de Saturno, todos nadando en dirección al Sol, hacia una estrella agrietada que emana un frágil calor incapaz de calentar a un anciano excitado frente a la lozanía de una linda escolar. Y siempre hay algo que se pierde, tal vez una gota de vino que cayó sobre el mantel cuando nos dimos un beso apasionado, mal intensionado con ganas de llegar a tu alcoba y quedarme allí, oculto entre sábanas hasta que llegue la próxima aurora.
Y no siempre se recibe lo que se dio, existe la remota posibilidad de que tú no te transformes en un engreído Dios y te mantengas siendo mujer; mi sueño y vos, mis sueños eróticos y vos, tu lengua sobre la mía y mis piernas entre las tuyas, sensaciones a medio parir y sin tenerte te tengo a tí y a mis sueños.
Hay tantas cosas a mi alrededor, yo sólo escapo de dos, mis sueños y vos.
Existen los perdidos, los existenciales y tú que sólo susurras en mis oídos.
Hay fórmulas hasta para describir tus gemidos.
Tengo muchas constelaciones que se quieren perder en tu agujero negro, que transporta todo a otra dimensión, revelación apocaliptica de la inmoralidad, lo que queremos hacer no es normal.
Te estoy construyendo un regalo para retribuirte todo eso que tú me das, toda tu luz, te estoy construyendo una cruz, de acero inoxidable para que no se estropee tu linda piel de marmol añejado por el uso insdiscriminado de la mala mano humana, tocaciones inpensadas para el diamante que tiene adentro el carbón, estrella fugaz que nadie vió caer y tú nunca pediste perdón.
Te crucificaré sobre el agua, caminarás sobre la tierra, serás la profeta de los sordos y el perro guía de los ciegos. Frío caribeño, río que río cuando veo que todo está perdido y yo que veo el vaso medio vacío.
Creo que he visto al otro lado de la cama, una guitarra y un idiota algo aturdido, que escribe cosas sin sentido y que hechiza con rimas mal puestas sobre un pentragrama amarillo. Asesino de las cosas lindas, destructor del arpegio y la nota ímpia. Un océano de fango, un pantano con luciérnagas y luna llena, te invita a sumergirte en su lodo espeso, lobo vestido de oveja, mona vestida de seda.
No desvíes la mirada de mi frente sudada, todavía nos queda un par de horas antes del amanecer, disfrutemos lo que queda, mi dedo junto a tu dedo y un orgamo que no quieres desvanecer.
Ámame y te amaré, bésame y te besaré.
Ecos en tu cuerpo, y en tu útero, llantos de bebé.