viernes, 6 de enero de 2012

Con el cuerpo hacia el abismo.


Si te piensas y lees, te pierdes en la luz del olvido, del perdido sin apellido, sin nacer consentido, sin morir anestesiado. A la claridad de la norma y el pesimismo, con esa luz propia del verano en el sí mismo, y es que cuesta caro aprender a leer en lo público del abismo.

Y es que tan sólo buscaré el beso de mañana, el despertar enmudecido, mirar tu sonrisa totalitaria, completar la ventana a patadas, a dibujarnos las caras con las manos sabias. Cuando rebotas en la nada, flotas libertaria por sobre las balas carcelarias, vuelas alto en el mar, vuelas en la profundidad de la nube, te ahogas en una bandera multicolor y respiras entre cuerdas sin guitarras.
Así, disonante, estás detenida. Así tan niña y tan humana. Así de violenta y sin compostura.

Dos para las tres, dos pasos de tu flor maternal, tres canciones para no llorar. Se nos fue en el viento la rebeldía de cuna, se nos fue la infancia sin avisar, se nos fueron los juegos que podíamos jugar. Ahora no, ahora es distinto; ahora es más social. Más normal, más calmo y más perfecta- nuestra vida- no se compara con la inercia natural. Ordenada y consciente, pensante y observante; discursiva y esquiva, entre algodones dormida, entre cuotas contenida. Transmitida por televisión, reprimida sobre la iglesia, torturada en dictadura, exterminada al colonizar. Armonizar la duda por subversiva y cara dura, por compleja y animal, por caótica y terrorista.
Encadenar la ciencia a la moral, medicar lo normal con el pasto que se disfruta.

Sin brillo habló el bestiario más genial, más colorido y depresivo, los mismos que se abrazan para almorzar. Sus voces por sobre las cabezas de lo poblacional, por sobre el inculto, mi biblia es para el que la pueda leer e interpretar, mi credo es para el cuerpo asexual, mi orden es pal' que no quiere pensar.

Tu cuerpo un papel para rayar, tus ojos para pintar, tus piernas para rasguear, tu cabello para descansar.
Tú sin entender que esto es miel con piel, que esto es el espacio entre nuestras bocas, que esto no es más que el deseo de volverte a tener, precisamente ahora, que las arañas me vienen a encontrar, ahora que yo voy en salto mortal, ahora que no te dejo de pensar.

"Lo que tiembla se queda dentro del beso que se murió sin cama, sin despedida ni partida. Fotos que sonríen a las mañas, que sonríe y se desmayan, que nos sostienen y nos descuidan.
Ven si quieres venir, las montañas están plagadas de estrellas menguadas, de lunas polares y astros abrazables.
No te pido nada, ni siquiera un regreso.
No te pido que digas, ni siquiera una mirada.
No te pido nada más que sigas estando al lado de donde me dormía."