miércoles, 26 de enero de 2011

Me da pena.


Si la cama hablara, mis mentiras más fuertes no tendrían pies para correr.
Morder la mano que te da comer, desteñir el ojo del que sonrió, quemar la casa de oración, escupir al cielo para que se moje el sol.

Todo lo ingrato quedó oculto bajo mis zapatos, pero el olor de la noche dibuja el final cada vez más lejano, colorea más austero al perro, delinea más pobre al mendigo.
Porque muchos son los actores, muchos los artistas, pocos los locos, a los que les acomoda la enajenación.

Hoy derrotaré todas mis luces, apagaré el reflejo de tus labios y jugaré a ser mortal.
Me alimento de un cadáver que se hace familiar, como si tu nombre estuviese escrito en el piso, como si el invierno mismo se lamentara de los vasos que llenó con sus lluvias poetas.

Dame tu espalda que hay besos que callar. Dame tus mañanas para que yo pueda anochecer. Dame tu mano para yo pueda existir. Dame tus miedos para que yo pueda ser tu dios. Dame todo lo tuyo, pero no me des el adiós.

Te puede doler el amor, puede satisfacerte la promesa incumplida, incomodarte la conciencia roedora, anularte su romance de Cervantes, aburrirte la tarde calurosa del verano mal acompañado, iluminarte algún auto que vaya en contra de tu dirección.

Yo muero en el recuerdo, viajero silencioso que recorre las comisuras de tus labios.
Y me da pena pensar, que algún día me gustó eso del amor.
¿Cómo hallar tu risa en un paisaje que no tiene color?
Y me da pena pensar, que algún día en tus brazos encontré el calor.
Y me da pena pensar en ti.

Dame tu espalda que hay besos que callar. Dame tus mañanas para que yo pueda anochecer. Dame tu mano para yo pueda existir. Dame tus miedos para que yo pueda ser tu dios. Dame todo lo tuyo, pero no me des el adiós.

Casi como una enfermedad crónica es mi ansia de retomar la infancia que hace años, ya, me dejó. Por lo mismo grito hacia adentro, quizás alguien escuche eso que tenía para decir.
Y por eso guardo la botella dentro de una carta para arrojarla lo más alto posible, con la esperanza de que alguna nube la quiera sostener un tiempo, tal vez toda una vida.

Y me pena la nube.

jueves, 20 de enero de 2011

Lo que habla la guitarra...

Incluso cuando la música sea la correcta, volar de cabeza es la mejor opción para viajar por sobre las cabezas desvalidas de razón.
Desafinada la mirada, puño oculto en canción, griterío de corazón, un aborto espontáneo y no tenemos nada para hablar, sinfonías sordas.
Aquí el llanto es derecho del que pueda sonreír, tráeme tu corazón, pero que sea inmortal. Entre abandonar y olvidar, al abrazar esa palabra que puedo habitar en la más hermosa soledad con un cielo soleado a la medianoche. Sueños con insomnio, la mitad de lo que se puede escuchar en un beso. Todo lo personal es públicamente amoral, el vino de tercera edad, juvenil la llave que abre tu lengua analfabeta.
Llévame a la borrachera cultural, orgía mental, lo que florece se puede fumar. Melancólicos dioses ateos, grises los atardeceres, la blasfemia que es santa, moral pedófila, genocidio bíblico.

El rayo que viene desde abajo, un idioma corporal, indios vestidos con jeans. Amanecí para acostarme, surge la guerra por la paz con armas sin cargar. Yo vengo del más acá, masticando un incendio y con el cielo en los pies, sin más remedio que preguntar por qué no te puedo responder. Esa luz que no ilumina, el bebé que no puede pagar un útero, la orilla del ser que nunca fue.
Saluda cuando te vayas a dormir, tu cama se sostiene sobre las estrellas que un día habitarás.
Entonamos la educación sentimental, empuñar la costilla como el más digno e importante ideal, en tus ojos llueve de abajo hacia arriba, ser una esfera incompleta, un pilar que nada sostiene.

No soy, me borré, ya no existo. Ironía en las cuerdas, el ocaso de los difuntos que no dejan de morir, el cadáver excitado, la prostituta pudorosa, el himno de los mudos, el libro nunca escrito.

Cantemos.

jueves, 13 de enero de 2011

Eso del querer..


Cuando tu boca calca un cuerpo anómalo entrecortado, bastante difuminado por los segundos militares que existen en las arenas movedizas, a mí no me queda más que pedirte que te vayas.
Y todo comienza otra vez, los doce cuentos ya terminaron, pero otros mitos se venderán de boca en boca, prostíbulos orales de historietas enfermizas y contracciones anales.

Cuando manos olviden el calor que tenía el sol durante los veranos tirados, nosotros, a un lado del mar. Ocasos para los que no pueden dormir, amaneceres para los que saben besar, vidas eternas para los que entienden de mentir.
Pero las monedas hacen pesados los bolsillos, la paz inútil la guerra, el amor al prójimo estéril la integridad del humano, la ciudad amarra los pies voladores y el voto calla la voz.

Cuando el ideal se atraviesa, algo se quiebra en tu mirar, el nacimiento de algo nuevo está gestado en tu odio, existe en ambos costados de tu corazón. Una cama sin hacer, una televisión sin apagar, un muerto no sepultado, un escritor sin libro, un cantante sin disco, un humano sin dios, un amante sin sentimientos y sigo preguntando al viento, ¿dónde se perdió eso que nunca logré tener?

Espero con la lengua bromista, imaginando alguna de tus sonrisas esquivas. Casi como si nada hubiese pasado, camino por los mismos lugares todos los días, mi lóbulo derecho cerebral no sabe sumar.

Que cante el que quiera, que baile el que tenga ganas y que se quede el que lo desee.
Giré el cuerpo hacia lo mortal, opté por caer, devoré la tierra bajo mis pies, me convertí en letras, habité el papel y no sé donde terminé. Recortado el recuerdo, acariciar el pasto que asoma ingenuo en un desierto onírico. Obsoleta la cruz, enfermo el sano, incestuoso el niño antes de nacer.

Disparé la mitad, guárdate los abrazos para el final, aplaude con el cuerpo entero, desnúdate para que te pueda sentir.

Tomarlo como normal, que todo aquel que un día llegó siempre se irá.
Ojalá vuelva tu voz a darme calor, ojalá que todavía exista yo.
No veo nada.

sábado, 8 de enero de 2011

Entre el buen amigo y el ermitaño..


Irónico parece ser el hecho de que dentro de un mundo que es naturalmente social, en donde nos relacionamos, buscamos afecto, tal vez un apoyo, un oído que escuche, una mano para estrechar; sólo puedo encontrar paz en soledad, sólo puedo escucharme cuando estoy apartado del resto. Sólo nos parecemos como personas, cuando estamos todos en silencio.

"Encontraba triste, en parte, que la luz sólo me iluminara cuando pasaba entre tus cabellos. Que una gota pudiese saciar mi sed, sólo cuando había recorrido tu espalda.
Miraste a través de mí, no hay nada que buscar, todo por aprender.
Una locura injustificada, latas de cerveza tiradas sobre el sofá.
Yo llegué para despedirme, sonreí para disculparme y me giré para mirar todo lo que está por venir, todo el pasado que está por llegar, todo amanecer que murió nervioso en un teatro sin público.
Son ese tipo de cosas que te hacen reír y llorar. Porque no entiendo muy bien cómo pude llegar hasta acá, en qué momento los poemas de mi habitación se cubrieron por montañas de fotocopias y textos inútiles que hablaban de un ser humano de ficción, de un hombre para estudiar, un enfermo que debemos curar.
Al final, da igual es cosa de acostarse dentro de una mano propia para poder existir.
Y como que te vas y vienes, pero si pregunto no vas a contestar. ¿Cuántos capítulos de la historia universal no nos quisieron contar?

Los perros de las casa me ladran cuando me ven pasar, será que mi vida les huele mal, será quizás que mi sombra es hostil.
Que la ironía te destierra, que los modales y el respeto por la autoridad no son mi especialidad, que la corbata me corta me la circulación, que el amor no me satisface, que el sol no calienta lo necesario en verano, que el viento no mueve mis hojas, que tus ojos no me logran destrozar.
Tendré que soplar más fuerte, tendré que penetrar la caverna existencial, tendré que divorciarme de mi sombra, tendré que abandonar la perra sociedad.

Hoy no soy pastor ni rebaño, hoy seré martillo.
Hoy me muerdo el labio para beber la sangre personal.
Hoy camino como pez, hablaré como animal.
Hoy seré ermitaño, seré mi mejor amigo."

martes, 4 de enero de 2011

Entrañas..


Trotamundos de la oscuridad, inundados los ojos de resignación, ahorcados los pies de tanto salir para entrar.
Se trata de que no pido permiso para vivir un poco más, tampoco aviso la hora de mi muerte. Quiero pintar mi guitarra con color de tus labios, quiero un paraíso bajo tierra, quiero una política que viva en mediagua, quiero un discurso que hable de campamentos y tomas ilegales, quiero un presidente que sienta hambre, quiero senadores cesantes, quiero sacerdotes haciendo ciencia, quiero un dios mortal, quiero respirarme. Combatimos la velocidad de la luz, revoloteamos con las moscas, saqueamos cementerios buscando algún familiar para almorzar. Déjenme solo con el firmamento, tengo un par de mesías que asesinar.
Se revienta la arteria social de tanto auto que da vueltas en espiral, el corazón vacío del que no se puede abrazar, los niños con telarañas entre las pestañas porque no saben despertar.
La esperanza que queda a un lado de la carretera existencial, una música que baila sobre los dioses paganos que arden para iluminar la ciudad.

Ese sexo visceral que fecunda estómagos y quita el hambre universal, maullando los gatos sobre los tejados de vidrio. Sobre la avenida principal de mis manos duermen su siesta cinco perros, hábiles y olvidados. Caninos censurados, los que dejan huella sobre la piel, los pueden tapar el sol y traer la noche en mediodía.

Hipérbole emocional, hablan en código los que tienen algo que ocultar, miran el suelo los que temen encontrar alguna incómoda verdad. Cobardes las esquinas de tu habitación.
Cuenta una historia para dormir, inspira mis ideas y llena tus pulmones con colores primaverales para que el iris pueda sonreír.

Ese eje medular que te mantiene de pie es solamente un pilar agrietado de tanto llorar, entrañas movedizas que devoran rostros erosionados por el viento del amanecer.
Pero todo eso que parece no pasar, que se refleja en el vidrio del bus, que apaga la luz de tu habitación es un trozo de madera sobre el cual podemos flotar sobre mares infestados de cadáveres que no se dejan matar.

Dos estrellas en la pared, un libro para descansar y tinta que nos permita volar.
Fideos con salsa sobre tu pantalón, una mancha de café en el labio superior, olor a cerveza sobre las almohadas. ¿No es acaso eso lo más bello que puedes encontrar?
Pan con ketchup, mentiras blancas y amistades que comparten saliva. Aquí todo es igual.
La sangre flamea con el viento de invierno, tu piel retoma su tono con la primera lluvia del año.
Aquí todo es volver a empezar.

"¿Cómo saciar la fatiga de la lengua?, reventar la red en la soledad. Me puse de pie para que me pueda ver. Directo hacia la curva en velocidad cero, todo pestañeo es una fotografía sin flash. ¿Qué susurraste cuando disparaste el beso final?
El filo de tus dientes corta vidas, la sencillez de tus pies construye puentes sobre abismos inexistentes, el tono de tu voz es una ilusión más que ya no puedo recordar."