sábado, 30 de octubre de 2010

Desaparecido..

Complicado buscar una silueta donde no hay luz que contraste el cuerpo, al abrir y cerrar las piernas se desvela el día, se extravía la noche, peces que no saben nadar.
Nos encaminamos por el sendero que no hace daño, escondidos de las estrellas, jugando a no existir.
Arrastramos almas ajenas hacia nuestros bordes, el centro intocable, la sangre que no fluye por las pestañas, las pestañas que quieren vivir y no pueden. Imposibles segundos que caen como gotas de lluvia sobre alguna laguna mental.

Distinto el sentido que le das a mis pies heridos, involucrando un poco más la profundidad que no posees, desechando todo tipo de razones que me puedan ayudar.
Pequeños son los caballos cuando tu cuerpo delirante se monta en el tablero de ajedrez, turnos y turnos se entrelazan en una trenza anímica sin estructura morbosa, más bien un poco confiable.

Hacer el amor bañados de mar, justo cuando sube la marea, cuando no hay botes a nuestro alrededor, cuando la isla en donde vivíamos desapareció.
El tiempo endurece hasta la mirada más tierna, los errores destruyen el sentimiento más puro, los hombres detonan el cerro para beber de su corazón mineral, valioso capital que el encéfalo puede devorar.

Desaparecido el que abrazó un ángel sin alas, un androide celestial, un querubín maldito. No salgas a buscar algo que no puedes sentir, no hables de cariño si la noche todavía tiene un sabor amargo, no te sientes si la banca emocional todavía no vuelve a ser vista.

No puedo recordarte de otra forma que no sea a través de tus manos creadoras, de tu boca divina y tu cuerpo progresista. Curvas son las rectas que desdibujaste en mi retina.

Alguien que todavía no aparece me habló de cómo fue el atardecer de mañana.

martes, 26 de octubre de 2010

Gris..


Puentes que cuelgan hacia abajo, caminos quebrados por la humedad del mar, océanos que no pueden dormir. Tal vez puedas callarte a la medianoche, quizás no despertemos cuando el sol salga a cazar aves con forma de nube.

Es sólo cosa de tiempo antes de que aprendas a correr sin que tus pies toquen el suelo. Una vuelta en el barro para limpiar todos esos destellos de verano que quedaron sobre tu piel, ¿hacia qué esquina escaparás ahora?

Cuando suena el teléfono y nadie responde al contestar, voces que se extraviaron en el camino entre tus labios y mis oídos. Viento que despeina los miedos, juego sexual con inocencia incluida.
Intentemos comprender las líneas que se dibujan sobre un beso.

El tiempo ya no es, se aniquila el ser, el fin del movimiento.
No puedes colorear el mundo con lápices derretidos, ilumina mi vientre con luz ultravioleta y encuentra lo que quieras.

Custodia tu propia sombra, no dejes que se escape en la oscuridad. Amárrate fuerte los pies, aquí no necesitamos cosechar más vidas. Un árbol nace donde cada una de tus lágrimas cae, ¿por qué has llorado tanto?

La última risa de la noche, otro cigarro más que no se apagó bien, la espuma del mar está más tibia de lo normal.

El suelo no se mueve, nosotros como especie temblamos porque nos han abandonado, porque muchos no pueden amar un cielo gris.

jueves, 21 de octubre de 2010

Ausencias...


La presencia del oculto, de lo que no se ve, de lo que no está. El reflejo fue opaco, los ojos no devoraron, tu boca no destruyó. Los muelles no sirven para sostener el mar, un sueño por cada pestañeo, una nube por cada cigarro muerto.

No me hables hasta que me tragues, descansa tu cuerpo sobre las rosas, deja que el cielo te pinte la piel con su lluvia.
Sigo creyendo que tu rostro combina con el sol de medianoche. Apaga el paisaje, sácate hacia adentro, ahora no es momento para temer. Momento de irme, alejarme un poco, presentar una ausencia sin justificaciones. Solamente, y muy en silencio, partir.

Mejor es indirectamente proporcional a una sonrisa de plástico. Creo que es mejor no decir adiós, en cambio caer uno sobre el otro, efímeramente, como si la vida nunca fuese a terminar.
¿Recuerdas algo que no te haga llorar?, ese rencor que tienes es más grande que tú, sólo por eso puedes esconderte detrás de él.
Ven vamos a temblar, a ser frágiles, a no tener respuestas para dar y a entibiarnos con un beso.
Ni esta vez, ni nunca vamos a ganar.
Las espirales que nos envuelven, y en donde caemos, en realidad son los bordes más profundos a los cuales podemos llegar.
El vértice del centro, la línea que nos atraviesa la dignidad.

El otro día te noté más callada de lo normal y te pregunté algo ansioso:
-¿Quieres perder conmigo?
-Ya perdimos, estamos completamente perdidos.
Entonces me tomaste la mano y me arrojaste una mirada que no me dejaba respirar. Yo sólo pude sonreír.
Finalmente sentenciaste -"Ya no tengo temor." Y yo respondí - "Yo tampoco me iré, ausente estoy ya."

miércoles, 6 de octubre de 2010

Caro data vermibus...


Cuando tu cuerpo eclipsa mi séptimo sol siento que sólo 23 pasos nos separan de un pez. Ojos meditabundos sobre el mármol teñido con las tonalidades de un cielo por atardecer. Da a luz tu oscuridad, el engendro del ahorcado, la decisión del que se suicidó.

Ya es tarde para aprender a hablar.

Cuando la manzana golpea tu cabeza deseo verte idealizar un pensamiento que destruya la virtualidad de nuestras miradas. Y si la flor se va a enderezar, pétalos perderá en camino, espinas le saldrán y rasgará, sin querer, más de algún corazón. Si tienes tiempo, cocina un poco de metáforas para el camino.

Te mareaste al ver tu cuello quebrarse hacia el ombligo del planeta.

Alzaste tus ojos hacia tus pies, no intentaste realizar ningún movimiento. Todo en silencio, toda la piel fría, el blanco te inundó.
Se penetró la madera, la cruz fue removida de su lugar, eso que esperaste nunca llegó.
Las páginas del libro ardieron en tu recuerdo, las aguas del río se calmaron. "No era tan profundo como parecía", dijiste en voz alta.

Tus brazos colgaban sin fuerza, vencida estabas.

Cuando intentaste comprender la fuerza del rayo cayendo sobre una gota de lluvia, te cegó la noche, y no me pudiste ver. Al abrir tus piernas amaneció en tu vientre, despertó la hormona del amor, despertó tu cuerpo.
Se desató la fuerza de la manzana, mordí ansioso el fruto y bebí sus jugos desesperado. Vida bajando por mi garganta, muertos estamos los dos.

Y vomitaste tu corazón por la boca, rojos tus labios quedaron, roja tu piel.
Pasión que te quita la vida, pasión postmortem.

domingo, 3 de octubre de 2010

Ejecuciones..

Dejemos las cosas en claro, intentemos sincerarnos de una vez por todas, quizás la noche no se apresure tanto en llegar.
Sólo quería callar, mirar sin hablar, conversar con el cuerpo, tocarte con la respiración.
Los pilares se quebraron, el último ídolo está por caer, el templo se rajó en mil partes y los sacerdotes murieron aplastados. Incluso en la hora más iluminada yo no pude ver claridad alguna, nunca me gustaron los soles que no pueden calentar.

Y ahora no queda nada para comentar, ni una palabra que nos pueda suavizar. Un agradecimiento que quedará entre nosotros, otro más que dice adiós antes de partir.
Duelen los pies de tanto caminar sobre vidrio roto, duele la vida de tanto vivir. Oh, sí; recuerdo los días en donde tenía que levantar la cabeza hacia las nubes para poder hablar, y aún así mi voz no era escuchada.

El vientre inflamado, un camino desdibujado, la soledad más profunda y la verdad más cruda.
Golpes en la cara, te sangra la nariz de tanto olfatear la cruz.
Prepárate para alcanzarte, porque estás próxima a llegar.

Y cuando veo una lágrima rodar por tu mejilla, me acerco a tu oído y te susurro una vez más:

-"Existen pensamientos autóctonos, probablemente imposibles, en donde cerrar los ojos es volver a ser uno mismo."

Aquí no puedes mentir, estás desnuda ante los que quedan vivos; Pero, está bien, supongo que así es como deben ser las cosas.
Planta un árbol en el lugar donde vayas a caer, escribe un libro con tu último aliento y tócate para que sepas que todavía estás aquí.

¡¿Estás?!