domingo, 26 de septiembre de 2010

Sentencias..


Existen momentos hermosos, muy pocos en nuestras vidas, en donde sentimos que necesitamos aferrarnos a alguien que no puede sostenernos.

Existen segundos precisos, tal vez escasos en nuestras vidas, en donde, al ver que todo se cae a pedazos decidimos sonreír, porque sentimos que está bien.

Existen pensamientos autóctonos, probablemente imposibles, en donde cerrar los ojos es volver a ser uno mismo.

Y creo que si alguna vez tenemos la oportunidad de arder nuestras mitocondrias, de desgarrar músculos y anular neuronas, todo volvería a ser nada.

Bailemos.

sábado, 25 de septiembre de 2010

Espejos...


Deslizándose entre matorrales y píldoras para la infelicidad. Aunque llovía hielo no me refugié.
Y siempre llega ese final, algo que se esconde en el reverso de tu risa, una desesperante jugada, una batalla a perder.

La otra mitad tuya se demoró en llegar, no pudiste bailar en frente del sol. Comprendo perfectamente todo lo que está corriendo por sobre tu cuerpo, no veas lo que no quieres oír. Rompiendo hacia abajo los huesos de las estatuas, beatos con condón.

Las montañas ocultan algo más que la nieve con tus huellas, una serie de recuerdos que no tienen idea hacia donde ir. ¿Cómo sobrevivir a la autodestrucción?
Masticando con los dientes podridos, caminando con las piernas cansadas, besando con los labios sucios. Haz lo que puedas dentro de tu mediocridad, pero hazlo.

Al punto de convertirse en una visión idílica te moviste de lado a lado, con los ojos fijos siempre en el mismo lugar, incluso al callar hablabas con fuerza.
Desvelada en tus sueños, realista en tus delirios, anulada en tus argumentos. Inhóspita.
Hoy ardiste en el medio del barro.

Manos firmes en el vidrio, los dientes apretados y ha suspirar blasfemias iremos, tal vez de la mano, tal vez muertos. Siempre inertes, inconmensurables.

Cuida de no mirarte tanto en el espejo, porque después de unos minutos por fin te das cuenta que el reflejo que estás mirando, dista mucho de ser tú.

"Con las piernas abiertas me saludas, abrazando hasta sofocar. La lengua dentro de los oídos y la sonrisa provocadora. Ni la más pervertida de mis ideas te genera rechazo, no sabes de asco, no sabes decir no. Placer, tu espalda abierta con un trozo de una copa de cristal.
Lloras sangre, lloras porque no sabes hacer nada más. Compulsiva.

Te sientas de lado, me dejas ver el punto débil en ti. Babeas delante de la comida, ensucias el plato con tu bestialidad. Vísceras al aire.

Penetrando en la esencia, perforando tu virginidad. Un glaciar en medio del infierno, un dios que no sabe bailar.
Tócame, házmelo.
Deja que el mundo haga lo que quiera, tenemos toda una noche para disfrutar.
Tus besos se los lleva el viento, y nosotros que nos acostamos sobre las nubes, de todas formas al final llegaremos al mismo lugar."

martes, 21 de septiembre de 2010

Aires de guerra...


Ruedan cabezas mientras amanece sobre los campos desolados del páramo.
A veces sólo basta con sonreír, oírte hablar y sentir.
Caen las hojas de los robles, crece el pasto y las nubes se siguen moviendo melancólicas.
Los perros corren libres sobre los montes, el río del cual bebimos ahora tiene nuestro olor.
Metafóricamente, y sin darnos cuenta, nos sentamos a ver las estrellas caer.
El dulce sabor de la fruta madura, ese instante previo antes de besar, esa sensación antes de golpearse contra el suelo, ese silencio luego de apagar la televisión.
Es momento de limpiar los desperdicios, de degollar la doctrina y de plasmarte en ese cuerpo que llevas.
Dudas fuera, pies adentro. Ven, vamos a caminar.


"Deposita tu mirada sobre el gatillo, dispárame tus silencios más tuyos. De seda es el tacto de aquella que baja la mirada con una sonrisa nerviosa, que no dice cosas por miedo al látigo. De caramelo es la voz de la que abraza con el corazón, que siente temor y se recuesta sobre su sexual inocencia.
Los segundos no bastan, ni los minutos, ni los días.
Una fuerza nueva en ti, una revolución que está por comenzar.
En algunos casos, la conquista más valiosa es la que ocurre en tu interior. Haz tuya tu vida.
No estarás sola, un ejército de dementes irán contigo a defenderte.
Pisar rosas, romper biombos y detonar asteroides.
No basta con viajar lejos, conviértete en esas aves que te puedes desplazar.
Domador de boas, arden los sombreros.
¿Aviadores?, no, aquí se levantan los seres de otro planeta, aquí no hace falta volar porque no existe el suelo, sólo hay lo que tú quieras imaginar. Sueña.

Apunta y encausa, con un latido de corazón, ese proyectil sentimental.
Destruye y crea. León y niño.
Mírame, y vislumbra en el reflejo de mi pupila todo lo es ahora.
Mírame, esta vez no hay en donde caer.
Mírame, esta vez no hay por qué temer.
Cállate, y vive; luego bésame"

lunes, 20 de septiembre de 2010

Quizás nada...


Quizás si no hubieses tomado ese café por la mañana, nada de esto sería cierto hoy.

Tal vez debiste quedarte en cama un par de minutos más, o no besarme al despedirte, o no mirarte tanto en el espejo.

Las palabras no deberían quemar tanto, no deberían levantar mis pies ni desgarrar tus ojos.

Tal vez no deberíamos haber hecho el amor esa noche, tal vez hubiese sido mejor sólo dormir, o quedarnos conversando sobre alguna trivialidad.

El papel no debería arder tanto, no debería dejar cicatrices sobre tu piel o mis manos.

Tal vez no debería haberte abrazado por la mañana, ni haberte pedido un vaso de jugo ni haber extraviado las llaves del auto.

Las letras no deberían extraviarse tanto, no deberían silenciarnos ni obligarnos a hablar.

Tal vez ese bus nunca debió pasarte por encima, ni la ambulancia demorar tanto en llegar, ni yo haber estado tan lejos.

Quizás nunca debiste morir. Quizás nunca debiste nacer. Quizás todo fue necesario. Quizás no sirvió.

Quizás nada, solamente sucedió.


"Mírame, agricultora de soles.
Desenvuelve tus ojos hacia tu interior, intenta disparar con un beso. Mano cálida, estimaciones en segundo grado. Segundos antes de decir adiós me saludaste, un pestañeo sin fotografía, un momento sin memoria.
Extráñame en tu soledad, mi olor se confunde con los árboles cortados por la mano inhumana. La línea que une tus labios no es más que un horizonte, un inalcanzable, un punto de referencia, una fusión.
Susurra tu manos, eleva tu cuerpo hacia la carnalidad. Valores transmutados, otro ojo que se logra abrir. Busca más allá de lo unilateral, destruye las aristas del camino. Construye un círculo, vive una espiral.

Mírame, arquitecta sexual.
Teme y disfruta el poder de tus pies, inconsciencia sin cadenas, razones de sobra, excusas inválidas. Dí lo que quieras decir, no asesines sensaciones, no seas cobarde, no seas exterior. Sacerdote de tu religión, mesías de tu vida, jinete de tus caballos. Dios creador de dioses.
Lo sumo, lo máximo. La cumbre, la espada.
Clávate en mi yugular.

Mírame, ejecutora de estrellas.
¿Cuánto dolor puedes soportar?, ¿cuánta felicidad puedes soportar?
Oh, no somos más que la proyección de una luz negra, el brillo de una sombra y lo sublime del deseo.
Lo muertos no se levantan, los símbolos hablan por sí solos.
Cállate, y existe.
Quizás sólo es cosa de naturalidad, de ser como quieras ser.
Quizás...
Quizás nada."




viernes, 17 de septiembre de 2010

Paisaje...


Y te sentí, con todo mi cuerpo. Te anulé lentamente, absorbiendo cada suspiro que hablaba de cosas inherentes al ser humano.
Apuntamos a las estrellas y nuestros ojos, desvalidos de razón, reflejaron supernovas autóctonas de la piel. A veces es conveniente solamente descansar.
Encontré en el camino cuerpos tirados, animales hambrientos y música ignorada.
Un vigilante que no puede soportar el frío de la noche más silenciosa del invierno, la nieve no es más que el semen de las nubes.

Prostituta autista de vientre infectado, triste y deprimida, serpiente de pecho carcomido por los gusanos de la tierra.
Quemando papel para abrigarse, alejando miradas para sobrevivir.

Trituradores de mentes, hijos de la voz de unos cuantos, rebeldes con más de una causa, contratiempos dentro de la sinfonía sentimental.

Una ansiedad colorida, un cielo más tierno y un mar mucho más calmo. Antinatural es aquel corazón que decide latir sin tener sangre en su interior.

Abraza la soledad más auténtica y profunda, arrójate hacia el centro de la duda y admira el paisaje.


"Cosecha tus piernas, embriágate en placer, rompe con la madera podrida y los clavos oxidados. Libérate de tí, y alcánzate.
Tú eres el fin último, tú eres causa y consecuencia, tú eres esa frase inconclusa, tú eres esa mirada hacia el horizonte.
Somos hombres, y no una hormiga más para pisar.

Llévate hacia donde quieras ir."

viernes, 10 de septiembre de 2010

Pestañeando...


Los pasos duelen sólo cuando son con el pie izquierdo. Esperar el grito que nos muestre el dolor, escapar de todo lo que tenga color.
No ves más allá de tu interior, vas dejando nudos colgando en la otredad.

Cuero viejo, pantalones embarrados, ojos desorbitados. Olor a chimenea, los platos se rompen en el suelo.

Descansa tu cabeza sobre la almohada, mírame y sonríe.
No te duermas, ni te despiertes.
Sólo muere.
Y vuelve a vivir.

Tus ojos son la razón por la cual lloro, tus ojos que al pestañear no me pueden ver.

domingo, 5 de septiembre de 2010

Trinidad..


Tu vida y un silbido, yo que ando perdido y tú que no me quieres encontrar. Casi como sumar las estrellas y los granos de arena, casi como capturar tu suspiro, como verte descansar. Cáliz oxidado, madera podrida, carne de mentira, una santidad mal cuidada.
Me apoderé de dos caricias perdonadas, tres cucharas de sal para el corazón y un poco de miel para los labios. Caíste y despertaste, amaneciste con la llena de lágrimas y un vacío interior.
Me niego a vivir, a tener que respirar por mera necesidad.
Me niego a morir, a esperar una luz detrás de la nube. El sol no es más que una chispa de calor, un punto amarillo que no siempre te acompaña, un mal amante.

Acobardado, desterrado y silencioso. Perros callejeros muerden mis tobillos, buscan comida en donde no la hay, intentan llegar al pecho, quieren beber mi sangre, saborear mis miedos, quieren devorar mi interior. Y entonces me abandoné, dejó de brillar el oro, se ensució el mar.
Todo el verbo se conjugó a singular, ¿cómo fue que llegamos hasta acá?
A veces pienso que todavía no te he visto partir. Siento que me entierro más adentro la espalda en la yugular.
Sabrás que acá nada nuevo encontrarás, nada sano, nada que te pueda ayudar.

Sabrás que ni tus sentimientos están seguros del olvido, a un muerto no lo puedes volver a matar.

Animal, cuerpo y deseo. Todos mis impulsos te apuntan, errores calculados, una guitarra sin cuerdas, una palabra sin sociedad.
La santísima trinidad, calla, observa y avanza. Boca, ojos y piernas. Un beso, una mirada y una noche de pasión.

Y entonces, al tercer día, todo se apagó. Las palomas cayeron ahogadas al suelo, las lenguas ya no eran de fuego, las vírgenes menstruaron, el hijo no es más que un prostituto de su dictador e incestuoso papá.