Quizás si no hubieses tomado ese café por la mañana, nada de esto sería cierto hoy.
Tal vez debiste quedarte en cama un par de minutos más, o no besarme al despedirte, o no mirarte tanto en el espejo.
Las palabras no deberían quemar tanto, no deberían levantar mis pies ni desgarrar tus ojos.
Tal vez no deberíamos haber hecho el amor esa noche, tal vez hubiese sido mejor sólo dormir, o quedarnos conversando sobre alguna trivialidad.
El papel no debería arder tanto, no debería dejar cicatrices sobre tu piel o mis manos.
Tal vez no debería haberte abrazado por la mañana, ni haberte pedido un vaso de jugo ni haber extraviado las llaves del auto.
Las letras no deberían extraviarse tanto, no deberían silenciarnos ni obligarnos a hablar.
Tal vez ese bus nunca debió pasarte por encima, ni la ambulancia demorar tanto en llegar, ni yo haber estado tan lejos.
Quizás nunca debiste morir. Quizás nunca debiste nacer. Quizás todo fue necesario. Quizás no sirvió.
Quizás nada, solamente sucedió.
"Mírame, agricultora de soles.
Desenvuelve tus ojos hacia tu interior, intenta disparar con un beso. Mano cálida, estimaciones en segundo grado. Segundos antes de decir adiós me saludaste, un pestañeo sin fotografía, un momento sin memoria.
Extráñame en tu soledad, mi olor se confunde con los árboles cortados por la mano inhumana. La línea que une tus labios no es más que un horizonte, un inalcanzable, un punto de referencia, una fusión.
Susurra tu manos, eleva tu cuerpo hacia la carnalidad. Valores transmutados, otro ojo que se logra abrir. Busca más allá de lo unilateral, destruye las aristas del camino. Construye un círculo, vive una espiral.
Mírame, arquitecta sexual.
Teme y disfruta el poder de tus pies, inconsciencia sin cadenas, razones de sobra, excusas inválidas. Dí lo que quieras decir, no asesines sensaciones, no seas cobarde, no seas exterior. Sacerdote de tu religión, mesías de tu vida, jinete de tus caballos. Dios creador de dioses.
Lo sumo, lo máximo. La cumbre, la espada.
Clávate en mi yugular.
Mírame, ejecutora de estrellas.
¿Cuánto dolor puedes soportar?, ¿cuánta felicidad puedes soportar?
Oh, no somos más que la proyección de una luz negra, el brillo de una sombra y lo sublime del deseo.
Lo muertos no se levantan, los símbolos hablan por sí solos.
Cállate, y existe.
Quizás sólo es cosa de naturalidad, de ser como quieras ser.
Quizás...
Quizás nada."