sábado, 30 de agosto de 2008

Sentir..


Él sentía el peso del arma en su mano, ella sentía que podía volar.
Ambos en el mismo espacio-lugar, ambos felices por algún motivo difícil de explicar.
Si cualquier persona se hubiese detenido a mirarlo por un momento diría que es un cobarde, si se detuvieran por más de un momento se hecharían a llorar.
Si un Dios hubiese mirado la expresión de alegría que expresaba el rostro de ella, se hubiera hechado a reir pues ella emprendía el vuelo con las alas rotas; si la hubiese mirado un insecto, se habría maravillado ante tal creación de la madre naturaleza.

A él le asustaba el poder que tenía el gatillo sobre su vida, a ella le gustaba sentir el viento en su cara.
Él ubicó el arma dentro de su boca, y mientras derramaba una lágrima, decidió teñir la pared que estaba a sus espaldas, con el color de sus recuerdos.
Ella saltó mientras se reía de la sociedad, voló por un par de segundos y después cayó con los ojos cerrados.
Ambos habían enfrentado muchos problemas, ambos fueron derrotados por una pulsión, ambos sintieron el impacto y ahora ambos están tranquilos, ambos perdieron la esperanza de que alguien sonriera al verlos tomar su decisión, ambos están pagando el precio que requiere tener un momento de plena felicidad.

Sentir y vivir, sentir cada cosa y cada respiración.
Darle sentido a todo lo que ocurre, que nada en la vida ocurra porque sí.
Porque puedes hacerlo y porque te encantará.
Disfrutar cada momento, vivirlo como si fuese el último, recibir la muerte con una sonrisa y aprender de cada paso que das.
Porque si el paso es bueno o malo, tú lo decidirás.
Nadie puede decirte jamás si lo que has hecho es bueno o malo, defínelo tú y sabrás cómo actuar.
Busca, rebusca y enciende la luz en tu museo interior.
Pasea por tus recuerdos y abraza fuerte la almohada.
Sueña con una sonrisa y dale nombre a esa fuerza que te motiva diariamente a seguir.
Crea mil futuros, disfruta el segundo en el que miras atrás, en el que te ves los pies en este mismo momento y en el que miras hacia lo que vendrá.
Aprovecha y valora cada beso, pronuncia cada palabra desde tu interior y entrega sin pedir nada a cambio.
Héchate a reir de felicidad y que ninguna regla estúpida limite alguna vez tu personalidad.
Idea tu lugar perfecto, con alguien perfecto y el color perfecto.
Cuando esa utopía, que creaste en una noche lluviosa, se haga realidad sentirás lo mismo que siento yo en este segundo.
Porque cuando veas como todo cobra forma frente a tus ojos, quedarás indenfenso ante ese corazón.
No pensarás más que en una esencia, y ella contendrá a todas las demás.
Vas a darte cuenta que cualquier momento puede ser especial.
Que una sonrisa es igual de hermosa que una lágrima.
Y cuando venga otra noche lluviosa y te des cuenta que tu sueño se ha hecho realidad, llorarás de felicidad tirado sobre tu cama pensando en sus ojos.
Porque es demasiado perfecto, es extremadamente especial y ni la muerte le puede poner final.
Cuando no exista palabra alguna que pueda comunicar lo que sientes, porque siempre quedarán pequeñas ante tal magnífica sensación, tienes que expresar con la mirada, con los actos y el palpitar de un entregado corazón.

La vida es mucho más simple de lo que crees...
La vida la construyes tú, debes elegir entre llenarla de momentos especiales, los cuales tú hiciste especiales (o en algunas circunstancias alguien más los hace especiales, y esos momentos son los que jamás se olvidarán).
O vivirla controlado por un reloj, por patrones establecidos, o guiarte por lo que tu lado animal te pida.

Vive por tu pasado, haz que todo lo que lo conforma se manifieste en tu presente.
Vive tu presente, sé feliz con las cosas simples.
Vive tu futuro, soñando cada noche la manera como será y dando todo lo que tienes para que esos sueños se hagan realidad...

Vive desde interior..
Haz brillar tu alma a través de una sonrisa o de una lágrima..
Que no existe nada más hermoso que oír tu risa al despertar, o secar una de tus lágrimas llenas de fragilidad..

jueves, 28 de agosto de 2008

Sinceridad..


Y ahora no hago más que vivir de sueños, caminar por los senderos de un pentagrama escrito, con sangre, en un oscuro callejón y entregar lo único que me va quedando con algun tipo de valor.

No hay más que agradacer y disfrutar, que correr tras un bus lleno de ilusiones y sueños, sin importar el cansancio ni el dolor.
Nada se compara con verte a través de ese cristal.
Nada se acerca siquiera a la perfección de una mirada a esos ojos que me sacan de esta realidad.

Y cuando ya no te queda nada para dar. Cuando te das cuenta que eres pura frialdad y que no te acercas a ningún ideal, no puedo hacer más que dar todo lo que tengo.
Cuando el cuerpo no responde y las piernas tiemblan, te hechas a correr, regalando cada respiración agitada, cada paso que dabas hasta no poder más, cada pensamiento en el cual soñabas que tenías un superpoder y detenías ese bus con sólo pensarlo.
Es disfrutar, es entregar todo lo tienes por una sonrisa y un bendito segundo en el cual el mundo desaparece y te quedas ahí con tus ilusiones en la mano y enfrente, un sueño hecho realidad.

Cada segundo es pura felicidad, cada palabra pronuncianda lleva enormes cargas de sinceridad y cada mirada cruzaba en la cual se unen dos almas es el real significado de eso que llaman amor.

No queda más que agradecer y disfrutar, entregar y apreciar, cuidar y abrazar, besar y fusionar, vivir y soñar, equilibrar y amar.

Equilibrar y amar...

lunes, 25 de agosto de 2008

Mujer..




Cerró sus ojos y buscó un rincón de paz dentro de su corazón.
Llevaba horas así, respirando tranquilamente, tirado sobre su cama y con una extraña melodía de fondo que le daba una sensación de confianza.
Ideó una mujer en su imaginación, el cuerpo y el color de su pelo eran elementos poco importantes, le daba lo mismo si ella cautivaba la soledad con su cuerpo o con la manera en que el viento movía su cabello en un día de lluvia.

Le daba lo mismo lo que ocurriese a su alrededor, podía acabarse la vida en ese mismo segundo y él moriría feliz, en sus sueños idealizando algún loco corazón que quisiera dejar en su vida un poco más que una noche de pasión.
No tenía ganas de nada, su cuerpo estaba sumido en un hermoso silencio, la sangre fluía tranquilamente, naturalmente.
La sonrisa que se dibujaba en su cara era la clara demostración que iba volando a un mundo mejor.

Le gustaba imaginarla, pensarla, desearla. Mirarle desde distintos ángulos, en distintos lugares y con distintos colores que le hicieran fantasear más con esa alma que caminaba por una fría calle en plena noche.

Estaba impresionado, su cabeza había creado una ciudad y ella era la única que la habitaba.
Ella brillaba de noche, las estrellas seguían allí tocando sus notas y sosteniendo esa marivillosa melodía, haciendo cada segundo más especial.
El sonido de sus pasos sobre el suelo era el ritmo que él quería para su vida, la sentía tan cercana y a la vez tan lejana.
En ella se unía la luz y la oscuridad, el cielo y el infierno, el cuerpo y el corazón.
Ella era tan sólo un punto de su imaginación, pero al mismo tiempo era el motivo por el cual ya no utilizaba la razón.

Le siguió en silencio, por muchas escaleras y pasajes desconocidos que estaban allí en su mentalidad.
Ella se detuvo y miró al cielo, sonrió suavemente y sus ojos brillaron de manera majestuosa.
Él no estaba allí y ella tampoco, pero ambos tenían una conexión.
Él sólo quería hacerla feliz, y ella veía el rostro de él en cada estrella que en ese momento brillaba.

Por impulso, ella metió la mano en su bolsillo y sacó un par de llaves. Metió la más grande en la puerta que estaba frente a ella y la abrió lentamente.
Atravesó lentamente el umbral de la puerta y miró casi con tristeza el interior de su hogar.
Por cosas del destino fijó, sin querer, su mirada en la puerta que llevaba a su habitación y notó un extraño resplandor que se escapaba por los bordes de ella.
Se volvió a sentir como una niña que está a punto de enfrentar algo inesperado y desconocido. Era una nueva aventura que le daba un nuevo color a su vida, sentía que se encendía de a poco el fuego llamado felicidad.
Empujó con suavidad la puerta, y ésta se abrió sin oponer resistencia alguna. Todo el universo conspiraba su favor.
Fue tan perfecta la manera en que sus ojos se abrieron más de lo normal y se llenaron de lágrimas.
Sobre su cama, estaba él.
Tirado allí, con los ojos cerrados y transmitiendo sensaciones de paz y tranquilidad.
Ella sonrió y corrió hacia él.
Él abrió los ojos desconcertado, y su mente se demoró un par de segundos en procesar tal realidad.
Hacía un par de segundos él la soñaba y ella le anhelaba.
Ninguno de los dos entendía que había ocurrido, pero les daba lo mismo, este momento jamás lo iban a olvidar.
Se miraron a los ojos y sin decir nada supieron lo que era el amor.
No necesitaron una frase, el silencio era perfecto.
Mientras las miradas compartían miles de secretos, y de sueños que ambos querían hacer realidad, el uno por el otro, sólo para que esa esencia única y perfecta, sonría y pueda disfrutar esta vida con simplicidad.
En ese mismo segundo hubiesen dado su vida por la del otro, hubiesen dejado todo tirado y habrían escapado juntos a la playa, o a las montañas, daba igual el lugar, sólo querían estar el uno con el otro, y en esos momentos juntos, amar a toda la humanidad contenida en un ser más que especial.

Él cerró el libro y sonrió, llevaba días tirado sobre su cama con los ojos cerrados.
Este libro hacía que su mente se liberara de tal manera que imaginaba a una mujer caminando por una ciudad, una mujer única y perfecta.
Cuando levantó la vista y miró hacia su puerta, se asombró por dos cosas en especial.
La primera es que él mantenía junta la puerta y ahora estaba abierta de par en par.
Y la segunda, eran esos ojos cálidos y relampagueantes que lo miraban llenos de lágrimas, sostenidos sobre una cálida sonrisa y un silencio perfecto para este hermoso final...

jueves, 21 de agosto de 2008

Simplicidad en los detalles...


Si me miraras en este mismísimo segundo, mi atuendo dejaría mucho que desear, mi pelo no está arreglado y mis ojos se muestran un poco agotados, en los últimos días han estado pensando en cerrarse y no volverse a abrir jamás.
Mis zapatilas están sucias y de mi boca pocas veces salen palabras bonitas, no me han enseñado a mentir.
No me mueve el dinero y me asusta la superficialidad que domina a esta sociedad.
Esta salinidad que tengo pegada a mi cuerpo desde hace un par de horas me recuerda a mis momentos de soledad, tirado en el suelo de mi pieza pensando en la manera de llegar a nunca jamás.

Hace un par de horas que estoy agotado, con ganas de guardar todos mis sueños dentro de una botella de vidrio y lanzarlos al mar, talvez sobrevivan y alguien los encuentre para que los pueda disfrutar.

Aquí voy yo, caminando con el corazón en una mano y un puñado de esperanzas en la otra, olvidé todas esas cosas que la gente llama "Conocimientos" , pocas cosas puedo pensar en este momento, mis neuronas se han tomado el día libre.
No quiero pensar, sólo deseo vivir y soñar.
Soñar para vivir y vivir para soñar.
Disfrutar cada parpadeo, pelear por cada cosa que soy capaz de realizar y nunca dejar de abrazar ese trozo de felicidad que se ha convertido en algo más humano y que me hace sonreir con sólo mirarle.

No tengo rozas en mis bolsillos y mi billetera está cada vez más delgada.
Siempre voy a preferir el silencio antes que una palabra vacía y no es que no me guste el vacío, pero mierda, hay días en los cuales mi habitación está más oscura que lo normal y quiero vaciar mi cabeza sin parar.
Mi mente tiene un poder enorme sobre mi cuerpo, me he caído un millón de veces y me han derribado otro millón más, pero...ven acércate un poco más, te contaré un secreto...Jamás me he levantado, sólo voy cayendo más y más.

Y son mis sueños los que llegan a la eternidad, no encuentro final, no hay nada que me pueda parar. Tengo una sobredosis de utopía y sólo quiero que mi corazón deje de funcionar. Porque en los últimos minutos, fracasar se ha convertido en una norma, pero vuelvo a la vida con sólo cojer un lápiz y rayar papeles vaciando todo lo que siempre he querido decir, pero que mi boca no ha querido comunicar.

Jamás me volví a encontrar tirado en la playa, mirando el cielo con los ojos llenos de esperanzas. Ahora la arena está mojada, ha subido la marea y se ha llevado con ella un cuerpo temblando de frío, débil e inhumano.

Cada noche, mi almohada me cuenta miles de cuentos de hadas en los cuales yo soy un caballero valoroso que no tiene caballo ni doncella a la cual salvar, me espera una mal herida sociedad. No tengo más implementos que mi cuerpo, mi alma y mi corazón. La lluvia hace cada sueño más especial, porque tengo ciertas cosas escondidas que pocas personas han intentado encontrar, y aquellas que lo intentaron ahora dejaron de ser humanas, porque no puedes oír todas las frases que tengo allí guardadas sin que haya una que te pertenezca y en momentos te haya llorar de felicidad.
Lo único que quiero es ver sonreir.
Es verte feliz.

Pocas veces me han importado las opiniones de los demás, pocos Dioses han intentado juzgarme, pero ninguno me ha dicho lo que piensa de mí, todos se han ido silenciosamente negando con la cabeza, algo decepcionados.
La ciudad es mi enemigo y Gaia es la madre universal, creo en el bien y el mal, sólo quiero llegar al equilibrio, doy mi vida por el nirvana, y mi tesoro más preciado se llama identidad.
No existe cruz que me someta, ni cometa a la que no me quiera amarrar, sólo un alma tiene la capacidad de hacerme volar, y se graba cada segundo, cada suspiro de ella en mi enferma mentalidad.
Siempre se queda un ideal conmigo para conversar, y juntos pensamos en alguna fantasía que queremos hacer realidad. Siempre gana la sugerencia que él me da, su mentalidad superior a todo lo que alguna vez pude idealizar.

Anhelo con toda mi alma esa unión espiritual, esa mezcla justa de bestialidad e inocencia, ese momento en que se revienta el cuerpo y no queda más que una esencia dispuesta a unirse con otra igual y llegar a un estado suprantural.

Y el mar mueve lentamente mi cuerpo inerte, yo estaba tirado mirando las estrellas con una extraña sensación de felicidad, mi mano se aferraba a la suya y sentía que todo tenía un futuro alegre, al parecer mi historia tenía un final feliz.
Ella estaba segura, yo también.
La arena era nuestra cama perfecta, ella lo es y ese fue un momento especial.
Nadie se dió cuenta de nosotros, ella me susurró algo al oído y entendí el significado de eso que se le llama amor.
Y no me moví de ahí jamás, subió la marea y ni las olas pudieron, nuestras manos, separar.
Ahora no queda más que una botella de vidrio llena de recuerdos, besos y una noche maravillosa. Sólo quedan las miradas en las memorias, nadando en un mar de hojas.

Y allá voy, cual caballero combatiendo unos molinos de viento.
Cabalgando sobre las olas y luchando por salvar un ideal.
Romanticismo teñido de realidad.
No estoy loco, solamente soy especial...

martes, 19 de agosto de 2008

Muerte..


"La música sonaba fuerte en sus oídos, él iba feliz por la calle, en su mundo, en su música, en su paraíso.
Cerraba los ojos y sentía la lluvia en su cara.
Cada nota le golpeaba el alma, removía sus neuronas con fuerzas y le hacía perder el control de su cuerpo.
Él la amaba, no podía vivir sin ella.
Sin ella, dejaba de ser él.
Con ella, sólo existía la perfección.
Pero, él había regalado todos sus sueños, sólo vivía de oxígeno e ilusiones.
Era impresionante su debilidad.

Cada minuto que era asesinado por un minutero a sueldo, le mostraba de manera poco sutil, que él iba cayendo cada vez más y que ya no quedaba nadie que lo atrapara al final.
Lo habían amarrado de pies y manos, le estaban reventando la espina dorsal.
Se cubría con una máscara en llamas para quemar a toda la sociedad.
Pensaba que él era la causa del calentamiento global.

Debía cruzar la calle, debía llegar pronto a casa y tirarse sobre cama para dejarse llevar.
Mover la cabeza de lado a lado y regalar la autoridad sobre su cuerpo, era una marioneta dominada por un alma que le susurraba con dos lenguas de plástico directamente a los oídos, las maniobras que su cuerpo debía ejecutar, le encantaba esa sensación que se percibe cuando te dejas llevar desde el alma hasta los pies.

Sin sacar las manos de su bolsillo, cruzó lleno de ansiedad.
Las voces resonaban fuerte en su memoria, se grababan con ácido en la suave piel de su conciencia.
Estaba completamente entregado, no tenía posibilidad alguna ante tal obra maestra.
Un par de luces, un segundo detenido ante tal asombro y un monstruo más grande de lo que alguna vez pudo imaginar, le reventó la ilusión.
Siempre deseó tener el poder de detener los objetos en movimientos, pero esos eran sólo sueños, y con su vida pagó por intentar comprobar si sus fantasías se hacen realidad.

Un golpe acertado a todo su cuerpo y su corazón no se movió más.
Quedó allí tirado en el asfalto, mezclando el aceite con su sangre.
Derramó todos sus sueños en plena calle, ningún auto se detuvo todos pasaron y trituraron lo que le quedaba de humanidad.
De todas maneras, él disfrutada cada momento en el cual una rueda aplastaba más, su cráneo destrozado, contra la realidad.

Y la orquesta seguía sonando de fondo.
Y nadie lloró en su recuerdo, tampoco le hicieron un funeral.
Después de un par de días se había convertido en parte de la calle, en parte de la ciudad.
Su silueta se la había tragado el suelo y sus sueños rodaron hasta la cuneta, en donde de llenaron de polvo y suciedad.
Nunca nadie recordó su nombre y no dejó ninguna huella en algún alma a la que alguna vez le habló.

Simplemente desapareció, se lo tragó una bestia a 100 kilómetros por hora.
Trató de hacer sus sueños realidad y pagó el precio.
Pagó con su vida.
!Qué barato es tener un momento de felicidad!"


Crónica de mi muerte anhelada.

Pablo Calbiague Muñoz.




sábado, 16 de agosto de 2008

Gracias..


"Aquí me tienen, con los ojos vendados y con la cara pegada a un muro bastante frío y hostil. Me asusta la idea de no sentir ni una pizca de miedo ante tal situación, mi mente y mi alma van volando libres a otro lugar, a un lugar más hermoso y más cálido, busco mi felicidad, busco mi paz.

Puedo sentir la respiración de alguien conocido a mis espaldas, el sonido del rifle me provoca un poco de ansiedad y puedo percibir la manera en que palpita mi corazón.
Me he vendado los ojos, no quiero creer que me estén ejecutando sin aparente razón.

Mientras yo sigo sonriendo como si nada importara, tengo mi máscara, ella me protege de todo dolor, pero aún así sé que desde el momento que presionen el gatillo nada será igual que antes.
No me queda más que esperar con alegría este proyectil que romperá con todo lo que antes solía brillar.
Un alma menos en mi mundo, un juicio menos que tendré que soportar, un pilar menos que me sostendrá en esta vida que me tocó caminar.
Se me hace extraño mirar estos ojos tan distintos a como los solía recordar, tan dispuestos a derribar mi felicidad, a defender algo que supuestamente es suyo y que ahora quiere volar en libertad, tan empeñados en cortarme las alas y dejarme tirado para luego levantarme del suelo y sentirse un ser especial y bondadoso por haberme levantado.

Ya no puedo gritar, nisiquiera suspirar. "Los niños no lloran", dijo alguna vez papá con sus ojos serios y racionales, ellos son un reflejo de como seré en un futuro no muy lejano, en una realidad algo distorcionada y anormal.

Puedo sentir la manera en que cierra los ojos para no observar el crimen que va a realizar, presionó el gatillo y el arma disparó sin piedad.
Yo estoy entregado, no tengo más que callar y aceptar en silencio lo que algún Dios rencoroso quiera para mí.

La bala entró de lleno en mi cabeza, perforó la nuca y me golpeó el corazón.
Mierda, como dolió, pero supongo que será para mejor.
Siempre es para mejor, ¿no?

Casi sin fuerzas me dejé caer sobre la silla, sangrando profusamente, y con el último aliento que me quedaba presioné el boton que activa ese libro de recuerdos en el cual escribo con tanto amor, comencé a vaciarme, a escribir con sangre cada frase, a romper cada ladrillo de este muro de fusilamiento que no me deja ver el paisaje.
Es chistoso pensar que estoy gastando mis últimas fuerzas en un muro, pero soy predecible y más de alguna persona ha de suponer que eso era lo último que iba a realizar.

Cuando cayó el último ladrillo, pude ver un acantilado y un furioso mar. Me arrastré como pude hasta la orilla y miré hacia el cielo, la luna llena acompañaba este viaje al fondo de mi corazón.
Deseaba con todas mis fuerzas que la lluvia hiciera este momento más especial, sólo quiero hacer tus sueños realidad, pero ya ves que no puedo controlar el clima, otra prueba más de mi debilidad.

Mientras mis ojos se clavan en la espuma que produce el mar al chocar con las rocas, estoy arriba, muy arriba y nunca nadie me bajará.
Te veo allí sobre la espuma, desnuda, bailando libremente y sonriéndome desde tu interior.
Allí estás contándome mil historias hermosas que siempre había querido escuchar, con tus ojos y tu mirada tan pura como siempre, con tu madurez y tus consejos perfectos, con tus ganas de amar, con tu pelo al viento y con tus labios cálidos.
No pude contener las lágrimas de felicidad, la herida poco me importaba ahora, solamente tengo ganas de abrazarte y de besarte como si el mundo se fuese a acabar.

Allí estaba yo, al borde del acantilado, herido a muerte y arrastrando cada vez más mi cuerpo para que cayera en libertad, si eres mi Dios, te veo, me sonrojo y tiemblo, es divertido ver la manera en que todo toma color.
Y hoy solamente quiero darle rienda suelta a esta ilusión.

Un último impulso de un cansado pie y estaba cayendo en plena felicidad, no tengo nada que me asegure a la tierra, voy apostando todo lo que tengo, por primera vez en mi vida estoy esa libertad que siempre busqué.
Y no me queda más que agradecerte, por ser como eres, por cada gota de saliva que gastas cuando me explicas algo que es demasiado superior para mi corta mentalidad, por cada caricia regalada con amor y por todos los momentos inolvidables que me entregas sin pedir nada a cambio.
Debo agradecerte por ser tan especial.
Y por todas estas razones y muchas otras más, voy cayendo feliz, realmente feliz.

El viento en mi cara y la salinidad del mar, cierro mis ojos y siento como me tomas la mano con suavidad, miro a mi costado asombrado y te encuentro cayendo conmigo con una hermosa chispa en tu mirar.
Se me dibuja una sonrisa en la cara y sin darme cuenta te voy queriendo cada vez más y más.
Antes de poder decirte alguna palabra, ya te lo he dicho todo con una sola mirada, sé que me entiendes y sé que daría todo por tí, y eso vale más que cualquier rosa que alguna vez te pudiese regalar.
Cuando ya no queda nada para encontrarnos con el mar, comienza a llorar el cielo.
Llueve a cántaros, casi con odio, siento que esto es el real significado de la palabra perfección.
Y sí, los sueños se hacen realidad.
Y ya estoy entregado, he liberado mi alma y ahora ella vuela junto a las nubes y junto a la luna.
Ya no existe el dolor, sólo queda la unión de dos almas en perfecta fusión.
Sólo te pido que no me sueltes la mano, cariño, porque lo mejor está por empezar.
No me sueltes, porfavor, que te regalé todos mis sueños y ahora no hago más que vivir de ilusiones.
Y aunque no quiera pienso en tí, daría lo que fuese por morir en tu piel..."



Este texto fue encontrado dentro de una botella de vidrio flotando en el mar, al autor de este escrito y a su inspiración, muchas gracias.

viernes, 15 de agosto de 2008

Noches..


Me gusta el sonido que producen las gotas de lluvia contra el cristal que me separa de la realidad, el viento aumenta la fuerza del impacto y cada vez es más real la amenaza de que alguna gota rompa mi barrera, mi protección, y me asusta la idea de que el frío me encuentre ahí desprotegido, con el corazón en la mano.

Aquí estoy yo, tirado en el suelo disfrutando lo incómoda que puede llegar a ser esta situación. No me quedan más que un par de ilusiones y una noche especial, sólo espero soñar y aferrarme fuerte a ellos para poder volar.
La respiración va lenta, el pulso se hace cada vez más imperceptible y la pupila se dilata para dejarme ver algo más en esta oscuridad, para que vea algo más de color en esta monocromática realidad.
El pelo mojado y las gotas que ruedan hasta golpearme en la espalda y paralizar lo que va quedando de razón.

Me quedo ahí tumbado, con la puerta cerrada y abandonando cada vez más la esperanza de que alguien me quiera sacar de acá.
Me encanta esta soledad acompañada, me gusta la idea de caminar por la arena y ver mis huellas junto a mi respiración.
Me encanta esta sensación de poder besar un alma que contenga toda una humanidad, y que una sonrisa suya signifique más que cualquier otra cosa que alguna vez pude anhelar.

Comienzo a jugar, a crear alguna loca realidad que sólo existe dentro de mi enferma corteza cerebral.
Camino lentamente por mi calle de los recuerdos que jamás ocurrieron, pero que siempre quise verlos pasar. Voy dando cada paso tranquilamente, decidido, éste sitio se me hace cada vez más familiar. Ya no me queda nada más por pensar, todo se resume en una misma persona, todas las gotas caen en la misma dirección, la lluvia me avisa que tiene todas las ganas de reventar ese cristal.
Y yo que no hago más que soñar, que ser feliz con esta realidad que me invento en noches como ésta, en la cuales no estoy tan sólo dentro de mi habitación, pero que, por más que intente tocar algo con mis manos, todos los esfuerzos en vano serán.
Porque sin quererlo me exijo un poco más, me pido ir un poco más allá de lo corporal. Me anulo conscientemente los sentidos y comienzo a ver con el corazón.
Esta extraña sensación de que voy cayendo a cero me ayuda a fantasear, me ayuda a liberar todas esas cosas que he pensado en momentos que olvidé, pero que cada una de esas cosas tienen una variable en común.
Todas hablan de un mar y un sol, de un océano y un grano de arena, de un ritmo intenso que te desgarra la piel, de un momento infinito, de una sensación indescriptible, de un delirio hermoso y perfecto, de la más placentera unión espiritual.
Y busco entre mis entrañas la llave que abre esa cajita de madera añejada por las experiencias, pero que su valor no se compara con nada en este mundo.
Voy corriendo como un niño pequeño con un valioso tesoro en su mano, corro hacia la cajita, lo único que deseo es llegar a ella y encontrar ese trozo de paz.
La abro desesperadamente, no quiero que se pierda ni un segundo de este momento, de este sueño hecho realidad.
Guardo dentro, con sumo cuidado, cada olor, cada sensación, cada palabra y cada respiración.
Lo dejo allí protegido de todo lo que en algún futuro lo quiera dañar, ya no me importa si la lluvia rompe el cristal y las gotas me queman la piel, ya no me importa si el viento azota tan fuerte mi habitación que no quede nada en pie, no me importa nada, porque sé que mi cajita sobrevivirá, ya sea dentro de corazón o dentro de otro, pero de todas formas, el momento pasará, pero mi caja seguirá allí segura, y con ella seguirán allí vivos todos los sueños que con tanto cuidado y cariño, guardé al despertar.

miércoles, 13 de agosto de 2008

Locura...


Se dejó caer sobre la cama y cerró los ojos mientras intentaba eliminar todos sus pensamientos en un suspiro, guardó silencio por un par de minutos y luego todo comenzó a brillar.
Algo ocurría dentro de su cabeza, dentro de su cuerpo y dentro de su corazón. Era una sensación nueva que lo dominaba por completo, que se apoderaba de todo su ser y le hacía perder la razón.

Se levantó rápidamente de la cama y cogió del suelo su cuaderno negro y un lápiz que funcionaba, abrió el cuaderno y buscó la última página que estaba escrita, le hechó una mirada rápida y giró la hoja, en pleno ataque de locura comenzó a escribir rápidamente, como si se le fuera la vida en ello.
Escribía línea tras línea, sin importarle nada, miles de melodías de sonaban dentro de su cabeza y de todas ellas había solo una especial.
Escribía de amor, de la vida, del corazón y de la razón.
Sentía que estaba escribiendo algo que salía, profundamente, de su interior.

Cuando terminó de escribir y la sinfonía dentro de su cabeza se apagó, levantó la vista y la encontró de pie frente a él, apoyando la cabeza en el marco de la puerta y sonriéndole.
Él la miró y le sonrió también, se puso de pie y la miró directamente a los ojos.
Ella se acercó un poco y le acarició suavemente la cara, esas caricias hicieron que él desapareciera de la realidad y se volcara de lleno en los ojos de ella.
El brillo que le daba a ella, la llama de la vela que iluminaba la habitación era algo divino y majestuoso. Ya no le importaba nada más a aquel hombre, le daba lo mismo si moría en ese mismo instante, moriría completamente feliz.
Las caras se acercaron lentamente y se unieron en un beso fatal, se juntaron los labios y la magia nació, miles de sensaciones, un huracán de pensamientos y un segundo que ninguno de los dos olvidará. Era casi magnético, el ritmo que llevaban sus corazones era uno solo, las lenguas se susurraban miles de sueños sin parar, nada era más hermoso que esa escena, nada era más hermoso que soñar de a dos.
Él le acarició la cintura y ella se sonrojó.
Ambos rieron un momentos y comenzaba a crecer la pasión.
Ambos habían saltado al vacío sin protección alguna, ambos se entregaban por completo, ambos eran uno solo.
Las ropas cayeron y la vela fue la única espectadora de aquella majestuosa situación.
Las caricias eran suaves, pero apasionadas, intensas, pero delicadas.
Todo se dió solamente a base de pulsiones, ellos se dejaban llevar por el corazón. No se hablaban, ni se pedían nada.
Un cruce de miradas equivalía a un millon de te quiero pronunciados desde el centro de sus almas.
Estaban allí, en perfecto equilibrio, se había convertido en una sola esencia.
Ninguno de los dos podía respirar, el placer era superior, las sensaciones amplificadas por cien y la idea de que estaban llegando a un paraíso hecho solamente para esa pareja en unión.
Él recorría las curvas de ella de manera suicida, a ella le gustaba la manera en que él la tocaba, se hechaba a volar con sólo sentir la respiración de él sobre su piel.

El tiempo se había detenido, todas las estrellas estaban ahora observando aquella función. Las matemáticas arrojaban cálculos exactos que hablaban de amor verdadero y las letras guardaban silencio ante tan divina metáfora.

Ambos cuerpos temblaban del placer, era algo sobrenatural. No había dolor, sólo preocupación y amor. Cuidado por el otro y las ganas de que disfrute lo que más pueda.
Cada uno tenía el cuerpo del otro a su merced, estaban entregados él uno al otro, la confianza era el gran pilar en su relación.

En un momento en el que las estrellas se alinearon y Dios mismo sonrió al ver aquella escena, las almas se unieron en un orgasmo de amor. Espasmos de placer juntaban las almas y las convertían en una obra de arte digna de una galería en el olimpo. Los grandes artistas se arrodillaban ante tal hermosa creación, todos lloraban de alegría, se había logrado el momento cúlmine de tal manera que ninguno de los presentes lo olvidará.
Un beso final y una sonrisa de felicidad verdadera, se miraban a los ojos de manera tan apasionaba, se juraban amor eterno en cada suspiro, en cada caricia, en cada abrazo.
Allí se quedarón el resto de la noche, disfrutando del amor que los inundaba, disfrutando con las cosas simples que les entregaba la vida, disfrutando con cada idea que compartían, disfrutando el simple hecho de amarse intensamente y verdaderamente, disfrutando este estado de nirvana que tanto ansiaban, solamente querían quedarse allí de por vida, desnudos sobre la cama, teniéndose el uno al otro y sintiéndo cada palpitar de su corazón...


...Se levantó rápidamente de la cama y cogió del suelo su cuaderno negro y un lápiz que funcionaba, abrió el cuaderno y buscó la última página que estaba escrita, le hechó una mirada rápida y giró la hoja, en pleno ataque de locura comenzó a escribir rápidamente, como si se le fuera la vida en ello.

Cuando terminó de escribir, dejó caer el lápiz sin fuerzas y sintió como un líquido caliente le corría por el cuello. El amor y la adrenalina de la inspiración no le permitieron percatarse de que tenía una gran herida en la cabeza, porque se levantó demasiado rápido y se mareó por un par de segundos.
Tan sólo bastaron un par de segundos y una desorientación, para azotar su cabeza contra la pared de la habitación y reponerse rápidamente antes de perder la inspiración.

Se tumbó en el suelo y apretó al cuaderno fuerte contra su pecho. Cerró los ojos y sonrió porque sabía que en un par de horas estaría muerto, pero llegaría su amada y leería lo que él escribió para ella, de esa manera el viviría por siempre en ese papel y cada vez que ella lo leyera él se uniría con ella para formar nuevamente una sola esencia...

domingo, 10 de agosto de 2008

Despertar..


El joven sólo quería encontrar el verdadero significado del equilibrio en la vida, pensaba día y noche en el equilibrio, la paz, la tranquilidad y la felicidad.
Quería encontrar la paz y el equilibrio para así poder ayudar a las personas a encontrar el suyo y poder llegar a un gran equilibrio colectivo en la sociedad, una sociedad realmente feliz, realmente tranquila, una sociedad que pueda progresar y mejorar.

Pensaba que el equilibrio estaba allí en el punto medio entre dos cosas, en ese punto exacto en el cual los dos pesos se igualan y ambos flotan al mismo nivel.
Pensaba en el equilibrio en la vida, en que tenía que conocer el odio y el amor, lo frío y lo cálido, la compañía y la soledad, la vida y la muerte.

Ese día mientras observaba con la mirada perdida unas nubes desde el interior de su salón en el colegio, pensó en que, a pesar que ya conocía el odio y el amor, todavía no sentía esa ansiada paz.
Era obvio, puesto que si exsitía algo que tuviese en su interior lo bueno y lo malo, se equilibraría y podría encontrar la felicidad, pero él era humano y tenía claro que la esencia del ser humano es la diferenciación. De todas formas le molestaba ser un humanoide a causa de la sociedad en la cual vivía y que tanto quería ver mejorar.

Él no se daba cuenta, pero poco a poco abría los ojos, poco a poco iba acercándose ese equilibrio que tanto quería abrazar. Poco a poco se fijaba más a su sueño, y cada vez estaba más próximo a alcanzar ese estado de éxtasis profundo que sólo lo que más quería le podía proporcionar, pero él siempre deseaba un poco más, deseaba estar en éxtasis por siempre, con lo que más qeuría la mismo tiempo y así poder ayudar a los demás.

Luego de pensar mil cosas que son poco importantes para el profesor que impartía la clase frente al curso, por un segundo sintió impetuosamente esa necesidad de hacer todas tus ilusiones realidad, sintió que debía dar cada suspiro por ello, sintió que debía vivir por ello, se conectó por primera vez con su alma, por primera vez en su vida se había sentido tan decidido a algo.
Si en ese momento su sueño hubiese sido el de volar, se hubiese lanzado por la ventana que tenía a sus espaldas, pero lamentablemente ese no era su sueño. Su mayor deseo era el de encontrar la felicidad.

Miró sus pies y vió una regla metálica de 30 centímetros bajo su pie derecho, se inclinó un poco y la recogió.
Puso la regla en la palma de su mano izquierda y la observó detenidamente, luego de un par de minutos mirando la regla recogió todos sus dedos excepto el índice y ubicó la regla sobre la superficie de su dedo, de tal manera que éste pasara por el centímetro 15. Al separar la regla de la mano que la había ubicado allí la regla cayó hacia un lado y precipitó contra sus muslos.
Él miró la regla algo confundido y la ubicó de igual manera que la vez anterior. Se dió cuenta que al soltar la regla , ésta caía puesto que no se encontraba en un perfecto equilibrio.
Extraño suceso, puesto que si la regla es de 30 centrímetros, el número 15 debería significar el equilibrio que le permitiera quedarse allí ubicada sobre el dedo índice.

A causa de su curiosa y perfeccionista personalidad (tal vez un poco obsesiva también) ubicó nuevamente la regla sobre su dedo índice, pero ahora en el centímetro 16.
Al soltar la regla, ésta se quedó allí suspendida en un momento de perfección.
Él abrió los ojos asombrado, pues había comprendido el significado de aquel signo.
Sacó papel y lápiz, y anotó rápidamente, antes de que las palabras escaparan de su mente:

"El equilibrio no está siempre en el medio de dos objetos...
El equilibrio debes encontrarlo tú, luego de intentarlo muchas veces y aprender de todos esos errores, sólo cuando te hayas levantado de esas caídas podrás intentarlo denuevo, con más posibilidades de llegar a él..."

Luego de escribir ésto y guardar el papel en su bolsillo, sonrió, pues había aprendido algo realmente valioso.

Fiebre..


Se desata mi interior y pierdo todo el control, me convierto en un ser sin razón.
Veo nítidamente mi verdadero yo, tan oscuro y amargo como lo imaginé. Ha comenzado la inmaduración progresiva, me conecto con algún Dios de madera y comienzo a creer en el amor.
Allí estoy, allí estás, todo lo que sucede es por culpa de una extraña pulsión.
Es por culpa de esa maldita sensación que debes clasificar, pero por más que lo intentas siempre acabarás dentro de un cajón.

Te encadenas de pies y manos, a mis sueños, y te hechas a volar.
Ahí quedo yo, en medio de la oscuridad. Rodeado de cuerpos mutilados y alguna que otra verdad subjetivamente inventada y disimuladamente gritada a viva voz el día en que mis ojos perdieron su color.
En mis manos, una batidora llena de cuchillos dispuestos a triturar cualquier sacrificio que algún imbécil les quiera donar. No lo pienso más, deposito en su interior mi alma, mi cuerpo y mi corazón, no tengo miedo, pero te pido que presiones el botón.
Y la máquina comienza a funcionar, Caín y Abel no dejan de pelear.
El dolor es insoportable, casi inaceptable y no puedo gritar.
Se une cada célula de mi cuerpo con algún sentimiento profundo e intenso.
Dejo de sentir y pensar, comienzo a vivir y a disfrutar.
Todas mis ilusiones me mezclan con las cicatrices de alguna caída que no pude evitar.
Ya no hay dolor, ni sonrisas.
Ha desaparecido el placer carnal, ahora me inunda un orgasmo que no quiere parar.
Me libero y vuelo junto a tu voz, te beso el corazón y escucho atentamente cada detalle que me susurras suavemente, escucho con dedicación cada uno de esos sueños que tanto disfrutaste y no pudiste recordar al despertar, leo con fuerza cada meta que quieres cumplir y me propongo no dormir hasta ver esa sonrisa que se dibujará en tu mirada cuando sientas que todo lo que alguna vez pensaste que no ocurrirá está sucediendo frente a tus ojos y lo puedes palpar.

Se superan miles de barreras y el silencio es tan perfecto que ha asesinado mi voz.
Nada ha terminado, nada ha comenzado. Desde el primer momento en que suspiraste, me hiciste volar, reventaste cada vena en mi interior y me sentí desangrar de felicidad. Cada beso regalado es abrazado por un huracán que nos lanza fuera de este planeta, fuera de toda esta realidad.
Te has convertido en cada cuchillo de la batidora que me equilibro por completo, que me llevó al nirvana en perfección.
Se ha detenido el tiempo, he dominado el clima y puedo hacer aparecer lo que sea.
Es magia, todo esto es solamente magia.
Es fiebre y es enfermedad.
Es una noche apasionada revolcándose en la cama, cuando no tienes a quien besar.
Es desgarrar cada pedazo de piel que te limite y hecharte a volar sin más.
Todo esto es pura sinceridad.
Pero no es eterno..
Es tiempo de bajar, que tengo que despertar. Los medicamentos han hecho efecto y ya no podré delirar. Se cierra la ventana a mi interior y me separo de mi verdadero yo.

Pero algo no vuelve a ser igual..
Mi alma, mi corazón y mi cuerpo...
Ya no se separarán...

miércoles, 6 de agosto de 2008

Dolor...


-"Señora, tome asiento por favor. Debo comunicarle que lamentablemente su hijo tiene artritis juvenil en la pierna derecha..."

La mujer miraba, apunto de llorar, a su hijo postrado en una cama en el primer piso de un frío hospital. El niño dormía tranquilamente, el padre estaba comprando un café y ella ya no sabía que pensar.
El niño abrió lentamente los ojos y le sonrió a su madre, tan sólo tiene 9 años y lo que más le gusta es nadar en el mar, es simplemente un niño que cree en la felicidad y piensa que más allá de su familia no existe nada más.

-Mamá, no quiero ir a natación hoy...No tengo ganas, además me duele un poco la pierna. ¿Donde está mi papá?

-En la cafetería, hijo. Ya viene, siga durmiendo, descanse.

-Está bien, mamá. Es extraño que esté cansado a pesar que ni siquiera me he movido de esta cama. Mamá, me tiene aburrido este lugar, creo que pronto seré un angelito, quiero ir a un nuevo lugar.

La madre se levantó y salió de la habitación porque estaba llorando. Le dolía ver a su pequeño en esas condiciones, le dolía la inocencia con que su hijo le miraba y le atormentaba la idea de que su pequeño sufra aún más.


-"Señora, tome asiento por favor. Debo comunicarle que a pesar de los esfuerzos y tratamientos médicos que le hemos aplicado, la artritis se le ha propagado a su otra pierna. Su hijo ahora no puede caminar, debe comprarle una silla de ruedas, lo siento."

El padre llegaba con la silla envuelta en papel de regalo y nadie en esa habitación pudo aguantar las lágrimas al ver el brillo que tenían los ojos del pequeño, creía que era una bicicleta, creía que era la figura de acción que tanto esperaba, creía que era un regalo más.
Pero al rasgar animosamente el papel de regalo, sin moverse de su cama. Comprendió todo, de un momento a otro su felicidad de niño se desvaneció.
Veía ruedas, pero no era una bicicleta.
Había pensando mal, no era otro regalo más. Eran su nuevo medio de transporte.

Al otro día comenzó a pasearse por los pasillos del hospital sobre su nueva bicicleta. Eso le habían dicho que era, una nueva especie de bicicleta que funciona con las manos.
Veía todo desde más abajo, la gente le parecía ahora demasiado alta y peligrosa.
Cuando observó hacia la entrada del hospital y vió entrar a todos sus compañeros de curso con papeles dibujados y el profesor que más le importaba a él, el de natación; simplemente sonrió.
Le asombraba ver a sus compañeros tan altos, pensó que habían pasado muchos años desde que había entrado a este hospital, y que era mágico porque él no crecía ni un poco.
Recibió con gran alegría cada abrazo y miró con ansiedad todos los dibujos que le habían hecho sus compañeros.
Sonreía cada vez más, todos los dibujos era hermosos y coloridos, todos mostraban árboles, un sol radiante y el colegio de fondo con la piscina más bella que nunca.
El profesor le regaló ese traje de baño que siempre le gustó, el profesor sabía que él nunca volvería a caminar.


El niño empeoró esa misma noche y finalmente murió. Su madre no para de llorar y ahora la cafetería está cerrada. El padre no puede sacarse ese vacio de su interior y sobre la cama vacía ahora quedan sólo los dibujos y un traje de baño mal doblado.
En cada dibujo aparecen muchos niños, y todos están a la misma altura...
Todos, tenían bicicletas iguales a las de él.
Todos sonreían de felicidad...





martes, 5 de agosto de 2008

Deseos...


Cuando deje de salir en sol en mi vida y la noche desgarre cada pálpito de mi corazón, sonreiré y te abrazaré.
Cuando mi pasado deje que mi consciencia se vaya en libertad, me quedaré mirando tus ojos iluminados por la luna.
Cuando mis venas descansen y mi cuerpo se duerma para no volver a despertar, sentiré tus lágrimas caer en mi cara.
Cuando tus sollozos sean la única melodía que resuene en esta habitación, podré besar tu alma.
Podré susurrarle mil ideales a tu amor y te sentirás aliviada en tu dolor...

En ese momento tomarás todo lo que algún día te escribí y sonreirás porque habrás entendido todo lo que quise decir.
Se mezclará la tinta con tu sal y se llenará cada vacio que alguna vez dejó un silencio mío, de mi personalidad.
En ese momento cuando leas cada palabra, oirás en tu oído todo los "te quiero" que muchas veces no hablé porque el silencio era demasiado perfecto como para hacerlo cambiar.
Y se disiparán todas las dudas que alguna vez se anidaron en tu corazón, te darás cuenta del significado que tenía tu sonrisa para mí.
Y lloraré porque se ha cumplido mi único sueño, porque alguien ha entendido el verdadero sentido que tenía una estrofa escrita en un momento de soledad y reflexión.
Y seré feliz porque fuiste tú la que lo entendió, fuiste tú, lo que yo más quiero, la que vió mi alma impregnada en un papel.

Me sumergiré en tu alma, seré uno contigo, sanaré cada herida que te haya dejado esta vida y te acariciaré el corazón.
Ya nada te dañará y nunca sola estarás, viviré en esas palabras y en tu recuerdo.
El cuerpo se encerrará dentro de un árbol y se saciará el hambre de la tierra por tragarme de una buena vez.

Y si hay algo que me queda por suspirarle a tu utopía, es que jamás dejes de soñar, amor mío.
No dejes de vivir, ni te pierdas la oportunidad de llorar bajo la lluvia, porque allí en cada gota que se una con tu lágrima, iré yo, irá todo lo que soñé contigo y no pude cumplir, irán todas las miradas que quedaron grabadas con tu voz en mi memoria.

Por favor, cariño...
Nunca dejes de soñar...

domingo, 3 de agosto de 2008

Tecnología Emocional..


Ahora ya no existen las enfermedades, todo es de polietileno y la vida es más cómoda de lo que alguna vez pudiste creer.
Ahora puedes conocer todo el mundo a través de la red y tus amistades aparecen frente tus ojos con sólo hacer un click.
Ahora no pasarás frío ni hambre, el hombre puede ver el futuro, el clima está a su merced.
Ahora los hombres se sientan en un sofá y comen lo primero que le pongas en un plato adornado con una linda presentación y un precio módico.

Y todos los hombres que leen un poco más lo anuncian, ésta es la época del avance tecnológico, es la época de comprar y satisfacer en el principio de placer.
Porque así nos crearon, porque ahora son pocos los que se quedan mirando las estrellas y pensamos que no son sólo cuerpos celestes que son absorvidos por alguna estrella muerta, y que pronto, a nosotros, ese mismo final nos tocará.
Porque cada vez son menos los que puedes sonreir sin tener un peso en el bolsillo, porque cada vez se pierde más el valor de esta humanidad.

Se mata, se crea, se clona.
Se juega a ser Dios, se busca ese poder ilimitado, se sueña con vivir por toda la eternidad.
Se vive por un par de papeles, se muere por un polvo blanco y las pantallas nos han esclavizado.
Se reza a Dios y el aborto siempre será la mejor opción.
Se mueven por el placer y sexo, lo único que importa tener más curvas que el mar en un día de lluvia.

Existe tiempo para la televisión, para trabajar, para investigar, para traficar...
¿Y el tiempo para amar?
¿Dónde quedaron esos minutos que se destinaban para mirar hacia los costados?
¿Qué ocurrió con todas esas horas que se usaban en alguien más?
¿A quién le importa si alguien tiene que pasar en plena calle un desolador temporal?

Y es lamentable...
Nos han enseñado modales, historia, matemáticas, biología, química, lenguaje...
¿Y de qué nos ha servido?...
Nos han hablado de valores, de la sociedad y del bienestar...
Pero jamás han educado con el ejemplo, porque se han encargado de escalar en estos malditos estatus económicos que posee la sociedad.
Porque ya no se es feliz con las cosas simples, siempre se quiere un poco más...
¿Un poco más de qué?..
¿De amor? ¿De caridad? ¿De consciencia social? ¿De ayuda mutua?
O ¿se ha pedido a gritos un poco más de dinero?, ¿un poco más de comodidad?, ¿un poco más de tecnología?

Ahora te dicen que hay cosas que no puedes hacer y tú las aceptas sin siquiera preguntar.
Porque ahora existe el imposible, porque nos han limitado la capacidad de reaccionar, porque esto se está hundiendo más y más...

Y me apena que los besos tengan el mismo valor que lo tiene una noche de pasión con alguien a quién jamás le volverás a hablar.
Y me frustra que se piense, que el alcohol y las drogas es lo único que puede entregar un buen momento, lo único que puede ser un símbolo de madurez.
Y me asusta el hecho de que un título universitario signifique un futuro promisorio, entonces gasto toda mi vida en tener una buena profesión para caer en el vicio del dinero.
Porque todos saben qué quieren ser...
Pero pocos saben lo qué quieren hacer...

De todas formas, yo sé que no pertenezco a esta sociedad, y tampoco quiero pertenecer.
Sé que soy demasiado distinto como para entrar en su mundo perfecto y cómodo, sé que sueño demasiado y lo que ellos necesitan es gente sedienta de dinero y dispuesta a consumir cada vez más.
Sé que soy utópico e idelista, pero bueno así quiero vivir y por eso quiero morir..
Sólo deseo que la gente sonría al ver una estrella fugaz..
Lo único que quiero es que se diga un "te amo" cuando se sienta y no para satisfacer el lado animal..
Lo que más quiero es que luego de que la gente haga el amor se miren a los ojos y no piensen en nada más, que a la mañana siguiente se preparen un café y que aquellos recuerdos se conviertan en un motivo por el cual caminar...

Porque soñar es lo mejor del mundo..
Porque la mente humana tiene un poder gigante y nadie se quiere dar cuenta de "esa" realidad...
Porque ahora las emociones vienen envasadas y listas para disfrutar...
Porque escuchar el palpitar de la persona que amas es el único ritmo que de verdad te puede hacer bailar de felicidad...
Porque no hay nada mejor que vivir...
Porque no hay nada mejor que morir viviendo...
Porque la muerte no es nada si puedes vivir en los recuerdos de alguna persona que jamás te olvidará..

viernes, 1 de agosto de 2008

Inmortal...


"No descansaré hasta que mi muerte trascienda en una canción viviendo en la eternidad. No permitiré que un sentimiento no se exprese en el papel, una idea que plasmar, mientras aún pueda crear alcanzando la inmortalidad..."

Yo solamente puedo vivir eternamente en tus recuerdos...

Yo escribo sólo para quedar en tus recuerdos...

Yo quiero que tus recuerdos sean algo más que solo recuerdos...

Yo quiero verte feliz...


Líbido...


La cabeza deja de pensar y el corazón de latir, se comparte la respiración y te vas de viaje al mundo de los sueños.
Rompes con la piel y destrozas cada músculo con cierto placer, se duerme el tiempo y muere la razón.
Sientes esa extraña sensación de que ya nada importa, de que es éste momento la excusa perfecta por la cual vivir.
Se pierde el miedo a la muerte, y la vida se muestra mucho más simple de lo que puedes creer.
El papitar de los músculos vitales suenan en perfecta armonía, la ciudad se calla para dernos caer en nuestra perfecta ilusión.

Las almas se tocan, los labios se unen y los ojos se cierran.
Los huesos tiemblan y la sencillez del momento le da ese toque necesario que lo hace inolvidable.
Se acarician los ideales y se puede palpar la felicidad, esto es un sueño hecho realidad.

Las sonrisas brotan solas, no hay motivo para hablar.
Las miradas son inútiles, esta conexión va más allá de lo corporal.
Es tu sabor el que inunda mi alma, eres tú la que puede hacer mis sueños realidad.
Eres tú la que me trae la felicidad...