Escribir sin luz, al azar y con el corazón. Garabateando cosas sobre hojas absurdas y sin pudor, quemando la tinta de la sabiduría animal, jugando a que alguna letra te roce los labios a espaldas de un dios.
Construyendo imágenes en vano, buscando tu rostro junto al mío, defendiendo este suelo que es tu tierra y la mía. No hay verdad dentro de lo quiero narrar, no existo en la descripción que puedo dibujar.
Porque te miro y me responde el cuerpo sin preguntar, vibra la mirada con la luz reflejada en tu lagrimal, persigo en mi memoria sin destino y me pierdo contigo en un beso que no deja de comenzar.
Y como el viento juega con tus miedos, yo no pedí permiso para quedarme contigo. Con estrellas te acuesto en las canciones, anhelando, con la yugular estrangulada, poder decirte algo especial.
Lo que ves es lo que sientes, caricias que queman como el mismo infierno, una noche más abrigando el frío con poemas, viéndote contenta entre tanta desigualdad.
Yo no quiero más que descansar sobre tu espiral y la mía, que sueñan sobre la almohada y los espejos que cuelgan de nuestras cabezas.
"Dejar el dormir para otra vida, yo me quedo despierto mirándote mientras me revolucionas desde el más inocente silencio, mientras le das fuerza a mi dínamo de creatividad. Y yo no dejo de recrearme en tu piel, de encontrarme en tus manos y ver el cielo en tus pies.
Sujetarnos la vida entera y su muerte más etérea en un jardín de palabras que no pueden explicar la belleza que eres capaz de crear.
Porque puedo escribirte mil libros en la espalda, pero solamente tú logras hacer pensar mi corazón y palpitar mi pensamiento.
Pero tu belleza no es de letras, es de piel; de hiel con miel, del sentimientos más impuro que existe, de sencillez periférica y de centro descontrolado.
Mil malezas floreciendo sobre las aves de nuestro pueblo y yo sonrío al vernos caminando sin cadenas ni prisión."