Entre despedida y llegada, entre marejadas y bosques pintados con tu olor.
Vuelve que ya me voy.
La brújula del deseo apuntando hacia el centro, tú: la dirección. Al mismo tiempo que me suelto me asalta la mano que me toma tal cual soy. Guardé un trozo de ti, nos miramos las esperanzas en el aquí para ver hacia donde ir.
Ven donde nunca fui, vuelve que ya me voy.
El atardecer de los días quemados entre montes de cemento e ideas que muerden el ideal. Usé tus labios como bar para beberme la amistad, usé tu risa como motivo para festejar.
Despertaron los momentos bajo la tibia neblina de la primavera cuando amanece entre los cerros, habitante de la república independiente de los sueños ahora hallado en otra posición.
La ruta la tracé entre tus dientes, marqué en el mapa donde enterré mis muertos y olvidé los bienes entre las islas de tus ojos. Con barro cubriendo los intentos por pasarme a buscar, compartiendo los pasos dados para retomar la belleza del final.
"Hice de la playa mi jardín, sembré cuántos botones de rosas tenía.
Mojé con tu saliva los campos de errores, bañé los corazones en los vapores de las canciones.
Tomé las flores y les abracé las espinas, hice de mi carne un continente para tus hambrunas.
Nos quedamos en(la)cima de los amores sin restricciones.
Llorando por las alegrías y riendo para los silencios acompañar."
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