Veo tu sonrisa que disimula una actitud nueva, atractiva para mí. Tu voz y tus palabras atacan mi tranquilidad, me revuelven las hormonas y no me quieren soltar. Tengo mi personalidad, mis gustos. Sé que te parecen raros, pero no todo lo que se ve en este mundo reacciona igual.
Juegas conmigo, lo sé; pero lejos de molestarme, me agrada es como una nueva aventura que está apunto de comenzar.
Quisiera besarte y saborear tu alma con mi lengua. Obtener el jugo saboroso de tu piel, tomarnos de las manos y regalarnos placer. Comerte el corazón a miradas penetrantes, que me sientas dentro y no puedas respirar.
Pero esquivarte se me hace más fácil, es como un juego que perderé, pero que quiero jugar. Sí, dime tonto, pero por desgracia la edad me puede jugar en contra.
¿Acaso es esto amor?, No se puede definir, cariño. Tu voz baila en el aire y me besa con dulcura el oído, yo marco el ritmo con mis manos y al ver tus caderas moverse a este compás me sacas de la órbital normal.
Son tus curvas, tu cara y tu pensar. Me provocas sin compasión, sabes mi inexperiencia en el amor, dime niño o tonto, pero quédame en mi cama una vez más.
Por las noches me invades en sueños, me elevas la temperatura y comienzo a delirar. Recorro tu cuerpo con el pensamiento, y tú suspirar y te dejas llevar.
Que linda que estás, eres un dulce. Dulce que tengo miedo a abrir por el simple hecho que se pueda terminar.
Que excitante que estás, y lo sabes. Esa cola es la manzana de mi perdición, morderla me enviaría al paraíso para caer luego en la tempestad.
Y ya he perdido mi verdadero yo, tiemblo con el simple hecho de oir tus susurros en mi corazón.
Tus provocaciones me han derrotado, me golpearon con fuerza las rodillas y he quedado tirado en el barro.
Cambiaría toda esta mierda, por un segundo contigo.
Sé que me provocas, y sé que perderé.
Así funciona el juego, sé como terminaré...
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