
Toda motivación es inútil conmigo, en estos momentos me he sentado a pensar. Muchos me hablan de futuro, de que es mi deber, de que se acaba la esperanza, de que debo preocuparme por mi bienestar.
Debo confesar que es aterrador, esto de la vida y de la manera tan simple o peligrosa que te la pintan distintos artistas a lo largo de tu camino.
Porque la paz del hogar, de la familia es tan irreal. La imagen de la madre cuidándote en la enfermedad y la sabiduría de un padre, va formando tu personalidad. Tomo lo mejor de todo e intento corregir lo peor. Así estoy un paso más cerca de la perfección.
Pero hay veces en que le das la espalda a todo ese esfuerzo que han puesto en tí, más preocupado de que no te vean cerca de papá y mamá, preocupado del qué dirán, de la imagen que, de tí, tendrán los demás.
Y en parte me da risa, la vida es tan corta y pasa tan rápidamente que no te das cuenta de algo y ya ha pasado. Hay veces que da pena, no haber apreciado ese momento que ahora miras hacia atrás lleno de melancolía y dolor, o sientes esas ansias de volver atrás y cambiar la manera en la que actuaste, siempre has querido enmendar ese error que no te deja descansar.
Me asusta todo esto de la cotidianidad y la esclavitud del dinero, no quiero caer en las manos del capital, no me gustaría ser uno más de toda esta maldita maquina de frialdad.
Me molestan esas manos ambiciosas y egoístas que crean su mundo lleno de perfección, crean su esfera de poder, van matando las esperanza y van apagando la luz de esta sociedad.
Comienzo a idealizar, a odiar y a pensar.
La vida, con sus vueltas y su extraño ciclo. Nacen y mueren, todo pasa, nada es constante.
Los libros de historia se llenan con lindas fábulas que buscan un relato obseno para toda una abandonada sociedad.
Esto de la muerte y la vida, me acompleja. No por el hecho de que morir sea un constante miedo popular, por el contrario, tengo un deseo conciente de morir, de descansar y poder obtener esa ansiada paz.
Pero que la muerte sea mirada de manera tan común, tan fría... es simplemente perfecta.
Llegar a ese punto de comprender que la muerte no es más que alcanzar esa felicidad que se desborda por tus lágrimas y que se es incapaz de olvidar, es hermoso.
Poder comprender el concepto de muerte, amarle y esperarle con ansias es tan gratificante, por fin puedes hacer cosas en vida con una motivación distinta, más allá de un juicio divino o una paga en dinero.
Porque de eso se trata esta vida, de hacer algo. Si prefieres sentarte y ver televisión o trabajar por hacerlo nada más, el suicidio es tu opción más cuerda. Porque no sirve de nada ir de egocéntrico por este jodido camino, porque no tiene sentido preocuparte solamente de tu bienestar si hay alguien fuera de tu casa que, de hambre, morirá. Y me han dicho que eso siempre ha existido y siempre existirá, pero...Mierda! esa es una maldita excusa para no hacer nada. Porque esta sociedad es mediocre e individualista, interesada y ciega. No quieren ver y piden a gritos más mentiras, les gusta ser dominados, porque no tienen que pensar. Si les pagan, bien, si no, es mejor robar que intentar trabajar.
Es por eso me preocupa el futuro, y el qué vendrá. Es por eso que no sé que quiero "ser", pero sí tengo claro lo que quiero y debo "hacer".
A algunos los mueve el amor, llenos de su romanticismo y su ideologías, sus paraísos y su amor triunfal. Van por la vida buscando su princesa de cuentos de hadas, disfrutan la melosidad y aman la infidelidad.
A otros, la religión; caminando por la ruta de la santidad, de los mandamientos y la incoherencia, van por la vida hablando del buen samaritano y nisiquiera intentan librar al mundo de esta pobreza y miseria universal.
A otros los mueve el dinero, la comodidad, el egoísmo, siempre irás tú primero y lo demás es insignificante, porque siempre lo mejor para tus hijos, la educación y un futuro claro, todas las lágrimas de la existencialidad las secan con un billete y una sonrisa llena de falsedad.
A otros les mueve el odio y la discordia, buscando siempre lo peor en lo humano, no paran de criticar, de dañar y las soluciones de, su boca, no saldrán. Porque es más fácil dañar, que reparar.
Van por la vida de rudos, y hablan porque un comentario parecido han escuchado, no son capaces de tener su propia opinión, se dejan influenciar y lo único que buscan es la destrucción.
¿Cuál es la prioridad en esta vida?, ¿Para qué estamos acá?, ¿Estamos realmente acá?, ¿Ahora qué harás?, ¿Qué es lo que te mueve día a día?, ¿En qué creerás?
Y yo soy sólo un niño, que le gusta soñar, que tiene un ideal y no se siente parte de la sociedad. Que cree lo que quiere creer por miedo al dolor que produce la verdad, pero aún así sigo buscando la verdad, para llenarme de valor y en algún segundo de misteriosa fuerza, destruir toda esta mentira que produce tanto dolor y miedo.
Porque hago lo que me gusta y nadie me dentendrá, escribo sobre lo que te duele y poner el dedo en la llaga es lo que me gusta hacer, porque lamentablemente es ese dolor el único que te puede despertar.
Y aprendo de todos, complemento religión y ciencia, mezclo aceite con agua. No existe el imposible para el humano, es perfecto y poderoso. Su alma, la muestra más hermosa de la divinidad, el único contacto con ese enigmático Dios. Entiende que nada te puede frenar, eres tú el único causante de tu discapacidad. Libera tu mente, déjala pensar y corre tras lo que quieras. Odia y repudia lo que sea repudiable.
Y da la vida por ese segundo de libertad, por ese maldito segundo en el que realmente puedes sentir tu alma y mirar todo hacia atrás con una sonrisa en la cara.
Y es ahí cuando llorarás, llorarás para agradecerle a todas las personas que hicieron de tu vida un momento más acogedor, más habitable, más atractivo. Llorarás porque valió la pena cada paso que diste en esta caminata llena de desviaciones y atajos. Llorarás de felicidad, de orgullo, de amor, porque fuiste capaz de amar a toda una sociedad representada en una sola persona, porque dejaste de temerle a lo desconocido y desconfiaste de la normalidad, porque dijiste te amo cuando lo sentías y no cuando lo te convenía, lograste vivir el amor en plenitud, esa unión de almas en un beso fatal, ese éxtasis de vida que es capaz de llevarte hasta la más alta nube, porque te diste cuenta que un niño que vive en la pobreza es un motivo lo bastante importante para dejarlo todo y ayudar a surgir, a cambiar su destino y darle el poder de que él escriba su propia realidad.
Llorarás, porque te diste cuenta de que allí está Dios, en la mirada de ese niño, en las arrugas de un anciano y en la vitalidad de un joven, y no fuiste capaz de verlo en ese mismo momento.
Llorarás, porque verás que la virtud apagó los defectos.
Llorarás, porque te das cuenta que todo es una sola cosa y todos al mismo lugar, iremos a dar.
Y en ese preciso segundo, en el que derramas lágrimas de una profunda felicidad entenderás de que se trata todo esto de vivir y morir por un ideal...