
Me hipnotizaba, ese maldito humo me hipnotizaba. Me abrazaba tan cálidamente, tan decididamente que ni yo me quería soltar, ni él me quería dejar caer.
Se suspendía en el ambiente de manera natural, como si este momento hubiese sido creado sólo para nosotros dos.
Aspiraba, aspiraba profundamente todo lo que ese filtro me podía entregar. Mi mente giraba, giraba y me confesaba todas esas cosas que nunca acepté.
La cama estaba sin hacer, desordenada y honesta, tal vez demasiado honesta. Tú estabas tirada sobre las sábanas desnuda y perfecta, tal vez demasiado desnuda. Y mi felicidad fusionada con un olor insoportable a tabaco, eran los dos únicos espectadores de esta función.
Pensé en tu muerte, sí, en tu muerte. Una bala atravesó mi paz en ese momento, me di cuenta que tenía miedo a perderte, miedo. Ese miedo que no te deja respirar, que te presiona la garganta y te hace un nudo en el estómado, ese miedo que derrumba todas tus ilusiones, que me hace buscar tu olor desesperadamente.
¿Es eso natural? ¿Acaso es aquello un símbolo de que realmente estoy enamorado de tí?, o ¿es simplemente un miedo a quedarme solo, absoluta e irremediablemente solo?
Aspiré nuevamente y el humo que salió de mi boca cuando exhalé transportaba la verdad, la inevitable y dolorosa verdad.
Tenía miedo a perderte.
La soledad nunca me ha complicado, pero es que a tu lado todo es mejor. ¿Por qué será que me siento tan débil hoy?
No quiero parecer un idiota, pero es demasiado tarde, ya soy un idiota. ¿Sabes que es lo peor?, que me gusta serlo. ¿Es eso natural?
Lo siento, he estado evitando el verdadero motivo por el cual estas letras están fluyendo. Tengo miedo a perderte.
No sé si es por egocentrismo, por el amor que siento hacia tí, o por algún otro extraño motivo que no me atrevo a confesar y que tú probablemente ya descifres, pero tengo miedo a perderte.
¿Cómo sería vivir sin tí?, seguiría siendo vida, porque seguiría respirando, pero ya nada sería igual. De todas formas, ¿cuando algo es igual a otra cosa?
Todos los momentos que hemos vivido, serían solamente recuerdos que evocarían a tu recuerdo, porque ya no estarás. ¿Sabes lo doloroso que sería aquello?
No más miradas cálidas al amanecer, no más abrazos inolvidables luego de una gran carcajada, no más risas cómplices, no más pasión al anochecer, no más palabras de amor, no más amor.
¿A dónde irán a parar todos estos sueños que tengo escondidos bajo la almohada?
Se apagaría el color de tu cabello y se cerrarían las ventanas de tus ojos. ¡Qué doloroso sería eso!
Viviría, pero no completamente, sería como perder tres cuartas partes de mi ser. ¿Qué sucedería con la parte que seguiría respirando?
Y me duele, me duele y no me deja pensar en otra cosa que no sea en tu existencia, esa tan hermosa existencia. ¿Te has fijado en lo perfecto que se acoplan nuestros cuerpos cuando hacemos el amor?, no me imagino ni un segundo sin esa unión casi magnética entre nosotros.
Te quiero, de eso estoy completamente seguro. Te quiero demasiado, más que a nada en este mundo, y es por eso mismo que tengo miedo. Porque te amo.
¿Y sabes que es lo que más me jode?, que la muerte es la única verdad absoluta, el único verdugo del cual no podemos escapar.
¿Este miedo debe impedirme vivir el día a día junto a tí?, por ningún motivo, pero es en este preciso momento en el cual me siento más indefenso que nunca. Mi cuerpo entero tiembla, tiembla con sólo imaginar una mañana sin ver tus cabellos desparramados sobre la almohada.
¿Te has dado cuenta de lo importante que son tus cabellos para mí?
Seguirás viviendo en mis recuerdos, pero ya nada será igual, nunca es igual.
Tengo miedo, y no lo voy a negar, pero te amo más de lo que temo, y eso nunca va a cambiar.
Ja! ¿Yo?, ¿usando rimas? ¡Cómo cambia la gente con miedo!
Quiero muchos segundos más a tu lado, quiero que te quedes por siempre acá, que me quieras y nunca me olvides, que yo también le tengo miedo a morir, pero no porque dejaré de existir, sino porque entiendo completamente cómo te sentirías.
Te amo, y nunca voy a dejar de hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario