
Aún espero con ansias que se presente la oportunidad de tenerte al lado, y todavía sigo intentando escapar de lo que está en medio del camino, de eso que está a punto de quebrarse.
Continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.
Entre páginas desgarradas por la niñez, y algo que está en medio de tu diario vivir, anhelo volver a verte sonriente y ensangrentada. Ahora intenta decirme como debo ignorarte.
Pero algo está a punto de quebrarse, de ser enterrado vivo y de destellar sin avisar.
Tú estás próxima a lo que más temes, yo estoy volviendo al mismo lugar de siempre. Y mientras miro hacia otro lugar, continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.
Morir por cualquiera que se parezca a ti, besar sólo tus labios y extrañar solamente tu olor.
¿Es así cómo debe ser ésto?
Desesperado te gritaré que se ha muerto la última estrella fugaz, ¿alguna vez fui necesario en tu vida?
Figura decorativa sobre el mantel de cuadros, platos rotos en el suelo y la cena a medio servir, te fuiste sin decirle nada a mis fantasmas.
Y a medida que voy dando vuelta las páginas continuo buscando mi lugar dentro de un libro a medio leer.
Te veo correr de cabeza, con el cielo a mi pies y el pasto sobre mis ojos, el cielo gris y tu vestido rasgado por el cristal de la ventana.
La luna tiene una herida que no puede cerrar ni el mismo sol.
Pero pienso que mientras más silencio hago, menos te pierdo.
Y tú mientras más hablas, más me mientes.
No sé nada de tu especie, ni de lo que circula por tus venas, pero sé que no podré volver a encontrar el fuego en tus ojos, ni el aliento en tus lágrimas.
Mariposas vuelan en tu pupila, en la grieta que van dejando tus pasos. Tus pechos libres se despiden con ironía, como si quisieran recordarme que alguna vez me aferré a ellos.
Y ya no queda más, solamente eso que está en medio del camino y eso que ya se quebró.
Prométeme que volverás, tal vez a saludar, tal vez para quedarte.
Canta para mi, y hazme recordar todas esas veces que yo creí que nos queríamos, y que fui feliz.
Armonías melancólicas y desoladas besan mis oídos.
Tu olor, mi droga.
Tus besos, mi adicción.
Tú, mi amor.
Y mientras aparece tu recuerdo en mi interior, continuo buscando mi lugar en un libro a medio leer.