viernes, 6 de julio de 2012

Desde la falta.

Creo que en esta tarde hacen faltas demasiadas caras en la saliva. Ni la distancia ni las bienvenidas eran compartidas por el mismo cuerpo. Mentira tras mentira resistí la apatía, que si me dolía la vida era porque me habían hecho daño.
Supongo entonces que ha eso hemos venido, una lluvia bien a la orilla y un abrazo con las manos encendidas, se nos pasan los años jugando escondidas tras pasos hermitaños, levantar el enano sobre todo lo que brilla.

Desde cero hasta el diciembre, desde julio para el final. El recreo hospitalario, la carne bien fría, de rodillas dejé la ropa en el notario, envasado en lo arrugado, desde la madera en subida, horizontales las flores cuando no quedan peldaños.

Tal vez ha sido demasiado ya, encontrarnos tirados sobre la misma mejilla, soñando a diario con libertades de rutina, con las manos libres para pintarnos las cosquillas, si vengo hasta acá es para ver tu sonrisa.

Más una hormiga que hermano, más semilla y menos penitenciario.
Que se abran las calles para los ovarios, que envuelva el caos nuestro cielo contaminado.
Las cumbres son para los pájaros, lo social para nuestros pueblos.

Atrás quedo tirada el alma en el brote de batalla, cuando el cuerpo de deja de sangrar por sus lamentos ya no queda más por luchar. Sorbeteando el cigarro entre suspiros, la voz y el aliento sobre los asientos.

No hay comentarios: