Tomé la vida como si fuese una sola vez.
Afronté tu partida en distintas oportunidades,
quizás para seguir intentando dejarnos ir,
quizás para seguir encontrándonos en el espacio que nos ofrecía el duelo.
Desplazados hacia habitaciones para extinguirnos,
allá nos vimos obligados a inventar ritmos
para cambiarnos el brillo en los ojos.
Deja que el otoño siga soltando sus hojas
a la dulce melancolía del adiós.
Lleno de agradecimiento todo este dolor,
por caminar juntos al marcarnos los corazones.
Estarás conmigo, y yo estaré también,
en el silencio de la noche frente al mar.
Transitarán las estrellas por nuestros planetas,
seremos las explosiones cósmicas que veremos siglos después.
Ven, que yo me solté para volver a existir.
Entregado a la calma de resistir,
por mí y por todos mis compañerxs.
"En el encuentro de las miradas está la ventana al dolor y la sanación, en la particularidad de las heridas y los intentos de recuperación. Allá puede curar aquel que está herido. Allá pueden ser sonrisas todas esas lágrimas."