
Me puse frente al espejo, miré mi reflejo y me invadió una extraña sensación de felicidad. El silencio era pesado, tan pesado que el espejo se comenzó a trizar y los pulmones me empezaron a fallar, el aire era demasiado grueso a mi alrededor.
La vida se comenzó a debilitar y salió todo el sarcasmo que tenía guardado en mi interior, desfilaron a mi costado todas esas fantasías sexuales que involucraban amor, sudor y fidelidad. Me pongo a pensar en los finales felices y en una sonrisa que no tenga más propósito que hacer feliz a mi historia personal.
Descubro sal en mis recuerdos y me saluda mucha gente que nunca estuvo ni estará.
Te susurré con melancolía:
-"Sólo te pediré que esta noches me des la razón, y así yo pueda irme a descansar en paz."
A pesar de todo todavía me tengo fe, porque pretendo desafiar mis miedos, enfrentarlos y tratar de salir vivo de aquel oscuro lugar.
¿Por qué será que cada minuto que pasa me veo más distinto en el espejo?
¿Por qué ya no soy yo el que se refleja allí?
No me voy a pedir perdón por todas las verdades que estoy apunto de confesar, por más daño que hagan, son cosas que no me puedo callar.
¿Dónde vivo?, ¿Cuándo será el día en que me muera de una buena vez?
¿Cuándo dejará este cerebro de funcionar?
¿Acaso soy yo el que quiere dar su vida por un ideal?
Quiero salir a caminar, caminar y soñar con una voz que sea tan potente que me haga temblar. Quiero tocar el sol y enfriarlo con un beso lleno de pasión animal.
¿Para qué mis manos si no puedo matar?
¿Para qué la muerte si viene algo más allá?
¿Para qué más allá si no tenemos nada más que acá?
Mira mi sangre fluir en libertad, dolor mezclado un vacío en mi interior.
!Quiero caminar, caminar por donde caminé hace un par de añor atrás!
!Quiero hechar el tiempo hacia atrás!
!Quiero revivir a un millón de personas y verte una vez más!
!Quiero verte y besarte, besarte y no dejarte ir jamás!
Oir tu voz, sentir tu piel, vibrar con tu latidos.
Quiero abrazarte y que te quedes acá adentro, acá junto a mí, y me acompañes en esta soledad.
Quiero que me hagas estallar de felicidad, quiero que seas esa experiencia que nunca se olvidará.
Soy mil cosas.
Soy un sueño que sobrevivió al amanecer, soy la metáfora que nadie puede entender, soy ese que no se puede reflejar en el espejo, soy la sombra de mi sombra, soy un loco que se ríe de los demás, soy el que abraza a la muerte con ternura, soy ese que se enamora solamente una vez.
Soy un corazón que vive de ideales, soy irónico por naturaleza, soy el más básico animal.
Soy un afortunado, soy un terco sin vuelta atrás, soy un enfermo mental, soy un silencio en medio de un concierto de rock, soy un contratiempo en un grupo de blancas, soy el huracán que se forma dentro de un vaso, soy el planeta que no se puede identificar, soy el viento que hay en tu interior.
Soy de una forma y después de otra, soy algo inmaduro, soy un caprichoso, soy del tipo de hombre que no saca a bailar, soy temeroso de la gente, soy solamente uno más.
Soy un escritor aficionado, soy un miedo que no se puede superar, soy un caminante con un rumbo indefinido, por más que mi viaje trate de planear.
Soy el polvo que se acumula sobre un libro viejo, soy esa noche que no tiene estrellas, soy uno de esos que mueren por amor, soy un amante de la música, soy humano, soy mi propia luz.
¿Y tú?
Tú eres esa mirada que te deja perplejo, eres ese volcán que estalla sin avisar, eres ese grito que me hace callar, eres ese libro que no puedes dejar de leer, eres esa canción que te toca en lo más profundo.
Eres ese acorde de guitarra que suena perfecto, eres ese viento que avisa la llegada de esa tormenta que tanto me gusta mirar, eres esa piel que me hace enloquecer, eres ese caudal que se lleva mis sueños y me da la fuerza para hacerlos realidad, eres esa pintura que te deja atónito por horas, eres ese silencio en medio de un concierto de rock, eres un contratiempo en medio de un grupo de blancas, eres el huracán que se forma dentro de un vaso, eres la lágrima que nunca toca el suelo.
Eres un sueño que sobrevivó al amanecer, eres ese sueño que se hizo realidad, eres eso que yo cuido con mi vida, eres eso que me hace sentir vivo, eres terca sin vuelta atrás, eres de esas personas que no se pueden ignorar.
Eres el libro sobre el cual se acumula el polvo, la luna que ilumina todo en la noche que no hay estrellas, eres el motivo por el cual puedo morir de amor, eres la música que tanto amo, eres humana, eres mi luz.
Y te miré a los ojos, y te dije casi a punto de llorar:
-Porfavor, no te vayas jamás. Quédate aquí, quédate y no me quites esta tranquilidad que me das solamente con una mirada.
Y tú me tomaste la mano, y susurraste:
-Ser feliz con las cosas simples.- Y me abrazaste mientras llorabas en silencio.
Yo te miré y te abrazé un poco más fuerte, te acaricié la cabeza y levanté los ojos hacia el cielo. Sonreí y te pregunté suavemente al oído:
-¿Cómo fue que llegamos hasta acá?
Tú me miraste a los ojos y se te dibujó una sonrisa en la cara, mientras te secabas las lágrimas dijiste entre risas:
-No lo sé.- Y tus ojos brillaron con un brillo especial por un par de segundos, como queriendo decirme que la respuesta a esa pregunta estaba es tus ojos. Y yo encontré la respuesta a esa pregunta en tus ojos, la encontré y fui feliz.
Me acariciaste la mejilla lentamente y comenzaste a decir con una voz suave, pero firme:
-Gracias por...
Antes de que siguieras hablando, te puse un dedo en la boca y te dije:
-No tienes qué agradecer, estamos a mano, siempre lo hemos estado.- Y te besé lentamente, te besé y te abrazé fuerte. Sentí la seda blanca de tus ropas entre mis manos y cerré mis ojos.
Nos besamos durante mucho tiempo, no recuerdo cuánto tiempo fue, pero luego sonreíste y me arreglaste la chaqueta, me corriste un par de cabellos que tenía sobre la cara y me miraste con esa sensualidad que tanto te caracteriza:
-Te ves hermoso hoy.- Y te sonrojaste como una joven adolescente confesando su amor ante sus amigas.
-Gracias, tú también te ves muy bien. Ese vestido te hace ver maravillosa.- Dije, algo embobado.
Me tomaste la mano en silencio y comenzamos a bajar las escaleras lentamente, no queríamos que el tiempo pasara, queríamos detener todo en ese instante. Ibas con el paso firme, sin miedo alguno, estabas segura de lo que hacías, no había ni un poco de duda en tu mirada.
Yo por mi parte estaba alucinando, viviendo un sueño, tratando de convencerme de que esto que sucede es verdad, lleno de una intensa felicidad, era un momento especial.
Parecías una estrella fugaz, con una larga cola blanca, cayendo con fuerza y decisión, iluminando todo a su alrededor, invitándome a pedir un deseo. Ese blanco te hacía ver bellísima.
Tomamos un auto que nos llevó a nuestra casa, allí estaban nuestras maletas tras la puerta, listas para partir.
-Déjame pasar al baño antes de que nos vayamos, no quiero que me den unas enormes ganas en medio del viaje.
Tú sonreiste y me dijiste con un acento algo maternal:
-Mírate, si tienes dos años, dos años. Eres un bebé.
-¿Aún así me quieres?, bebé y todo.- Traté de preguntar en mi defensa, tal vez con un poco de ironía.
-Obvio, y mucho. Me encantas así tal como eres.- Y se sentó en el sofá mientras me lanzó un beso al aire.
Yo caminé hasta el baño y al entrar, el silencio me hizo reflexionar por un par de segundos. Me puse frente al espejo, miré mi reflejo y me invadió una extraña sensación de felicidad. El silencio era pesado, tan pesado que el espejo se comenzó a trizar y los pulmones me empezaron a fallar, el aire era demasiado grueso a mi alrededor.
Mientras miraba mi reflejo sin pestañear susurré mientras sonreía:
-Te amo, pilsen...