
Unos ojos medios opacados, tus silencios mal contados y mi corazon que esperaba algo más para ser feliz.
¿Todavía no entiendes lo que quise darte cuando dije que te amo?, dos cuerpos encontrados a medio morir, todo color flor de liz.
Tú, mi curva más extendida, hecha a sobremedida, mal herida y con ganas de sonreír.
Un cigarro huracanado, abandonado, pasos ignorados en la arena del provenir.
Un eco que rebota en tu cuerpo, almidonado y resentido, cambias y te tranformas en tiempo.
Esto que escribo ahora se detendrá cuando la tinta iracunda deje su ironía de ámbar agridulce, para sumergirse en un abismo de golondrinas carnívoras que no se parecen mucho a un león que devora un trozo de hielo sabor chocolate. Diafragma que late al ritmo de un contratiempo, respiraciones entrecortadas por una penetración constante de amor enfundado en un látex de protección antinatural.
Mariposas negativas que tienen una premonición, una anunciación que sueña con los pingüinos de Saturno, todos nadando en dirección al Sol, hacia una estrella agrietada que emana un frágil calor incapaz de calentar a un anciano excitado frente a la lozanía de una linda escolar. Y siempre hay algo que se pierde, tal vez una gota de vino que cayó sobre el mantel cuando nos dimos un beso apasionado, mal intensionado con ganas de llegar a tu alcoba y quedarme allí, oculto entre sábanas hasta que llegue la próxima aurora.
Y no siempre se recibe lo que se dio, existe la remota posibilidad de que tú no te transformes en un engreído Dios y te mantengas siendo mujer; mi sueño y vos, mis sueños eróticos y vos, tu lengua sobre la mía y mis piernas entre las tuyas, sensaciones a medio parir y sin tenerte te tengo a tí y a mis sueños.
Hay tantas cosas a mi alrededor, yo sólo escapo de dos, mis sueños y vos.
Existen los perdidos, los existenciales y tú que sólo susurras en mis oídos.
Hay fórmulas hasta para describir tus gemidos.
Tengo muchas constelaciones que se quieren perder en tu agujero negro, que transporta todo a otra dimensión, revelación apocaliptica de la inmoralidad, lo que queremos hacer no es normal.
Te estoy construyendo un regalo para retribuirte todo eso que tú me das, toda tu luz, te estoy construyendo una cruz, de acero inoxidable para que no se estropee tu linda piel de marmol añejado por el uso insdiscriminado de la mala mano humana, tocaciones inpensadas para el diamante que tiene adentro el carbón, estrella fugaz que nadie vió caer y tú nunca pediste perdón.
Te crucificaré sobre el agua, caminarás sobre la tierra, serás la profeta de los sordos y el perro guía de los ciegos. Frío caribeño, río que río cuando veo que todo está perdido y yo que veo el vaso medio vacío.
Creo que he visto al otro lado de la cama, una guitarra y un idiota algo aturdido, que escribe cosas sin sentido y que hechiza con rimas mal puestas sobre un pentragrama amarillo. Asesino de las cosas lindas, destructor del arpegio y la nota ímpia. Un océano de fango, un pantano con luciérnagas y luna llena, te invita a sumergirte en su lodo espeso, lobo vestido de oveja, mona vestida de seda.
No desvíes la mirada de mi frente sudada, todavía nos queda un par de horas antes del amanecer, disfrutemos lo que queda, mi dedo junto a tu dedo y un orgamo que no quieres desvanecer.
Ámame y te amaré, bésame y te besaré.
Ecos en tu cuerpo, y en tu útero, llantos de bebé.
No hay comentarios:
Publicar un comentario