
He decidido repatriar todos esos versos que hice arder una noche completamente normal, estrellas caían del cielo y se quedaban pegadas en tu mirar. ¿Existe realmente el mañana?, ¿por qué soñamos si nada nos puede asegurar que hemos de verlos convertidos en una intangible e inerte realidad?
Me descubriste desde lejos, y de todas formas quisiste quedarte a conversar otra noche más, daños colaterales y respiraciones agitadas. ¿Por qué sigues pensando que todo ha de salir mal?, de tus ojos brotan lamentos y verdades que no pudiste callar.
Fragilidad de porcelana, tan espeso como el vino que estás bebiendo son tus labios. Fíjate cómo van cayendo los segundos desde los horizontes más prometedores, hasta los recuerdos más dolorosos.
Bebe de mi boca agridulce y sujeta fuerte mis destiempos que todavía no nacen, que he quemado cuando eran neonatos, cuando solamente te querían apreciar sin faltar a tu respeto, pero con unas enormes ganas de desnudarte sin piedad.
"Y ella hablaba pero yo no le quería entender lo que decía porque siempre duelen mucho esas verdades y de todas formas disparó la noche se hizo más oscura y los perros ladraban fuera de la ventana a pesar que deberían estar lloviendo lágrimas del cielo y logré ver entre tus piernas un poco de fuego que invitaba a inmolarse en él sin pensarlo demasiado me arrojé de lado sobre el suelo porque tenía calor y las baldosas estaban heladas no me sentía solo aunque una cerveza en ese momento no hubiese estado mal porque yo siempre quise degollarte y poder conocer todos esos rincones que tú nunca dejaste ver por miedo o por cualquier otra excusa estúpida que has de darme para que yo me calle y me haga a un lado porque te soy útil pero sólo cuando tienes ganas de prender fuego en el cielo"
Cuando el último auto dejó la calle y todo se quedó en silencio, te fui a buscar con la vaga esperanza de que me seguías esperando allí de pie junto a tu ventana más sucia y abandonada; pero no te encontré ni me quisiste encontrar, el inconsciente pedía a gritos un poco más de tiempo, solamente quería un par de segundos para poder mirarte a los ojos y lanzarte por esa ventana para que por fín pudieses sonreírle a la vida, porque siempre sonríes, pero nunca lo haces de verdad.
Eres ese árbol que está en la cima de la colina, que no recibe agua, pero que sigue creciendo hasta abarcarlo todo. Eres ese árbol que logra ver el sol y la luna haciendo el amor, pero que no puede amar, eres ese árbol que no se puede cortar. ¿Qué fruto me vas a dar hoy?
No hay comentarios:
Publicar un comentario