miércoles, 28 de octubre de 2009

Lozanías..

Puede ser que esta vez nos ignoremos y ni siquiera gastemos energías en cruzar miradas, porque matamos toda intención que podíamos haber tenido de secar un poco de saliva con un susurro. Y cuando llegó el momento del adiós no pude evitar reír cuando vislumbré aquella mirada llena de temor, llena de sueños e ilusiones que estaban partidas a la mitad, ya que la otra mitad iba dentro de mi corazón.
Y puede ser que nunca más confíe en mí, ni me siente a charlar unos momentos con lo que va quedando atrás. ¿Orgullo, madurez tal vez?
Aquí estoy yo otra vez, de pie, y te busco sin poder evitarte, a sabiendas de que te tengo a mi lado y que jamás me has de abandonar, pero de todas formas te busco y te doy un beso en la frente, un beso para que puedas descansar después de tanto caminar.

¿Recuerdas todos esos pasos que dimos juntos?, pequeños pasos llenos de juegos e inocencias, pasos inseguros y felices, momentos de eterna perfección, tal vez algo más ácidos al llegar el atardecer de tu vida.

He de sonreírte y agradecerte por todas esas nubes que convertiste en animales, por todas esas aventuras que juntos pasamos y todas esas guerras que libramos bajo el tendedero de ropa limpia. Cada visita al bosque abandonado, autobuses quemados por vándalos que todavía no descubrías, llantos y ausencias especiales, personas que te marcaron y que nunca se irán.

Lozanía mía, bienvenida al baúl de los recuerdos...

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