Y puede ser que nunca más confíe en mí, ni me siente a charlar unos momentos con lo que va quedando atrás. ¿Orgullo, madurez tal vez?
Aquí estoy yo otra vez, de pie, y te busco sin poder evitarte, a sabiendas de que te tengo a mi lado y que jamás me has de abandonar, pero de todas formas te busco y te doy un beso en la frente, un beso para que puedas descansar después de tanto caminar.
¿Recuerdas todos esos pasos que dimos juntos?, pequeños pasos llenos de juegos e inocencias, pasos inseguros y felices, momentos de eterna perfección, tal vez algo más ácidos al llegar el atardecer de tu vida.
He de sonreírte y agradecerte por todas esas nubes que convertiste en animales, por todas esas aventuras que juntos pasamos y todas esas guerras que libramos bajo el tendedero de ropa limpia. Cada visita al bosque abandonado, autobuses quemados por vándalos que todavía no descubrías, llantos y ausencias especiales, personas que te marcaron y que nunca se irán.
Lozanía mía, bienvenida al baúl de los recuerdos...
No hay comentarios:
Publicar un comentario