martes, 19 de febrero de 2008

XXII


Buenos días -dijo el principito.
-Buenos días -dijo el vendedor.

Era un vendedor de píldoras perfeccionadas, de esas que calman la sed. Tomando una a la semana, ya no se siente la necesidad de beber.

-¿Por qué vendes esto? -dijo el principito.

-Porque es una gran economía de tiempo -dijo el vendedor-. Los expertos han hecho cálculos. Se ahorran cincuenta y tres minutos a la semana.

-¿Y qué se hace con esos cincuenta y tres minutos?

-Se hace lo que se quiere.

"Yo -se dijo el principito- si tuviera cincuenta y tres minutos para gastar, caminaría tranquilamente hacia una fuente..."

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