viernes, 10 de septiembre de 2010

Pestañeando...


Los pasos duelen sólo cuando son con el pie izquierdo. Esperar el grito que nos muestre el dolor, escapar de todo lo que tenga color.
No ves más allá de tu interior, vas dejando nudos colgando en la otredad.

Cuero viejo, pantalones embarrados, ojos desorbitados. Olor a chimenea, los platos se rompen en el suelo.

Descansa tu cabeza sobre la almohada, mírame y sonríe.
No te duermas, ni te despiertes.
Sólo muere.
Y vuelve a vivir.

Tus ojos son la razón por la cual lloro, tus ojos que al pestañear no me pueden ver.

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