domingo, 28 de octubre de 2007

Mi vida, Mi pasión..


Todo comenzó cuando ingresé a la banda instrumental de mi colegio, con un par de baquetas maxtone 7a"N", no sabía nada y mi profesor de música no ayudó mucho, me pasó una partitura y me dijo "Esto se toca de tal manera, en una semana más la marcha aprendida", la presión fue altísima pues no tenía idea de las partituras, ni la música, ni nada. Poco a poco fui aprendiendo más marchas y haciéndome más conocido con mi nuevo instrumento, el redoble; Recuerdo cada día en el cual trataba de sacar ese maldito movimiento que provoca el sonido característico del redoble, todo un mes para obtener un sonido. A los meses ya tocaba un poco mejor y así fui progresando y aumentando la fluidez en mi accionar musical, pero una batería blanca "TAMA" siempre me llamó la atención en la sala de banda, lentamente comencé a sentarme en el sillín y tocar sin ritmo alguno.
Fue ahí cuando un hombre delgado, alto, con barba y de expresión amigable me dijo que debía llevar un ritmo con los platillos y otro con la mano. Poco a poco y con la ayuda de mi mp3 fui sacando canciones, al cabo de un año ya estaba tocando batería de manera un poco más fluida, pero me faltaba lo más importante, utilizar el pedal.
Eso se convirtió en un reto para mí, perdía el ritmo y era incapaz de tocar sin cometer algún error y terminar con una baqueta en el suelo. La idea de tocar batería como se debe me tenía obsesionado, canción que sonaba en la radio por la mañana camino al colegio provocaba que cerrara los ojos y buscara el ritmo del pedal y las manos. Lentamente logré soltar mi pie izquierdo, pues soy zurdo, y así lograr tocar canciones en batería con pedal y todo.
Así continué dos años, tocando batería clandestinamente a espaldas de mi profesor de música y sin olvidar el redoble, pues todavía me faltaba un poco para ser óptimo.
Un día un buen amigo mío me dice: "Para la tocata de nuestra alianza necesitan un baterista y yo te propuse así que tienes que ir a ensayar con ellos el viernes". Yo me puse nervioso, nunca había tocado batería en un grupo, de hecho sólo lo hacía con mis audífonos y nada más.
Fue así como me encargaron una lista de canciones para que me aprendiera y pudieran ver que tal era. El día viernes llegó y el ensayo fue pésimo para mí, toqué como pude, pero fallaba a causa del nerviosismo y parecía como si nunca hubiese tocado, los jóvenes que necesitaban un baterista decidieron darme otra oportunidad para ver si agarraba más fluidez y relajo. Fue así como seguimos ensayando para una presentación que otorgaba gran prestigio al ganador, lentamente me fui soltando y entrando en más confianza con mis nuevos amigos mayores, ellos son lo mejor que me ha sucedido, son igual de locos que yo y parte de la mejores experiencias vividas hasta hoy han sido gracias a ellos.
Mientras pasaban los meses yo le contaba de mis nuevas aptitudes musicales a mi padre, quien de manera generosa decidió comprarme una batería para que tuviese en la casa, quizás no era la mejor marca, ni la más aparatosa, pero era simple y era simbólica para mí, pues mi padre siempre quiso ser baterista y se vio reflejado en su hijo. La batería en casa me ayudo a progresar y adquirir más velocidad con los brazos o simplemente poder tocar las canciones que íbamos a tocar el día de nuestra presentación.
Cuando llegó el día de tocar como grupo frente a un público me encontraba con los nervios propios del momento, pero menos de los que esperaba. Las luces le daban al escenario un aspecto amenazador y una batería profesional me esperaba, tomé ubicación y nos saludamos entre los del grupo para desearnos suerte y comenzamos a hacer lo que más nos gusta, tocar.
Todo salió espectacular, no cometí ni un solo error y me volví loco arriba de la batería, hice cosas que jamás llegué a pensar que haría; Sí, ahora era otra persona y todo gracias a la música.
De ahí en más la música se convirtió en todo para mí y me decidí en mejorar cada vez más, observe durante semanas distintos solos de baterías en Internet y logré obtener un solo de batería adaptado a mi estilo, solo que pude poner en práctica un día que tocamos en una plaza, pero para mala suerte mía estaba mi profesor de música que encontró mi solo patético e inaceptable, todo el resto de la gente me decía que lo había hecho genial, pero mi profesor seguía con sus adjetivos descalificativos. A pesar de todo yo sentía que había mejorado y mis amigos me lo hacían saber, este hecho más que elevar mi ego me hizo tomar más confianza cosa que necesitaba.
Ahora aquel grupo que se comenzó a juntar en abril como un proyecto para darle un poco de puntos a nuestra alianza en la semana aniversario de nuestro colegio, se convirtió en un grupo de amigos que sólo desean hacer música, sentir las vibraciones de los amplificadores correr por tu cuerpo, oír a la gente gritando con tus canciones, saltar al ritmo de la batería, romper baquetas sin importar nada y dejarse llevar por los acordes.
Deseo agradecerle a cada uno de ellos por ayudarme a encontrar algo que pueda hacer bien y que me guste.
Deseo agradecerle por todos los ensayos en donde no hay momento sin que digamos algo estúpidos y nos riamos sin sentido alguno.
Deseo agradecerles amigos míos, por formar parte de mis recuerdos y de mi vida.
Gracias a ustedes y a la música.

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