Algo en tu interior que se refleja a través de tus ojos.
Y que brilla con tanta fuerza que me desespera.
Algo que me obliga a odiarte cada vez más.
Una cosa que me causa dolor al mirarte.
No te acerques o me iré.
Ni siquiera intentes amarme,
es tarde para eso.
Esa estúpida necesidad que tienes
de igualar cada y una de las llagas que te dejé.
Detente, vete y no me hables.
¿Por qué haces daño tan pasivamente?
Perra idiota que no tiene idea sobre cómo herir.
Tu mierda de indiferencia e inocencia no te sirven esta vez.
Y no me importa si todavía estás acá,
si te lo follaste, debiste mandarme una copia de la grabación.
Nunca supiste cómo amar, mucho menos vas a saber engañar.
¿Por qué me haces daño tan pasivamente?
Me hieres con cariño,
atacando el punto vital,
pero lo suficiente para que no sangre tanto.
Tan vacía como puedes estar,
todavía con el rostro sudado,
y con una sonrisa idiota en tu cara,
finalmente comprendo que tú,
Dañas, luego amas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario