lunes, 19 de julio de 2010

Esperanza...

Una entrega incondicional para hacer una metáfora de la importancia que tienes para mí. Ojos que ruedan por tus manos, palabras que se escriben en tu espalda. Destruirme para demostrar que soy mortal, descifrar el lenguaje de tus pies para poder bailar contigo, abrazar el caos que nos une, estamos juntos y la noche es demasiado larga. ¿Te puedo besar?

Errores a pagar, horas inanimadas, y una distancia que se siente tan antinatural. Existes. Sólo cállate y abrázame, dime que nunca te irás, porque sé que no quieres que tu cama esté fría. Corriste a la deriva, y me encontraste donde no querías verme. Amas.

Mucho camino hemos recorrido, muchas lágrimas derramadas y muchas sonrisas regaladas. Caricias necesarias para dormir entre tu pelo, me estás matando y no puede ser mejor. Suavizando las palabras más duras con tu voz, adicto soy a tu sudor.

Sentados estamos, cantando movimientos cálidos, anhelando que el tiempo se detenga. Páginas nos protegen, recuerdos nos entibian los cuerpos. Nos volcamos sobre nosotros mismos, una metamorfosis.

Un paso a la vez, segundo a segundo, pero juntos.

No hay comentarios: