
No estaba muy seguro de esta tarea que se me encomendaba. Todo este asunto del infierno y el Diablo me tenían algo aturdido y ahora saber que tenía la misión de llevar al infierno a su máximo esplendor.
Luego de un par de reflexiones que no vale la pena escribir, me decidí por hacer que el infierno llegase a su apogeo. El cielo siempre había tenido demasiada buena reputación, era extremadamente perfecto y lo que se miraba a mal era al infierno. Esa desigualdad me desagrada. (Es chistoso pensarlo, pero incluso en la religión existe la desigualdad e injusticia, se crean prejuicios y se daña la imágen del mal, ¿cómo sabe el creyente que el infierno es malo si nunca ha estado allí? Prejuicio.)
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Excelente, cariño. Simplemente perfecto, sabía que lo harías, sabía que me ayudarías.- Y me sonrió agradecida, sí, agradecida y me abrazó fuertemente, como si se quisiese impregnar a mi piel.
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Está bien, está bien- Le dije suavemente mientras me dejaba abrazar-
Pero, termina con esto de los abrazos, que no es lo mío el amor, ni la melosidad.
-Tan helada tu respuesta, y yo con tanto calor. Pero bueno, como quieras...- Se separó lentamente de mí y me miró a los ojos-
Te dejo para que pienses la manera en que este hermoso lugar limpiará su imágen. Mañana es el gran día.- Y me guiñó el ojo, nuevamente. Yo sabía que esa era su manera de desearme suerte, supongo.
"Así que mañana es el día en el que el infierno ocupará su verdadero lugar en esta lucha entre el bien y el mal...Genial! Y yo sin ideas, ni pensamientos para poder guiarme y poder buscar alguna solución..Sencillamente hermoso", pensé algo desesperado.
Tumbé mi cabeza sobre la almohada y fijé mi mirada en el techo de mi habitación.
"Estar en el infierno no es malo, no se siente mal, como tampoco es placentero. Es igual que la vida terrenal.", pensaba lentamente, concentrándome en cada palabra que surgía ne mi mente, en estos momentos, todo podía ser una idea.
Pero algo me quedó dando vueltas dentro de mi corteza cerebral, esta extraña similitud entre el infierno y la vida terrenal. No me llama la atención, por el simple hecho de que han destrozado la imágen que siempre tuve, y la mayoría tiene, del infierno. Si no porque no había diferencia alguna, eran exactamente lo mismo.
Lo mismo...Si el infierno es como la vida terrenal. ¿Puede la vida terrenal ser cómo el infierno?
...
¡Bingo!
O sea, que el infierno no existe. Por lo tanto...El cielo tampoco. Entonces todos éstos mundos formarían un mundo Híbrido, apodado "terrenal". Y si yo quiero llevar al infierno a la máxima expresión, debo llevar al cielo y a la vida en la Tierra, a su máxima expresión.
Debo llevar al clímax cultural a esa sociedad que tanto odio...Maldición.
Y si sólo existe este Mundo Híbrido, no existiría tal pelea entre el bien y el mal. O tal vez si existe pero no tan lejos de las iglesias o las escuelas o los municipios o nuestras casas. De hecho...La batalla es, y es allí, sólo que no la vemos...O mejor dicho...No la queremos ver.
Era obvio, el ser humano, separó este Mundo híbrido, pues si la batalla se realizaba junto a nosotros, era obvio que debían tomar parte de algún bando y por lo tanto debían hacer algo, y aquello le molesta profundamente a la humanidad, hacer algo. Odio la comodidad.
Y si los mundos eran híbridos, ¿es posible entonces que Dios y el Diablo fuesen el mismo ente?, ¿Es el Diablo el alter ego de Dios? o ¿Dios el alter ego del Diablo?
Espera..
El Diablo y Dios, ¿son? ¿existen realmente? o ¿son sólo personificaciones de la batalla interior que todo humanoide lleva en su corazón?
Claro, el ser humano necesita de "dibujitos" para entender lo que le sucede dentro de su cabeza.
Entonces, mi misión no es más que llevar a la sociedad a su máxima expresión, llevarlos a la perfección a la paz, al equilibrio. Y si sigo mis creencias, y ellas dicen que en la muerte está el equilibrio, ¿debía matar a toda la humanidad?
No, creo que esa sea la solución.
Entonces, ¿cuál mierda es la solución?, ¿de qué manera llevo el mundo a la perfección?, o por lo menos acercarla a ella.
La tarea, misión, encargo, lo que sea. Me motiva, sí, claro que lo hace. Pero..Esto del equilibrio me tiene preocupado.
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Tal vez no es a la humanidad lo que deba morir mañana, cariño. ¿No crees?- Ahora tenía compañia y estaba recostada junto a mí, denuevo husmeando en mis reflexiones.
Ella me tomó la mano y la puso en su cuello, me sonrió y hizo que la apretase suavemente.
Me quedé allí mirándole junto a ella, había comprendido claramente el mensaje.
¡Era tan simple y tan perfecto!
No debía destruir a la humanidad, que estúpido fui al pensar eso, o quisá no fue tan estúpido. Al fin y al cabo, a pesar que esté en el infierno mi odio por la humanidad no ha cambiado en nada.
Lo que debía morir era esta batalla entre el infierno y el cielo, tan lejos del mundo terrenal. Debía morir aquella imágen del infierno con llamas y el cielo lleno de nubes y ángeles.
Debía nacer la idea de que el ser humano es ángel y demonio a la vez.
De que nosotros creamos las llamas o llenamos todo de nubes.
Era simple y hermoso.
Tenía clara mi misión, sentía que una extraña sensación de ansiedad se apoderaba de mi cuerpo. Y me dí cuenta de que no estaba muerto, pues el infierno está acá en la Tierra, al igual que el cielo. Entonces se cumpliría la promesa de la vida eterna.
Oh, ver como todo va encajando en este puzzle es divino. Sí, divino. Ustedes entenderán mi humor.
La tarea de llevar al mundo a su cúspide no era tan difícil, pues si todos teníamos la disposición y actuábamos de manera correcta, la tarea sería mucho más liviana.
Se rompería la batalla entre el bien y el mal, pues si todos persiguen un mundo ideal no hay quien oponga una contra parte.
Lo más probable es que existan distintas opiniones de "cómo hacer que la tarea se cumpla", pero se podría llegar a un acuerdo buscando la conformidad de ambas partes.
Después de todo no era tan complicado..
Después de todo, el vida y la muerte son el mismo camino.
Después de todo, nosotros elegimos si queremos guerra o paz.
Después de todo, el poder descansa en los sueños de un niño que duerme con tranquilidad, en la experiencia de un anciano y en la esperanza de una juventud dispuesta a hacer que nuestro hábitat llegue a su apogeo.
Después de todo, es nuestro deber hacer que el mundo pueda brillar.
Y aunque las estrellas pierdan sus luces, ahí estaré yo. Junto a mis sueños y haciéndo que esta estrella, llamada Tierra, no se apague jamás..
Lo único que me apena es el hecho de no poder asesinar a toda la humanidad..
Pero eso quedará para otra noche, que ya es tiempo de despertar y destruir toda esta falsa realidad...