lunes, 23 de junio de 2008

Cotidianidad..


A media noche, caminando por caminar, respirando por respirar, viviendo por vivir. Le confieso a mi mente y mi corazón que no doy más, que mis problemas han sido creados por mi propia persona, que lamentablemente soy humano y mi destino es acabar conmigo mismo.
Porque ya me duele dar un paso hacia adelante y me asusta dar otro hacia atrás, porque mi alma pide morir, pide descansar. Y eso que tan sólo avanzé una etapa de mi vida, la inmadurez será la excusa de la adultez.

Al parecer no estoy hecho para vivir.

Me rindo, no camino más, dejo el esfuerzo, me tiro al suelo y cierro mis ojos para poder descansar, para poder sentir un poco de paz. Me olvido del mundo, de mi familia, de Dios, de todos. No tengo fe en nadie, ni nada. Ha muerto mi religión, mi vida, he muerto yo.
No espero ir ni arriba ni abajo, no espero nada, no me quiero decepcionar más.

La vida no me golpeó con la pobreza, ni una vida trágica, pero mierda como duele no poder ser feliz y ver como se enfría una conversación.

La sencillez de una lágrima contenida en la garganta hace que tiemble al escribir estas líneas. Pero es tarde, ya lo he decido, quiero cumplir mi deseo de poder descansar, encontrar el equilibrio, vivir en el silecio, no sufrir más viendo este mundo de mierda.

No quiero más nada, no más sentimientos, no más conocimientos, no más religión, no más familia, no más nada. Ya no tengo ánimos para seguir respirando, pronto todo acabará.
Mi cama se enfriará, mi televisión quedará encendida toda la noche y mi teléfono no volverá a sonar.
Quiero detener el tiempo y poder dormir un par de horas.

Ya no puedo continuar..
No puedo, y es extraño, pero sentirme derrotado es ,ahora, lo mejor que me puede pasar.
La vida ya perdió la gracia a mis ojos sonámbulos e inertes que se mueven por inercia.
Nunca tuve nada para dar asi que no quedaré en deuda con nadie, a quien le pude haber dado alguien.
No sé si tengo problemas y aquellos detonen esta decisión.
Y es más simple de lo que piensan, sólo quiero descansar.
Frenar el ritmo de esta sociedad, sentirme poderoso por aquello y luego dormir como un bebé.

Nunca nadie me vino a ayudar, nunca vi una mano tendida tratando de levantarme. Todos con sus asuntos, con sus problemas, no me oyen gritar. No es tan malo terminar mi historia en soledad, mis recuerdos serán libres y no habrá nadie que se pueda burlar. Y no me pidan lo que no tengo, porque por más que lo intente hacer, se encargarán de nunca hacerme llegar a la meta.


Mi cabeza en la almohada y en mis ojos una benda.

Ya no queda nada más, no queda nadie a mi lado, siempre todos se van...

Momento de detener esta tristeza que me separa de la felicidad.

No hay comentarios: