
Él sentía el peso del arma en su mano, ella sentía que podía volar.
Ambos en el mismo espacio-lugar, ambos felices por algún motivo difícil de explicar.
Si cualquier persona se hubiese detenido a mirarlo por un momento diría que es un cobarde, si se detuvieran por más de un momento se hecharían a llorar.
Si un Dios hubiese mirado la expresión de alegría que expresaba el rostro de ella, se hubiera hechado a reir pues ella emprendía el vuelo con las alas rotas; si la hubiese mirado un insecto, se habría maravillado ante tal creación de la madre naturaleza.
A él le asustaba el poder que tenía el gatillo sobre su vida, a ella le gustaba sentir el viento en su cara.
Él ubicó el arma dentro de su boca, y mientras derramaba una lágrima, decidió teñir la pared que estaba a sus espaldas, con el color de sus recuerdos.
Ella saltó mientras se reía de la sociedad, voló por un par de segundos y después cayó con los ojos cerrados.
Ambos habían enfrentado muchos problemas, ambos fueron derrotados por una pulsión, ambos sintieron el impacto y ahora ambos están tranquilos, ambos perdieron la esperanza de que alguien sonriera al verlos tomar su decisión, ambos están pagando el precio que requiere tener un momento de plena felicidad.
Sentir y vivir, sentir cada cosa y cada respiración.
Darle sentido a todo lo que ocurre, que nada en la vida ocurra porque sí.
Porque puedes hacerlo y porque te encantará.
Disfrutar cada momento, vivirlo como si fuese el último, recibir la muerte con una sonrisa y aprender de cada paso que das.
Porque si el paso es bueno o malo, tú lo decidirás.
Nadie puede decirte jamás si lo que has hecho es bueno o malo, defínelo tú y sabrás cómo actuar.
Busca, rebusca y enciende la luz en tu museo interior.
Pasea por tus recuerdos y abraza fuerte la almohada.
Sueña con una sonrisa y dale nombre a esa fuerza que te motiva diariamente a seguir.
Crea mil futuros, disfruta el segundo en el que miras atrás, en el que te ves los pies en este mismo momento y en el que miras hacia lo que vendrá.
Aprovecha y valora cada beso, pronuncia cada palabra desde tu interior y entrega sin pedir nada a cambio.
Héchate a reir de felicidad y que ninguna regla estúpida limite alguna vez tu personalidad.
Idea tu lugar perfecto, con alguien perfecto y el color perfecto.
Cuando esa utopía, que creaste en una noche lluviosa, se haga realidad sentirás lo mismo que siento yo en este segundo.
Porque cuando veas como todo cobra forma frente a tus ojos, quedarás indenfenso ante ese corazón.
No pensarás más que en una esencia, y ella contendrá a todas las demás.
Vas a darte cuenta que cualquier momento puede ser especial.
Que una sonrisa es igual de hermosa que una lágrima.
Y cuando venga otra noche lluviosa y te des cuenta que tu sueño se ha hecho realidad, llorarás de felicidad tirado sobre tu cama pensando en sus ojos.
Porque es demasiado perfecto, es extremadamente especial y ni la muerte le puede poner final.
Cuando no exista palabra alguna que pueda comunicar lo que sientes, porque siempre quedarán pequeñas ante tal magnífica sensación, tienes que expresar con la mirada, con los actos y el palpitar de un entregado corazón.
La vida es mucho más simple de lo que crees...
La vida la construyes tú, debes elegir entre llenarla de momentos especiales, los cuales tú hiciste especiales (o en algunas circunstancias alguien más los hace especiales, y esos momentos son los que jamás se olvidarán).
O vivirla controlado por un reloj, por patrones establecidos, o guiarte por lo que tu lado animal te pida.
Vive por tu pasado, haz que todo lo que lo conforma se manifieste en tu presente.
Vive tu presente, sé feliz con las cosas simples.
Vive tu futuro, soñando cada noche la manera como será y dando todo lo que tienes para que esos sueños se hagan realidad...
Vive desde interior..
Haz brillar tu alma a través de una sonrisa o de una lágrima..
Que no existe nada más hermoso que oír tu risa al despertar, o secar una de tus lágrimas llenas de fragilidad..