jueves, 21 de agosto de 2008

Simplicidad en los detalles...


Si me miraras en este mismísimo segundo, mi atuendo dejaría mucho que desear, mi pelo no está arreglado y mis ojos se muestran un poco agotados, en los últimos días han estado pensando en cerrarse y no volverse a abrir jamás.
Mis zapatilas están sucias y de mi boca pocas veces salen palabras bonitas, no me han enseñado a mentir.
No me mueve el dinero y me asusta la superficialidad que domina a esta sociedad.
Esta salinidad que tengo pegada a mi cuerpo desde hace un par de horas me recuerda a mis momentos de soledad, tirado en el suelo de mi pieza pensando en la manera de llegar a nunca jamás.

Hace un par de horas que estoy agotado, con ganas de guardar todos mis sueños dentro de una botella de vidrio y lanzarlos al mar, talvez sobrevivan y alguien los encuentre para que los pueda disfrutar.

Aquí voy yo, caminando con el corazón en una mano y un puñado de esperanzas en la otra, olvidé todas esas cosas que la gente llama "Conocimientos" , pocas cosas puedo pensar en este momento, mis neuronas se han tomado el día libre.
No quiero pensar, sólo deseo vivir y soñar.
Soñar para vivir y vivir para soñar.
Disfrutar cada parpadeo, pelear por cada cosa que soy capaz de realizar y nunca dejar de abrazar ese trozo de felicidad que se ha convertido en algo más humano y que me hace sonreir con sólo mirarle.

No tengo rozas en mis bolsillos y mi billetera está cada vez más delgada.
Siempre voy a preferir el silencio antes que una palabra vacía y no es que no me guste el vacío, pero mierda, hay días en los cuales mi habitación está más oscura que lo normal y quiero vaciar mi cabeza sin parar.
Mi mente tiene un poder enorme sobre mi cuerpo, me he caído un millón de veces y me han derribado otro millón más, pero...ven acércate un poco más, te contaré un secreto...Jamás me he levantado, sólo voy cayendo más y más.

Y son mis sueños los que llegan a la eternidad, no encuentro final, no hay nada que me pueda parar. Tengo una sobredosis de utopía y sólo quiero que mi corazón deje de funcionar. Porque en los últimos minutos, fracasar se ha convertido en una norma, pero vuelvo a la vida con sólo cojer un lápiz y rayar papeles vaciando todo lo que siempre he querido decir, pero que mi boca no ha querido comunicar.

Jamás me volví a encontrar tirado en la playa, mirando el cielo con los ojos llenos de esperanzas. Ahora la arena está mojada, ha subido la marea y se ha llevado con ella un cuerpo temblando de frío, débil e inhumano.

Cada noche, mi almohada me cuenta miles de cuentos de hadas en los cuales yo soy un caballero valoroso que no tiene caballo ni doncella a la cual salvar, me espera una mal herida sociedad. No tengo más implementos que mi cuerpo, mi alma y mi corazón. La lluvia hace cada sueño más especial, porque tengo ciertas cosas escondidas que pocas personas han intentado encontrar, y aquellas que lo intentaron ahora dejaron de ser humanas, porque no puedes oír todas las frases que tengo allí guardadas sin que haya una que te pertenezca y en momentos te haya llorar de felicidad.
Lo único que quiero es ver sonreir.
Es verte feliz.

Pocas veces me han importado las opiniones de los demás, pocos Dioses han intentado juzgarme, pero ninguno me ha dicho lo que piensa de mí, todos se han ido silenciosamente negando con la cabeza, algo decepcionados.
La ciudad es mi enemigo y Gaia es la madre universal, creo en el bien y el mal, sólo quiero llegar al equilibrio, doy mi vida por el nirvana, y mi tesoro más preciado se llama identidad.
No existe cruz que me someta, ni cometa a la que no me quiera amarrar, sólo un alma tiene la capacidad de hacerme volar, y se graba cada segundo, cada suspiro de ella en mi enferma mentalidad.
Siempre se queda un ideal conmigo para conversar, y juntos pensamos en alguna fantasía que queremos hacer realidad. Siempre gana la sugerencia que él me da, su mentalidad superior a todo lo que alguna vez pude idealizar.

Anhelo con toda mi alma esa unión espiritual, esa mezcla justa de bestialidad e inocencia, ese momento en que se revienta el cuerpo y no queda más que una esencia dispuesta a unirse con otra igual y llegar a un estado suprantural.

Y el mar mueve lentamente mi cuerpo inerte, yo estaba tirado mirando las estrellas con una extraña sensación de felicidad, mi mano se aferraba a la suya y sentía que todo tenía un futuro alegre, al parecer mi historia tenía un final feliz.
Ella estaba segura, yo también.
La arena era nuestra cama perfecta, ella lo es y ese fue un momento especial.
Nadie se dió cuenta de nosotros, ella me susurró algo al oído y entendí el significado de eso que se le llama amor.
Y no me moví de ahí jamás, subió la marea y ni las olas pudieron, nuestras manos, separar.
Ahora no queda más que una botella de vidrio llena de recuerdos, besos y una noche maravillosa. Sólo quedan las miradas en las memorias, nadando en un mar de hojas.

Y allá voy, cual caballero combatiendo unos molinos de viento.
Cabalgando sobre las olas y luchando por salvar un ideal.
Romanticismo teñido de realidad.
No estoy loco, solamente soy especial...

1 comentario:

Lil Smith dijo...

He leído varias entradas desde que me senté hace rato a leerte y me gusta lo que he leído, me gusta la sensibilidad con que escribes, el como describes tus sentimientos dejándome la sensación de que has amado intensamente, de que te sientes un poco extraño siendo parte de este mundo donde aparentar pareciera que es mejor que ser y con deseos locos de vivir la simplicidad, lo auténtico y verdad.

Te dejo abrazos y te enlazaré =)